La revolución antiobrera

Presente y futuro de la Lucha Obrera, así como la validez, aciertos y contradicciones de las formas de organización de la Clase Trabajadora. Seguimiento de conflictos laborales, huelgas, etc.
azahuria

Resumen de una discusion

Mensaje por azahuria » 20 May 2005, 12:46

Buenas tardes a todas y a todos. Copio aqui el resumen de una discusion que concierne a lo que se esta debatiendo en este foro.
Hemos celebrado en mayo sendas reuniones públicas en Barcelona y Valencia sobre el tema: LA REVOLUCION RUSA DE 1905. En Valencia además se realizó una presentación y comentario del libro de Rosa Luxemburgo, dedicado a esos acontecimientos, HUELGA DE MASAS, PARTIDO Y SINDICATOS.
Queremos poner de relieve antes que nada que en ambas reuniones hubo una buena asistencia, una discusión muy animada y una participación muy activa de los asistentes. También queremos subrayar y agradecer que al final de ambas reuniones hubo una colaboración económica de los participantes para sostener nuestra actividad.
Como Anexo de este Balance de las reuniones incluimos la presentación que se hizo. Por eso aquí no vamos a repetir el contenido de esta, simplemente queremos recordar que se hizo una cronología breve de lo que pasó en Rusia 1905 y después se trató de sacar las principales lecciones de los acontecimientos. Las presentaciones fueron cortas con objeto de dejar el mayor tiempo posible a la discusión.
Aunque se abordaron numerosos temas (en Barcelona, un asistente mostró su coincidencia con las posiciones de la CCI excepto sobre la cuestión nacional; en Valencia se plantearon discusiones sobre la guerra civil de 1936, la causa de los accidentes de trabajo, las diferencias entre Lenin y Rosa Luxemburgo etc.), la principal preocupación de los asistentes fue ¿puede hoy la clase obrera hacer la revolución que destruya el capitalismo?
Esta preocupación estuvo presente de forma dominante tanto en la discusión de Barcelona como en la de Valencia.
En Barcelona, un asistente planteó que la clase obrera habría dejado de ser revolucionaria. Adujo para ello dos razones: por una parte, la desaparición de un buen número de fábricas cerradas por la crisis lo que habría conducido a la destrucción de la cohesión obrera al desaparecer el “obrero – fábrica”. La segunda razón que expuso es que los obreros estarían hoy atados e integrados al capitalismo por el consumismo, las hipotecas para el pago del piso y la adquisición de acciones en la Bolsa.
Estos planteamientos fueron respondidos no solo por miembros de nuestra organización sino por otros asistentes. De forma sintética, plantearon que la clase obrera no se define por el tipo de trabajo que tiene (pequeño taller o gran fábrica) sino por su posición en las relaciones de producción. Respecto al llamado consumismo que estaría “aburguesando” a la clase obrera se respondió como argumento central que no es el consumo o la distribución de la renta lo que define a las clases sociales sino su posición en las relaciones de producción. Por otro lado, se objetó claramente ese argumento de “creciente consumismo” de los trabajadores como algo completamente irrealista: lo que está ocurriendo realmente es que progresivamente disminuye la capacidad de consumo de la gran mayoría de la población, cada vez hay que pasar más apreturas para llegar a fin de mes, cada vez hay que ir renunciando progresivamente a más cosas, incluso necesarias, por la presión de una pauperización creciente. Por último, concerniente a las dos últimas ideas (las hipotecas atarían a la clase obrera al sistema y la adquisición de acciones en la Bolsa haría que tuviera algo que perder con la destrucción del capitalismo) la discusión aclaró en primer lugar que la hipoteca es una carga más que pesa sobre los trabajadores y que si en un primer momento inhibe la lucha, progresivamente se convierte en un factor más de descontento e indignación y, por tanto, en un material más para la lucha. En segundo lugar, que algunos sectores obreros pongan sus ahorros en la Bolsa no los integra en el capitalismo. Más bien se convertirá más pronto o más tarde en un motivo adicional de descontento pues verán como los ahorros conseguidos a base de dolorosas renuncias se evaporan con la especulación loca que caracteriza la Bolsa. De todas formas, ese argumento de un “capitalismo popular” que integraría a los obreros vía la posesión de acciones no es nuevo. Ya fue invocado por Berstein en la última década del siglo XIX y Rosa Luxemburgo lo rebatió de forma convincente en Reforma o Revolución, libro cuya lectura recomendamos.
En Valencia, aunque un asistente también habló del consumismo como medio de integración de la clase obrera, las preocupaciones se plantearon de otra forma, a nuestro juicio más profunda y sólida. Sobre todo fue un joven compañero quien de forma muy seria y metódica planteó los motivos que harían hoy muy difícil sino imposible una revolución social. Por una parte, la generalización de la democracia habría dado a la gran mayoría de los obreros unas libertades primarias que, incluso aunque fueran ilusorias, les quitarían motivos para luchar de forma radical. Del mismo modo, los partidos de izquierda y los sindicatos con sus continuas peleas y enfrentamientos mutuos estarían dividiendo a los obreros y los estarían desmoralizando. En fin, de manera más profunda, la gran mayoría de la clase obrera y de la humanidad no estarían preparados realmente para llevar a cabo una revolución pues existen muchos obstáculos ideológicos, de acomodación a la sociedad, miedos, conformismos, confusiones etc.
La discusión solo pudo plantear algunas líneas de discusión y esclarecimiento. No pudo, como es lógico, resolver un problema tan profundo que requiere de sucesivas discusiones. De hecho, los asistentes sugirieron una serie de temas para continuar la discusión sobre los que luego volveremos.
Básicamente, se trataron de aclarar 3 cuestiones:
- es cierto que la llamada “democracia” es un obstáculo muy importante para la lucha y la toma de conciencia de la clase obrera. Efectivamente genera la ilusión de que uno tiene “derechos”, de que estamos “representados”, de que el Estado sería un intermediario neutral para “resolver los conflictos” etc. La realidad es sin embargo que esa “democracia” sirve para dividir a la clase obrera, generar un fuerte individualismo y atomización y, en última instancia, constituye una forma hipócrita de hacer pasar como “decisiones del pueblo soberano” actos, como por ejemplo las guerras imperialistas, que responden exclusivamente a los intereses del capital y que son únicamente decididos por sus fracciones dominantes. Todo esto es verdad pero la clase obrera tiende lentamente a desconfiar de la democracia, a perder ilusiones. Los revolucionarios y todos los compañeros conscientes debemos llevar un combate a muerte contra esta falsificación muy peligrosa. De esa manera contribuiremos a que ese obstáculo sea enfrentado.
- Los sindicatos y los llamados partidos de izquierda dividen efectivamente a la clase obrera pero como la discusión planteó no representan a la clase obrera, no expresan nada de la clase obrera, no tienen nada de obreros. Son organismos del Capital encargados de engañar, dividir y machacar a la clase obrera. Son sus enemigos y no los representan ni los expresan en nada. Reconocer esto es muy importante pues muchos compañeros creen que sindicatos y partidos de “izquierda” son la expresión de la clase obrera y al ver las mentiras, maniobras y trapacerías que perpetran meten en el mismo saco a esas fuerzas y a la clase obrera culpando a esta última. Hay una frontera nítida entre sindicatos y la llamada Izquierda que son organismos del capital y la clase obrera que tiende a darse organizaciones, por el momento muy minoritarias, que son quienes la expresan de verdad.
- Es cierto que la humanidad no está hoy “preparada” para hacer la revolución. Sin embargo, es en debates, en propaganda de los revolucionarios, en muchos actos, a menudo minoritarios y no relevantes tomados en si mismos, pero sobre todo en una sucesión de luchas cada vez más amplias, cada vez más extendidas a escala internacional, como la clase obrera tendrá la escuela de su lucha. Esa fue la clara experiencia de 1905, de 1917, de otros muchos combates obreros. La lucha masiva es la escuela misma de la revolución.
¿Por qué la discusión gira una y otra vez acerca de si la clase obrera será capaz de hacer la revolución? ¿Por qué aparecen posiciones que niegan a la clase obrera como clase revolucionaria?
No podemos dar aquí evidentemente la “solución”, de hecho, serán nuevas discusiones, nuevos debates, y, sobre todo, las experiencias mismas de lucha, las que “despejarán en la práctica” esa duda que tanto atormenta a muchos compañeros que quieren sinceramente acabar con el capitalismo.
Es evidente que hay una razón empírica que produce estas dudas sobre la clase obrera: durante más de 15 años (desde 1989 con la caída del muro de Berlín) la clase obrera internacional ha estado prácticamente ausente de la escena social, sus luchas han sido muy tímidas y minoritarias. Hoy, cuando se produce una lenta y difícil recuperación de su combatividad, el camino es por el momento muy complicado y contradictorio, la burguesía está muy preparada, y por todo un tiempo la lucha de clases sigue sin manifestarse claramente, de forma contundente, en la vida social.
Sin embargo, que el proletariado esté ausente por una etapa más o menos larga del escenario social, no significa que haya desaparecido o que haya dejado de ser la clase revolucionaria. Los fundamentos de su naturaleza de clase revolucionaria bajo el capitalismo están, por un lado, en su posición en esta sociedad de productor colectivo de las principales riquezas del mundo, y, por otra parte, de toda su experiencia histórica de más de dos siglos de combates.
Hemos de comprender esos fundamentos, discutirlos a fondo y no hacer depender la confianza en nuestra clase de la situación inmediata según una cantidad más o menos grande de luchas.
Nosotros, como fruto de debates concretos con compañeros o colectivos, hemos escrito una serie de textos sobre la cuestión ¿Por qué la clase obrera es la clase revolucionaria de la sociedad?, que ponemos a la disposición de los compañeros que deseen estudiarlos, criticarlos, discutirlos:
REVISTA INTERNACIONAL nº 73 y 74: Solo el proletariado puede cambiar el mundo
REVISTA INTERNACIONAL nº 103 y 104: ¿Por qué el proletariado no ha hecho todavía la revolución?
ACCION PROLETARIA números 145 a 152: Respuesta a las dudas sobre la clase obrera
ACCION PROLETARIA nº 181: Con la excusa de la autonomía nos cuelan el mensaje del fin del proletariado
ACCION PROLETARIA nº 182 (publicado solo en Internet): ¿En qué consiste la lucha del proletariado?
ACCION PROLETARIA nº 182: ¿Quién puede acabar con el capitalismo?
Queremos finalizar esta reseña indicando los temas que los asistentes de la Reunión Pública de Valencia plantearon para seguir discutiendo y que evidentemente todos los que estén interesados nos lo pueden comunicar para llevar el debate por las vías que estimen oportunas (Internet, reuniones en un local etc.):
- ¿Cuáles son las diferencias entre Lenin y Rosa Luxemburgo?
- ¿Ha existido alguna vez en Rusia comunismo?
- Lecciones de la revolución proletaria en Alemania (1918-23). Diferencias y coincidencias con la revolución rusa de 1917
- ¿Cuáles son los métodos y planteamientos para acabar con el capitalismo?
Acción Proletaria 20-5-05

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