Es increíble. Yo reconozco mi ausencia de experiencia sindical, y la de gran parte de mis compañer@s, y creo que es una de las cosas en que tendríamos que emplear esfuerzos, en formación sindical, donde l@s compañer@s más experimentad@s enseñen la práctica anarcosindicalista a la gente nueva...La Vanguardia. Miércoles, 21 de diciembre de 2005
Dolors Álvarez, Barcelona
Sindicalistas profesionales
Dos trabajadores de SEAT crean una empresa para formar delegados.
¿Por qué la afiliación es tan baja? ¿Por qué hay un creciente distanciamiento entre los delegados y los trabajadores? No hay una única respuesta, pero a juicio de Josep Jané, miembro del comité de SEAT, es que los sindicalistas no tienen una preparación adecuada. Jané ha creado un centro de formación.
La afiliación sindical está en declive en toda Europa y en España se estima que no llega al 20% el porcentaje de trabajadores que pertenece a un sindicato. Pueden encontrarse muchas explicaciones, desde que las actuales prácticas sindicales están anticuadas y no interesan a los jóvenes, hasta que la imagen del sindicalista se asocia sólo a hombres empleados en trabajos manuales o que en muchos casos los líderes no conectan con la realidad de la empresa. Pero para Josep Jané, afiliado de UGT y miembro del comité de empresa de SEAT, el quid de la cuestión está en la formación. “Faltan sindicalistas profesionales y eso se refleja en un distanciamiento entre los delegados y el resto de la plantilla”, afirma.
Josep Jané tiene 42 años, lleva 18 en SEAT y desde hace 10 pertenece al comité de empresa. Ha vivido en primera línea todas las últimas crisis de la compañía e incluso estuvo un año con el contrato suspendido en aplicación de un expediente de regulación de empleo. Ahora trabaja en la cadena de montaje de la fábrica de Martorell, junto a su pareja Mercedes Franco, licenciada en psicología industrial y con 5 años de experiencia en SEAT. Josep y Mercedes han puesto en marcha junto con la también psicóloga Àngels Moix un novedoso proyecto: la formación personalizada de delegados sindicales. Sus potenciales clientes son los propios sindicatos –ya se han mantenido algunos contactos con UGT- y todo tipo de comités de empresa.
Para llevar a cabo esa idea, han creado una sociedad (CAAP) y han desarrollado una línea de formación que han bautizado como Forsincom (Formación Sindical Complementaria). De momento, Josep y Mercedes quieren continuar en Seat, que acaba de poner en marcha el plan para suprimir 956 empleos, 660 de ellos con despidos forzosos. “Ahora nuestro futuro lo vemos en SEAT –dicen- aunque quizás más adelante si e lproyecto funciona podríamos convertirnos en autónomos.
Tanto UGT como Comisiones Obreras tienen sus propios programas de formación para sus delegados, pero, según Josep Jané, “son modelos caducos, estandarizados, que se limitan a impartir conocimientos técnicos sobre nóminas, prevención de riesgos o legislación laboral”. A su juicio, eso es insuficiente para formar líderes, que es lo que de verdad necesitan los sindicatos.
“Nosotros queremos personalizar la formación estudiando las necesidades delos delegados empresa a empresa, con casos prácticos, y, si se desea, con sesiones impartidas en las propias dependencias de la empresa para evitar costosos desplazamientos”, explica. El objetivo final, apunta Mercedes Franco, es “conseguir delegados que inspiren confianza, tengan el reconocimiento de los trabajadores y contribuyan así a mejorar la afiliación sindical”. “Aquellos sindicalistas que miren a su alrededor y vean miradas de complicidad y entusiasmos tienen garantizado el éxito”, destaca Jané, quien señala que su proyecto nace de una especie de fusión entre la experiencia sindical –la suya- y las técnicas de psicología que sus dos socias aportan.
Sindicalistas profesionales es un concepto que en general genera bastantes reticencias en las plantillas que muchas veces ven a los liberados como unos privilegiados, ajenos al trabajo diario, incluso con un tratamiento favorable por parte de los directivos de las empresa. “Eso ocurre, pero no debería ser así. El delegado se va distanciando de los trabajadores por la propia dinámica del cargo, porque el mundo sindical está deshumanizado y las relaciones con los trabajadores son cada vez más distantes”. ¿Su solución? “Preparar a los delegados como comunicadores, hacerlos capaces de transmitir su proyecto ideológico”.
Por sindicalismo profesional Jané entiende el que se practica en Alemania, en particular el del poderoso IG Metall, que gracias al sistema de cogestión tiene una capacidad de influencia que envidia cualquier sindicalista de SEAT y bastantes de los directivos de la compañía automovilística española.
El gran reto es el acercamiento a los jóvenes. “Las nuevas generaciones están cada vez mejor preparadas y si los sindicalistas no son capaces de estar a la altura el distanciamiento irá creciendo”, admite Jané. En la propia SEAT, símbolo de un sindicalismo que creció en los últimos años del franquismo y en la transición, las relaciones laborales han cambiado radicalmente desde que hace unos pocos años se produjo el relevo generacional, con el cambio de los líderes de UGT y Comisiones Obreras. Pese a la dureza de la reestructuración, SEAT ha dejado de tener una imagen de alta conflictividad y si por alguna cosa se está significando sus sindicatos es por su capacidad de proponer fórmulas imaginativas con las que hacer frente a los problemas. El último ejemplo, las excedencias incentivadas –con indemnizaciones de hasta 30000 euros- por minorizar en lo posible el número de despidos forzosos.
Tenga o no éxito la iniciativa de Forsincom, la primera de este tipo que se pone en marcha en España, los dos grandes sindicatos –UGT y CC.OO.- tienen ante sí un importante desafío: aumentar los afiliados porque sólo así podrán aumentar sus ingresos en cuotas, y esa es la clave de su futura independencia. Para ello, las centrales tienen dos posibilidades: potenciar los paquetes de servicios destinados a sus afiliados y ganarse la credibilidad entre una población asalariada cada vez más diversa, con modalidades de empleo precarias, pequeños centros de trabajo y nuevas fórmulas de relaciones laborales.
Pero ir a recibir clases de un delegado de UGT del comité de empresa de Seat, con lo que han hecho, me parece que es como ir a dar clases de protocolo con el señor Barragán.
Encima reconocen sin vergüenza que lo que harán será enseñar a vender humo, sonrisita profident y ¡vótame compañero!.
A lo mejor es que con lo que chupaban de cursillos de formación no tenían suficiente y se inventan nuevos a ver si consiguen que también se los subvencionen y a chupar más.
Asco me dan.


