Malatesta ¿anti-anarcosindicalista?

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Joreg
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Re: Malatesta ¿anti-anarcosindicalista?

Mensaje por Joreg » 23 Oct 2023, 08:52

Saranarca escribió:
22 Oct 2023, 23:23
En el texto completo, al principio, dice que el congreso dura desde el 28 de junio hasta el 1 de julio de 1918. ¿Se hizo otro en 1919?, supongo que será sólo un fallo porque busqué en internet y no vi otro llamado igual realizado en 1919. Y el nombre sería Congreso de Sants, no de Sans (UN DETALLE ESTÚPIDO, pero bueno..., por aclararlo) según vi buscando en internet.
Es un error. Fue en 1918. Al que escribió eso se le fue la pinza. En el 19 fue lo de la canadiense, si mal no recuerdo.
El Primer Congreso de la Confederación Regional del Trabajo de Cataluña ( CRTC ), también conocido como Congreso Obrero de Sants , fue una importante reunión del obrerismo catalán que tuvo lugar en el Ateneo Racionalista de la calle Vallespir de Sants ( Barcelona ) del 28 de junio al 1 de julio de 1918 .
Lo que se gana en velocidad, se pierde en potencia. Lo que se gana en potencia, se pierde en velocidad.

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Perh
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Re: Malatesta ¿anti-anarcosindicalista?

Mensaje por Perh » 23 Oct 2023, 17:28

Buenas, regresé del finde. Impresionante en lo que se ha desarrollado el hilo, me dejaron 5mentarios jaja :mute:
Saranarca escribió:
22 Oct 2023, 23:23
Aquí donde vivo en Argentina no hay FORA (que tampoco sé si son exactamente un anarcosindicato como tal, me quiero informar), pero hay grupos especifistas (una especie de evolución del plataformismo a la que dieron nombre los compañeros anarquistas de la FAU en Uruguay) que optan por entrar en los sindicatos para darles, con el ejemplo durante las luchas -tal cual defendía Malatesta- un sentido pro-anarquía (o lo más cercano posible). ¿Qué opináis? Perh, tú eres uruguayo, cómo lo ves ahí, y ¿conoces cómo es por aquí y si sería viable?
Lo que veo en Uruguay y he charlado con anarquistas de mi ciudad, es que no se puede contribuir a las causas sindicales sin quedar asimilado a sus códigos burocráticos. Es decir, Uruguay es un país super burocratizado, y junto a ello, los sindicatos tienen formas muy rígidas que impiden en esas formas contenidos que no queden limitados al mero papeleo o voluntad jerarquizada de dirigentes partidizados.
Pregunta a más anarquistas en Uruguay, y verás que, o adhieren a sindicatos sin poder hacer más que amoldarse o se alejaron de esos formatos (sindicales) para hacer cosas por otros medios y ambientes urbanos., por lo que los primeros podran cuanto mucho colocar estilos enunciativos anarquistas en los discursos sindicales, pero eso, el mero acto enunciativo y luego en la praxis vital solamente se sigue la tendencia vertical e impotente,
y los segundos no están en contra de los sindicatos pero, prefieren no perder el tiempo y poner sus energías en algo menos cerrado y conmemorativo/solemne/sedentario/reiterativo.

Dicho eso, si tuviera que formular una reflexión, volvería a mis primeros posts dentro del hilo, los cuales escribí justamente (no por los autores que menciono) porque así lo veo y siento en la práctica. Pareciera que no hay suficientes anarquistas en Uruguay, o, que están parados en una postura tan tan pragmática, que sólo pueden acatar voluntades jerárquicas cuando intentan participar de sindicatos. Creo que ha quedado inerte el discurso aquél de la Modernidad, que decía ''cambiaremos las cosas desde adentro" (incluyendo los sindicatos); la forma vertical predispone cómo serán las relaciones, como en cualquier institución, y por más horizontales que se digan los sindicatos, luego ya tienen sus propios brotes verticales dentro, es decir ''casicatos'' o ''clanecillos'' atornillados y prestablecidos que saben simular horizontalidad pero luego, ya está todo cocinado antes de siquiera ver los ingredientes disponibles.

Con eso no quiero decir que los sindicatos sean inútiles, para nada, sin ellos los empresarios no verían resistencia alguna y pisarían muchas cosas de los obreros o empleados; pero nuevamente, aun así, yo veo que no tienen ninguna potencia revolucionaria: NINGUNA. Los sindicatos han quedado asimilados al sistema como meros engranajes necesarios que impiden el desborde del capital, es decir, sostienen el capitalismo.,
podrán ver en actividades pasadas que, los sindicatos poseían dentro de sus actividades componentes y elementos criminales que los convertían en una verdadera fuga, en una posibilidad de cambio, - casi lo mismo que he dicho del feminismo en otro hilo - Organizaciones humanas capaces de abrir líneas de fuga dentro de lo esperable, abrir condiciones de posibilidad, apostar a lo inesperado en el peor de los casos y generar estrategias desde esos circuitos abiertos.
* ((Y a continuación seré descriptivo, por lo que no debe entenderse lo que diré en sentido moral, es decir, no estaré proponiendo nada ni haciendo apología alguna))

Pero esas energías revolucionarias han sido reconducidas por los poderes, han sido acomodadas a llamarle ''LUCHA'' a cosas donde no se pierde nada; no hay apuestas a lo grande; hay miedo a perderlo todo y por lo tanto ''mejor quedarse en el molde'' peleando las migajas.,
que dicho sea de paso, las migajas no dejan de ser migajas y por eso mi crítica no es decir ''los sindicatos son malos'' ni ''contra-revolucionarios'', para nada,
pero siendo realistas, son flujos que han sido cristalizados a formas identificables, y por ende fáciles de predecir, y entonces controlables, amoldables, acomodables a lo esperable.

El obrero de hoy no quiere arriesgarse, y los sindicatos de hoy no son los que se fueron en otras décadas; hoy se quieren desligar de todo componente criminal, están a tono con la ley y pocas veces se arriesgan con lo legal y cuando lo hacen tampoco es la gran cosa.
Nótese que estoy haciendo enunciaciones descriptivas, y no estoy diciendo ''los sindicatos deberían ser criminales'' para nada, no estoy haciendo una apología de nada., realmente es algo verificable en la historia.
Así como hubo feminista de la segunda ola o tal vez primera haciéndole un tajo carísimo en costos a una obra de arte única (o https://www.youtube.com/watch?v=0-zHzJHuXfE otros ejemplos), y hoy tenemos feministas de la tercera ola lanzando alguna sopa AL CRISTAL DE UN CUADRO (es decir, no haciendo ningún daño real a la pintura que se ataca) y por ende jodiendo a las mujeres que limpian y tendrán que limpiar ese CRISTAL y suelo embarrado en sopa o alguna comida que deje pegotes...
--también luego tenemos sindicatos cumpliendo fórmulas de lo que se debe hacer para ''resistir'' a la patronal, es decir, marchando por donde se debe marchar y de la manera que se debe marchar, y haciendo actos y cosas del orden de lo esperable para que nada inesperado suceda, todo debe ser predecible y amoldado a las comodidades del sistema (aunque luego me digan que un poquito al menos han molestado a los jefecitos // como cuando quieres dormir y hay una mosca o mosquito en la habitación, ey, molesta sí, pero no cambia la tendencia de esa cotidianidad humana) etc etc.
EDITO PARA PONER LINK:
No sé si se pueda siquiera pensar hoy en esos componentes criminales, por eso nunca lo sugiero y mucho menos en público, pero si vemos en la historia, es innegable que eso jamás faltaba en toda revolución o impulso que cambiara algo.,
estamos en sociedades de control, donde se han modulado las tendencias que son amigas de las pulsiones insurgentes (ej: agresividad. Tendencia a atacar o a actuar de modo agresivo); las personas en estas sociedades somos como conjunto más dóciles y sumisos., en general pacíficos como todo buen esclavo. Las modulaciones del poder son más refinadas y sutiles que nunca, y no para todos el enemigo es evidente de señalar, y por eso no tomarían decisiones definitivas al respecto como en otros casos históricos:
https://www.youtube.com/watch?v=5dy93pkU940&t=16s

*Generar otras formas de habitar los espacios y las relaciones es el punto central en los movimientos anarquistas que han hecho cosas interesantes en la historia. Hoy día las formas sindicales son más que conocidas, no son ''otras formas'', son formas que cualquiera puede encuadrar.
Última edición por Perh el 23 Oct 2023, 19:37, editado 3 veces en total.

Saranarca
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Re: Malatesta ¿anti-anarcosindicalista?

Mensaje por Saranarca » 23 Oct 2023, 19:34

Joreg escribió:
23 Oct 2023, 08:47
Saranarca escribió:
22 Oct 2023, 23:23
Una cosa QUE ME LLAMA MUCHO LA ATENCIÓN es que se habla de entrar en los sindicatos para orientarlos desde el ejemplo, ¿era eso una especie de entrismo pero sin dirigismo? ¿Eso se podría hacer hoy?
Ni idea. Si te lees las biografías de aquella gente del 1900, Joan Pey, Francisco Miranda y similares, no tienen nada que ver con lo que sucede hoy día.
Perh escribió:
23 Oct 2023, 17:28
Lo que veo en Uruguay y he charlado con anarquistas de mi ciudad, es que no se puede contribuir a las causas sindicales sin quedar asimilado a sus códigos burocráticos. Es decir, Uruguay es un país super burocratizado, y junto a ello, los sindicatos tienen formas muy rígidas que impiden en esas formas contenidos que no queden limitados al mero papeleo o voluntad jerarquizada de dirigentes partidizados.
No sé, así muy improvisadamente se me ocurre crear una sección sindical dentro del sindicato X, y cuando tengas trabajadores de tu lado, se te acepte como delegado sindical, estés cubierta legalmente para que no te despidan y se acepte tu actividad sindical..., salir de ese sindicato y funcionar como asamblea de trabajadores o montar un sindicato propio. Hablo por hablar, de manera improvisada como dije, porque no sé si funciona la cosa exactamente así. Eso hablando de España, que aquí en Argentina es muy probable que funcione diferente; pero sería bueno saber cómo se podría hacer en España para tener una referencia y luego ver qué se puede aplicar o no aquí.

Y en Uruguay, Perh, que me imagino que debe ser más parecido a Argentina, ¿cómo sería la cosa con respecto a lo que acabo de comentar?, ¿sabrías?
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Perh
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Re: Malatesta ¿anti-anarcosindicalista?

Mensaje por Perh » 23 Oct 2023, 19:43

Me disculpo, edité arriba para poner un link opcional de referencia, y colocar una conclusión.
Saranarca escribió:
23 Oct 2023, 19:34
No sé, así muy improvisadamente se me ocurre crear una sección sindical dentro del sindicato X, y cuando tengas trabajadores de tu lado, se te acepte como delegado sindical, estés cubierta legalmente para que no te despidan y se acepte tu actividad sindical..., salir de ese sindicato y funcionar como asamblea de trabajadores o montar un sindicato propio. Hablo por hablar, de manera improvisada como dije, porque no sé si funciona la cosa exactamente así. Eso hablando de España, que aquí en Argentina es muy probable que funcione diferente; pero sería bueno saber cómo se podría hacer en España para tener una referencia y luego ver qué se puede aplicar o no aquí.

Y en Uruguay, Perh, que me imagino que debe ser más parecido a Argentina, ¿cómo sería la cosa con respecto a lo que acabo de comentar?, ¿sabrías?
No sabría mucho, pero siguiéndome de lo que acabo de decir, - diría otra vez que la forma hace al contenido. Entrar en una jerarquía significa que al participar las relaciones ya están configuradas de antemano.
En este caso particular estoy infiriéndolo, pero lo más adecuado para satisfacer tu respuesta sería alguien que esté metido de lleno;
yo al que conocí metido de lleno anarquista, me confirmó mis observaciones con su experiencia más profunda, - pero claro, es la experiencia de uno solo con quien profundicé sobre ello :( Quizá no es suficiente la muestra.

Fuera de ello, de primeras, me suena que tu idea sería como estar haciendo campaña todo el tiempo, al estilo político que ''elijanme a mi'' ¿o entendí mal? ¿Por qué la gente iría a favorecer al más incómodo de favorecer? ... no sé, a primera vista me sonó así, pero quiza lo vas desarrollando y me salgo de esta ojeada.

Saranarca
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Re: Malatesta ¿anti-anarcosindicalista?

Mensaje por Saranarca » 23 Oct 2023, 22:50

Perh escribió:
23 Oct 2023, 19:43
Me disculpo, edité arriba para poner un link opcional de referencia, y colocar una conclusión.
Saranarca escribió:
23 Oct 2023, 19:34
No sé, así muy improvisadamente se me ocurre crear una sección sindical dentro del sindicato X, y cuando tengas trabajadores de tu lado, se te acepte como delegado sindical, estés cubierta legalmente para que no te despidan y se acepte tu actividad sindical..., salir de ese sindicato y funcionar como asamblea de trabajadores o montar un sindicato propio. Hablo por hablar, de manera improvisada como dije, porque no sé si funciona la cosa exactamente así. Eso hablando de España, que aquí en Argentina es muy probable que funcione diferente; pero sería bueno saber cómo se podría hacer en España para tener una referencia y luego ver qué se puede aplicar o no aquí.

Y en Uruguay, Perh, que me imagino que debe ser más parecido a Argentina, ¿cómo sería la cosa con respecto a lo que acabo de comentar?, ¿sabrías?
No sabría mucho, pero siguiéndome de lo que acabo de decir, - diría otra vez que la forma hace al contenido. Entrar en una jerarquía significa que al participar las relaciones ya están configuradas de antemano.
En este caso particular estoy infiriéndolo, pero lo más adecuado para satisfacer tu respuesta sería alguien que esté metido de lleno;
yo al que conocí metido de lleno anarquista, me confirmó mis observaciones con su experiencia más profunda, - pero claro, es la experiencia de uno solo con quien profundicé sobre ello :( Quizá no es suficiente la muestra.

Fuera de ello, de primeras, me suena que tu idea sería como estar haciendo campaña todo el tiempo, al estilo político que ''elijanme a mi'' ¿o entendí mal? ¿Por qué la gente iría a favorecer al más incómodo de favorecer? ... no sé, a primera vista me sonó así, pero quiza lo vas desarrollando y me salgo de esta ojeada.
La idea sería utilizar a un sindicato ya existente para protegerme del despido(*) y así hacer sindicalismo con cierta tranquilidad para atraer trabajadores. Y entonces, ya con esa protección y, con el tiempo, cierta trayectoria sindical reconocida por la empresa, salirnos todos los trabajadores del sindicato para no hacerle el juego, pudiendo ya hacer sindicalismo de forma independiente. Tal vez es muy iluso lo que propongo, no sé, por eso pido consejo.

Que en Argentina será diferente a España y Uruguay, aunque a lo mejor no demasiado, vete a saber, pero en todo caso sería bueno tener una referencia para luego ver qué se puede aplicar aquí (cuando me informe de las particularidades de Argentina).

(*)En España creo que si eres delegado sindical reconocido no te pueden despedir, e incluso tienes un año de protección después de abandonar el puesto; puede que me esté columpiando pero me suena que es de esa forma como funciona.
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Perh
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Re: Malatesta ¿anti-anarcosindicalista?

Mensaje por Perh » 24 Oct 2023, 00:24

Saranarca escribió:
23 Oct 2023, 22:50
Que en Argentina será diferente a España y Uruguay, aunque a lo mejor no demasiado, vete a saber, pero en todo caso sería bueno tener una referencia para luego ver qué se puede aplicar aquí (cuando me informe de las particularidades de Argentina).
Ese tipo de ideas no quiero desanimarlas con un mero posteo, así que ya te aclaro que es a mi parecer y dicho por la corta:
me parece ingenuo.
Aún así no conozco todas las condiciones que a lo mejor tú ves en ese plan, en tu contexto puntual. En mi opinión, es creer que uno tiene el poder crecer dentro de una jerarquía sin ser comido por ella; imagina, años para ganarte la fama, y después de crecer ¿vas a retirarte? No es creíble, o sea, antes te come el formato sindical.

Pero de nuevo, es una opinión basada en todo lo que he escrito en el hilo, no conozco los detalles que tú ves a tu alrededor y tampoco estás diciendo algo desligado de lo pensable; pero habría que ver cuáles son las prácticas y tácticas que alguien usaría para persuadir a las personas a renunciar a las comodidades del sindicato vertical. O sea, creer que puedes ganarte la confianza/fama de personas del sindicato y que mantengan tu plan por años mientras se van acomodando dentro de la jerarquía, y que en el proceso no se hastíen de esa narrativa....
Difícil.,
a la gente no se le puede vender algo que no tiene un beneficio inmediato, te pongo un ejemplo exagerado para que veas los límites de eso que dije:
* Una iglesia evangélica ofrece actividades sociales todas las semanas, canciones y eventos, y entre las personas de la congregación se casan y generan conexiones para hacerse favores; y no son templos improvisados salidos de la nada, también están validados por el sentido social de la mayoría de los países como una subjetividad más que conformada.
> En ese ejemplo, sí se puede sostener gente por muchos años; dentro de un sindicato la subjetivación es muy limitada, es algo muy puntual donde no será nada fácil montarte una seccion paralela sin que sea leída como ''una cualquier cosa'' que desde el inicio subestimarán., habría que ver la mística y prácticas de esa sección paralela.

Eso es lo que yo pienso. Por lo que no es irreal tu planteo, para mí es bastante pensable ¿Pero cómo se efectúa el paso a paso de ello? yo no sabría decirte nada útil.

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_nobody_
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Re: Malatesta ¿anti-anarcosindicalista?

Mensaje por _nobody_ » 24 Oct 2023, 13:25

Volviendo al principio, a la pregunta de que porqué Malatesta no era anti - anarcosindicalista, pero sí que proponía un sindicalismo revolucionario...
Aunque pasara por distintas fases en su vida, se quedó con el rollo que hubo en Italia durante el Bienio Rojo (1919-1920). En esta época el sindicalismo revolucionario lo encarnaba la USI (que no se declaraba anarcosindicalista porque por entonces casi no se conocía eso). Malatesta era partidario del dualismo organizativo, que configura una organización social, por ejemplo un sindicato, y una organización política, que sería una federación de grupos anarquistas u otra cosa más cohesionada. En el caso italiano esta organización sería la Unione Anarchica Italiana, a la que pertenecía.

En España el anarcosindicalismo pronto tuvo la idea (1919-1924) de que ya era en sí mismo una organización política, por tanto no debería haber otra entidad al margen. Aunque esto se fue modiicando con el tiempo dado que los partidos y organizaciones de militantes sí que existe y es absurdo negarlos, y que su objetivo es tomar la dirección de las organizaciones sociales, como la CNT. En el caso español el PCE, el POUM, los federales, los treintistas y la FAI se iban disputando la dirección de los sindicatos a nivel local o incluso a nivel estatal
...vive como piensas o acabarás pensando lo que vives...

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Re: Malatesta ¿anti-anarcosindicalista?

Mensaje por Saranarca » 24 Oct 2023, 19:37

_nobody_ escribió:
24 Oct 2023, 13:25
Volviendo al principio, a la pregunta de que porqué Malatesta no era anti - anarcosindicalista, pero sí que proponía un sindicalismo revolucionario...
Aunque pasara por distintas fases en su vida, se quedó con el rollo que hubo en Italia durante el Bienio Rojo (1919-1920). En esta época el sindicalismo revolucionario lo encarnaba la USI (que no se declaraba anarcosindicalista porque por entonces casi no se conocía eso). Malatesta era partidario del dualismo organizativo, que configura una organización social, por ejemplo un sindicato, y una organización política, que sería una federación de grupos anarquistas u otra cosa más cohesionada. En el caso italiano esta organización sería la Unione Anarchica Italiana, a la que pertenecía.


Pero eso (con respecto al sindicalismo) es básicamente anarcosindicalismo, solo que en dos pasos en vez de en uno: tienes un sindicato que no se declara de ideas anarquistas (aunque funcione de manera horizontal y, quiera la revolución de manera consecuente con dicha organización horizontal) y luego hay una organización que fomenta dichas ideas anarquistas en el sindicato; para eso lo haces de una vez declarándote sindicato anarquista y ya está, queda más claro desde el principio. Aunque pal caso... mucha diferencia no hay, tampoco veo una gran polémica ahí.

Fijaos..., lo del dualismo organizativo (expresado así tal cual) es lo que dicen promover los plataformistas/especifistas que funcionan aquí en Latinoamérica, quienes tienen a Malatesta y a Bakunin (por lo de la Alianza Internacional de la Democracia Socialista) como referencias FUNDAMENTALES. Yo había escuchado por ahí y por allá (en España) que eran una especie de ''anarcobolcheviques'' que funcionaban de manera autoritaria haciendo entrismo para dirigir las organizaciones, pero parece que todo se debe a malentendidos y una mala traducción de ''La Plataforma'' escrita por el grupo Dielo trudá (Néstor Majnó y compañía), la ''mala'' traducción sería realizada por Volin



_nobody_ escribió:
24 Oct 2023, 13:25
En España el anarcosindicalismo pronto tuvo la idea (1919-1924) de que ya era en sí mismo una organización política, por tanto no debería haber otra entidad al margen. Aunque esto se fue modiicando con el tiempo dado que los partidos y organizaciones de militantes sí que existe y es absurdo negarlos, y que su objetivo es tomar la dirección de las organizaciones sociales, como la CNT. En el caso español el PCE, el POUM, los federales, los treintistas y la FAI se iban disputando la dirección de los sindicatos a nivel local o incluso a nivel estatal
¿La dirección? Sería la influencia ¿no? O la dirección si quieres, pero entendida como el camino que tomaba en sus decisiones con respecto a las diferentes problemáticas del momento ¿no?
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Saranarca
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Re: Malatesta ¿anti-anarcosindicalista?

Mensaje por Saranarca » 30 Oct 2023, 00:02

Bueno, solo para apuntalar lo dicho aquí sobre el tema del anarquismo y el sindicalismo, pongo este texto sacado del An Anarquist FAQ, que está traducido del inglés lo mejor que se puede con traductores online gratuitos (se entiende bastante bien); lo que yo puedo sacar de este texto (y de todo lo aportado en este hilo) es que Malatesta, junto con otros anarquistas, cuando critican al anarcosindicalismo no es porque sean anti-anarcosindicalistas, sino porque no lo ven suficiente y quieren que exista dentro y fuera de él una organización anarquista que oriente a los trabajadores, al estilo de la Alianza de Bakunin:
J.3.9 ¿Por qué muchos anarquistas no son anarcosindicalistas?
Antes de discutir por qué muchos anarquistas no son anarcosindicalistas, primero debemos aclarar algunos puntos. Seamos claros: los anarquistas no sindicalistas suelen apoyar las ideas de organización y lucha en el lugar de trabajo, de acción directa, de solidaridad, etc. Por tanto, la mayoría de los anarquistas no sindicalistas no están en desacuerdo con los anarcosindicalistas en estos temas. De hecho, muchos incluso apoyan la creación de sindicatos sindicalistas. Así, muchos anarcocomunistas como Alexander Berkman, Errico Malatesta y Emma Goldman apoyaron organizaciones anarcosindicalistas e incluso, como Malatesta, ayudaron a formar tales federaciones sindicales revolucionarias (es decir, la FORA en Argentina) e instaron a los anarquistas a asumir un papel de liderazgo en la organización de sindicatos. . Entonces, cuando utilizamos el término "anarquista no sindicalista" no estamos sugiriendo que estos anarquistas rechacen todos los aspectos del anarcosindicalismo. Más bien, critican ciertos aspectos de las ideas anarcosindicalistas y apoyan el resto.

En el pasado, unos pocos anarquistas comunistas se opusieron a la lucha por mejoras dentro del capitalismo por considerarlos "reformistas". Sin embargo, estos eran pocos y espaciados y con el surgimiento del anarcosindicalismo en la década de 1890, la gran mayoría de los anarquistas comunistas reconocieron que sólo fomentando la lucha por las reformas la gente las tomaría en serio, ya que esto mostraba los beneficios de las tácticas anarquistas y organización en la práctica para garantizar que las ideas anarquistas crezcan en influencia. Así, el sindicalismo fue una respuesta saludable al surgimiento del "revolucionarismo abstracto" que infectó al movimiento anarquista durante la década de 1880, particularmente en Francia e Italia. Así, los anarquistas comunistas están de acuerdo con los sindicalistas en la importancia de luchar y lograr reformas y mejoras dentro del capitalismo mediante la acción directa y la solidaridad.

De manera similar, anarquistas como Malatesta también reconocieron la importancia de las organizaciones de masas como los sindicatos. Como argumentó, "fomentar organizaciones populares de todo tipo es la consecuencia lógica de nuestras ideas básicas... Un partido autoritario, que aspira a capturar el poder para imponer sus ideas, tiene interés en que el pueblo siga siendo una masa amorfa, incapaz de actúan por sí mismos y por lo tanto son fácilmente dominados... Pero nosotros, los anarquistas, no queremos emancipar al pueblo; queremos que el pueblo se emancipe a sí mismo... queremos que la nueva forma de vida surja del cuerpo del pueblo y corresponda a la estado de su desarrollo y avanzar a medida que avanzan." [Errico Malatesta: Su vida e ideas, p. 90] Esto sólo puede ocurrir cuando hay organizaciones populares, como los sindicatos, dentro de las cuales la gente puede expresarse, llegar a acuerdos comunes y actuar. Además, estas organizaciones deben ser autónomas, autogobernadas, de naturaleza libertaria e independientes de todos los partidos y organizaciones (incluidos los anarquistas). La similitud con las ideas anarcosindicalistas es sorprendente.

Entonces, ¿por qué, si este es el caso, muchos anarquistas no son anarcosindicalistas? Existen dos motivos principales para esto. En primer lugar, está la cuestión de si los sindicatos son, por su naturaleza, organizaciones revolucionarias. En segundo lugar, si los sindicatos sindicalistas son suficientes por sí solos para crear anarquía. Discutiremos cada uno de ellos por turno.

Como puede verse en cualquier país, la gran mayoría de los sindicatos son de naturaleza profundamente reformista y burocrática. Están centralizados y el poder está en manos de los funcionarios. Esto sugiere que los sindicatos en sí mismos no son revolucionarios. Como argumentó Malatesta, esto es de esperarse de "todos los movimientos fundados en intereses materiales e inmediatos (y un movimiento obrero de masas no puede fundarse en otra cosa), si el fermento, el impulso y los esfuerzos incansables de hombres [y mujeres] faltan ideas que luchan y se sacrifican por un futuro ideal, tienden a adaptarse a las circunstancias, fomentan el espíritu conservador y el miedo al cambio en quienes logran mejorar sus condiciones, y muchas veces terminan creando nuevas clases privilegiadas y sirviendo a apoyar y consolidar el sistema que uno querría destruir". [Op. Cit., págs. 113-4]

Si analizamos el papel del sindicato dentro de la sociedad capitalista, vemos que para que funcione, debe ofrecer una razón para que el patrón lo reconozca y negocie con él. Esto significa que el sindicato debe poder ofrecer al patrón algo a cambio de cualquier reforma que consiga, concretamente disciplina laboral. A cambio de una mejora en los salarios o las condiciones, el sindicato debe poder lograr que los trabajadores acepten someterse a los contratos que el sindicato firma con su jefe. En otras palabras, deben poder controlar a sus miembros –evitar que luchen contra el jefe– si quieren tener algo con qué negociar. Esto da como resultado que el sindicato se convierta en una tercera fuerza en la industria, con intereses distintos a los de los trabajadores que dice representar. El papel del sindicalismo como vendedor de fuerza de trabajo significa que a menudo tiene que hacer concesiones, concesiones que tiene que lograr que sus miembros acepten. Esto requiere una tendencia a tomar el poder de las bases de los sindicatos y centralizarlo en manos de funcionarios en la cima de la organización. Esto asegura que "la organización de trabajadores se convierta en lo que necesariamente debe ser en una sociedad capitalista: un medio no para negarse a reconocer y derrocar a los patrones, sino simplemente para rodear y limitar el poder de los patrones". [Errico Malatesta, La revolución anarquista, p. 29]

Los anarcosindicalistas son conscientes de este problema. Por eso sus sindicatos están descentralizados, autogestionados y organizados de abajo hacia arriba de manera federal. Como argumentó Durruti:

"No hay anarquistas en los comités sindicales a menos que sean a nivel de base. En estos comités, en caso de conflicto con el patrón, el militante se ve obligado a comprometerse para llegar a un acuerdo. Los contratos y las actividades que se derivan de estar en esta posición, empujan el militante hacia la burocracia. Conscientes de este riesgo, no queremos correrlo. Nuestro papel es analizar desde abajo los diferentes peligros que pueden acechar a una organización sindical como la nuestra. Ningún militante debería prolongar su trabajo en los comités, más allá del tiempo. "Se le ha asignado. No hay personas permanentes e indispensables." [citado por Abel Paz, Durruti: El Pueblo Armado, p. 183]

Sin embargo, la estructura rara vez es suficiente por sí sola para socavar las tendencias burocráticas creadas por el papel de los sindicatos en la economía capitalista. Si bien estas estructuras libertarias pueden frenar la tendencia hacia la burocracia, los anarquistas no sindicalistas argumentan que no pueden detenerla. Señalan el ejemplo de la CGT francesa, que se había vuelto reformista en 1914 (la mayoría de los demás sindicatos sindicalistas fueron aplastados por el fascismo o el comunismo antes de que tuvieran la oportunidad de desarrollarse plenamente). Incluso la CNT española (con mucho, el sindicato anarcosindicalista más exitoso) sufrió el problema del reformismo, lo que provocó que los anarquistas del sindicato organizaran la FAI en 1927 para combatirlo (lo que hizo, con mucho éxito). Según José Peirats, la "participación del grupo anarquista en el movimiento de masas CNT contribuyó a asegurar el carácter revolucionario de la CNT". Esto indica la validez de los argumentos de Malatesta sobre la necesidad de que los anarquistas permanezcan separados de los sindicatos organizativamente mientras trabajan dentro de ellos, tal como el comentario de Peirat de que "vinculada por la participación en comités sindicales, la FAI se volvió incapaz de una visión más amplia". ¡Esto indica la validez de las advertencias de Malatesta contra los anarquistas que asumen puestos de responsabilidad en los sindicatos! [Anarquistas en la Revolución Española, p. 241 y págs. 239-40]

Es más, incluso la estructura de los sindicatos sindicalistas puede causar problemas: "Al modelarse estructuralmente según la economía burguesa, los sindicatos sindicalistas tendieron a convertirse en las contrapartes organizativas del aparato centralizado al que profesaban oponerse. Al alegar la necesidad de abordar eficazmente los problemas Con la burguesía y la maquinaria estatal estrechamente unidas, los líderes reformistas de los sindicatos sindicalistas a menudo tuvieron pocas dificultades para trasladar el control organizacional de abajo hacia arriba". [Murray Bookchin, Los anarquistas españoles, pág. 123]

Además, a medida que los sindicatos sindicalistas crecen en tamaño e influencia, su radicalismo inicial suele diluirse. En efecto, "dado que los sindicatos deben permanecer abiertos a todos aquellos que desean obtener de sus amos mejores condiciones de vida, cualesquiera que sean sus opiniones..., se ven naturalmente llevados a moderar sus aspiraciones, en primer lugar para no verse afectados". ahuyentan a quienes quieren tener con ellos, y porque, a medida que aumenta su número, aquellos con ideas que han iniciado el movimiento quedan enterrados en una mayoría que sólo se ocupa de los pequeños intereses del momento." [Errico Malatesta, Anarquismo y sindicalismo, p. 150] Lo cual, irónicamente dado que una mayor autogestión se considera una forma de reducir las tendencias hacia la burocracia, significa que los sindicatos sindicalistas tienen una tendencia hacia el reformismo simplemente porque la mayoría de sus miembros no serán revolucionarios si el sindicato crece en tamaño en tiempos no revolucionarios (como se puede ver en el desarrollo del sindicato sindicalista sueco SAC).

Entonces, si la estrategia militante del sindicato logra lograr reformas, cada vez más trabajadores se unirán a él. Esta afluencia de no libertarios debe, en una organización autogestionada, ejercer una influencia desradicalizadora en la política y las actividades sindicales en tiempos no revolucionarios. Los sindicalistas argumentarían que el proceso de lucha por reformas combinado con los efectos educativos de la participación y la autogestión reducirán esta influencia y, por supuesto, tienen razón. Sin embargo, los anarquistas no sindicalistas responderían a esto argumentando que las influencias libertarias generadas por la lucha y la participación se verían fortalecidas por el trabajo de los grupos anarquistas y, sin este trabajo, las influencias desradicalizadoras superarían a las libertarias. Además, el éxito de un sindicato sindicalista debe estar determinado en parte por el nivel general de la lucha de clases. En períodos de gran lucha, la membresía será más radical que en períodos de tranquilidad y son los períodos de tranquilidad los que causan las mayores dificultades a los sindicatos sindicalistas. Con una membresía moderada, los objetivos y tácticas revolucionarias del sindicato también se volverán moderados. Como lo expresó un escritor académico sobre el sindicalismo francés, el sindicalismo "siempre se basó en que los trabajadores actuaran en el ámbito económico para mejorar sus condiciones, construir conciencia de clase y prepararse para la revolución. La necesidad de sobrevivir y construir un movimiento de la clase trabajadora siempre había obligado a sindicalistas a adaptarse a las exigencias del momento." [Barbara Mitchell, "Sindicalismo francés: un experimento en anarquismo práctico", págs. 25-41, Sindicalismo revolucionario, Marcel van der Linden y Wayne Thorpe (eds.), pág. 25]

Como puede verse en la historia de muchos sindicatos sindicalistas (y, obviamente, también de los sindicatos tradicionales), este parece ser el caso: las tendencias libertarias son superadas por las desradicalizadoras. Esto también se puede ver en la cuestión de la negociación colectiva:

"El problema de la negociación colectiva presagiaba la dificultad de mantener los principios sindicalistas en las sociedades capitalistas desarrolladas. Muchas organizaciones dentro del movimiento sindicalista internacional inicialmente repudiaron los convenios colectivos con los empleadores con el argumento de que, al compartir colaborativamente la responsabilidad de la disciplina laboral, tales acuerdos expandirían la burocratización. dentro de los sindicatos, socavan el espíritu revolucionario y restringen la libertad de acción que los trabajadores siempre debían mantener contra el enemigo de clase. Sin embargo, desde una fecha temprana, a veces después de un período de sospecha y resistencia, muchos trabajadores abandonaron esta posición. En las primeras décadas del siglo quedó claro que para mantener o ganar una afiliación masiva, los sindicatos sindicalistas tenían que aceptar la negociación colectiva". [Marcel van der Linden y Wayne Thorpe, op. Cit., pág. 19]

Así, para la mayoría de los anarquistas, "los sindicatos son, por su propia naturaleza, reformistas y nunca revolucionarios. El espíritu revolucionario debe ser introducido, desarrollado y mantenido por las acciones constantes de los revolucionarios que trabajan tanto desde dentro como desde fuera de sus filas, pero no puede ser la definición normal y natural de la función de los sindicatos." [Malatesta, Errico Malatesta: su vida e ideas, p. 117]

Esto no significa que los anarquistas no deban trabajar dentro de organizaciones laborales. Tampoco significa rechazar los sindicatos anarcosindicalistas como una táctica anarquista. Lejos de ahi. Más bien se trata de reconocer a estas organizaciones por lo que son, organizaciones reformistas que no son un fin en sí mismas sino un medio (aunque importante) para preparar el camino para la consecución del anarquismo. Tampoco significa que los anarquistas no deban intentar hacer que las organizaciones laborales sean lo más anarquistas posible o que no tengan objetivos anarquistas. Trabajar dentro del movimiento sindical (a nivel de base, por supuesto) es esencial para ganar influencia para las ideas anarquistas, tal como lo es trabajar con trabajadores no organizados. Pero esto no significa que los sindicatos sean revolucionarios por su propia naturaleza, como implica el sindicalismo. Como muestra la historia, y como saben los propios sindicalistas, la gran mayoría de los sindicatos son reformistas. Los anarquistas no sindicalistas argumentan que hay una razón para ello y que los sindicatos sindicalistas no son inmunes a estas tendencias sólo porque se autodenominan revolucionarios. Debido a estas tendencias, los anarquistas no sindicalistas enfatizan la necesidad de organizarse como anarquistas ante todo para influir en la lucha de clases y alentar la creación de organizaciones comunitarias y laborales autónomas para luchar esa lucha. En lugar de fusionar el movimiento anarquista y de la clase trabajadora, los anarquistas no sindicalistas enfatizan la importancia de que los anarquistas se organicen como anarquistas para influir en el movimiento de la clase trabajadora.

Todo esto no significa que las organizaciones puramente anarquistas o los anarquistas individuales no puedan volverse reformistas. Por supuesto que pueden (basta con mirar a la FAI española que, junto con la CNT, cooperó con el Estado durante la Revolución Española). Sin embargo, a diferencia de los sindicatos sindicalistas, la organización anarquista no se ve empujada hacia el reformismo debido a su papel dentro de la sociedad. Ésa es una diferencia importante: los factores institucionales no están presentes para la federación anarquista como lo están para la federación sindical sindicalista.

La segunda razón por la que muchos anarquistas no son anarcosindicalistas es la cuestión de si los sindicatos sindicalistas son suficientes por sí mismos para crear anarquía. Pierre Monatte, un sindicalista francés, argumentó que "el sindicalismo, como proclamó el Congreso [de la CGT] de Amiens en 1906, es suficiente por sí mismo" ya que "la clase trabajadora, habiendo alcanzado por fin la mayoría, quiere ser autosuficiente y depender de sí mismo". a nadie más para su emancipación." [El lector anarquista, pág. 219]

Esta idea de autosuficiencia significa que el movimiento anarquista y sindicalista deben fusionarse en uno, y el sindicalismo debe asumir el papel de grupo anarquista y sindicato. Por tanto, una diferencia clave entre los anarcosindicalistas y otros anarquistas es la cuestión de la necesidad de una organización específicamente anarquista. Si bien la mayoría de los anarquistas simpatizan con el anarcosindicalismo, pocos suscriben totalmente las ideas anarcosindicalistas en su forma pura. Esto se debe a que, en su forma pura, el sindicalismo rechaza la idea de grupos anarquistas y, en cambio, considera al sindicato como el punto focal de la lucha social y el activismo anarquista. Sin embargo, un anarcosindicalista puede apoyar a una federación anarquista específica para que trabaje dentro y fuera del sindicato.

De modo que los anarquistas críticos del anarcosindicalismo también son activos en el movimiento obrero, trabajando con las bases mientras mantienen su propia identidad como anarquistas y se organizan como anarquistas. Así Malatesta: "En el pasado deploré que los camaradas se aislaran del movimiento obrero. Hoy deploro que muchos de nosotros, cayendo en el extremo contrario, nos dejemos absorber por el mismo movimiento". [Op. Cit., pág. 225] A los ojos de otros anarquistas, el anarcosindicalismo en su forma "pura" (sindicalista revolucionaria) comete el error de confundir el movimiento anarquista y sindical y así asegura que el movimiento resultante no pueda funcionar bien: "Cada fusión o confusión entre "El movimiento anarquista y el movimiento sindical terminan ya sea en incapacitar a este último para llevar a cabo su tarea específica o en debilitar, distorsionar o extinguir el espíritu anarquista". [Malatesta, Errico Malatesta: su vida e ideas, p. 123]

La mayoría de los anarquistas están de acuerdo con Malatesta cuando argumenta que "los anarquistas no deben querer que los sindicatos sean anarquistas, sino que deben actuar dentro de sus filas a favor de objetivos anarquistas, como individuos, como grupos y como federaciones de grupos... En la situación actual, y reconociendo que el desarrollo social de los compañeros de trabajo es el que es, los grupos anarquistas no deberían esperar que las organizaciones de trabajadores actúen como si fueran anarquistas, sino que deberían hacer todos los esfuerzos posibles para inducirlos a aproximarse a ellos como si fueran anarquistas. lo más posible al método anarquista." [Op. Cit., págs. 124-5] Dado que parece ser cierto que los sindicatos son reformistas por naturaleza, no se puede esperar que sean suficientes por sí mismos para crear una sociedad libre. De ahí la necesidad de que los anarquistas se organicen como anarquistas y junto con sus compañeros de trabajo como trabajadores para difundir ideas anarquistas sobre tácticas y objetivos. Esta actividad dentro de los sindicatos existentes no significa necesariamente intentar "reformar" el sindicato de una manera libertaria (aunque algunos anarquistas apoyarían este enfoque). Más bien significa trabajar con las bases de los sindicatos y tratar de crear organizaciones autónomas en el lugar de trabajo, independientes de la burocracia sindical y organizadas de manera libertaria.

Esto implica la creación de organizaciones anarquistas separadas del movimiento obrero pero que (en parte) trabajan dentro del mismo para fines anarquistas. No olvidemos que la organización sindicalista es el sindicato, organiza a todos los trabajadores independientemente de su política. Un "sindicato" que simplemente permitiera a los anarquistas unirse no sería un sindicato, sería un grupo anarquista organizado en el lugar de trabajo. Como saben los propios anarcosindicalistas, una unión anarcosindicalista no es lo mismo que una unión de anarcosindicalistas. ¿Cómo podemos esperar que una organización formada por no anarquistas sea totalmente anarquista? Debido a esto, siempre aparecieron tendencias dentro de los sindicatos sindicalistas que eran reformistas y debido a esto la mayoría de los anarquistas, incluidos muchos anarcosindicalistas, debemos señalar, argumentan que es necesario que los anarquistas trabajen dentro de las bases de los sindicatos para difundir sus ideas. ideales y objetivos anarquistas, y esto implica organizaciones anarquistas separadas del movimiento obrero, incluso si ese movimiento se basa en sindicatos sindicalistas.

Como argumentó Bakunin, la organización anarquista "es el complemento necesario de la Internacional [es decir, la federación sindical]. Pero la Internacional y la Alianza [la federación anarquista], aunque tienen los mismos objetivos finales, desempeñan funciones diferentes. La Internacional se esfuerza por unificar las masas trabajadoras... independientemente de su nacionalidad o creencias religiosas y políticas, en un cuerpo compacto: la Alianza, por otra parte, intenta darles a estas masas una dirección realmente revolucionaria". Esto no significa que la Alianza estuviera imponiendo una teoría extranjera a los miembros de los sindicatos, porque "los programas de uno y otro... difieren sólo en el grado de su desarrollo revolucionario... El programa de la Alianza representa la pleno desarrollo de la Internacional." [Bakunin sobre el anarquismo, pág. 157] Tampoco implicaba que los anarquistas pensaran que los sindicatos y otras formas de organizaciones populares deberían ser controlados por los anarquistas. ¡Lejos de ahi! Los anarquistas son los más firmes defensores de la autonomía de todas las organizaciones populares. Como indicamos en la sección J.3.6, los anarquistas deseamos influir en las organizaciones populares mediante la fuerza de nuestras ideas dentro de las bases y no imponiéndoles nuestras ideas.

Además de estos principales puntos de desacuerdo, también existen otros menores. Por ejemplo, a muchos anarquistas no les gusta el énfasis que los sindicalistas ponen en el lugar de trabajo y ven "en el sindicalismo un cambio de enfoque de la comuna al sindicato, de todos los oprimidos al proletariado industrial únicamente, de las calles a las fábricas y, al menos en énfasis, de la insurrección a la huelga general." [Bookchin, op. Cit., pág. 123] Sin embargo, la mayoría de los anarcosindicalistas son muy conscientes de que la vida existe fuera del lugar de trabajo y, por lo tanto, este desacuerdo es en gran medida de énfasis. De manera similar, muchos anarquistas no estaban de acuerdo con el argumento sindicalista inicial de que una huelga general era suficiente para crear una revolución. Argumentaban, con Malatesta a la cabeza, que si bien una huelga general sería "un medio excelente para iniciar la revolución social", sería un error pensar que haría innecesaria la "insurrección armada" ya que "los primeros en morir de hambre durante una La huelga general no serían los burgueses, quienes disponen de todos los almacenes, sino los trabajadores." Para que esto no ocurra, los trabajadores necesitarían "apoderarse de la producción" que está protegida por la policía y las fuerzas armadas y esto significaba "insurrección". [Malatesta, The Anarchist Reader, págs. 223-4] Una vez más, sin embargo, la mayoría de los sindicalistas modernos aceptan que este es el caso y ven la "huelga general expropiatoria", en palabras del sindicalista francés Pierre Besnard, como "claramente insurreccional". [citado por Vernon Richards, Errico Malatesta: Su vida e ideas, p. 288] Mencionamos esto simplemente para contrarrestar las afirmaciones leninistas de que los sindicalistas suscriben las mismas que hicieron en la década de 1890.

A pesar de nuestras críticas, debemos reconocer que la diferencia entre anarquistas y anarcosindicalistas es leve y (a menudo) sólo un caso de énfasis. La mayoría de los anarquistas apoyan a los sindicatos anarcosindicalistas donde existen y, a menudo, desempeñan un papel clave en su creación y organización. De manera similar, muchos anarcosindicalistas autoproclamados también apoyan a organizaciones específicas de anarquistas para que trabajen dentro y fuera del sindicato sindicalista. Los sindicatos sindicalistas, donde existen, son mucho más progresistas que cualquier otro sindicato. No sólo son sindicatos democráticos y crean una atmósfera donde las ideas anarquistas son escuchadas con respeto, sino que también se organizan y luchan de una manera que rompe las divisiones entre líderes y liderados, hacedores y observadores. Por sí solo esto es muy bueno, pero no lo suficientemente bueno. Para los anarquistas no sindicalistas, el elemento que falta es una organización que gane apoyo para las ideas y tácticas anarquistas tanto dentro de los sindicatos revolucionarios como en cualquier otro lugar donde se reúna la clase trabajadora.

Para obtener más información sobre la crítica anarquista al sindicalismo, no podemos sugerir mejor fuente que los escritos de Errico Malatesta. Los libros Errico Malatesta: Su vida e ideas y La revolución anarquista contienen los puntos de vista de Malatesta sobre el anarquismo, el sindicalismo y cómo los anarquistas deberían trabajar dentro del movimiento obrero. The Anarchist Reader contiene el famoso debate entre el sindicalista Pierre Monatte y Malatesta en la conferencia anarquista internacional celebrada en Ámsterdam en 1907.
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_nobody_
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Re: Malatesta ¿anti-anarcosindicalista?

Mensaje por _nobody_ » 13 Nov 2023, 09:28

Digo la dirección en el sentido de que se pueda dirigir a un sitio o a otro.
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Re: Malatesta ¿anti-anarcosindicalista?

Mensaje por Saranarca » 13 Nov 2023, 20:30

_nobody_ escribió:
13 Nov 2023, 09:28
Digo la dirección en el sentido de que se pueda dirigir a un sitio o a otro.
Eso me imaginaba, por lógica no podías estar hablando de otra cosa, pero por si acaso pregunté, porque como una no sabe demasiado de historia y de las movidas de aquella época... ¡vete a saber los líos que se podrían haber traído por aquel entonces! Gracias por aclararlo.
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Re: Malatesta ¿anti-anarcosindicalista?

Mensaje por Saranarca » 13 Nov 2023, 21:00

_nobody_ escribió:
24 Oct 2023, 13:25
Volviendo al principio, a la pregunta de que porqué Malatesta no era anti - anarcosindicalista, pero sí que proponía un sindicalismo revolucionario...
Aunque pasara por distintas fases en su vida, se quedó con el rollo que hubo en Italia durante el Bienio Rojo (1919-1920). En esta época el sindicalismo revolucionario lo encarnaba la USI (que no se declaraba anarcosindicalista porque por entonces casi no se conocía eso). Malatesta era partidario del dualismo organizativo, que configura una organización social, por ejemplo un sindicato, y una organización política, que sería una federación de grupos anarquistas u otra cosa más cohesionada. En el caso italiano esta organización sería la Unione Anarchica Italiana, a la que pertenecía.

En España el anarcosindicalismo pronto tuvo la idea (1919-1924) de que ya era en sí mismo una organización política, por tanto no debería haber otra entidad al margen. Aunque esto se fue modiicando con el tiempo dado que los partidos y organizaciones de militantes sí que existe y es absurdo negarlos, y que su objetivo es tomar la dirección de las organizaciones sociales, como la CNT. En el caso español el PCE, el POUM, los federales, los treintistas y la FAI se iban disputando la dirección de los sindicatos a nivel local o incluso a nivel estatal
La FAI entonces funcionaría con esa filosofía del dualismo organizativo, entiendo. ¿Pero solo en relación con el anarcosindicalismo y no en otros ámbitos? Otra cosa, ¿la FAI es sintetista?, porque en algún lado creo haber leído que sí y en algún otro lado que se declara anarcocomunista directamente. ¿Y la IFA es sintetista?
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_nobody_
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Re: Malatesta ¿anti-anarcosindicalista?

Mensaje por _nobody_ » 21 Nov 2023, 10:04

La IFA y la FAI son organizaciones de síntesis, en tanto que recogen militantes que se reconocen de diversas tradiciones del anarquismo: anarcosindicalismo, anarquismo cultural, anarcoindividualismo, anarcocomunismo, etc. En la misma FAI de los años 30s había grupos dedicados en exclusiva a la revolución, que compartían organización con grupos más intelectuales y con otros culturalistas o hasta naturistas. Evidentemente, dado el contexto tan profundo de lucha de clases predominaba la acción sobre el anarquismo como forma de vida.

A nivel práctico la FAI sería un dualismo organizativo. Tienes una organización social o de masas (la CNT) y una organización específica, de militantes o política (la FAI). Lo interesante del momento histórico es que había muchísima gente gritando "viva la FAI" que no militaba en la FAI ni siquiera conocía a nadie que lo hiciera. Se decía ese grito porque equivalía a decir "viva la revolución".
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Re: Malatesta ¿anti-anarcosindicalista?

Mensaje por Saranarca » 21 Nov 2023, 21:57

_nobody_ escribió:
21 Nov 2023, 10:04
La IFA y la FAI son organizaciones de síntesis, en tanto que recogen militantes que se reconocen de diversas tradiciones del anarquismo: anarcosindicalismo, anarquismo cultural, anarcoindividualismo, anarcocomunismo, etc. En la misma FAI de los años 30s había grupos dedicados en exclusiva a la revolución, que compartían organización con grupos más intelectuales y con otros culturalistas o hasta naturistas. Evidentemente, dado el contexto tan profundo de lucha de clases predominaba la acción sobre el anarquismo como forma de vida.
Pero mira entonces lo que dicen ahora (esto lo saqué de la página del grupo Albatros, de Madríd dicen que son; ¿se organizan por territorios?):
DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS DE LA FAI
La Federación Anarquista Ibérica (FAI) constituye una unión federativa, es decir, libre, igualitaria y solidaria de grupos. Su función es asegurar la existencia de una efectiva coordinación de las actividades de los diferentes grupos anarquistas ubicados en los territorios de España y Portugal, para que sea posible la realización de una revolución social que, suprimiendo la institución-propiedad y el trabajo asalariado, instaure una sociedad basada en el comunismo anárquico.

LA FAI lucha por un orden no impuesto, sin gobierno, sin autoridad de ninguna especie y sin explotación; un orden basado en la libertad de cada ser humano, en la igualdad social, en el libre acuerdo, en el apoyo mutuo y en la solidaridad.

La FAI es una asociación coherente y consecuentemente internacionalista; entiende que la revolución social en España y Portugal debe ser parte integrante de una revolución mundial anarquista. Oponiéndose a toda forma de nacionalismo, colonialismo o imperialismo, la FAI (que está adherida a la Internacional de Federaciones Anarquistas desde su fundación) defiende la existencia de una solidaridad práctica entre las clases expoliadas, pobres y gobernadas del mundo entero, en el marco de una lucha revolucionaria que busque la destrucción del capitalismo internacional y la abolición de las fronteras nacionales; su objetivo más amplio es la unión federativa (libre, igualitaria y solidaria) de las diferentes comunidades, pueblos y regiones del mundo.

La FAI combate al Estado bajo todas sus formas. Para esta Federación sólo la desaparición de los opresores por la acción de los oprimidos y la liquidación del Estado por los propios gobernados conducirá a la liberación del ser humano.

La FAI lucha por la sociedad anarquista únicamente por medios anárquicos, mediante la acción directa, con la mayor identificación posible entre medios y fines.

La Federación no es legalizable ni institucionalizable. Su acción se basa únicamente en la capacidad de sus adherentes, en la solidaridad anarquista internacional y en la libertad conquistada.

De acuerdo con su práctica, que cuestiona el principio metafísico o religioso de autoridad en que se fundamentan las distintas formas de esclavitud de los individuos, la FAI se declara atea: combate la religión bajo todas sus formas.

Conforme a sus ideas antirreligiosas, la FAI lucha por la instauración de un medio social que se base en la libertad individual y que tenga como objetivo el desarrollo integral de cada ser humano. Considerando, por otra parte, que ese desarrollo individual no es posible separado de la cuestión social y que sólo puede darse dentro de la sociedad libre preconizada.

A través de un trabajo de propaganda específicamente anarquista, del ejemplo práctico constructivo y de una intervención en distintos medios sociales contra las diferentes manifestaciones concretas de la usurpación estatal y capitalista, la FAI lucha por la eclosión de un movimiento insurgente, que cuestione la totalidad de la sociedad antiautoritaria. Su método es la acción directa, considerada en su más amplia y dinámica expresión revolucionaria y constructiva.
_nobody_ escribió:
21 Nov 2023, 10:04
A nivel práctico la FAI sería un dualismo organizativo. Tienes una organización social o de masas (la CNT) y una organización específica, de militantes o política (la FAI). Lo interesante del momento histórico es que había muchísima gente gritando "viva la FAI" que no militaba en la FAI ni siquiera conocía a nadie que lo hiciera. Se decía ese grito porque equivalía a decir "viva la revolución".
Entiendo, no era el motivo de su creación orientar a la CNT anárquicamente, pero en la práctica así funcionaban, ¿cierto?
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Re: Malatesta ¿anti-anarcosindicalista?

Mensaje por _nobody_ » 23 Nov 2023, 11:19

Bueno, en realidad ese era uno de los motivos, ya que la CNT era una de las preocupaciones principales de los grupos de afinidad de la FAI. En los años 20 (1921-22) la CNT había tenido un comité nacional que simpatizaba con la Revolución rusa y con miembros marxistas (Andrés Nin, Joaquín Maurín y otros). Esto hizo que los sectores anarquistas se organizasen para reconquistar aquella cnt que parecía que se les fue de las manos. En 1923 volvieron a tenerla bajo control. Pero en ese año hubo un golpe de estado y todos pasaron a la clandestinidad.

Los sindicatos quedaron paralizados, pero no los grupos de afinidad anarquistas. Estos siguieron haciendo plenos y reuniones de carácter regional, hasta que en 1927 (todavía bajo la dictadura) se fundó la FAI. Y en paralelo hubo una respuesta en otro sentido: fue la Unión de Militantes fundada por Pestaña, Peiró, Juan López y compañía en 1928. Esa orga fue el preludio del treintismo.

Entonces llegó la República de 1931 con dos estructuras. La treintista, que se paralizó porque no se lo montaron muy bien, estaba organizada por agrupaciones locales. Eran entidades legales y públicas. Y la faísta, eran grupos de afinidad de tamaño pequeño que conformaban federaciones locales de grupos anarquistas, comarcales, regionales, y peninsular (e internacional, ya que estaba la federación de grupos de lengua española en Francia y otros contactos en Estados Unidos, norte de África, etc.).

La actual FAI se organiza por grupos de afinidad. Para admitir un grupo nuevo le tienen que avalar los grupos ya existentes
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