DISTURBIOS ¿constructivos o autodestructivos?

Para el debate en torno a la higiene ética en el comportamiento anarquista, y la ética y moral del Anarquismo. Filosofías de vida, cuestiones morales, vida sana, etc.
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stop censura

DISTURBIOS ¿constructivos o autodestructivos?

Mensaje por stop censura » 18 May 2005, 23:17

1. - Sobre el carácter revolucionario de los disturbios:

¿De qué ha valido para el movimiento la muerte del compañero Carlo Giuliani? ¿ha sido el fin de la globalización o el principio de la criminalización de cualquier movimiento anticapitalista?

¿de qué han servido los enfrentamientos cuerpo a cuerpo con la policía, más que para mitificar la violencia sin canalizar (dirigida únicamente a los guardianes del sistema o los cristales de sus empresas) y nunca dirigidas a la base del capital, que no es otra que apropiación de la plusvalía y la usurpación del valor del trabajo y los bienes naturales/productivos en beneficio privado?

¿cuáles son los objetivos? ¿o es que acaso pegar a un policía es acabar con las desigualdades de clase?

¿no nos hartamos de decir y de recordar que el enemigo es el sistema, y no sus funcionarios?
Si acabamos con un funcionario, el sistema pone otro sin el menor problema. Y el sistema espera ansioso los disturbios para mercantilizar con el miedo y romper los límites del control social.


2. - Sobre la lucha

¿no tendrá más valor la lucha colectiva, el combate base a base que llevan a cabo los obreros en pie de huelga, parando las fábricas y decidiendo los siguientes pasos en Asamblea?

¿acaso vale más que un grupúsculo que se autodenomine "el más radical" y, de forma individual y anónima (la lucha bajo la capucha y sin la asamblea como forma de expresión y decisión) lance molotovs, piedras y todo tipo de cosas contra lo que cada uno de los activistas considere necesario? ¿dónde está lo combativo ahí? ¿y contra qué se combate? ¿qué es lo que se pretende "destruir"?

¿qué conquista revolucionaria puede traer esta postura? El que piense que creando disturbios va a sacar a la policía de las calles es tan ingenuo como quien piensa que si hurga en un avispero las avispas se quedarán dentro y no molestarán más. La seguridad debe ser, detrás de la banca, el negocio más redondo del estado español.

Lo que realmente importa, ¿no será que se agite la conciencia antes que el molotov? ¿no será mejor tener claro el objetivo? Creo que la autodefensa en las manis es necesaria, para no dejar avasallar la mani. La adoración de los disturbios porque a X se la pone tiesa la puedo respetar (el combate es realmente emocionante) pero que nadie venga con el rollo de que así se ha de conseguir ninguna victoria revolucionaria. Si me voy a batir con los maderos, por favor, que no sea al lado de los zoquetes que sólo saben hacer de carneros...

Salud a tod@s, alerta conciencias y que viva el debate!!

(y por favor, argumentad las respuestas)

Invitado

Mensaje por Invitado » 19 May 2005, 00:24

MANIFIESTO A FAVOR DE LA ACCIÓN DIRECTA VIOLENTA

Desde importantes sectores del movimiento antiglobalización, se excluye e incluso se criminaliza el uso de la acción directa violenta por parte de organizaciones que participan activamente en las movilizaciones. Con estas líneas pretendemos aportar sencillos elementos para un debate que ayude a respetar tendencias políticas que combinan tanto las tácticas pacíficas como de autodefensa. Nuestra intención no es anteponer la acción directa violenta al trabajo sindical o al trabajo barrio por barrio, facultad por facultad. Esto último es lo principal, lo esencial; son los cimientos de toda lucha que se pretenda desde y junto a la gente. Pero hay algunas interrogantes que conviene analizar sin miedo y sin caer en las presiones del mentiroso discurso de la clase dominante. ¿Es positivo el enfrentamiento directo contra la policía antidisturbios y los símbolos capitalistas?

En Seattle, Praga o Gotemburgo se observó en los líderes mundiales un nerviosismo nunca antes visto desde la desaparición de la URSS. Cumbres paralizadas, delegaciones trasladadas y altos cargos desalojados por la puerta de atrás.

Esto sucedió porque los enfrentamientos no fueron protagonizados por cientos sino por miles de personas. La extensión de los disturbios rebasó la capacidad represiva de la policía. Es, por tanto, una realidad que las acciones con una carga relevante de violencia tienen un protagonismo especial dentro del resurgimiento de la lucha social que está teniendo lugar en los últimos años.

Sucede en aquellas situaciones en las que se agotan los medios y procedimientos de protesta (como el derecho a la manifestación pacífica, reunión, sindicación) que los movimientos sociales han conseguido imponer, no sin esfuerzo, en las llamadas "democracias parlamentarias". En estos casos se pone claramente de manifiesto que para el sistema estos medios no tienen otro objetivo que el de mantener la estabilidad y el equilibrio social, y no de permitir logros reales.

La lucha del movimiento popular, al extender y profundizar sus acciones de protesta, le lleva a la confrontación con el sistema represivo y a entender que no bastan reformas parciales, siempre provisionales, sino la destrucción del capitalismo y su reemplazo por unas relaciones sociales basadas en la igualdad y la solidaridad.

De esta manera, si ante la falta de soluciones reales la gente sale por miles a la calle a frenar físicamente la política salvaje del FMI, el sistema no lo entiende como "democrático" y dentro del "orden", ya que se procuce una situación de confrontación directa contra él. Por lo tanto se decide reprimir.

Génova fue un ejemplo especialmente claro. Tal fue la negación en la práctica de la libertad de manifestación durante la Cumbre del G-8, que incluso miles de activistas pacíficos se vieron obligados a levantar barricadas y arrojar todo tipo de objetos para no ser arrollados por la violencia policial.

Varios sectores izquierdistas argumentan que la acción directa violenta puede provocar un aumento de la represión generalizada a los movimientos sociales. Pero no debemos confundirnos, lo que realmente desata la represión es la agudización del conflicto, resultado de la lucha organizada que cuestiona las bases del mismo sistema, es decir, que cuestiona la capacidad de los gobiernos y las burguesías de decidir cómo organizar la economía. Y así cualquier forma de lucha, aunque sea pacífica e incluso si se da dentro del marco legal, será reprimida sin contemplaciones. No será por culpa de la acción directa violenta. Lo que ocurre es que el sistema busca sacar rentabilidad política de esa situación de desventaja, y realiza un ataque contra todo el movimiento con el discurso teórico de hacer frente a la "radicalidad de algunos grupos".

La violencia no la provoca ninguna de las organizaciones que forman el movimiento antiglobalización. La violencia forma parte natural del proceso de perpetuación del sistema capitalista, ya que no sólo es permanente al ser ejecutada fuera de razón y justicia contra la población a través de la sobreexplotación e inseguridad laboral, la falta de vivienda o la privatización de los servicios sociales. También es de contención cuando se aplica de manera física y abierta, como ocurre en las movilizaciones. Esta última forma es la más visible, pero no debe eclipsar la violencia cotidiana que sostiene la clase dominante.

La violencia de contención se materializa cada vez que el sistema pretende devolver a un segmento social enfrentado a él al lugar o estado de pasividad anterior. Cuando el compromiso consciente y la exigencia de soluciones aumenta, aumenta también la violencia física para frenarlos.

En Génova, mientras nosotros preparábamos las manifestaciones por la paz y contra el genocidio económico, el gobierno preparaba las salas de tortura en las dependencias policiales. Cuando nosotros organizamos y movilizamos a miles de personas, el gobierno organizó y movilizó a cientos de policías armados.

La libertad de protestar se va viendo cercada por las reglas del llamado estado de derecho. Por eso surge la necesidad de masificar los disturbios y el sabotaje. Porque el sistema no tiene previsto desmantelarse a sí mismo y porque no nos deja más opción de protesta.

Esbozaremos ahora cómo la acción directa violenta no sólo es válida sino también necesaria como complemento a la lucha pacífica, por su carga de expresión, desobediencia y justicia.

1. Es una forma de expresión.

Lo que no nos permiten expresar en los periódicos, en los canales de televisión, etc, lo expresamos atacando su poder simbólico. Nuestro inconformismo y nuestra oposición radical a la política neoliberal se expresa cuando nos enfrentamos a los elementos represivos encargados de defender esa política. Queda latente la existencia de un conflicto.

En contrapartida, los medios de comunicación ligados a la política neoliberal consiguen una noticia no sólo apta para el espectáculo de la información, sino también apta para la criminalización de los movimientos sociales. Pero debemos tener en cuenta que la acción directa violenta y el sabotaje son también formas de romper el bloqueo de los medios de comunicación. La noticia, aún distorsionada, aparece en los medios, y mientras luchamos diariamente para crear nuestros propios canales de difusión -y por autoorganizarnos barrio por barrio, facultad por facultad-, la acción directa toma relevancia, porque no sólo es de por sí una forma de expresar nuestro descontento, sino que además es una forma de atravesar el silencio en lo que los medios quieren convertir nuestras acciones.

Nuestra responsabilidad no es la de evitar la distorsión y la mercantilización de los hechos por parte de los medios de comunicación oficiales, ya que esa es su razón de ser. Nuestra responsabilidad en este caso es la de denunciar la función de los bancos y las fuerzas represivas en la sociedad. Legítimas y necesarias, pues, son las acciones políticas que se lleven a cabo contra ellas, ya que se trata de una voluntad -expresada físicamente- de construir disidencia y de crear conciencia anticapitalista señalando a verdaderos responsables de la política neoliberal.

2. Es una forma de alterar el orden impuesto.

Es una forma de desobediencia a la legalidad. De hacer lo que "no se puede" impregnándolo completamente de un sentido político.

Pero debemos tener en cuenta que los disturbios puntuales pueden ser fácilmente asumidos por el sistema, ya que lo entiende como "daños colaterales", es decir, como el resultado inevitable que desencadena el neoliberalismo. Lo mismo ocurre con la llamada delincuencia, el narcotráfico, las violaciones. Son comportamientos intrínsecos a una sociedad que se nutre de la desigualdad, la opresión y el patriarcado.

En relación al movimiento antiglobalización, el gobierno español declaró en más de una ocasión: "Estamos dispuestos a dialogar con los grupos antiglobalización, pero sólo con aquellos que condenen el uso de la violencia y los altercados provocados por los radicales".

A pesar de que el sistema es capaz de absorber los "altercados" por tratarse de violencia a pequeña escala, se demuestra que estos "daños colaterales" no dejan de ser daños a la armonía y a la estabilidad de la estructura política y social. Por eso el gobierno intenta condenar y aislar esa práctica.

Y por eso mismo debemos concebir esos arañazos como potenciales formas de desestabilización, para crear de ese concepto un espacio de poder popular alternativo, es decir, un arma y un derecho conquistado por los movimientos en lucha para combatir la injusticia.

Si no se puede romper, rompemos. Pero no rompemos cualquier cosa: rompemos a los representantes físicos del poder capitalista, que son los polícias antidisturbios, las sucursales bancarias, las cabinas de Telefónica, los establecimientos de McDonalds, etc.

3. Es una forma de hacer justicia.

Es justo dar respuestas directas a la imposición violenta de la democracia burguesa, la precariedad laboral, la criminalización de la disidencia, la opresión propagandística y mediática, etc.

Es justo y legítimo rebelarse contra la incuestionabilidad del monopolio de la violencia por parte del sistema.

Es justo y necesario trazar nosotros mismos nuestro campo de acción política, para así lograr escapar de los márgenes legislados; márgenes que no son sino el mecanismo de autodefensa del propio sistema, que delimita los niveles de protesta para poder controlarla, y desde el cual se justifica institucionalmente la represión.

Ya se están dando pequeñas victorias en el complejo y amplio frente de la lucha contra la globalización neoliberal con un método, que aún sin ser tan esencial como la actividad de base, está funcionando como indispensable complemento: las botellas y las piedras.


Documento elaborado por activistas sociales de Madrid, Euskadi y Argentina.

http://oaca.iespana.es/oaca/manifiestoenfavordela.htm

Invitado

Mensaje por Invitado » 19 May 2005, 00:25

MANIFIESTO PARA UNA ALTERNATIVA NOVIOLENTA

Jean Maire Muller 1980
Significado de la Noviolencia
Editorial CAN -Colectivo para una Alternativa Novilenta-1983

1.- Al encontrarnos con la violencia en el mundo nos damos cuenta de que "la verdadera vida está ausente" y de que la voluntad de "cambiar el mundo y la vida" nos compromete en el dinamismo de la noviolencia. La novilencia, liberándonos de la fatalidad de la violencia que parecía pesar sobre el ser humano y sobre la historia, alimenta entonces una nueva esperanza, una nueva felicidad, una nueva cultura.

2.- La violencia no siempre se apoya en la maldad o en la mala voluntad. Muchas veces desempeña en nuestra sociedad funciones necesarias como defender la libertad o luchar por la justicia. Por ello, no se trata tanto de condenar la violencia como de buscar una alternativa a la violencia. La noviolencia no podría, por tanto, definirse por el mero rechazo de los medios violentos: implica la búsqueda y la puesta en práctica de métodos y técnicas que lleven hacia una eficacia real.

3.- El compromiso de la noviolencia nos obliga a poner en evidencia los mecanismos que engendran la miseria, la opresión, la rebelión y la violencia. No podemos condenar de la misma manera "todas las violencias, sean las que sean y vengan de donde vengan". No debemos considerar de igual manera la violencia de los ricos y poderosos que intentan mantener su dominio y defender el desorden establecido, que la violencia de la gente oprimida que luchan por conseguir su dignidad y su libertad.

Si frente a la injusticia no hubiera más alternativa que la resistencia violenta o la colaboración resignada, entonces lo mejor sería escoger la violencia. Los que han escogido este camino, corriendo ellos mismos grandes peligros, merecen nuestro respeto y nuestra solidaridad.

4.- La lucha noviolenta implica una atención especial a la dimensión política de los acontecimientos. Exige:

- Una información permanente.
- Un análisis político y económico riguroso.
- Un proyecto político.
- La elaboración y puesta en práctica de una estrategia.

La noviolencia no debe limitarse sólo a la protesta: debe también elaborar la gestión de la nueva sociedad que se quiere edificar, realizando un programa constructivo.

5.- La acción noviolenta supone agotar los medios de persuasión, pero no se limita a ellos. En un momento dado no duda en recurrir a medios de presión y coacción encaminados a hacer ceder al adversario y poner fin a la injusticia. Es, pues, la puesta en práctica de una fuerza capaz de ofrecer mayores oportunidades al amor y a la verdad. Para no contradecirse, la acción noviolenta exige:

- Un acuerdo profundo entre los medios utilizados y el fin perseguido.
- Una intención de conciliación y de justicia, no de venganza y aplastamiento.
- El rechazo de cualquier acto o palabra que encerrara al adversario en su propia violencia y le ofreciera un pretexto para poder justificarla.

6- El principio esencial de la estrategia de la acción noviolenta es el principio de la no-cooperación o de no-colaboración. Se basa en el siguiente análisis: la fuerza de las injusticias en una sociedad viene del hecho de que estas se benefician de la cooperación de la mayoría de los miembros de dicha sociedad. Por medio de la organización de los miembros acciones colectivas, esta estrategia apunta no hacia la toma de poder para el pueblo sino hacia el ejercicio de poder por el pueblo.

La noviolencia nos conduce por tanto a acciones de ruptura con el desorden establecido, pudiendo llegar hasta la desobediencia civil cuando las posibilidades establecidas por la ley hayan sido ya agotadas.

7.- La noviolencia no toma como suyas, ni a nivel de análisis ni a nivel de proyecto, las afirmaciones abusivamente simplistas del pacifismo y del antimilitarismo tal y como se han expresado tradicionalmente. Más que multiplicar las condenas, ya que la experiencia no ha enseñado que esto resultaba inoperante, la noviolencia intenta buscar los medios de una defensa civil novilenta que puede permitir a la población organizar una verdadera resistencia en caso de agrsión.

Con esta perspectiva la noviolencia nos lleva a preconizar la objeción de conciencia frente a la guerra y su preparación. Esto implica claramente el rechazo del servicio militar y su sustitución por un servicio civil que sea la ocasión de una búsqueda teórica y práctica de los métodos de acción noviolenta capaces de promover la justicia social y de garantizar la seguridad de las comunidades.

8.- La noviolencia nos lleva a compartir el análisis y la búsqueda con quienes denuncian a la vez la incapacidad del capitalismo para organizar la sociedad según las exigencias de la justicia y la incapacidad del socialismo de Estado para organizarla según las exigencias de la libertad. La noviolencia, por el dinamismo propio de su espíritu y sus métodos, nos lleva a promover un "socialismo de rostro humano" basado en la responsabilidad y en la autogestión.

Esta perspectiva nos lleva a denunciar los aspectos alineantes del ciclo "producción-consumo", característico de las sociedades industriales avanzadas. Esto implica una reorientación de las necesidades, inseparable de la búsqueda de una mejor calidad de vida.

9.- La libertad, la igualdad y la fraternidad, para ser vividas en sociedad, exigen al mismo tiempo una revolución de las estructuras y una transformación de las mentalidades y de los comportamientos personales, abiertos al redescubrimiento de un sentido comunitario. Esta revolución y esta transformación, debiendo conjugarse en un movimiento dialéctico, no nos permiten esperar a ver realizada una para empezar la otra. Desarrollando en el interior mismo de conflicto el dominio en sí, el respeto al otro y el sentido de la responsabilidad, la acción noviolenta permite poder comprender desde ahora.

10.- Debemos resistir la tentación de hablar siempre de la revolución de los demás sin implicarnos y comprometernos nosostras mismas. Cualquier problema debe abordarse desde los aspectos en los que nuestras responsabilidades se encuentran implicadas directamente. Es en este nivel de análisis en el que nosotras podemos, y por consiguiente, debemos, actuar.

Quienes han escogido la noviolencia no deben aislarse en su búsqueda de la justicia y de la paz. Deben comprometerse en los diversos movimientos y en las distintas organizaciones que trabajan ya en este sentido, acreditando ahí lo bien fundamentado de los métodos de la acción novilenta. Sin embargo, tienen también que runirse ente ellos para profundizar en las exigencias y las posibilidades de la noviolencia y tomar, desde ahora, la iniciativa de acciones novilentas en las que pueda participar el mayor número de gente.

La reflexión sobre la noviolencia y la acción que ésta preconiza deberían unir en una misma lucha y en un mismo debate a todoas aquellas personas, que, desde distintos horizontes filosóficos o religiosos, tienen igualmente hambre y sed de una verdadera justicia.

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Despunktao
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Registrado: 21 Feb 2005, 00:56

Mensaje por Despunktao » 19 May 2005, 18:54

La Venganza de lxs oprimidxs es Justicia, lxs opresorxs no tienen derecho a decidir ni sobre sus propias vidas. Dos opciones para ellxs:
a) Morir.
b) Dejar de explotar.

¡Por la Revolución, Guerra Social! ¡Guerra de Clases y Acción Directa

Violenta y no violenta, hemos de dejar de diferenciarlas y practicarlas por igual. Ya lo decía la canción de Sin Dios:

"Huelga, sabotaje, manifestación... las palabras son importantes, pero lo es también la acción".
Las lágrimas y gritos de las víctimas del Orden empiezan a inundar de Caos nuestro vacío. El único mar que sabrá romper este Mosaico de las Mil Mentiras, en mil pedazos. ¡Espontáneas olas de ira, destruid el dique de esta Pesadilla y romped los hilos que os atan!

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