Una huelga colapsa Nueva York

Presente y futuro de la Lucha Obrera, así como la validez, aciertos y contradicciones de las formas de organización de la Clase Trabajadora. Seguimiento de conflictos laborales, huelgas, etc.
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tek
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Una huelga colapsa Nueva York

Mensaje por tek » 21 Dic 2005, 05:28

El transporte colectivo de Nueva York, en huelga por primera vez en 25 años - Siete millones de personas sin transporte
La Vanguardia
Una huelga colapsa Nueva York
El sindicato del transporte amenaza con paralizar la ciudad hasta Navidad



Nueva York está sin metro ni autobús y los automovilistas, a instancias del Ayuntamiento, invitan a los peatones a subir para superar la huelga del sindicato del transporte, que exige la financiación de los planes de pensiones. El alcalde y el gobernador del estado se enfrentan a un líder sindical fuerte.



- Bajo su carismático líder caribeño, Roger Toussaint, los 46.000 trabajadores del sindicato del transporte de Nueva York (TWU) se declararon en huelga en la madrugada de ayer y paralizaron los servicios de metro y autobús que transportan a diario millones de trabajadores a la isla de Manhattan desde los barrios de Queens, Brooklyn y Staten Island. Toussaint calificó la huelga como una medida necesaria para "no traicionar a los no nacidos", en referencia al plan de la empresa de transporte metropolitano (MTA) de recortar los derechos de pensiones y jubilación para nuevas generaciones de trabajadores.

Pero era el presente lo que preocupaba a unos siete millones de ciudadanos, la mayoría de ellos de bajos ingresos, afectadas por una huelga que amenaza con prolongarse hasta Navidad. Para paliar el impacto de la huelga, el Ayuntamiento forzó a los automovilistas a llevar pasajeros y redujo la tarifa de los taxis. A fin de cumplir con las nuevas normas y cruzar los controles policiales, los automovilistas bajaban de sus coches y, en una extraña inversión de papeles, instaban a peatones a subir. Aunque las calles colindantes con las entradas a la isla fueron colapsadas, la mayoría de los negocios en Manhattan operaban con normalidad. Para los turistas navideños en la Gran Manzana, el cierre del metro desde el aeropuerto JFK no resultó desastroso, ya que el servicio de tren de Long Island desde el aeropuerto hasta la estación Penn, en Manhattan, funcionaba.

El Ayuntamiento de Nueva York calcula que el coste económico de una huelga que coincide con los días más lucrativos de las compras navideñas de una semana rondaría los 1.600 millones de dólares. Pese a ser ilegal - pues contraviene la llamada ley Taylor, que prohíbe paros de trabajadores de los servicios públicos- y no contar con el apoyo de la central de la TWU en Washington, el paro ha sido secundado por todos los trabajadores del sindicato, una muestra poco habitual de fuerza sindical en Estados Unidos sólo un mes después de la derrota de los famosos sindicatos del automóvil en su propia lucha por defender las pensiones. La MTA se ha negado a usar un superávit de 1.000 millones de dólares para financiar los programas de pensiones porque prevé que en el 2009 registrará un déficit. Los trabajadores del transporte en Nueva York con antigüedad superior a 19 años pueden jubilarse a los 55 años.

Tanto el alcalde, potenciado por una victoria contundente en las elecciones el mes pasado, como el gobernador del estado de Nueva

40 años en Port of Spain, Trinidad, es un contrincante intelectual formidable, la nueva encarnación del brillante líder obrero irlandés Michael Quill, que fundó el TWU en 1934. Desde entonces, un sindicato casi exclusivamente irlandés y blanco se ha ennegrecido y la mayoría de sus miembros ya son afroamericanos y caribeños. El hermanastro de Toussaint, Arnold Rampersad, catedrático de Literatura de la Universidad de Stanford y biógrafo del poeta negro Langston Hughes, dijo que "Roger podría haber sido académico también, pero optó por hacer algo útil". York, George Pataki, arremetieron contra el sindicato del trasporte. Pataki, candidato republicano en las presidenciales de 2008 y último responsable de la MTA, dijo que "los huelguistas serán castigados severamente", en referencia a las multas: dos días de sueldo por cada uno de huelga. Trabajadores de TWU entrevistados en la entrada de Brooklyn Bridge dijeron ayer que Pataki "quiere romper el sindicato para afianzar sus aspiraciones presidenciales".

Bloomberg, por su parte, trató de emular el gesto del ex alcalde Ed Koch, que rentabilizó políticamente la huelga de transporte de 1980 con el gesto de cruzar el puente de Brooklyn junto con miles de ciudadanos. Koch prolongó su alcaldía hasta 1989. Pero mientras Koch cruzó bajo el sol primaveral, Bloomberg, con cazadora de cuero y vaqueros en lugar de su traje habitual, cruzó en temperaturas próximas a cero y casi sin luz, y sólo habló con sus guardaespaldas.

En momentos en los que todos los trabajadores se preocupan por sus pensiones, puede resultarles más difícil a Bloomberg y Pataki demonizar al TWU que a Koch. Aunque algunos neoyorquinos entrevistados tacharon a los huelguistas de insolidarios - "qué más quisiera yo que un sueldo de 50.000 dólares y derecho a jubilarme a los 55", dijo un tendero indio en Manhattan-, la MTA tiene pocos amigos en Nueva York. Subió las tarifas a dos dólares el trayecto hace dos años pero no se han realizado grandes inversiones en la red.



El Mundo
El sindicato del transporte público de Nueva York pagará un millón de dólares por cada día de huelga

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NUEVA YORK.- El juez estatal neoyorquino Theodore Jones ha impuesto al sindicato de los trabajadores del transporte (TWU, en sus siglas en inglés) una multa de un millón de dólares por cada jornada de huelga en la red de transporte público en Nueva York. El primer parón en este sector en los últimos 25 años afecta a unos siete millones de usuarios.

Cuando el sindicato anunció la convocatoria de la huelga, este juez de la Corte Suprema de Nueva York dictó un auto en el que prohibía la paralización del transporte si no llegaban a un acuerdo sobre su convenio colectivo con la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA), de titularidad pública. El magistrado pedía que se garantizasen los servicios mínimos.

Además, una ley del Estado de Nueva York prohíbe hacer huelga a los empleados públicos, por lo que podrían ser castigados con distintas sanciones que van desde la retención de dos días de salario por cada jornada de ausencia hasta una pena de prisión.

De ahí que el juez, ante la constatación de que el sindicato ha violado su prohibición, le haya impuesto una multa de un millón de dólares por cada día que dure la protesta.

El sindicato y la administración han estado batallando por el aumento de sueldos, los beneficios del sistema de salud, y los saldos y la edad para las pensiones de retiro. El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, ha manifestado que la huelga es "ilegal y moralmente reprochable" y un "cobarde intento" de los trabajadores para ganar peso en la mesa de negociación.
Coches compartidos y bicicletas

Los neoyorquinos han hecho frente al parón y han llegado a sus puestos de trabajo a pie, en bicicleta y en vehículos compartidos con extraños. La Policía ha establecido puestos de control en las entradas de túneles y puentes, como parte de un plan para prohibir que los automóviles transporten a menos de cuatro personas desde las afueras al centro de Manhattan.

Durante la primera jornada de parón, el transcurrir de las horas dio paso a una huelga cada vez más secundada, que provocó el cierre total de los sistemas de autobuses y trenes subterráneos. La última huelga similar se registró en 1980 y duró once días.

Los conductores, desesperados por llenar sus vehículos, han invitado a extraños a subir a sus coches, mientras que los peatones intentaban llegar al Estadio Shea en Queen, donde las autoridades de la ciudad han organizado un centro provisional para organizar viajes en autos compartidos.

Otras personas han llegado en masa a la ciudad en autobuses proporcionados por sus empleadores o en los escasos trenes suburbanos que todavía se encontraban de servicio. Es el caso de numerosas empresas de Wall Street, que han puesto a disposición de sus trabajadores un servicio de autobuses para asegurarse que llegan a tiempo a la apertura de los mercados financieros, que han operado con normalidad.

La huelga en el sistema de transporte más grande de Estados Unidos se detuvo durante la temporada de compras y de turismo días antes de Navidad, por lo que la huelga podría costar más de 400 millones de dólares por día, según han advertido los funcionarios.


El Periodico
Nueva York sufre un paro indefinido de metro y bus
  • Colapsos de tráfico y largas caminatas marcan el primer día de la protesta
  • Un tribunal multa al sindicato convocante con 842.000 euros por cada día no trabajado


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IDOYA NOAIN
NUEVA YORK

La amenaza de una huelga en el transporte público de Nueva York, un sistema que utilizan a diario siete millones de personas, se hizo realidad ayer, cinco días antes de Navidad. A las tres de la madrugada, tras semanas de negociaciones fallidas, Roger Toussaint, presidente del sindicato Local 100, que agrupa a 30.000 trabajadores de metro y autobús, anunció el paro indefinido.

La protesta, la primera de esta envergadura en 25 años y cuyo coste diario para la ciudad se estima entre 340 y 560 millones de euros, abre una batalla legal. Mientras ésta se libra, millones de neoyorquinos llenaron las calles en bicicleta, patines, a pie o compartiendo taxis o coches bajo estrictas normas de ocupación. Muchos llegaron tarde al trabajo. Algunos que llegaron a la ciudad no sabían cómo regresarían. Todos demostraron su capacidad de adaptación.

PROTECCIÓN DE FUTUROS EMPLEOS

En la raíz de la protesta está el rechazo a las propuestas de la Autoridad Metropolitana del Transporte (MTA en sus siglas en inglés), que afectan, sobre todo, a futuros empleados. La MTA, alegando los costes de las pensiones, quería subir de los 55 a los 62 años la edad para acceder a la pensión completa y aunque luego accedió a mantenerla en los 55 años, los trabajadores rechazaron que los nuevos empleados contribuyan durante sus 10 primeros años un 6% de su salario. Los trabajadores se niegan a que se retire un 1% del salario a los nuevos contratados para su seguro médico. Tras los atentados de Madrid y Londres, piden también entrenamiento para desastres.

"Ésta es una batalla sobre si el trabajo duro será remunerado con una jubilación decente. Ésta es una batalla por la erosión y la posible eliminación de la cobertura médica para la clase trabajadora, una batalla por la dignidad y el respeto en el trabajo", dijo Toussaint. Tras sus palabras, empezaron a cerrar las estaciones de metro y dejaron de circular los autobuses, y se puso en marcha el plan de emergencia de la ciudad. Ningún coche puede cruzar los puentes de la isla de Manhattan ni circular por debajo de la calle 96 con menos de cuatro ocupantes entre las 5 de la madrugada y las 11 de la mañana y entre las 3 y las 8 de la tarde.

EN LOS TRIBUNALES

Las autoridades del transporte acudieron a los tribunales para tratar de impedir el paro. En Nueva York, los trabajadores públicos no pueden dejar su trabajo y una ley les multa con el salario de dos días por cada uno de paro. Al finalizar la jornada, un tribunal condenó al sindicato convocante a pagar una multa de un millón de dólares (unos 842.000 euros, unos 140 millones de las antiguas pesetas) por cada día que dure el paro.

El alcalde, Michael Bloomberg, no involucrado en las negociaciones, cruzó a pie con miles de personas el puente de Brooklyn. Más tarde, condenó con dureza la huelga que considera "egoísta e irresponsable".
Muchos ciudadanos, pese a los incovenientes, mostraron su solidaridad. "Los apoyo totalmente", decía Abdel, un taxista marroquí motivado por un día con más ganancias que de costumbre (y también con atascos de dos horas). "La MTA tiene beneficios de cientos de millones de dólares y se lo reparten los grandes. Los empleados merecen lo que piden".

En la sombra quedaban miles de trabajadores sin papeles como Juan Carlos, un mejicano que vive en Queens y trabaja en el turno de noche en un café en Manhattan. "El compañero que tenía que llegar a las siete de la mañana ha dicho que la policía está poniendo muchos problemas y no se va arriesgar a venir. Yo no sé cómo volveré a casa".

Ningures
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Res

Mensaje por Ningures » 23 Dic 2005, 11:08

Esto es impresionante!
Por lo que yo he leido, la asamblea de sindicatos, coordinadora o lo que sea, decidió llamar a la huelga esquivando las presiones que recibieron. Su "lider", que no hacen mas que vender en los medios como un quijote, se opuso a ir a la huelga.
Entre otras cosas, la huelga pedia no separar a los trabajadores en dos grupos de pensiones diferentes.
Inmediatamente la huelga fue considerada ilegal, y se impuso un multa de 1 millon de dolares.
Tras tres dias de huelga, exitosa, esta se ha desconvocado con dos votos en contra

¡SIN CONSEGUIR NADA!

No se ha conseguido ninguna de las reclamaciones, ni siquiera se ha retirado la multa, tan solo el compromiso de "volver a sentarse para negociar"
Esto es un torpedo en la linea de flotación. Sigue el modelo tatcheriano de romper a los sindicatos. A IGMetal ya le han dado bien. El sindicalismo de gestión está más que muerto.

ACCION DIRECTA
SOLDARIDAD
AUTOGESTION
NO QUEDA OTRA!
"Una certera dosis de su amor puede hacer que el mundo gire al revés que Dios. Una certera dosis de su amor, fiebre entre las piernas inyectada en el corazón. Es esto real, o no?". Surfin´Bichos.

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tek
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Re: Res

Mensaje por tek » 23 Dic 2005, 12:10

Ningures escribió:Esto es impresionante!
Por lo que yo he leido, la asamblea de sindicatos, coordinadora o lo que sea, decidió llamar a la huelga esquivando las presiones que recibieron. Su "lider", que no hacen mas que vender en los medios como un quijote, se opuso a ir a la huelga.
Entre otras cosas, la huelga pedia no separar a los trabajadores en dos grupos de pensiones diferentes.
Inmediatamente la huelga fue considerada ilegal, y se impuso un multa de 1 millon de dolares.
Tras tres dias de huelga, exitosa, esta se ha desconvocado con dos votos en contra

¡SIN CONSEGUIR NADA!

No se ha conseguido ninguna de las reclamaciones, ni siquiera se ha retirado la multa, tan solo el compromiso de "volver a sentarse para negociar"
Esto es un torpedo en la linea de flotación. Sigue el modelo tatcheriano de romper a los sindicatos. A IGMetal ya le han dado bien. El sindicalismo de gestión está más que muerto.

ACCION DIRECTA
SOLDARIDAD
AUTOGESTION
NO QUEDA OTRA!
No estoy muy seguro de lo que dices (salvo la no amnistía en las multas millonarias), aunque ratifican en otros medios lo que indicas en la vanguardia veo otra cosa que aquí la pongo y la subrayo, son compromisos que para la negociación no estarán encima de la mesa, es decir, previsiones que no plantearía la empresa para la negociación, una huelga ¿"preventiva"? :lol: me parece a mi que ha sido eso. De todos modos me gustó mucho la huelga, no solo por lo que han realizado, su valentía y demás, sino porque además la opinión pública no parece tan mala con los trabajadores, y si con el alcalde, gobernardor y empresa.

Subrayar una estadística que publica la vanguardia, dice que la mayoría de blancos no se solidarizaron con los trabajadores y sindicato!!

La Vanguardia

El paro del metro y el bus acaba en Nueva York al ceder la empresa del transporte


Los neoyorquinos acusan al gobernador Pataki de provocar la huelga, según un sondeo

A falta de confirmarse los términos del convenio, que garantizarían las pensiones de los trabajadores del transporte público de Nueva York, elsindicato TWU desconvocó ayer la huelga que ha paralizado la ciudad durante dos días y medio. Según un sondeo, los neoyorquinos consideran justas las reivindicaciones que llevaron al paro.

El sindicato ha defendido la jubilación a los 55 años sobre la base de que la esperanza de vida de los negros es seis años inferior


Tachados de "gamberros" por el alcalde Michael Bloomberg y de "ratas avariciosas" por el diario tabloide de mayor tirada, el New York Post, los líderes del sindicato del transporte neoyorquino, TWU, desconvocaron en la tarde de ayer la huelga que había paralizado la ciudad durante dos días y medio. En realidad, se si compara con las dos huelgas anteriores de 1966 y 1980 - ambas convocadas para reivindicar subidas de salarios- este paro será considerado un acto casi kamikaze de solidaridad con las futuras generaciones de trabajadores del metro y el autobús, los "no nacidos", según la frase del líder sindical Roger Toussaint.

Aunque no se ha pactado el convenio definitivo, fuentes del TWU dijeron a los medios que el regreso al trabajo ha sido factible por las garantías de que la empresa del transporte, MTA, retirará el plan de forzar a los nuevos contratados a pagar un 6% de sus sueldos al plan de pensiones en vez del2% correspondiente a los trabajadores actuales.

El comité ejecutivo del TWU aprobó el regreso al trabajo tras una noche de negociaciones. Se calculaba que toda la red estaría en operación a mediodía de hoy. Si se confirma que el recorte de pensiones se ha retirado de la mesa "será una victoria para el TWU" pese al elevado coste en multas y sanciones sufrido por el sindicato y los 33.000 trabajadores, dijo Josh Freeman, catedrático en historia laboral de la Universidad de Nueva York y autor de Working class New York.

Las derrotas en la defensa sindical de planes de pensiones sufridas este año en la industria del automóvil de Detroit hacían pensar que ocurriera lo mismo en el sector público "y si el TWU lo ha parado en Nueva York puede ser un mensaje para otros", añade Freeman. Sin embargo, siete miembros del consejo del TWU votaron en contra y lamentaron que no se hubiera pactado una amnistía respecto a las multas - unos tres millones de dólares-, así como la prohibición de contribuciones, que han hipotecado el futuro del sindicato: "No hemos conseguido nada, ni siquiera una amnistía, y teníamos la empresa en un collar de fuerza", dijo uno de ellos, George Perlstein.

Pese a la agresiva cobertura mediática, la opinión pública parece haber sido más favorable al TWU de lo que parecía. Según un sondeo, incluso después de casi tres días de huelga el 54% de neoyorquinos considera justas las reivindicaciones del sindicato. El 51% evaluó negativamente la actuación de Bloomberg y el 69% criticó al gobernador George Pataki, último responsable de la gestión del transporte neoyorquino, acusado de provocar la huelga para impulsar su probable candidatura en las presidenciales del 2008.

La huelga ha dividido nítidamente a la ciudad por etnia y clase. Mientras que el 75% de ciudadanos afroamericanos o latinos consideraban justificadas las reivindicaciones del sindicato, sólo al 38% de los blancos se solidarizaba con el TWU. Un 35% de blancos consideraba exclusivamente culpable al sindicato, frente al 12% de negros y el 17% de latinos. Los trabajadores del transporte en Nueva York, antes irlandeses, ahora son casi todos afroamericanos, latinos y asiáticos. Ante las críticas a los trabajadores por insistir en mantener la jubilación a los 55 años, se ha destacado que la esperanza de vida de los negros en Nueva York es seis años inferior a la de los blancos.

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Sédition
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Mensaje por Sédition » 23 Dic 2005, 14:17

Me parece fantastico lo fácil que es poner de los nervios a las autoridades.

Todo el apoyo a los funcionarios que trabajan en el transporte publico de NY!, han sido muy valientes, ellos y el sindicato(aver si alguien tiene más info de ese sindicato).

Y eso de que tienen prohibido hacer huelga y tal no lo sabia me quedao flipando, malditos cabrones, y encima poniendo multas kilometricas al sindicato, simplemente flipante. Triste que no puedas tener ni derecho a vaga y te tengas que adecuar a todo lo que digan los altos cargos.
"La democracia es el proceso que garantiza que no seamos gobernados mejor de lo que nos merecemos" Bernard Shaw

azahuria
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Un valoración de la huelga

Mensaje por azahuria » 18 Ene 2006, 13:11

Nueva York: un nuevo paso para recuperar la identidad, la confianza y la solidaridad de clase

Una táctica común en los ataques capitalistas contra las pensiones y las prestaciones sanitarias es la tentativa de crear sistemas de “multi-servicios”, en los que los nuevos trabajadores reciben muchas menos prestaciones y pensiones inferiores, al tiempo que se les exige aumentar sus contribuciones al sistema de pensiones bajo la amenaza de no recibir más que unas migajas llegado el momento de la jubilación. Al mismo tiempo a los obreros más antiguos se les asegura que a ellos no les afectarán tales recortes, aunque tampoco se les asegura nada en firme para el futuro. Tradicionalmente los sindicatos ayudan activamente ha que tales propuestas estatales sean aceptadas por los trabajadores, presentando todos esos recortes como supuestas “victorias” obreras. Está táctica divide a los obreros y los enfrenta ya que, oponiendo los intereses de los obreros más antiguos a los de los más jóvenes, la vieja contra la nueva generación – un veneno contra la unidad de la clase obrera – se permite que la patronal divida y pueda vencer.
Ha sido precisamente la tentativa de dividir a los trabajadores lo que podemos encontrar en el centro de la reciente lucha de los transportes de Nueva York. La Autoridad del Transporte Metropolitano (MTA, en inglés), controlada por el Gobernador del estado y en menor medida por la alcaldía, ha intentado retrasar la edad de jubilación de los nuevos empleados de los actuales 55 a los 62 años, exigiendo al mismo tiempo el aumento de un 6% del salario de los jóvenes empleados para los fondos de pensiones de la compañía. La edad de jubilación a los 55 años (tras 25 años de servicio) hace mucho tiempo que sigue igual como reconocimiento de las condiciones de trabajo extremadamente duras en las que desarrollan su trabajo los obreros en metros que tienen más de cien años de antigüedad, con el aire totalmente viciado de humos, infestado de ratas y con una falta evidente y atroz de medidas sanitarias básicas. La propuesta del Gobernador no afectaba en absoluto a los obreros más veteranos.
Pero los obreros de metro y autobús NO ESTABAN EN ABSOLUTO DISPUESTOS a dejarse dividir por esta maniobra. En nombre de una clase que ha sufrido repetidamente duros ataques contra las pensiones, los trabajadores de los transportes han trazado una línea roja y han rechazado aceptar el más mínimo cambio en sus jubilaciones. Se han declarado en huelga para proteger las pensiones de los obreros que aún no están trabajando en sus puestos, lo que ellos llaman los “aún no nacidos”, sus futuros colegas, aún desconocidos. En si misma esta lucha, se ha convertido en la concreción más clara en la reafirmación de la identidad de clase de la clase obrera y de la solidaridad a día de hoy. Este combate ha tenido un impacto muy profundo en los trabajadores que han participado y también en otros sectores de la clase obrera. Los obreros del metro se han declarado en huelga por solidaridad de clase con la futura generación, aquellos que no han sido aún contratados. Su consigna de ¡No toquéis nuestras pensiones!, ha resonado con fuerza entre muchos obreros de diferentes sectores industriales.

La significación de la lucha de metro y autobuses

La huelga de los 33.700 obreros del metro que paralizó la ciudad de Nueva York durante tres días la semana antes de Navidad de 2.005 ha sido la lucha más significativa en los últimos quince años en los Estados Unidos. Y ha sido importante por la convergencia de varias razones:

1. El contexto internacional en el que se han desarrollado.
2. El desarrollo de la conciencia de clase entre los huelguistas.
3. El impacto potencial de la huelga sobre otros sectores obreros.

La significación de esta huelga no debe ser exagerada: no puede ser comparada con las de los años 80 que pusieron en cuestión la autoridad del aparato sindical destinado ha hacer fracasar cualquier lucha obrera que se hubiera planteado la extensión de las luchas a otros sectores obreros. Sin embargo, considerando el contexto de las condiciones difíciles en las que la clase obrera lucha hoy en día, esta significación debe ser claramente comprendida.
A pesar de ser una lucha controlada por una dirección sindical local dominada por izquierdistas y sindicalistas de base, la huelga del metro refleja no sólo la combatividad creciente de la clase obrera y además, pasos adelante significativos e importantes en el desarrollo de un sentimiento reencontrado de identidad de clase, confianza y desarrollo de la solidaridad por encima de las cuestiones de las fronteras generacionales y de los lugares de trabajo. Los obreros de los transportes públicos han declarado la huelga sabiendo perfectamente que violaban la ley Taylor de Nueva York que prohíbe las huelgas en el sector público y penaliza a los huelguistas con dos días de salario por cada día de huelga, lo que realmente significa perder tres días de salario por cada uno de huelga (uno no trabajado más los dos de penalización). Las autoridades de la ciudad habían amenazado con presentar una demanda penal de 25.000 dólares por día contra cada obrero que se uniera a la huelga y amenazó con doblarla con el paso de los días: 25.000 dólares el primer día, 50.000 el segundo, 100.000 el tercero,…En ese contexto y ante tales amenazas la decisión de hacer huelga no ha sido tomada a la ligera por los obreros, muy al contrario, ha representado un acto muy valiente de resistencia militante.

El contexto internacional de la lucha

La huelga del metro de Nueva York se desarrolla en un contexto de una tendencia internacional existente en la clase obrera a desarrollar con el combate abierto la defensa de sus intereses de clase, tras un retroceso en la lucha de clases que ha durado quince años, y que comenzó tras el fin de los bloques imperialistas surgidos de la Segunda Guerra Mundial. En 1.989, el hundimiento del bloque estalinista, dirigido por la URSS, que fue seguido por el hundimiento de su rival del Oeste, dirigido por los USA, así como los acontecimientos caóticos que se agravaron a nivel mundial, abrió un período de profunda desorientación para la clase obrera internacional. El cambio provocado por esas nuevas condiciones históricas, la ofensiva ideológica de la burguesía y sus medias proclamando el fin del comunismo, el triunfo de la democracia y el fin de las clases, tuvieron un efecto nefasto en el proletariado. El proceso de clarificación que se había desarrollado desde los años 1.960 se rompió y los avances en la conciencia de clase conocieron un importante retroceso. Esto es particularmente cierto por lo que concierne al papel de los sindicatos, en el pasado organizaciones obreras, integradas en el Estado en la época del capitalismo decadente y actores del sabotajes de las luchas obreras desde la base del Estado e igualmente en cuanto al desarrollo de formas de lucha que permitan a los obreros controlarlas por si mismos. Tan profundo ha sido el retroceso en la lucha de clases y tan sistemático el ataque ideológico de la clase dominante, que el proletariado ha mostrado signos muy importantes de perdida de confianza en si mismo y una dificultad para reconocer su propia identidad de clase.
Sin embargo, la gravedad de la crisis económica y la creciente escalada de los ataques de la clase dominante sobre el nivel de la vida obrera implicaba que inevitablemente tal periodo de desorientación del proletariado no podía durar eternamente. En 2.002, hemos visto a comenzar un giro en la evolución de la lucha de clases internacional, que no se ha caracterizado por el desarrollo de espectaculares combates, sino por la acumulación de luchas que intentan de forma difícil y vacilante volver a encontrar su lugar en la escena histórica. La primera cuestión planteada por estas luchas que se desarrollan de forma incipiente a escala internacional no es la extensión de las luchas más allá de las fronteras geográficas o de sector, sino la de la reapropiación de lo más elemental de su conciencia de clase, es decir, la identidad de clase y la solidaridad.
Este proceso ha recorrido su camino también en los Estados Unidos, como lo demuestran las luchas de los empleados de las fábricas de salazones en California, las luchas de Boeing y Nortwest Airlines, la huelga de transportes en Filadelfia, y la lucha de profesores auxiliares en la Universidad de Nueva York. Lo que hace a la huelga de los transportes en Nueva York más significativa en este proceso no es que haya sido la lucha con el mayor impacto, en el sentido de que ha sido capaz de paralizar la ciudad más grande de los Estados Unidos durante tres días, sobre todo lo es por el nivel de progreso que ha aportado al desarrollo de la conciencia de clase.
Como hemos señalado, la principal cuestión planteada en la huelga ha sido la defensa de las pensiones de jubilación, que sufren un duro ataque a lo largo y ancho del mundo y, muy especialmente en los Estados Unidos. En este país, las ayudas gubernamentales de la Seguridad Social son mínimas y los obreros han de contar con sus empresas o con los fondos de pensiones ligados a su trabajo para intentar mantener su nivel de vida tras la jubilación. Estos dos tipos de pensiones están en peligro en el momento actual, el primero por los esfuerzos de la administración Bush para “reformar” la Seguridad Social y, el segundo por la situación de falta de fondos en las empresas y la presión de las mismas para reducir el pago de las pensiones. Tras el hundimiento de la Enron Corporation con la que se hundieron los empleos y las pensiones de miles de trabajadores, multitud de empresas norteamericanas han revisado a la baja sus contribuciones para con las pensiones. Ante la situación de bancarrota de los fondos de pensiones, recientemente empresas muy importantes del sector aeronáutico no han cumplido con sus compromisos con los mismos. La agencia gubernamental federal que asume la responsabilidad de los fondos de pensiones corporativos fallidos no puede garantizar más que el 50% de lo que los obreros afectados deberían cobrar por derecho. Tal es la cantidad de fondos que están en bancarrota, que esta agencia opera con un déficit anticipado de 24.000 millones de dólares.
La industria del automóvil, con las bancarrotas que amenazan a General Motors y Ford, está poniendo igualmente tales fondos en peligro.

El desarrollo de la conciencia de clase entre los huelguistas

La reafirmación de la capacidad de la clase obrera para sentirse y concebirse en tanto que clase ha podido verse a diferentes niveles en numerosos hechos en esta huela de transportes. Claramente, el problema central que ha planteado esta lucha – la protección de las pensiones de los futuros obreros – contiene este aspecto. Y además planteado de forma muy concreta. Por ejemplo, en un piquete de huelga en una base de autobuses en Brooklyn, docenas de obreros e reunieron en pequeños grupos para discutir sobre la marcha de la huelga. Uno de ellos planteó que no estaba de acuerdo en luchar por defender las pensiones de los futuros trabajadores, de gente que no conocía. Sus compañeros le constataron señalado, con mucho acierto, que muy posiblemente los futuros obreros que se verían obligados a aceptar recortes tan brutales en las pensiones “podrían ser nuestros hijos”. Otro obrero señalaba, en el mismo sentido, que es muy importante mantener la unidad de las diferentes generaciones de la fuerza de trabajo. Y argumentaba diciendo que es muy probable que futuros gobiernos intentarían disminuir las ayudas medicas o el pago de las pensiones y que entonces “..será importante para nosotros, cuando estemos jubilados que los jóvenes que estén trabajando recuerden que nosotros luchamos por ellos, y que ellos puedan luchar por nosotros y les impidan rebajar nuestras pensiones…”. Discusiones similares se han desarrollado por toda la ciudad, reflejando clara y concretamente la tendencia de los obreros a concebirse como clase, a buscar más allá de las barreras de generación que el capitalismo intenta utilizar para dividir a los obreros.
Otros obreros pasaban por delante de los obreros en huelga haciendo sonar el claxon de sus vehículos o gritando mensajes de apoyo. En Brooklyn un grupo de trabajadores de la enseñanza de una escuela elemental expresaron su solidaridad con la huelga debatiendo con sus alumnos en clase e invitando a los niños de 9 a 12 años ha hacer una visita a alguno de los piquetes. Los niños llevaron sus felicitaciones navideñas a los huelguistas con mensajes, como este: “Os apoyamos, por que vuestra lucha es por el respeto”. Los niños también entrevistaron a los obreros y les pidieron más explicaciones sobre los motivos de la huelga.
Al día siguiente de finalizar la huelga, uno de nuestros camaradas tomo un autobús y tuvo una conversación con el conductor que revela los avances realizados en esta lucha. Tras haber pagado su billete, le dijo al conductor, obrero latino de unos 35 años: “Habéis hecho lo que se tenia que hacer”.
El chofer respondió: “Pero no hemos ganado. Hemos vuelto al trabajo sin contrato”.
“Pero lo más importante es lo que habéis hecho. Habéis dicho que no aceptabais que se tocaran vuestras pensiones, los obreros tienen necesidad de estar unidos, pase lo que pase. Es, sin duda, un ejemplo importante para muchos otros trabajadores..”, dijo nuestro camarada.
A esto el chofer respondió: “Si, es cierto. Ha sido muy importante que lucháramos por la clase obrera”.

El impacto de la lucha en otros trabajadores

La huelga en los transportes ha sido un punto de referencia para los obreros de otros sectores. Además de las manifestaciones de apoyo y solidaridad mencionadas anteriormente hay muchos más ejemplos. Por ejemplo, un grupo de profesores auxiliares de la Universidad de Nueva York en huelga realizó una visita a los huelguistas; se presentaron para discutir de la huelga y de su estrategia con los otros obreros. En otros muchos lugares de la ciudad obreros de otros sectores debatieron de la importancia de la solidaridad, basándose en el ejemplo de esta lucha por la defensa de las pensiones. Entre los obreros municipales, de los que la mayor parte están desde hace tres o cuatro años sin contrato, la adhesión de los obreros a la consigna de los huelguistas “No ha contrato, no hay trabajo” muestra la importancia de esta lucha.
La simpatía hacia los huelguistas era tan fuerte entre los sondeos de los medios capitalistas que mostraban que Roger Toussaint, presidente del sindicato de transportes, tenía un índice de popularidad más elevada que el alcalde o el gobernador en el primer día de huelga. La existencia de un excedente financiero 1,02 millares de dólares para la Autoridad Metropolitana de Transportes hizo que la línea dura de la dirección apareciera como particularmente severa e injustificada ante los obreros. El segundo día de huelga, la burguesía intento apoyarse en una campaña que pretendía demonizar a los huelguistas. Los periódicos Post y Daily News, trataron a los huelguistas de “ratas” y “cobardes”. Incluso el muy liberal New York Times denunció la huelga como “irresponsable” e “ilegal”.
El tema de la “ilegalidad” de la huelga fue retomado sistemáticamente por el alcalde Michael Bloomberg y el Gobernador George Pataki. Pataki declaró que la huelga era criminal y que no habría ningún tipo de negociación hasta que los huelguistas no retornaran al trabajo. Bloomberg se hizo eco de esta posición, tratando a los huelguistas de “bandidos” y “criminales”. El alcalde multimillonario se convirtió de la noche a la mañana en el campeón de la causa de los pobres obreros incomodados por los huelguistas, supuestamente tomados como rehenes por los huelguistas de los transportes a los que se presento como unos privilegiados. En el mismo sentido el presidente del sindicato de transportes se presento como el mejor defensor de los obreros contra los insultos de las autoridades.
Los reportajes de televisión se centraron deliberadamente en mostrar las dificultades ocasionadas por la huelga al conjunto de la población obligada a compartir vehículo para ir o volver del trabajo o a caminar a lo largo de los puentes del Est River o Maniatan. Pero a pesar de esta intensa campaña, las autoridades de la ciudad sabían que la solidaridad con los huelguistas era intensa. Un juez local amenazo con penas de prisión a los dirigentes sindicales y de apercibir individualmente a los huelguistas por haber desafiado la orden de parar la huelga y retomar el trabajo, pero el alcalde Bloomberg recomendó y consiguió que la corte aumentara las amenazas individuales contra los huelguistas y no detuviera a los dirigentes sindicales ya que, se corría el riesgo de hacer de Toussaint “un mártir” y amenazaba con provocar huelgas de simpatía y solidaridad entre otros empleados del sector público.
La ilegalidad o no de la huelga ha desencadenado discusiones importantes en el seno de la clase obrera tanto en la ciudad como en el país. ¿Cómo puede ser ilegal que los obreros protesten retirándose de sus puestos de trabajo?, se preguntaban muchos obreros. Como dijo un obrero durante una discusión en una escuela de Manhattan “…es como si sólo pudiéramos hacer huelga cuando esta no tenga ningún efecto…”.

El papel de los sindicatos en el sabotaje de la lucha

Numerosos obreros se han sido conscientes amargamente de que la nueva dirección combativa de los sindicatos había cedido anteriormente por un contrato en el que conseguían un 0% el primer año, y un 3% el segundo y tercer año. Por tanto los sindicatos estaban sujetos a una presión importante motivada por la cólera y la combatividad obrera en la situación actual. Mientras que el sindicato local de los obreros de transporte conducido por los izquierdistas y los sindicalistas de base controlaban claramente la dinámica de la huelga, empleando una retórica combativa y adoptando un lenguaje de solidaridad para mantener el control de la huelga en sus manos, el papel del sindicato de transportes ha sido el de minar la lucha y minimizar el impacto de una lucha importante. Muy rápidamente los sindicatos dejaron caer la reivindicación de un aumento del 8% para tres años, y se han focalizado totalmente sobre el tema de las pensiones. El mitin sindical que votó la huelga no permitió ninguna discusión o debate y fue de hecho conducido como un desfile sindical, con una vedette a la cabeza, el reverendo Jesse Jackson.
La estrecha colaboración entre el sindicato de transportes y la dirección de la empresa fue puesta al descubierto por un reportaje al finalizar la huelga por el New York Times. Todos los insultos y subidas de tono entre los sindicatos y los oficiales gubernamentales era una completa farsa. Mientras que el alcalde y el Gobernador reclamaban insistentemente el fin de la huelga como precondición para emprender las negociaciones, se estaban desarrollando negociaciones secretas en el Hotel Helmsley, y el alcalde aceptó secretamente una proposición de Toussaint de obtener de la dirección la retirada del ataque contra las pensiones a cambio de obligar a aumentar las contribuciones de los obreros a la cobertura de enfermedad para compensar al Gobierno del coste que representaría el mantenimiento de las pensiones para los futuros empleados.
Este final de huelga orquestado por los sindicatos y e Gobierno no es en modo alguno una sorpresa, simplemente es una confirmación más de la naturaleza antiobrera de todo el aparato sindical. Y ello, en modo alguno, reduce el valor de los avances realizados en la conciencia de clase de este sector de la clase obrera. Y una de ellas, es la de volver a recordarnos las tareas importantes que están aún por delante para la clase obrera, deshacerse del control sindical y luchar por conseguir y mantener el control de las luchas en sus propias manos.

Artículo traducido de Internationalism, publicación de la CCI en los Estados Unidos.

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