La necesidad descriptiva
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En algunas ocasiones siento que me topo con algunas costumbres sociales que había tenido delante de mis narices durante toda mi vida y que, aún así, no había conseguido ver hasta ahora. Esto lo achaco a que esas costumbres están tan arraigadas y son tan cotidianas que no se si son realmente culturales o algo propio de nuestra naturaleza que es como siempre ha sido y siempre será.
Quería hablar de una de esas actitudes que, cada vez más, veo como una manifestación cultural y no como una característica propia de nuestra especie: La necesidad de describir, definir, limitar y generalizar la realidad.
En busca de un ejemplo que pueda resultar familiar a quien pueda leerme, podría plantear la típica situación que se da cuando un grupo de personas anarquistas discuten sobre como debe ser la sociedad ideal. Resulta curioso observar como la mayoría de conflictos se dan cuando una persona intenta justificar porque cierta característica de esa sociedad ideal es esencial, o como mínimo, porque es más deseable que otras alternativas. Dicho así, parece más o menos claro que esa actitud es poco deseable y que tiene cierto aire autoritario, pero sin embargo si prestamos atención podremos ver (me parece a mi) que no son pocas personas las que lo hacen y que, más aún, es la dinámica habitual no ya de las discusiones, sino de las relaciones sociales.
Y es que parece que organizarse en colectividad implica necesariamente reglamentar el colectivo. Es decir, toda colectividad debe empezar con un debate en el que tenemos que definir, describir, organizar y delimitar bien como tienen que ser las cosas en él. Vale, tal vez la experiencia nos indica que es necesario reunirse y organizarse antes de empezar algo con más gente, no es exactamente eso lo que discuto. Lo que me pregunto es si eso tiene que ser así o simplemente es consecuencia de nuestra sociedad. Me lo pregunto porque hay discusiones que se tornan insalvables y, especialmente, porque la necesidad de organización y reglamentación de la convivencia social me parece uno de los pilares morales de las llamadas sociedades civilizadas.
Yendo un poco más allá, parece que no solo es necesaria la organización explícita, global y reglamentada a la hora de organizarse colectivamente, sino que es propio de la especie humana describir, reglamentar, limitar y categorizar la realidad entera. Así pues, parece que una persona es ignorante si no sabe lo que es un árbol y, en concreto, si no sabe la diferencia entre el árbol y el bosque. Parece que no entendemos la realidad sino desglosamos toda la realidad en pedacitos lo más pequeños posibles y establecemos un orden racional y categórico entre todas esas minúsculas porciones.
Esto podría plantearse como una crítica a la ciencia, al racionalismo, al objetivismo e incluso desde la lingüística (si aceptamos que fundamental papel juega la lengua escrita en todo esto), y esto mismo sugiere que todas las cosas están relacionadas en cierto modo, y que delimitarlas y categorizarlas es un acto que nos lleva a dos posibles lugares: a la frustración de la futilidad o al autoengaño propio de quien cree encontrar la verdad armándose de axiomas y dogmas.
Sin embargo, yo quería plantear el artículo desde un punto de vista humanista y emocional, y preguntarme pues, hasta que punto necesitamos describir y tener bien atada la realidad y exactamente porque lo necesitamos. Es más, si lo miramos con detenimiento, realmente necesitamos universalizar, generalizar, sacar conclusiones globales de las cosas? Necesitamos hallar un consenso sobre como delimitamos la realidad, ponerlo por escrito y alzarlo a la categoría de “normas”?
No será que necesitamos liberarnos de la obsesiva necesidad descriptiva para poder convivir libremente en el mundo? Plantear que, tal vez, sea posible vivir colectivamente entendiendo cada conflicto como algo único e irrepetible que afecta muy raras veces a más de unas pocas individualidades y que, por lo tanto, no necesitamos reglamentar la realidad, curarnos de espanto para evitar posibles conflictos.
He hablado de muchas cosas y de una forma muy vaga, pero dando una vuelta de tuerca más al asunto, tan importante es que describamos bien el problema si lo hay? Tal vez lo mejor que puedo hacer es transmitiros ese malestar que siento por sentir continuamente que se me obliga a aceptar convenios, a encajar en etiquetas para poder dar cualquier paso, a la par que siento perder inmensamente el tiempo cada vez que siento la ansiedad de que mis “definiciones” de la realidad no son mayoritariamente aceptadas.
Cordiales saludos a toda aquella persona que lea mi artículo. Un placer compartir mis pensamientos, emociones y sensaciones con vosotros/as.
La necesidad descriptiva
- Fionn Mac Cumhaill
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- Registrado: 30 Dic 2008, 15:00
Re: La necesidad descriptiva
Ello implicaría desechar la experiencia y la acumulación de conocimiento en pro de no sé qué posible beneficio. Si nos olvidamos de que somos seres humanos, es decir, de que todo lo que nos pasa, nos ha pasado y nos pasará a le ha pasado, le pasará y le está pasando a alguien ya, seremos incapaces de solucionar ningún tipo de conflicto, de realizar ningún tipo de revolución y, por supuesto, de llevar a cabo el proyecto de sociedad que queramos mantener.
Las posibilidades no son infinitas.
Las posibilidades no son infinitas.
El tiempo se hunde en decadencia
como una vela consumida,
y a las montañas y bosques
les llega el día, les llega el día;
pero tú, amable turbamulta antigua
de los estados del ánimo nacidos del fuego,
tú no desapareces.
W. B. Yeats, 1893
* * * * * * * * *
como una vela consumida,
y a las montañas y bosques
les llega el día, les llega el día;
pero tú, amable turbamulta antigua
de los estados del ánimo nacidos del fuego,
tú no desapareces.
W. B. Yeats, 1893
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