“Si nos superamos, si conquistamos nuestra capacidad y nos colocamos en condiciones de actuar de modo enérgico, de hacer frente a toda posibilidad de ataque, seremos respetados, atendidos y nos impondremos”.
Salvador Seguí. Congreso de Sants, 1918.
El siglo XXI ha traído a la humanidad dos agendas acuciantes. La consolidación definitiva del neoliberalismo de una parte y la necesidad de un cambio ecológico de las sociedades industriales del planeta de otra.
Liquidado el socialismo real como bloque antagónico a las sociedades capitalistas, y ante la necesidad de un cambio en el modelo productivo que evite la autodestrucción en cuestión de décadas del ecosistema del planeta, en lo que supondría la desaparición de la humanidad como la conocemos hoy día, es urgente enfrentar los retos que se plantean a las clases trabajadoras del mundo.
Sabemos que la solución al problema ecológico sólo tiene dos salidas posibles: una en la que la justicia social, las libertades colectivas e individuales y el respeto al ecosistema se coaliguen. La otra es un mundo neofascista donde el control social, la acumulación de tecnología y riqueza, y el uso de la violencia sean las formas de administrar las medidas de contención ecológica para que una minoría social mantenga su nivel de vida y su posición de poder. Obviamente la segunda es la vía fácil, donde solo hay que bajar la cabeza.
En este escenario se han introducido multitud de conceptos que vienen a servir al interés del discurso neoliberal, acuñando nuevos conceptos individualistas aunque vestidos de liberales y otros que vienen a negar el análisis material de las desigualdades sociales. Se ha puesto de moda pensar que los pequeños gestos son los importantes para quitarnos de encima la responsabilidad de organizarnos a gran escala y afrontar los enormes problemas que tenemos delante.
Es en este contexto que vamos a afrontar en diciembre de 2022 el XII Congreso de la CNT, un comicio que deberá ser decisivo para afrontar de forma urgente los problemas que sobrevendrán al proletariado en los próximos años. Ante las tentativas de hacer de la Confederación un ente social más próximo al asistencialismo de una ONG, los sindicatos de la CNT debemos dotarnos igual que antaño de todos aquellos recursos necesarios para volver a estructurar un proyecto revolucionario en pleno siglo XXI.
Pese a los discursos que pretenden señalar que el mundo del trabajo va a ser un escenario donde no se disputa la construcción de una alternativa al actual sistema social y económico, nosotros los y las anarcosindicalistas venimos a sentenciar que nada más lejos de la realidad. Las distintas luchas sociales son fragmentos de una lucha general que es la de las clases explotadas y precarias de siempre contra la acumulación de riqueza, contra el patriarcado y contra la patronal y los estados que la defienden.
Precisamente son los gobiernos de toda índole quienes ratifican una y otra vez las directrices y políticas neoliberales de la Unión Europea. Pese a todos los discursos las reformas sociales que se plantean siguen flexibilizando el mercado laboral, fragmentando la clase trabajadora, reduciendo la libertad sindical y protegiendo la propiedad privada y la capacidad de acumulación riqueza de una minoría a costa de la mayoría. Las medidas de carácter social, aún insuficientes, en realidad no dejan de aceptar la creación de bolsas de pobreza y precariedad estructural que los países del sur de Europa venimos acumulando desde la anterior crisis de 2008.
En este contexto se vuelve a realzar como algo necesario y positivo para el conjunto de la sociedad, y en conclusión también para la clase trabajadora, el concierto social entre gobierno, sindicatos mayoritarios y patronales. Ante ello debemos ser claros en nuestro discurso y explicar que dicho modelo sólo beneficia a quienes ya disponen de la mayoría de los beneficios. Es decir, aquellos que nunca van a aceptar que la gente humilde y trabajadora, el pueblo, pueda acceder a una parte justa del reparto de la riqueza.
Ante ello debemos confrontar el diálogo social con medios propios, dotando los centros de trabajo de una estructura sindical basada en las ideas libertarias de democracia directa y lucha de clases, coaligado con sindicatos que vuelvan a contar por miles sus asociados, cuya solidaridad económica permita la plena independencia de la CNT de cualquier agente externo, que permita tener los recursos técnicos, militantes y económicos necesarios para no sólo asesorar los conflictos sindicales, sino también planificar la propuesta de la clase trabajadora a la transición industrial y económica que la ecología impone a nuestras sociedades hoy.
El reto que tenemos ante nosotros pues, no sólo es imperativo sino que además es urgente. No dispondremos de décadas para desarrollarlo, debemos redoblar esfuerzos y hacer de la acción sindical de nuestros sindicatos el principal ariete frente la desorganización y fragmentación de la clase obrera en los centros de trabajo. Una acción sindical que, a su vez, recupere la capacidad pedagógica de nuestros ideales libertarios y emancipadores planteando la necesidad de confrontar no sólo las cuestiones económicas, sino sobre todo la reducción del tiempo de trabajo, el fin de la discriminación de género y de cualquier otro tipo, levantando la libertad sindical y la huelga como piedra angular de la construcción de cualquier sociedad donde la economía esté al servicio de las personas y no al revés.
En definitiva, la CNT afronta el reto de volver a ser un sindicato con miles de afiliados -el crecimiento sostenido del conjunto de la Organización en los últimos años así lo atestigua- que sea una herramienta eficaz en el día a día de la lucha laboral, pero que por nuestras características libertarias posibilite una alternativa real al sistema político y económico vigente. Tenemos las herramientas a nuestro alcance, lo que no tendremos es una segunda oportunidad para volver a llegar a este momento. Si no somos muchos y muchas, si no somos inteligentes y eficaces, los ricos y poderosos se volverán a imponer.
Genís Ferrero | Secretario de Acción Sindical de CNT Vallès Oriental
La necesidad urgente de afrontar los retos del siglo XXI
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Re: La necesidad urgente de afrontar los retos del siglo XXI
¿Qué habrá querido decir el autor con esta frase?Ante las tentativas de hacer de la Confederación un ente social más próximo al asistencialismo de una ONG, los sindicatos de la CNT debemos dotarnos igual que antaño de todos aquellos recursos necesarios para volver a estructurar un proyecto revolucionario en pleno siglo XXI.
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geronimo355
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Re: La necesidad urgente de afrontar los retos del siglo XXI

Giuseppe Rensi, Contra el trabajo
En el marco de la tradición libertaria de la primera mitad del siglo XX, el pensamiento de raíz escéptica de Giuseppe Rensi destacó singularmente (pese al ostracismo al que trataron de relegarlo los cancerberos de la filosofía italiana de la época, Benedetto Croce y Giovanni Gentile, hoy casi olvidados) gracias a su indudable originalidad y a la ferviente pasión crítica que alimenta gran parte de sus escritos, atestiguada tanto por su compromiso político juvenil como por su firme oposición posterior al régimen fascista. En Contra el trabajo, hasta la fecha inédito en España, el que fuera apodado «el poeta maldito de la filosofía» aborda las paradojas y contradicciones de una norma elevada por el sistema capitalista al rango de ley moral, anticipando con su elocuente invectiva la que sería más tarde una de las aspiraciones principales del movimiento situacionista: la abolición del trabajo alienante.
Para ello el autor recurre, con una mirada exenta de complacencia, a las aportaciones de Friedrich Schiller o Georg Simmel, así como al Manifiesto comunista de Marx y Engels, legándonos un texto a contracorriente que invita a desconfiar de la exaltación del trabajo y de lo que hoy da en llamarse «cultura corporativa» en la creencia de que todo pensamiento político debe considerar esta obligación productiva una maldición del individuo. En contraposición, Rensi reclama el juego, el arte, la pasión por la ciencia y por cualquier actividad que le ayude a sustraerse de las limitaciones asociadas a la tiranía del dinero. Sumándose a una larga y fecunda tradición de libros apologéticos en torno al ocio y la vida contemplativa, Contra el trabajo acaba revelándose, hoy más que nunca, como un texto indispensable para entender nuestro lugar en el mundo y remover algunos de los cimientos en apariencia más firmes de la civilización moderna.
Firmamento Editores, Cádiz 2021
144 págs. Rústica 22x14 cm
ISBN 9788412340761
Michel Bounan, La loca historia del mundo