Buenas:
Me parecen muy interesantes estas reflexiones que han derivado de considerar el consumo de alcohol un vicio indigno. Muchas son las consideraciones que se pueden aportar a este respecto. No obstante, quería en primer lugar detenerme en una de las cuestiones tratadas, en este caso, por El Errabundo en su contestación a Chief Salamander.
En un momento El Errabundo contrapone las denominaciones “moral social” y “sensibilidad amoral” o “amoralidad individual”, y en relación a la preocupación por el prójimo afirma que ambas hacen lo mismo y llegan a las mismas conclusiones. Bien, la reflexión hecha por El Errabundo es brillante, sin embargo, en este punto tengo que objetar que en ningún momento llegan a converger ni siquiera en el amor al prójimo.
Me explico, la moral social al ser un constructo cultural, monopolizado por la sociedad y por el Estado, posee algo de lo que carece la llamada “sensibilidad amoral”, el poder coercitivo y represor que ejerce ésta a través de las instituciones de poder y que comienzan por un adiestramiento férreo de las percepciones que nacen vírgenes al mundo, deseosos de interactuar con él. Así, los comportamientos y las actitudes de los humanos se desarrollan con una previa manipulación, así también sus deseos y necesidades han sido degradadas a esa moral, que dicta, sanciona y castiga. Por este motivo, las pasiones de los humanos, tan execradas y reprobadas en cada uno de los individuos que las sufren, brotan y emanan de la mordedura que se hace a sí misma la moral con su hipocresía. Esto es, esas pasiones nacen al igual que los humores de la putrefacción. Son hálitos posteriores a la extinción. La naturaleza humana está condicionada por ese veneno.
De acuerdo con esto, aunque esa “moral social” imponga desde una supuesta filantropía, el amor al prójimo, lo hará con unos parámetros establecidos y desde luego, que no puede, como todo en Sociedad, dejar de funcionar gracias a categorías y jerarquías. Y esas categorías hacen superiores a unos e inferiores a otros, y unos se convierten más que otros en merecedores de ese amor. Quien incumple las reglas que rigen el escenario donde se ha fermentado ese amor al prójimo, ya no puede ser beneficiario de él. Así, un pobre, se convierte en un maleante, en un vago, en una lacra social., en un criminal. Y ante él, ese amor que tanto nos han germinado se extingue. Porque la sociedad impone otras serie de valores como los del trabajo y el progreso. Y de ahí que se diga que el trabajo dignifica y que la gente se lo crea, (es otra idea implantada). Es igual que con la riqueza, que con el trabajo de los pobres se enriquecen otros y se dignifican otros, para asegurarse que sea el pobre quien trabaje en búsqueda de una dignidad que tiene que conseguir, ya que nació despojado de ella.
En conclusión, por muy nefasta que se llegue a considerar la búsqueda de satisfacción propia del yo, es imposible que oprima con la misma magnitud y perfección. Y, ciertamente, todo individuo puede intentar cometer un acto de fuerza, pero en ese acto estará solo.
Salud
Esfuerzo, reflexión, ética y revolución en vez de Alcohol...
Re: Esfuerzo, reflexión, ética y revolución en vez de Alcoho
Toda la justicia social descansa en estos dos axiomas: El robo es punible y el producto del robo es sagrado.
Anatole France
Anatole France