Sin embargo yo pienso que es muy conveniente, siempre, mirar quien emite el veredicto. La teoría está muy bien, pero hay que ver cómo la concreta el padre en la práctica. Por ejemplo, en el ámbito teórico, para ti, aunque no existe el bien y el mal, sí existe la fealdad y la belleza. Hablar de la locura de Nietzsche no es ni malo ni bueno, ya que lo bueno y lo malo no existe. Pero sí existe lo feo y lo bello, ya que no te parece conveniente el ad hominem. Es feo recordar que Nietzsche era un genio, y que nosotros no lo somos. No somos expertos en filología, no sabemos latín ni griego, no tenemos manejillo en filosofía como para leer a Heidegger o a Shoppenhauer, y no hemos participado como voluntarios en ninguna guerra enfermando por amebiosis. En cierto modo, aplicar la filosofía teórica de un genio, por parte de personas corrientes, viene a ser como aplicar las medidas económicas de los EEUU en un país como España. Que ni tiene flota, ni reserva, ni ná.Fionn Mac Cumhaill escribió:No tendría sentido ninguno que me pusiera yo ahora a señalar el carácter burgués o incluso noble (Kropotkin, Bakunin, Tolstoi...) casi siempre ilustrado y pocas veces obrero, masculino, en algunos casos también sexistas y antisemitas, de la mayoría de filósofos inspiradores y precursores del anarquismo clásico en cuanto tal. Ni tampoco la aplastante derrota que sufrieron todas sus propuestas a lo largo de la historia. Y si nos metemos en las contradicciones de sus defensores filosóficos actuales no nos faltaría material de ninguna clase. Pero, como digo, no tendría sentido, porque se está juzgando la teoría, y no la práctica.
¿Qué es el bien?
Re: ¿Qué es el bien?
- Fionn Mac Cumhaill
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- Registrado: 30 Dic 2008, 15:00
Re: ¿Qué es el bien?
Eres tú quien afirma que "nosotros no somos genios" y que Nietzsche sí que lo era. Yo lo veo de otra manera: todos somos genios en potencia y si no lo somos es porque no nos da la gana. Así de fácil. Pero que la social-democracia y el cristianismo han tenido bastante éxito igualando por lo bajo con su implacable martillo de mediocridad, eso tengo que admitirlo.Jorge. escribió:Sin embargo yo pienso que es muy conveniente, siempre, mirar quien emite el veredicto. La teoría está muy bien, pero hay que ver cómo la concreta el padre en la práctica. Por ejemplo, en el ámbito teórico, para ti, aunque no existe el bien y el mal, sí existe la fealdad y la belleza. Hablar de la locura de Nietzsche no es ni malo ni bueno, ya que lo bueno y lo malo no existe. Pero sí existe lo feo y lo bello, ya que no te parece conveniente el ad hominem. Es feo recordar que Nietzsche era un genio, y que nosotros no lo somos. No somos expertos en filología, no sabemos latín ni griego, no tenemos manejillo en filosofía como para leer a Heidegger o a Shoppenhauer, y no hemos participado como voluntarios en ninguna guerra enfermando por amebiosis. En cierto modo, aplicar la filosofía teórica de un genio, por parte de personas corrientes, viene a ser como aplicar las medidas económicas de los EEUU en un país como España. Que ni tiene flota, ni reserva, ni ná.
El tiempo se hunde en decadencia
como una vela consumida,
y a las montañas y bosques
les llega el día, les llega el día;
pero tú, amable turbamulta antigua
de los estados del ánimo nacidos del fuego,
tú no desapareces.
W. B. Yeats, 1893
* * * * * * * * *
como una vela consumida,
y a las montañas y bosques
les llega el día, les llega el día;
pero tú, amable turbamulta antigua
de los estados del ánimo nacidos del fuego,
tú no desapareces.
W. B. Yeats, 1893
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Re: ¿Qué es el bien?
En efecto, hay que leer a Nietzsche:
"Hemos encontrado que Europa, incluidos aquellos países en que el influjo de Europa es dominante, se ha vuelto unánime en todos los juicios morales capitales: en Europa se sabe evidentemente aquello que Sócrates decía no saber y que la vieja y famosa serpiente prometió un día enseñar, - se «sabe» hoy qué es el bien y qué es el mal.
Por ello tiene que sonar duro y llegar mal a los oídos el que nosotros insistamos una y otra vez en esto: es el instinto del animal gregario hombre el que aquí cree saber, el que aquí, con sus alabanzas y sus censuras, se glorifica a sí mismo, se califica de bueno a sí mismo: ese instinto ha logrado irrumpir, preponderar, predominar sobre todos los demás instintos, y continúa lográndolo cada vez más, a medida que crecen la aproximación y el asemejamiento fisiológicos, de los cuáles él es síntoma.
La moral es hoy en Europa moral de animal de rebaño: por lo tanto, según entendemos nosotros las cosas, no es más que una especie de moral humana, al lado de la cual, delante de la cual, detrás de la cual son o deberían ser posibles otras muchas morales, sobre todo morales superiores. Contra tal «posibilidad», contra tal «deberían», se defiende esa moral, sin embargo, con todas sus fuerzas: ella dice con obstinación e inflexibilidad: «¡yo soy la moral misma, y no hay ninguna otra moral!» incluso se ha llegado, con ayuda de una religión que ha estado a favor de los deseos más sublimes del animal de rebaño y los ha adulado, se ha llegado a que nosotros mismos encontremos una expresión cada vez más visible de esa moral en las instituciones políticas y sociales: el movimiento democrático constituye la herencia del movimiento cristiano.
Ahora bien, que el tempo [ritmo] de aquel movimiento les resulta todavía demasiado lento y somnoliento a los más impacientes, a los enfermos e intoxicados del mencionado instinto, atestíguanlo los aullidos cada vez más furiosos, los rechinamientos de dientes cada vez menos disimulados de los perros-anarquistas que ahora rondan por las calles de la cultura europea: en antítesis aparentemente a los tranquilos y laboriosos demócratas e ideólogos de la Revolución, y más todavía a los filosofastros cretinos y los ilusos de la fraternidad que se llaman a sí mismos socialistas y quieren la «sociedad libre», pero que en verdad coinciden con todos aquéllos en su hostilidad radical e instintiva a toda forma de sociedad diferente de la del rebaño autónomo (hasta llegar a rechazar incluso los conceptos de «señor» y de «siervo» -ni dieu ni maitre [ni Dios, ni amo], dice una fórmula socialista -); coinciden en la tenaz resistencia contra toda pretensión especial, contra todo derecho especial y todo privilegio (y esto significa, en última instancia, contra todo derecho: pues cuando todos son iguales, ya nadie necesita «derechos» -); coinciden en la desconfianza contra la justicia punitiva (como si ésta fuera una violencia ejercida sobre el más débil, una injusticia frente a la necesaria consecuencia de toda sociedad anterior -); pero también coinciden en la religión de la compasión, en la simpatía, con tal de que se sienta, se viva, se sufra (hasta descender al animal, hasta elevarse a «Dios»: la aberración de una «compasión para con Dios» es propia de una época democrática -); coinciden todos ellos en el clamor y en la impaciencia de la compasión, en el odio mortal al sufrimiento en cuanto tal, en la incapacidad casi femenina para poder presenciarlo como espectador, para poder hacer sufrir; coinciden en el ensombrecimiento y reblandecimiento involuntarios bajo cuyo hechizo parece amenazada Europa por un nuevo budismo; coinciden en la creencia en la moral de la compasión comunitaria, como si ésta fuera la moral en sí, la cima, la alcanzada cima del hombre, la única esperanza del futuro, el consuelo de los hombres de hoy, la gran redención de toda culpa de otro tiempo: coinciden todos ellos en la creencia de que la comunidad es la redentora, por lo tanto, en la fe en el rebaño, en la fe en «sí mismos»...
Que cada cual saque sus conclusiones.
Por cierto, la idea del genio oculto, eso de que cada cual lleva un genio dentro, es una parte de la cosmovisión romántica. Por aquello de identificar las fuentes, digo.
"Hemos encontrado que Europa, incluidos aquellos países en que el influjo de Europa es dominante, se ha vuelto unánime en todos los juicios morales capitales: en Europa se sabe evidentemente aquello que Sócrates decía no saber y que la vieja y famosa serpiente prometió un día enseñar, - se «sabe» hoy qué es el bien y qué es el mal.
Por ello tiene que sonar duro y llegar mal a los oídos el que nosotros insistamos una y otra vez en esto: es el instinto del animal gregario hombre el que aquí cree saber, el que aquí, con sus alabanzas y sus censuras, se glorifica a sí mismo, se califica de bueno a sí mismo: ese instinto ha logrado irrumpir, preponderar, predominar sobre todos los demás instintos, y continúa lográndolo cada vez más, a medida que crecen la aproximación y el asemejamiento fisiológicos, de los cuáles él es síntoma.
La moral es hoy en Europa moral de animal de rebaño: por lo tanto, según entendemos nosotros las cosas, no es más que una especie de moral humana, al lado de la cual, delante de la cual, detrás de la cual son o deberían ser posibles otras muchas morales, sobre todo morales superiores. Contra tal «posibilidad», contra tal «deberían», se defiende esa moral, sin embargo, con todas sus fuerzas: ella dice con obstinación e inflexibilidad: «¡yo soy la moral misma, y no hay ninguna otra moral!» incluso se ha llegado, con ayuda de una religión que ha estado a favor de los deseos más sublimes del animal de rebaño y los ha adulado, se ha llegado a que nosotros mismos encontremos una expresión cada vez más visible de esa moral en las instituciones políticas y sociales: el movimiento democrático constituye la herencia del movimiento cristiano.
Ahora bien, que el tempo [ritmo] de aquel movimiento les resulta todavía demasiado lento y somnoliento a los más impacientes, a los enfermos e intoxicados del mencionado instinto, atestíguanlo los aullidos cada vez más furiosos, los rechinamientos de dientes cada vez menos disimulados de los perros-anarquistas que ahora rondan por las calles de la cultura europea: en antítesis aparentemente a los tranquilos y laboriosos demócratas e ideólogos de la Revolución, y más todavía a los filosofastros cretinos y los ilusos de la fraternidad que se llaman a sí mismos socialistas y quieren la «sociedad libre», pero que en verdad coinciden con todos aquéllos en su hostilidad radical e instintiva a toda forma de sociedad diferente de la del rebaño autónomo (hasta llegar a rechazar incluso los conceptos de «señor» y de «siervo» -ni dieu ni maitre [ni Dios, ni amo], dice una fórmula socialista -); coinciden en la tenaz resistencia contra toda pretensión especial, contra todo derecho especial y todo privilegio (y esto significa, en última instancia, contra todo derecho: pues cuando todos son iguales, ya nadie necesita «derechos» -); coinciden en la desconfianza contra la justicia punitiva (como si ésta fuera una violencia ejercida sobre el más débil, una injusticia frente a la necesaria consecuencia de toda sociedad anterior -); pero también coinciden en la religión de la compasión, en la simpatía, con tal de que se sienta, se viva, se sufra (hasta descender al animal, hasta elevarse a «Dios»: la aberración de una «compasión para con Dios» es propia de una época democrática -); coinciden todos ellos en el clamor y en la impaciencia de la compasión, en el odio mortal al sufrimiento en cuanto tal, en la incapacidad casi femenina para poder presenciarlo como espectador, para poder hacer sufrir; coinciden en el ensombrecimiento y reblandecimiento involuntarios bajo cuyo hechizo parece amenazada Europa por un nuevo budismo; coinciden en la creencia en la moral de la compasión comunitaria, como si ésta fuera la moral en sí, la cima, la alcanzada cima del hombre, la única esperanza del futuro, el consuelo de los hombres de hoy, la gran redención de toda culpa de otro tiempo: coinciden todos ellos en la creencia de que la comunidad es la redentora, por lo tanto, en la fe en el rebaño, en la fe en «sí mismos»...
Que cada cual saque sus conclusiones.
Por cierto, la idea del genio oculto, eso de que cada cual lleva un genio dentro, es una parte de la cosmovisión romántica. Por aquello de identificar las fuentes, digo.
Re: ¿Qué es el bien?
Home, Jorge., anem a vore. Dius que:
Dit d'una altra manera: a Fionn li sembla que està lleig utilitzar l'ad hominem, és una impressió seua, i t'ho fa saber per a transmetre't eixa informació per a futures interaccions entre vosaltres. El debat dirà fins on podeu fer ús d'un llenguatge compartit. No és res nou, així és com actuem cada vegada que ens comuniquem a algú. Ho fem cada dia.
Després, parles del pare d'una teoria, com si aquest tinguera una espècie de patent sobre allò que expressa. Eixa informació que, en aquest cas Nietzsche, transmet, ha estat i està a l'abast de tots. No és ni serà l'única persona capaç d'arribar a les conclusions generals a les que arriba. A través de la seua literatura, ell canalitza unes impressions amb un estil propi, però que ben bé són assolibles per qualsevol persona des d'un estil particular.
No comprendre açò, porta sovint a que quan algú parla sobre una manera d'entendre les coses, sempre hi haja el llest de torn que traga a passejar als il·lustres pensadors històrics, que ja abans havien tractat la qüestió. Considere absurd valorar unes impressions tenint com a base si han estat enregistrades per escrit en forma de literatura filosòfica.
Quan es parla de primitivisme: Kaczynski i Zerzan.
Quan es parla d'amoralitat o nihilisme: Nietzsche.
Quan es parla de comunisme llibertari: Bakunin i Kropotkin.
Quan es parla de mutualisme: Proudhon.
...
Collons, pareix que tenim tota una plantilla de personatges preparats per a eixir al terreny de joc en cas de parlar de certes temàtiques.
I vaja, per descomptat que tots tenim un geni dins. El que això significa és que tots tenim potencial per a ser uns genis, uns Déus. De romàntic té tot el romanticisme que cadascú li vulga injectar, però si alguna cosa segur que té, és un component força alliberador, confiat i fort.
A tal cosa, seria prou amb respondre el que ja havia comentat abans:Jorge. escribió:Por ejemplo, en el ámbito teórico, para ti, aunque no existe el bien y el mal, sí existe la fealdad y la belleza.
Som nosaltres qui hem de fer ús de les paraules, no les paraules ús de nosaltres. Seria absurd esdevindre esclaus de limitacions derivades d'una interpretació inamovible i universalista del llenguatge.p-ll escribió:no dic que les discussions i els debats no tinguen sentit (ja que, si els valors no són absoluts...): (no obstant) ens ajuden a conèixer-nos, i a saber triar amb qui ens ajuntem. Però hem de tindre ben present que les interpretacions són el que són, i que arriben fins on arriben. (Les definicions i les valoracions) Són útils com a eina d'intercanvi d'impressions, i com a eina d'autodescobriment, però per a res són excuses per a justificar "veritats" per damunt d'altres.
Dit d'una altra manera: a Fionn li sembla que està lleig utilitzar l'ad hominem, és una impressió seua, i t'ho fa saber per a transmetre't eixa informació per a futures interaccions entre vosaltres. El debat dirà fins on podeu fer ús d'un llenguatge compartit. No és res nou, així és com actuem cada vegada que ens comuniquem a algú. Ho fem cada dia.
Després, parles del pare d'una teoria, com si aquest tinguera una espècie de patent sobre allò que expressa. Eixa informació que, en aquest cas Nietzsche, transmet, ha estat i està a l'abast de tots. No és ni serà l'única persona capaç d'arribar a les conclusions generals a les que arriba. A través de la seua literatura, ell canalitza unes impressions amb un estil propi, però que ben bé són assolibles per qualsevol persona des d'un estil particular.
No comprendre açò, porta sovint a que quan algú parla sobre una manera d'entendre les coses, sempre hi haja el llest de torn que traga a passejar als il·lustres pensadors històrics, que ja abans havien tractat la qüestió. Considere absurd valorar unes impressions tenint com a base si han estat enregistrades per escrit en forma de literatura filosòfica.
Quan es parla de primitivisme: Kaczynski i Zerzan.
Quan es parla d'amoralitat o nihilisme: Nietzsche.
Quan es parla de comunisme llibertari: Bakunin i Kropotkin.
Quan es parla de mutualisme: Proudhon.
...
Collons, pareix que tenim tota una plantilla de personatges preparats per a eixir al terreny de joc en cas de parlar de certes temàtiques.
I vaja, per descomptat que tots tenim un geni dins. El que això significa és que tots tenim potencial per a ser uns genis, uns Déus. De romàntic té tot el romanticisme que cadascú li vulga injectar, però si alguna cosa segur que té, és un component força alliberador, confiat i fort.
Re: ¿Qué es el bien?
Bonita frase, pero por el momento tienen más soldados con armas que enemigos, me temo.Fionn Mac Cumhaill escribió:Los gobernantes caerán el día en que sus enemigos dejen de compartir con ellos sus valores.
Re: ¿Qué es el bien?
el bien es ...mmmm... viene a ser... eso!
locontrario del mal
locontrario del mal
"Los gatos poseen una absoluta honradez emocional. Los seres humanos, por una u otra razon, pueden ocultar sus sentimientos, pero un gato nunca lo hace."
" Es una labor muy dificil ganar el afecto de un gato, sera tu amigo si siente que eres digno de su amistad, pero no tu esclavo."
" Es una labor muy dificil ganar el afecto de un gato, sera tu amigo si siente que eres digno de su amistad, pero no tu esclavo."
Re: ¿Qué es el bien?
Venga no, fuera coñas , me he pasau...
El bien es mi bien, y tu bien es tu bien, si los dos coinciden, tenemos una idea comun del bien, si no, lo que yo digo esta bien y lo que tu digas esta mal.
Y parece una txorrada
pero a eso se resume un poco, mas que nada por soltar una parrafada...
El bien es mi bien, y tu bien es tu bien, si los dos coinciden, tenemos una idea comun del bien, si no, lo que yo digo esta bien y lo que tu digas esta mal.
Y parece una txorrada
"Los gatos poseen una absoluta honradez emocional. Los seres humanos, por una u otra razon, pueden ocultar sus sentimientos, pero un gato nunca lo hace."
" Es una labor muy dificil ganar el afecto de un gato, sera tu amigo si siente que eres digno de su amistad, pero no tu esclavo."
" Es una labor muy dificil ganar el afecto de un gato, sera tu amigo si siente que eres digno de su amistad, pero no tu esclavo."
Re: ¿Qué es el bien?
Afortunadamente hay pocos genios. Desconfío bastante de ellos, sobre todo en materia de filosofía, religión y organización social.Fionn Mac Cumhaill escribió:Eres tú quien afirma que "nosotros no somos genios" y que Nietzsche sí que lo era. Yo lo veo de otra manera: todos somos genios en potencia y si no lo somos es porque no nos da la gana.
- Fionn Mac Cumhaill
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- Registrado: 30 Dic 2008, 15:00
Re: ¿Qué es el bien?
Yo de quienes más desconfío es de las masas.Jorge. escribió:Afortunadamente hay pocos genios. Desconfío bastante de ellos, sobre todo en materia de filosofía, religión y organización social.
El tiempo se hunde en decadencia
como una vela consumida,
y a las montañas y bosques
les llega el día, les llega el día;
pero tú, amable turbamulta antigua
de los estados del ánimo nacidos del fuego,
tú no desapareces.
W. B. Yeats, 1893
* * * * * * * * *
como una vela consumida,
y a las montañas y bosques
les llega el día, les llega el día;
pero tú, amable turbamulta antigua
de los estados del ánimo nacidos del fuego,
tú no desapareces.
W. B. Yeats, 1893
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