Para empezar quiero irme a Doñana, un parque nacional que acoge a muchísimas aves acuáticas cada año de África, con especies autóctonas y el único lugar (junto a Sierra Morena) donde se puede ver al lince ibérico en libertad. Patrimonio de la humanidad y una reserva de la biosfera que no tiene precio.
Pues bien, antiguamente era utilizada como coto de caza por señoritos y duques andaluces, y eran usados también sus caminos para el comercio de ganados e incluso para ir al pueblo del Rocío como peregrinación, cosa que aún hace actualmente las hermandades de la provincia de Cádiz (algo que daría para otro tema). Y también en las zonas de la playa muchos pescadores se ganaban la vida cogiendo el pescado y el marisco para luego venderlo, para ello se construían lo que ellos llaman chozas.

En 1969 se decretó que Doñana fuese un parque nacional, por lo que se obligaba a restringir el uso humano de la zona natural y ello obligaba a los pescadores a abandonar sus chozas (por cierto okupadas y se heredaban generación tras generación). Hoy día quedan aún algunas chozas, que según tengo entendido, en el momento que esta última generación de pescadores muera se procederá a derribar estas construcciones.
Hasta aquí quería llegar, de qué lado nos ponemos ¿de las miles de especies que conviven en el espacio natural de Doñana o de los pobres pescadores que se ganan la vida pescando desde hace generaciones? Visto así diréis, oye! tanto molestan los pescadores a las miles de especies? Pues a unas cuantas ya os digo yo que sí, porque hay algunas especies de aves y reptiles que ponen sus nidos en las dunas comprometiendo así su vida. Además que estos pescadores dejan el espacio natural "lleno mierda" y se han visto ya tortugas marinas muertas en la orilla, dicen los ecologistas por las bolsas de basura que confunden con medusas, etc.