Mensaje
por Bión » 22 Dic 2005, 23:17
Bien. Lo primero una advertencia. No he criticado que profundice en algo. De hecho es lo que espero cuando participo en un debate. Dije que nos centráramos, porque sus argumentos tratan muchísimos temas a la vez. Le recriminé esto porque podemos tratarlos todos, pero uno a uno, porque si encima que el tema se desvía, los mensajes son muy extensos, puede molestar, como ya lo ha hecho, a otros foreros.
De hecho me encanta tratar estos temas. Solo digo que uno a uno. Si en cada mensaje debo responder a todo lo que usted expone, los mensajes aumentarán de forma exponencial, porque en cada mensaje deberemos explicar el porque consideramos que es desacertado (en caso de serlo, claro) y luego realizar la propuesta oportuna, doblando la extensión.
Dije lo de páginas de internet para que entendiera usted que cada vez que habla, por ejemplo, de entropía, no es necesaria la explicación de lo que es la entropía, sino solo el uso que le da. Porque eso está en muchas páginas web, libros, …
También me referí a que la diferencia entre mi planteamiento y el suyo, es que el suyo se basa en teorías no demostradas, mientras que el mio es un replanteamiento de cosas demostradas. Si usted representa en una gráfica el transcurso de la vida en un ecosistema dado, verá que la vida se mantiene viva mediante impulsos. No añado nada nuevo, solo centro el tema. Advierto de posibles aspectos que pueden haber pasado desapercibidos, con lo cual la observación de la realidad puede variar. Intento disociar mas la observación de la realidad de nuestra propia intuición.
El que pretenda cambiar el mundo, o no, es cosa mia. No afecta a mi planteamiento (repito, por favor, teoría es un término muy serio, que me hace sentir algo incómodo. Prefiero llamarle argumento, planteamiento,…) No creo un buen planteamiento el valorar un argumento según las conclusiones a las que llegue. Ya ve, Einstein definió la relatividad y creía en Dios (creo recordar, aunque da igual, era solo un ejemplo), con lo que sus conclusiones podrían incitar a alguien a no plantearse la relatividad, o lo mismo con la evolución de Darwin y la tendencia al progreso victoriano.
Lo de los libros divulgativos venía a que hay muchos científicos que saben de ciencia, pero no tiene capacidad para interpretarla. Muchos de ellos se han dedicado mucho tiempo a su rama, y en ella son auténticos genios. Pero no han dedicado tiempo a interpretar la realidad, buscar su coherencia, … Y dije que de eso me dí cuenta después, pues yo también soy aficionado a libros divulgativos, y antes tomaba las ideas de un libro divulgativo como ciertas.
Ahora, si no le importa, me voy a centrar en la interpretación que hace usted de mi argumento.
No digo que lo que no está vivo no posea valor, sino que no se puede valorar, porque no posee intención. Para valorar la materia según la intención del universo deberíamos tratar con el universo como individuo, pero eso no es posible, porque para nosotros el universo es nuestro recipiente, no un interactor. No podemos salir de él ni interactuar con él. El universo es un individuo de jerarquía superior (no me refiero a mejor).
No he negado que la vida provenga (como el resto de fuerzas) de la expansión (no evolución, aunque eso lo trataremos en otro momento), sino que eso es independiente. Eso está muy bien, y es muy interesante (créame que me fascina toda la física, astrofísica, mecánica cuántica, cuerdas y supercuerdas, agujeros negros,…) pero no modifica en nada mi planteamiento. La materia, al único nivel que interactúa con nosotros, no posee intención. O si, pero esa intención la cumplen continuamente. De hecho, su intención no es mas que someterse a las leyes del universo. Y eso no hay forma de cambiarlo. Una piedra, como dije anteriormente, no posee coherencia. La llamamos piedra porque nuestro pensamiento necesita categorizar e individualizar en conjuntos, pero no es tal. Es una agrupación de moléculas sin coherencia ni intención. La piedra no posee intención de quedarse como piedra, solo de someterse a las piedras. Y si usted o yo pudiéramos hacer desaparecer esas partículas, desintegrándolas, extrayendo su materia y energía de este universo, convirtiéndolas en nada, entonces, seguramente, le diría: no haga usted eso, porque esas partículas pertencen a este universo, y nada de su comportamiento normal (natural en mi acepción, que para mi es el conjunto de características que pertenecen a una entidad coherente solo por el hecho de poseer dicha estructura), me invita a pensar que eso entra dentro de alguna de sus intenciones. Usted podría hacerlo, eso sería su problema. Así, la vida muestra una intención (o tendencia) a mantenerse viva, estable, y, sobre todo, expandirse, o, al menos, no extinguirse (esto es ampliable a toda especie). Así, si el comportamiento humano veo que no solo no potencia esto (que, por otro lado, el poseer esa intención es lo que le dota de coherencia, lo que le permite estar vivo) sino que encima perjudica la a la vida (porque la vida es un conjunto de seres relacionados, no individuos aislados) entonces puedo afirmar que el hombre no se comporta según su naturaleza (según mi acepción). Mi nivel causal me permite intervenir a este nivel. Las moléculas son de un nivel inferior (no peor), porque son las que me constituyen. Para ellas yo podría ser su universo, p.ej.). No tengo forma de valorar su intención. O al menos no tengo forma de cambiarla. O al menos todo me indica que, haga lo que haga, no alteraré su intención.
Intentar llegar al meollo del asunto es fascinante, pero inocuo. Se puede deducir que la vida se origina porque una cuerda vibra, por un incipiente entrada energética, de un modo distinto, afectando a las cuerdas de su alrededor (es un ejemplo sin ningún tipo de intención especulativa, que conste), pero eso no quita que la vida posea una intención, que es la que nos da coherencia, y que adoptamos un comportamiento que destruye nuestro sistema, afectando, por ende, a nosotros mismos. El tener conciencia implica poder buscar un significado y actuar en consecuencia, pero no por ello la actuación es correcta, o al menos natural (en cuanto a que no es compartida por los demás que, por el hecho de nacer como humanos, poseen).
Si se defiende esto según el relativismo ético, surge una curiosa paradoja. Lo primero es que no existe el relativismo ético (actualmente en el formato social). Es un absolutismo disfrazado de relativismo. Me obligan a respetar unas cosas con las que puedo no estar de acuerdo, como, por ejemplo, la vida de los demás humanos (no me estoy pronunciando ni a favor ni en contra). Aún desde esta perspectiva es incoherente. Si se trata de respetar la vida, o el derecho a la misma, de los demás humanos, entonces, sin duda, se debería respetar el derecho a la vida de los humanos que estén por venir. Y para ello, la única posibilidad es mantener el sistema en su nivel óptimo, o al menos en uno lo suficientemente viable. Como la vida es, necesariamente, un sistema unificado por las complejas relaciones entre sus componentes, entonces resulta evidente que las expectativas de continuidad existencial pasan por un sistema fuerte.
Así, puestos a basarnos en hechos demostrables, busque en internet, p.ej., sobre deforestación, extinción, cambio climático, … y verá usted que la tan cacareada etica relativa no respeta aquello que promueve. El sistema se daña a causa del comportamiento del hombre. Esto es incoherente con la intención de lo vivo y con la ética relativista.
Si se refería usted a relativismo ético tal y como se deduce de su nomenclatura, es decir, que toda perspectiva es válida, entonces habla usted de una utopía, y no puede basarse en una utopía para justificar nada. Si así fuera nada de esto sería necesario, porque, a buen seguro, el hombre seguiría siendo primitivo.
Así, como puede ver, mi punto de vista resulta mas coherente, desde el relativismo ético, que el suyo ( a no ser que yo lo haya malinterpretado).
De todos modos, volviendo al tema, la vida se supone que es un accidente. En tal caso, no es una evolución lógica, sino algo que ha sucedido de modo altamente azaroso, bajo unas probabilidades ínfimas. Así, no entra dentro de lo que es normal (la norma). No entiendo entonces como puede definir usted la vida como algo que necesariamente surge. En todo caso, si es producto de una singularidad accidental, será porque se dieron las causas suficientes, con lo que, ante tales causas, es posible que surja o que no. Si no, si es por necesidad, no se puede argumentar que es un accidente. Esto es incoherente. Si es producto de la “evolución” de la materia, entonces se tendría que poder observar en otros sitios, porque la evolución debería suceder en todo el universo a la vez, y puesto a que este (según nuestros conocimientos) no está sometido a ninguna ley de nivel superior, nada le privaría ni le forzaría a no “evolucionar” según sus intenciones.
Repito, no es que no quiera plantearme de donde proviene, sino que da igual, es solo informativo. Eso no invalida que la vida lleve una intención, que es contraria a la de la materia inerte, y que esa intención es la que posibilita que exista la vida (incluido nosotros).
Insisto en redefinir los términos porque estos intentan ajustarse a la realidad que percibe el hombre. No son absolutos. Y la realidad que percibe cambia (al menos su análisis de lo observado). Teniendo en cuenta que se usa los términos para explicar, asimilar o desestimar las ideas, no es tan raro que pretenda cambiar algunos que, a mi entender, se quedan cortos o son incoherntes.
Mi argumento (no las conclusiones) no parten de una interpretación o aplicación de algún criterio ético o subjetivo. Creo que todo lo que expongo puede ser observado. Si no es así agradecería que me indicara que es lo que no puedo demostrar. Lo del impulso es un análisis gráfico. Quizás el error sea utilizar la palabra impulso, pero eso es un problema terminológico.
Me refiero a profundidad porque me baso en cosas que creo están probadas. Ahondo en lo mas profundo de esto y, al ver lo que resulta inocuo, lo desestimo. Esto ocurre con el orígen de la vida, por ejemplo. La vida tuvo un orígen, eso es cierto. Pero es irrelevante. El caso es que la vida actúa de un modo, con una intención, y dicha intención puede ser desviada. La de la materia inerte no. Si `poseen intención, es la de estar dentro del marco del universo, y eso es algo que no podemos alterar, así que resulta inocuo.
Desde luego la vida depende del universo. Nunca lo he negado. Solo digo que su intención es diferente de la de la materia inerte. En el universo, al menos en el conocido, existe lo vivo y lo inerte. Se comportan de distinto modo, lo cual hace lícito verlos como entidades dispares. Unificarlo es retroceder en el tiempo. Eso está muy bien, pero solo para conocer el camino recorrido. El camino recorreido será el mismo, lo conozcamos o no. La vida seguirá manteniendo una intención que le dota de coherencia, indistintamente de su orígen o causas de aparición.
El ejemplo de la células no está bien planteado. La supervivencia del organismo, en primer lugar, posibilita la supervivencia de la célula.
Pero, además, las células tienden a su propio “beneficio”, solo que el organismo, como ente coherente de distinto nivel, posee una intención propia de su nivel y, por lo tanto, unos mecanismos para llevarla a cabo. Las células las controla porque posee una gran inhibición de sus partes. Las mantiene co0ntroladas mediante mecanismos complejos y efectivos. Cuando no son suficientes, entonces la célula sigue su propio camino, y a esto se le denomina cáncer.
Vuelvo a rebatir lo de los virus informáticos. Estos surgen de una intención humana. Los impulsa un intención humana. No es una fuerza inherente al universo.
Es una consecuencia de la vida. Es a esto cuando me refiero a profundizar. Y es que este detalle de suma importancia. La vida es una intención inherente al universo. Surge de la interacción entre sus leyes naturales. Existen en el universo, con las leyes del universo. El virus, lo primero, precisa de un humano que mantenga su universo estable. No existen en el universo real. No se someten al dinamismo continuo. No disponen de medios de automantener su estado a pesar de las fuerzas del universo. Existen porque un sistema mantiene su universo estable (cableado, chips, unidad de control,…) Si no fuera por esto, entonces no existirían. Se puede introducir todos los sistemas que se quiera para auto-mantenerse estable, pero no será mas que una acumulación de intenciones sin conexión real. Al final, se obtiene una acumulación de mecanismos que posiblitan dicho universo, y que, por no ser inherentes al universo (regidos por una fuerza real) no disponen de estabilidad real. En el momento en que falla, por ejemplo, el primer m,ecanismo de control (el mas básico), entonces falla todo el sistema. Y este mecanismo, el primero, no dispone de mecanismos propios para auto-repararse. Al final del todo se llega a que eso no es vida, porque no se auto-repara por el mero hecho de ser lo que es. No presenta tendencia a existir. Esos mecanismos presentan tendencia a inestabilidad estructural (cambio continuo). Son materia inerte. No poseen intención por ser lo que son. No disponen de coherencia porque la intención que puede mantener su coherencia estructuiral no les es inherente. Es externa. En la vida es inherente.
Aquí se puede ver el resultado de cambiar el punto de vista sobre algo que ya existe (sin inventar o especular nada nuevo) Y a esto es a lo que me refiero con profundizar, y con la intención de mi argumento. No recurro a teorías no comprobadas, si no que profundizo en lo que está comprobado. Porque el virus informático se puede ver como todo aquello que usted describió, o como electrones corriendo por un sistema electrónico que, al no poseer intención propia, carece de coherencia necesaria para ser considerado estructura con intención.
El que la vida sea una especialización (creo que esto habría que matizarlo) no cambia nada. Para ello es necesario comprender un sistema de niveles jerárquicos, y comprender que las intenciones de cada nivel son propias de cada nivel, y no tienen porque coincidir con las de otros niveles.
Intentar justificar la vida como una nada porque no son mas que materia es obviar este detalle. La vida posee intención, las estructuras inestables que pueblan nuestro universo no. Lo que me dota de coherencia es poseer una intención. Como quiero poseer la coherencia que poseo ahora, y asegurarla a través del tiempo, el mero hecho de pretender dicha coherencia me “obliga” a hacer todo lo posible porque ni se desvíe ni desaparezca. Creo que se está desviando y desaparecerá, por lo que el universo me ha dotado de una intención suficiente como para pretender mi coherencia, y de los mecanismos para mantenerlos.
Un saludo