El año 2007 se despidió como había comenzado, con la muerte de un trabajador. En este caso el de un obrero de la construcción que falleció en Finca España al precipitarse desde gran altura.
A pesar del triunfalismo de los comunicados del Gobierno de Canarias, organizaciones empresariales y algunos otros, la realidad se impone y no cabe menos que considerar que de nuevo este año ha sido nefasto para los trabajadores y trabajadoras. Más de 40 mil accidentes, 300 de ellos graves, y 16 muertos a falta de que se publiquen las estadísticas del mes de diciembre vienen a confirmar que todavía queda mucho camino por recorrer en la lucha contra los accidentes laborales. Camino que por otro lado la Federación de Empresarios de la Construcción y los sindicatos firmantes del Convenio Colectivo provincial del sector evitaron hollar en firme, remitiendo al Convenio Colectivo General para la reducción de la siniestralidad, el cual además es incumplido por la patronal aunque, como ya es habitual en el Presidente de FEPECO, el Sr. Plasencia, éste descargue sus culpas sobre los trabajadores.
CNT ha venido denunciando año tras año las peligrosas condiciones en que muchos hombres y mujeres trabajan, viendo como las comunicaciones a la Inspección de Trabajo se acumulan sin que el plazo de resolución sea reducido. Como parte del empresariado sigue ahorrando en seguridad para obtener mayores beneficios. Como el coste de la vida aumenta por encima de los salarios, lo cual hace que sea necesario el aumentar el número de horas trabajadas. Y como Leyes recientes como la que regula la subrogación son incumplidas una y otra vez.
Es por ello que la CNT tinerfeña se concentró de nuevo frente a la sede que la CEOE tiene en el número 147 de la Rambla para denunciar una situación que cada día lleva el desasosiego a alguno de los muchos hogares isleños en los que se sabe de la hora de salida del hombre o la mujer al trabajo, pero no de su retorno, o si este se producirá en las mismas condiciones en que se fue.
