Civilización, primitivismo y anarquismo
- Manu García
- Mensajes: 5401
- Registrado: 27 Ago 2004, 21:32
Civilización, primitivismo y anarquismo
Artículo de un comunista libertario irlandés criticando las propuestas primitivistas:
Civilización, primitivismo y anarquismo
Durante la última década algunos autores, la mayoría afincados en los EEUU, han hecho una crítica general de la civilización. Algunos de ellos han optado por presentarse a sí mismos como anarquistas, aunque generalmente prefieren presentarse como primitivistas. Su tesis central es que la "civilización" es en sí misma un problema que conduce a nuestro fracaso en llevar una vida agradable. La lucha por el cambio sería, pues, una lucha contra la civilización y por un mundo donde la tecnología haya sido eliminada.
Es una propuesta interesante que tiene algún mérito como ejercicio intelectual. Pero el problema es que algunos de sus partidarios han usado el primitivismo como base para sus ataques contra otras propuestas de cambio social. Para encarar este reto, los anarquistas necesitamos en primer lugar ver si el primitivismo ofrece algún tipo de alternativa realista para el mundo tal como es.
Nuestro punto de arranque es que la expresión "la vida es dura" siempre puede ser contestada con la réplica "es mejor que la alternativa". Esto constituye una prueba importante para todas las críticas al mundo "tal como lo conocemos", incluida la anarquista. ¿Qué problema habría si la alternativa es mejor?
Incluso si no pudiéramos esbozar nuestra "alternativa mejor", las críticas del mundo tal y como lo conocemos podrían tener cierto valor intelectual. Pero tras el desastre del siglo XX, cuando las consideradas alternativas, como el leninismo, crearon dictaduras de gran duración que mataron a millones de personas, la pregunta "¿es vuestra alternativa algo mejor a lo que hay?" tiene que ser hecha a cualquiera que abogue por el cambio.
La crítica primitivista al anarquismo se basa sobre el argumento de que han descubierto una contradicción entre la libertad y la sociedad de masas. En otras palabras, ven imposible que una sociedad que englobe a grupos mayores que una aldea sea una sociedad libre. Si esto fuera cierto, haría inviable la propuesta anarquista de un mundo construido sobre la “libre federación de pueblos, ciudades y campos”. Dichas federaciones y centros de población son evidentemente una forma de sociedad de masas/civilización.
Sin embargo, el movimiento anarquista ha respondido a esta aparente contradicción desde sus orígenes. Ya en el siglo XIX los liberales defensores del Estado apuntaban dicha contradicción para justificar la necesidad de que unos seres humanos mandaran sobre otros. Miguel Bakunin respondió esto en 1871 en su ensayo sobre “La comuna de París y la noción de Estado”:
“Se dice que el acuerdo y la solidaridad universal de los individuos y de la sociedad no podrá darse nunca porque esos intereses, siendo contradictorios, no están en condición de contrapesarse ellos mismos o bien de llegar a un acuerdo cualquiera. A una objeción semejante responderé que si hasta el presente los intereses no han estado nunca ni en ninguna parte en acuerdo mutuo, ello tuvo su causa en el Estado, que sacrificó los intereses de la mayoría en beneficio de una minoría privilegiada. He ahí por qué esa famosa incompatibilidad y esa lucha de intereses personales con los de la sociedad, no es más que otro engaño y una mentira política, nacida de la mentira teológica que imaginó la doctrina del pecado original para deshonrar al hombre y destruir en él la conciencia de su propio valor… Estamos convencidos de que toda la riqueza del desarrollo intelectual, moral y material del hombre, lo mismo que su aparente independencia, son el producto de la vida en sociedad. Fuera de la sociedad, el hombre no solamente no sería libre, sino que no sería hombre verdadero, es decir, un ser que tiene conciencia de sí mismo, que siente, piensa y habla. El concurso de la inteligencia y del trabajo colectivo ha podido forzar al hombre a salir del estado de salvaje y de bruto que constituía su naturaleza primaria. Estamos profundamente convencidos de la siguiente verdad: que toda la vida de los hombres, es decir, sus intereses, tendencias, necesidades, ilusiones, e incluso sus tonterías, tanto como las violencias, y las injusticias que en carne propia sufren, no representa más que la consecuencia de las fuerzas fatales de la vida en sociedad. Las gentes no pueden admitir la idea de independencia mutua, sin renegar de la influencia recíproca de la correlación de las manifestaciones de la naturaleza exterior”.
Qué nivel de tecnología
La mayoría de primitivistas eluden la pregunta de a qué nivel de tecnología querrían retornar escondiéndose bajo el argumento de que ellos no proclaman una vuelta a nada, sino que por el contrario quieren ir hacia delante. Teniendo esto en mente, un resumen de su posición al respecto es que ciertas tecnologías son aceptables, hasta el nivel de una pequeña aldea sustentada por la caza y la recolección. El problema, para los primitivistas, comienza con el desarrollo de la agricultura y de la sociedad de masas.
Por supuesto que “civilización” es un término muy genérico, lo mismo que “tecnología”. Algunos primitivistas han llevado sus argumentos hasta sus conclusiones lógicas. Uno de ellos es John Zerzan, que identifica las raíces del problema en la aparición del lenguaje y del pensamiento abstracto. Éste es el corolario lógico del rechazo primitivista de la sociedad de masas.
Para este artículo tomaré como punto de partida que la forma de sociedad futura propugnada por los primitivistas fuera similar, en lo que a tecnología se refiere, a la que existió hace 12.000 años, en el umbral de la revolución agrícola. Con esto, no quiero decir que pretendan “volver atrás”, algo que de todos modos sería imposible. Pero debido a que buscan ir hacia delante haciendo tabla rasa de toda la tecnología incorporada desde la revolución agrícola, el resultado no puede más que parecerse bastante a las sociedades preagrícolas de 10.000 años a.c. Dado que éste es el único modelo que tenemos sobre una sociedad de ese tipo, parece razonable usarlo para examinar los argumentos primitivistas.
Una cuestión de números
Los cazadores-recolectores vivían de la comida que podían cazar o recolectar. Los animales podían ser cazados o atrapados, mientras que lo que se recolectaba era fruta, frutos secos, hierbas y raíces. Hace 12.000 años todo ser humano vivía como cazador-recolector. Hoy sólo un reducido número de individuos lo hace, en regiones aisladas y marginales del planeta como el desierto, la tundra ártica o la selva. Algunos de estos grupos, como los Acre, sólo han empezado a tener contacto con el resto de la humanidad en décadas recientes, otros como los Inuit han tenido contactos desde hace muco tiempo y han adoptado tecnologías que van más allá de las desarrolladas localmente. Estos últimos grupos forman parte plenamente de la sociedad global y han contribuido al desarrollo de nuevas tecnologías.
En ecosistemas marginales la caza y la recolección a menudo suponen el único modo viable de obtener comida. El desierto es demasiado árido para una agricultura sostenible y el ártico demasiado frío. La única posibilidad restante es el pastoreo, el uso de animales semi-domesticados como fuente de alimentación. Por ejemplo, en el ártico escandinavo, el control de movimientos de los renos por parte de los Sami les proporciona recursos alimenticios regulares.
Los cazadores-recolectores sobreviven gracias a la comida que cazan y recolectan. Esto requiere una densidad de población muy reducida; del mismo modo, el crecimiento de la población está limitado por la necesidad de evitar una sobreexplotación de la caza. Demasiada recolección de vegetales comestibles puede asimismo reducir el número de ellos disponibles posteriormente. Aquí reside el principal problema que presenta la idea primitivista de que todo el planeta podría vivir como cazador-recolector: con la comida obtenida en los ecosistemas naturales no se podría alimentar más que a una reducida fracción de la población actual.
Debería ser evidente que la cantidad de calorías que un ser humano puede obtener de una hectárea de bosque de robles es mucho menor que la que puede conseguir de una hectárea de maíz. La agricultura proporciona más, muchas más, calorías por hectárea que la caza y recolección en el mismo espacio. Esto es así porque hemos estado 12.000 años seleccionando plantas y mejorando las técnicas agrícolas de modo que por hectárea obtenemos cada vez más ejemplares útiles para servirnos de alimento y desechamos plantas que no lo son. Basta comparar cualquier superficie cultivada de cereal con una salvaje para ilustrar esto, la cultivada tendrá ejemplares de cereal mucho mayores que la otra y habrá mucha mayor proporción de cereal que de malas yerbas. Hemos seleccionado plantas que producen una elevada proporción de biomasa comestible.
En otras palabras, un pino puede ser tan bueno o mejor que una lechuga en capturar la energía solar que cae sobre él. Pero con la lechuga un alto porcentaje de la energía capturada se convierte en comida (alrededor de un 75%). Con el pino, la energía no produce alimento que podamos comer. Comparemos el alimento que puede obtenerse de un bosque cualquiera con el que puede obtenerse de un par de metros cuadrados de huerto cultivado incluso con un escaso aporte de energía orgánica y veremos por qué la agricultura es una necesidad para la población del planeta. Un acre de patatas cultivadas ecológicamente puede aportar 15.000 libras de comida. Un cuadrado de 65 metros de lado es algo más grande que un acre.
La población estimada del planeta antes de la aparición de la agricultura (10.000 a.c.) estaba según las estimaciones más bajas en torno a los 250.000 habitantes. Otras estimaciones son más elevadas y llegan hasta los 6 o los 10 millones. La población actual de la Tierra se acerca a los 6.000 millones.
Estos 6.000 millones están casi en su totalidad sustentados por la agricultura. No pueden ser mantenidos por la caza y la recolección, incluso se sugiere que los 10 millones de cazadores-recolectores que podían haber existido antes de la agricultura tampoco eran ya sostenibles. La evidencia para esto está en la catástrofe del Pleistoceno, un período entre el 12.000 y el 10.000 a.c. en el cual 200 especies de grandes mamíferos se extinguieron. Una hipótesis de las barajadas es que se debió a un exceso de actividad cazadora. La aparición de la agricultura (y de la civilización), de ser esto cierto, pudo tener que ver también con la ausencia de una amplia gama de caza que forzó a los cazadores-recolectores a sedentarizarse y hallar otras vías para obtener alimento.
Lo cierto es que está comprobado que una sobreexplotación de la caza similar tuvo lugar a la llegada del ser humano a islas de la Polinesia. El exceso de caza provocó la extinción del dodo en las islas Mauricio y del moa en Nueva Zelanda, por mencionar algunos ejemplos.
Vivir en la ciénaga en invierno
Para mostrar desde otro ángulo que el primitivismo no puede mantener a toda la población del planeta usaré Irlanda (donde vivo) como ejemplo. Abandonado a sí mismo, el paisaje irlandés estaría constituido, mayormente, por robledales, algunos avellanos, maleza y ciénagas. Entra en un bosque de robles y a ver cuánta comida encuentras. Bellotas, zarzamoras, algunos ajos silvestres, fresas salvajes, setas comestibles, miel y la carne de animales como el ciervo, la ardilla, la cabra salvaje y la paloma. Pero eso son muchas, pero que muchas menos calorías, que las que aportaría la misma área cultivada con patatas o con trigo. Simplemente, no hay bastante territorio en Irlanda como para alimentar a 5 millones de personas, la población actual de la isla, como cazadores-recolectores.
Los cazadores-recolectores suelen vivir con una densidad de población de 1 habitante por 10 kilómetros cuadrados (la densidad de población actual de Irlanda es de alrededor de 500 habitantes por 10 kilómetros cuadrados). Aplicando este baremo, el número de habitantes de Irlanda debería ser menor de 70.000. Probablemente menos del 20% de Irlanda sea tierra cultivable. Las ciénagas y los pedregales aportan poco en materia de alimentación a los seres humanos. En invierno hay poco que recolectar (quizás algunas nueces escondidas por ardillas y algo de miel salvaje) e incluso sólo esos 70.000 individuos viviendo de la caza extinguirían a los grandes mamíferos (ciervo, cabra salvaje) rápidamente. Las áreas costeras y los grandes ríos y lagos probablemente serían la principal zona de caza y el modo de obtener algo de pesca y de algas comestibles.
Pero aun siendo benévolos y asumiendo que Irlanda podría mantener a 70.000 cazadores-recolectores, resulta que necesitaríamos “eliminar” unos 4.930.000 habitantes. Es decir, el 98´6% de la población actual. La arqueología estima en 7.000 el número de habitantes de Irlanda antes de la llegada de la agricultura.
Al hecho de que cierta cantidad de terreno puede mantener a cierto número de gente dependiendo de cómo sea (o, en este caso, cómo no sea) cultivada se conoce como su “capacidad de carga”. Puede calcularse para el planeta como un todo. Un cálculo reciente para los cazadores-recolectores da un máximo de 100 millones, pero para darse cuenta de lo que significa este máximo hay que saber que el máximo para un mundo agrario es de 30.000 millones. ¡Seis veces más que la población actual!
Cojamos este número máximo de 100 millones en vez de la aproximación histórica máxima de 10 millones. Esta sería una estimación generosa, bien por encima de las cifras que los primitivistas se atreven a calcular. Por ejemplo, Ann Thropy estimaba en la revista norteamericana “Earth First!” que “Ecotopía sería un planeta con cerca de 50 millones de habitantes que cazarían y recolectarían para subsistir”.
Actualmente el planeta tiene alrededor de 6.000 de habitantes. Una vuelta a un planeta “primitivo” requiere, pues, que desaparezcan 5.900 millones. Algo le tiene que pasar al 98% de la población mundial para que los 100 millones de supervivientes tengan una mínima esperanza de una utopía primitiva sostenible.
¿Juego sucio?
Al llegar a este punto algunos autores primitivistas, como John Moore, protestan, rechazando la sugerencia de “que los niveles de población previstos por los anarco-primitivistas tendrían que ser alcanzados por matanzas colectivas o por campos de exterminio al estilo nazi. No se trata de otra cosa que de difamaciones. El objetivo de los anarco-primitivistas de abolir todas las relaciones de poder, incluido el Estado con todo su aparato administrativo y represivo, y toda clase de partido u organización, significa que cualquier tipo de matanza organizada de este tipo queda fuera de toda duda, así como planes horrendos semejantes”.
El problema, John, es que esas “difamaciones” no sólo están basadas en las conclusiones lógicas de las premisas de un mundo primitivista, sino que han sido defendidas explícitamente por otros primitivistas. Los 50 millones de Ann Thropy ya han sido apuntados. Un FAQ primitivista afirma “tendrán lugar drásticos recortes de población sean voluntarios o no. Sería mejor, por razones obvias, que fueran graduales y voluntarios, pero si no los hacemos, la población humana será recortada de todos modos”.
La Coalición contra la Civilización escribe “Necesitamos ser realistas acerca de lo que pasaría en el momento de dar el salto a un mundo pos-civilizado. Algo elemental es que gran cantidad de gente moriría en el transcurso del colapso civil. Aunque sea difícil de decírselo a una persona moralista, no podemos pretender que eso no sea así”.
Más recientemente Derrick Jensen, en una entrevista recogida en el número 6 de “The 'A' Word Magazine” decía que la civilización “ha de ser combatida activamente, pero no creo que podamos hacerla caer. Lo que podemos hacer es ayudar a la naturaleza a derribarla… Quiero que la civilización colapse y lo quiero ahora”. Acabamos de ver más arriba cuáles serían las consecuencias de “derribar” la civilización.
En unas palabras, no son pocos los primitivistas que reconocen que el mundo primitivo que desean requeriría “matanzas colectivas”. No me he encontrado con nadie que abogue por “campos de la muerte al estilo nazi”, pero quizás John no hace más que extender sobre el tema una cortina de humo. Primitivistas como John Moore pueden seguir negándose a afrontar esta cuestión de las muertes masivas recurriendo a la justificación emocional y a acusar a quienes señalan la necesidad de ellas de recurrir a la “difamación”. Pero es él quien aún debe explicar cómo podrían alimentarse 6.000 millones de personas o admitir que el primitivismo no es más que un pasatiempo intelectual.
Mi punto de vista es que cualquiera que se plantee esta necesidad de muertes masivas concluirá que el “primitivismo” no ofrece nada por lo que luchar. Unos pocos, como los superviventistas confrontados a la amenaza de guerra nuclear de los 80, acabarán concluyendo en que todo esto es inevitable y empezarán a planear cómo sus seres queridos podrían sobrevivir cuando los demás murieran. Pero este grupo está, a mi modo de ver, lejos, muy lejos de cualquier clase de anarquismo. Por tanto, el prefijo de “anarco” que reclaman los primitivistas no tiene razón de ser.
La mayoría de los primitivistas huye de la cuestión de la necesidad de muertes masivas de dos maneras.
Los más conciliadores han decidido que el primitivismo no sea un programa para un modo diferente de funcionamiento del mundo. Existiría como una crítica a la civilización pero no como una alternativa a la misma. Esto es bastante saludable y tiene su valor el re-examinar los presupuestos básicos de la civilización. Pero en ese caso el primitivismo no es un sustituto de la lucha anarquista por la liberación, que incluye el adoptar la tecnología para nuestras necesidades en vez de rechazarla. El problema es que a los primitivistas les gusta atacar los métodos de organización que son necesarios para acabar con el capitalismo. Es bastante razonable si piensas que tienes una alternativa al anarquismo pero bastante nocivo si todo lo que tienes es una crítica interesante.
Otros primitivistas, sin embargo, han tomado el camino del oráculo, diciéndonos que no son más que meros profetas de un Apocalipsis inevitable. Ellos no desean la muerte de 5.900 millones de personas, sólo apuntan que no puede ser evitada. Merece la pena examinar esto detalladamente precisamente porque es bastante desmovilizador. ¿Qué sentido tiene luchar hoy por una sociedad mejor si, al fin y al cabo, mañana o pasado el 98% de nosotros va a morir y todo lo que hemos construido quedará convertido en polvo?
¿Estamos todos condenados?
Los primitivistas no son los únicos que usan la retórica catastrofista para que la gente acepte sus propuestas políticas. Reformistas como George Monbiot usan argumentos del tipo “estamos condenados” para intentar que la gente acepte sus propuestas reformistas a favor de un gobierno mundial. En las últimas décadas, la creencia de que el mundo está de un modo u otro condenado se ha convertido en parte de la cultura común, primero durante la guerra fría y después ante un desastre medioambiental. George Bush y Tony Blair crearon pánico sobre las armas de destrucción masiva para dar cobertura a su invasión de Iraq. La necesidad de examinar y desmontar esos pánicos es clara.
La forma más recurrente de pánico al “fin de la civilización” es la de la crisis energética que hará la vida imposible tal y como la conocemos. Y la energía en la que se centran quienes usan este argumento es el petróleo. Todo lo que producimos, incluida la comida, depende de aportes masivos de energía y el 40% de la energía que se usa en el mundo es generada por el petróleo.
La versión primitivista de esto viene a ser que “todo el mundo sabe que en X años el petróleo se acabará, esto quiere decir que la civilización tocará a su fin y que un montón de gente morirá. Por eso debemos asumir lo inevitable”. El argumento del fin del petróleo es para los primitivistas el equivalente de “la crisis económica final que resultará de las contradicciones del capitalismo” para un marxista ortodoxo. Y, exactamente igual que los marxistas ortodoxos, los primitivistas proclaman que la crisis final está a la vuelta de la esquina.
Examinado de cerca, este argumento se desmorona y se hace evidente que ni el capitalismo ni la civilización afrontan una crisis final a causa del fin del petróleo. Esto no es así porque el petróleo sea inagotable, de hecho debemos haber alcanzado el pico de la producción de petróleo hacia 1994. Pero lejos de suponer el fin del capitalismo y de la civilización, es una oportunidad para obtener beneficios y reestructurarse. El capitalismo, a pesar de ser reacio a ello, se está preparando para obtener beneficios por una parte del desarrollo de fuentes de energía alternativas y por otra del acceso a abundantes pero más destructivos yacimientos de combustibles fósiles. El segundo camino lleva, por supuesto, al calentamiento global y otras formas de contaminación mucho peores, pero esto no es suficiente para frenar a la clase capitalista global.
No sólo los primitivistas han quedado hipnotizados por la crisis del petróleo, por eso me ha ocupado del tema en otro ensayo. Pero resumiendo, mientras que el precio del petróleo seguirá subiendo durante décadas, el proceso para desarrollar sustitutos para él está ya en desarrollo. Dinamarca, por ejemplo, se propone producir el 50% de la energía que necesita mediante molinos de viento para el año 2030 y empresas danesas ya están ganando grandes cantidades de dinero porque son las principales productoras de turbinas eólicas. Todo indica que las horas contadas del petróleo supondrán una oportunidad para el capitalismo de obtener ganancias en vez de algún tipo de crisis final para él.
Podría producirse una crisis energética de modo que empezara a subir el precio del petróleo y las tecnologías alternativas aún no fueran capaces de llenar ese 40% de generación de energía que actualmente supone el petróleo. Esto ocasionaría que el petróleo y por tanto el precio de la energía aumentaran aún más, pero esto sólo sería una crisis para los pobres del mundo y no para los potentados, algunos de los cuales incluso sacaría más beneficios. Una crisis energética severa podría desencadenar una caída económica global, pero son los trabajadores los que más sufren sus consecuencias cuando se producen. Hay un buen argumento, el que las elites del mundo ya están preparadas para esas eventualidades, muchas de las recientes guerras de los EEUU se explican en términos de asegurar reservas de petróleo para las compañías norteamericanas.
El capitalismo es capaz de sobrevivir a una crisis muy destructiva. En la II Guerra Mundial muchas de las principales ciudades europeas quedaron destruidas y la mayoría de la industria de la Europa central quedó desecha (por los bombardeos, por la guerra, por la retirada alemana y por el avance ruso). Millones de trabajadores europeos murieron como resultado de la guerra y de los años que la siguieron. Pero el capitalismo no sólo sobrevivió, sino que floreció, ya que el hambre permitió que se redujeran los salarios y aumentaran los beneficios.
¿Qué pasaría si…?
Sin embargo, está bien especular con la idea del fin del petróleo. Si fuera cierto que no hubiera alternativa ¿qué pasaría? ¿Podría emerger una utopía primitivista del amargo precio de 5.900 personas muertas?
No. Los primitivistas parecen olvidar que vivimos en una sociedad de clases. La población del planeta está dividida entre unos pocos con vastos recursos y poder y el resto de nosotros. No estamos en las mismas condiciones de acceso a los recursos, al contrario, hay una increíble desigualdad. Entre aquellos que perecerían en esas muertes masivas no estarían Rupert Murdoch, Bill Gates o George Bush, dado que esta gente tiene el dinero y el poder que les permiten monopolizar los recursos.
Por el contrario, los primeros en morir en gran número serían los habitantes de las megalópolis más pobres del planeta. En Egipto, El Cairo y Alejandría tienen una población de 20 millones de personas entre las dos. Egipto es dependiente, en materia de alimentación, tanto de la importación como de la agricultura extremadamente intensiva del valle del Nilo y de los oasis. A excepción de una restringida elite, estos 20 millones de habitantes urbanos no tendrían ningún lugar a donde ir y no hay más tierra que pueda ser cultivada. La alta productividad de las cosechas actuales depende en gran parte de elevados aportes de energía barata.
La muerte de millones de personas no es algo que destruya al capitalismo. Al contrario: ha habido periódicos históricos en los que se ha visto como natural e incluso deseable para la modernización del capital. La hambruna de la patata en los años 40 del siglo XIX que redujo la población de Irlanda en un 30% fue vista como deseable por muchos defensores del mercado libre. Del mismo modo, el hambre de 1943/4 en la Bengala inglesa, a causa de la cual murieron cuatro millones de personas. Para la clase capitalista, tales muertes masivas, en particular en las colonias, ofrecen oportunidades para introducir reestructuraciones económicas que de otro modo serían combatidas.
Como resultado real de una crisis de “fin de la energía” veríamos cómo los que manejan el cotarro monopolizan los recursos sobrantes y los usan para alimentar el armamento usado para controlar a aquellos de nosotros lo suficientemente afortunados como para trabajar para ellos en los campos de energías renovables. A la desgraciada mayoría se la mantendría donde está y allí podrían morir tranquilamente. Más parecido a “Matrix” que a una utopía, vaya.
Otro punto que hay que destacar es que la destrucción puede servir para regenerar al capitalismo. Nos guste o no, la destrucción en gran escala permite a algunos capitalistas ganar grandes sumas. Pensemos en la guerra de Iraq. La destrucción de la infraestructura iraquí puede constituir un desastre para los iraquíes, pero está suponiendo una bendición para Halliburton y compañía. No por casualidad la guerra de Iraq está ayudando a los EEUU, donde están establecidas las mayores corporaciones, a hacerse con el control de las zonas del planeta donde se produce y se producirá la mayor parte del petróleo.
Podemos llevar nuestro ejercicio intelectual mucho más lejos. Dejad que imagine por un momento que algunos anarquistas fuéramos transportados como por arte de magia desde nuestro planeta hasta otro planeta parecido a éste. Y que nos encontráramos allí sin ninguna clase de tecnología. Los pocos primitivistas que hubiera entre nosotros puede que empezaran a correr tras los ciervos, pero la mayoría se asentaría y se pondría manos a la obra a crear una civilización anarquista. Muchas de las habilidades que tenemos tal vez no serían allí de utilidad (saber programar, sin ordenadores vale para poco) pero entre nosotros tendríamos conocimientos básicos de agricultura, ingeniería, hidráulica y física. La siguiente vez que los primitivistas merodearan por nuestra zona de asentamiento se encontrarían con un paisaje de granjas y presas.
Tendríamos al menos carros y posiblemente animales domesticados, si de los existentes hubiera alguno bueno para ello. Enviaríamos partidas para buscar yacimientos de carbón y de hierro y si los encontráramos los extraeríamos y transportaríamos el mineral. Si no, estaríamos talando un montón de árboles para convertirlos en leña de la que podríamos usar para extraer hierro o cobre a partir de lo que pudiéramos estar encontrando. El horno y la fundición también formarían parte del panorama. Tenemos algún conocimiento médico y, lo que es más importante, un conocimiento de los gérmenes y de la higiene, de modo que tendríamos tanto un sistema básico de purificación de agua como sistemas para tratar las aguas residuales.
Comprenderíamos la importancia del conocimiento, de modo que tendríamos un sistema educativo para nuestros niños y al menos los rudimentos de un almacenamiento a largo plazo del conocimiento (libros). Podríamos probablemente encontrar los ingredientes para la pólvora, que son bastante comunes, lo cual nos daría la tecnología explosiva necesaria para la minería y la construcción. Si hubiera una cantera de mármol cercana, podríamos ponerla en uso, pues es un material constructivo mucho mejor que la madera o el barro.
La tecnología no nos llegó de los dioses. No fue impuesta al ser humano por alguna misteriosa fuerza exterior. Por el contrario, fue algo que desarrollamos y continuamos desarrollando. Incluso si pudieras dar marcha atrás al reloj, empezaría a contar de nuevo hacia delante. John Zerzan parece ser el único primitivista capaz de reconocer esto y sitúa la aparición del problema en la aparición del lenguaje y del pensamiento abstracto. Él es al mismo tiempo lúcido y ridículo. Su visión de la utopía requiere no sólo la muerte de la inmensa mayoría de la población mundial, sino que también requeriría una lobotomía con ingeniería genética para quienes sobrevivieran y para sus descendientes. No es por supuesto algo por lo que abogue, sino el punto de llegada lógico de su argumentación.
¿Por qué nos molestamos en rebatir sus tesis?
De modo que ¿por qué emplear tanto espacio en demoler una ideología tan frágil como el primitivismo? Una razón es la desconcertante conexión con el anarquismo que algunos primitivistas buscan establecer. Además es importante denunciar que el primitivismo, tanto por sus implicaciones como por sus proclamas, llama a sus seguidores a rechazar el racionalismo por el misticismo y la fusión con la naturaleza. No es el primer movimiento ecologista irracional que lo hace, un buen segmento del partido nazi alemán provenía de los movimientos de adoración al bosque, a la sangre y a la tierra que surgieron en Alemania con posterioridad al fin de la primera guerra mundial.
Éste no es un peligro imaginario. Dentro del primitivismo una autoproclamada ala irracional, si no ha abogado aún por “campos de la muerte al estilo nazi”, sí que ha celebrado abiertamente, como primer paso, las muertes y el asesinato de gran número de personas.
En diciembre de 1997, la publicación norteamericana “Earth First” escribía que “la epidemia del SIDA, lejos de ser una calamidad, es un proceso bienvenido en la inevitable reducción de la población humana”. Hacia las mismas fechas en Gran Bretaña Steve Booth, uno de los editores de una revista llamada “Green Anarchist”, escribía que:
“Quienes pusieron las bombas en Oklahoma tuvieron una idea acertada. La lástima fue que no hicieran explotar ninguna oficina gubernamental más. Incluso así, hicieron lo que pudieron y ahora hay al menos 200 automatones del gobierno que no tendrán nunca más capacidad de oprimir.
La secta del gas sarín de Tokio tuvo una idea acertada. La lástima fue que al probar el gas un año antes del ataque, se pusieron al descubierto. No fueron lo bastante secretistas. Tenían la tecnología para producir el gas pero el método de ponerlo en práctica fue inefectivo. Algún día los grupos serán totalmente secretos y sus métodos de fumigación serán completamente efectivos”.
Así es como acabas cuando celebras que la racionalidad deje paso a la irracionalidad. Cuando el sueño de “correr con los ciervos” tiene que abordar el problema de hacer una revolución en un planeta de 6.000 millones de personas. Las ideas de arriba sólo pueden tener conclusiones reaccionarias. Su lógica es elitista y jerárquica, poco más que una nueva versión semi-secular de gente elegida por los dioses que extermina a los no creyentes. Ciertamente, no tiene nada en común con el anarquismo.
Necesitamos más, no menos tecnología
Lo que nos lleva de nuevo al principio. La civilización trae consigo muchos, muchos problemas, pero es mejor que su alternativa. El reto para los anarquistas es transformar esta civilización en una sin jerarquías ni desequilibrios de poder o de riqueza. Este reto no es nuevo, ha sido siempre el reto del anarquismo, como expone la larga cita de Bakunin al principio de este ensayo.
Para hacerlo necesitamos tecnología avanzada para limpiar nuestras aguas, procesar nuestros residuos y vacunar o curar a la gente de las enfermedades de una población muy densa. Con un mundo de sólo 10 millones de habitantes puedes echar basura en el bosque con tal de que sigas moviéndote. Con 6.000 millones, aquellos que cagan los bosques están cagándose en el agua que ellos y quienes están a su alrededor tienen que beber. Según la ONU “cada año, más de 2´2 millones de personas mueren a causa de enfermedades relacionadas con el agua y el sistema de alcantarillado, muchos de ellos niños”. Cerca de 1.000 millones de habitantes urbanos no tienen acceso a un alcantarillado sostenible. Se calcula que “en 43 ciudades africanas… el 83% de la población no tiene excusados conectados a un sistema de alcantarillado”.
El reto no es simplemente construir una civilización que mantenga los niveles de vida actuales. El reto es elevar el nivel de vida de todos haciéndolo de un modo sostenible. Sólo puede conseguirlo un mayor desarrollo tecnológico unido a una revolución que elimine la desigualdad en todo el planeta.
Es una desgracia que algunos anarquistas que viven en los países más desarrollados, más ricos y más tecnificados prefieran jugar al primitivismo en vez de preocuparse en pensar sobre cómo podemos realmente cambiar el mundo. La transformación global que se requiere hará que todas las revoluciones precedentes parezcan insignificantes.
El principal problema no es simplemente que el capitalismo no tenga el menor reparo en dejar a una gran proporción de la población mundial en la pobreza. El problema es también que el desarrollo se ha orientado a crear consumidores para futuros productos en vez de a proveer a la gente de lo que necesita.
El transporte constituye el ejemplo más sencillo. Exista una gran variedad de medios de transporte de masas que pueden mover gran número de personas de un lugar a otro a gran velocidad. Pues en la última década el capitalismo se ha concentrado en sistema que usa mayores recursos por viajero tanto en lo que respecta a construirlo como en lo requiere para andar. Es el coche individual.
A lo largo de amplias zonas de las áreas más desarrolladas del mundo esta es prácticamente la única forma de moverse de manera eficiente. El coche ha creado las extensas megalópolis de las cuales quizás sea Los Ángeles el modelo más infame. Allí se ha creado una ciudad cuya disposición urbana hace de la propiedad individual de un coche algo casi obligatorio.
Esta forma de transporte no es una solución para la mayoría de la población mundial. Y no es simplemente que la mayoría no pueda actualmente costearse un coche. Los recursos empleados en la construcción de los 3.000 millones de coches necesarios para que cada humano adulto tuviera uno no existen. Ni existen los recursos (el petróleo) necesarios para que esos 3.000 millones de automóviles marchen.
De modo que mantener las tecnologías existentes y desarrollar otras nuevas no puede consistir simplemente en asumir la producción capitalista (o sus métodos de producción) bajo bandera rojinegra. De la misma manera que la futura sociedad anarquista buscaría abolir el aburrido y monótono trabajo en cadena, necesitaría también cambiar radicalmente la naturaleza de lo producido. A un nivel básico, en lo que se refiere a los transportes, esto podría empezar por una gran reducción en la producción de coches y un gran aumento de la de bicicletas, motocicletas, trenes, autobuses, camiones y minibuses.
No soy ni un “experto en transportes” ni trabajo en el ramo, de manera que no puedo hacer más que tratar de adivinar por dónde irían esos cambios. Pero deberíamos ser conscientes que fuera del mundo occidental la necesidad de transporte a menudo se solventa mediante métodos mucho menos individualistas que aquí. Sólo los ricos pueden permitirse un coche, pero el común de la población se desplaza casi tan rápido como ellos de un punto a otro usando no sólo el autobús y el tren, sino también sistemas colectivos de larga distancia, como taxis colectivos y minibases que viajan de una localidad a otra cuando están llenos.
Éste es el reto para el anarquismo. No sólo abolir el orden mundial capitalista actual, sino asistir al nacimiento de un mundo nuevo. Un mundo que sea capaz al menos de ofrecer el mismo acceso a los bienes, al transporte, a la sanidad y a la educación que el que goza actualmente la “clase media” en los países escandinavos.
Será esta nueva sociedad la que decida sobre qué nuevas tecnologías se necesitan y cómo adaptar las ya existentes a los retos del mundo nuevo. Es bastante probable que algunas tecnologías, si no descartadas, sí que serán mucho más infravaloradas. Es difícil de creer, por ejemplo, que decidiéramos construir nuevas centrales nucleares. Los organismos genéticamente modificados deberían probar que son algo más que una posibilidad de obtener mayores beneficios y un mayor control sobre el mercado por parte de las corporaciones, al menos probar que los beneficios son mayores que los riesgos.
Mientras el capitalismo exista continuará contaminando el entorno con tal de obtener beneficios. Sólo reaccionará a la crisis energética cuando sea rentable y por ello pasarán muchos años antes de que el petróleo sea reemplazado, y esto posiblemente signifique pobreza y muerte para muchos de los seres humanos más pobres. Pero no podemos solventar estos problemas soñando en una especie de edad de oro perdida donde la población del mundo era tan baja que podía sustentar la caza y la recolección. Sólo podremos aportar una solución construyendo los movimientos masivos que además de derribar el capitalismo abran paso a una sociedad libertaria. Y para el camino necesitamos encontrar formas de frenar e incluso hacer dar marcha atrás a algunos de los nocivos efectos sobre el entorno que está generando el capitalismo.
El primitivismo es un cuento de hadas – no ofrece ningún camino en la lucha por una sociedad libre. A menudo sus adherentes acaban por socavar esa lucha al atacar a las verdaderas cosas, como la organización de masas, que se requieren para conseguirla. Aquellos primitivistas que se planteen seriamente cambiar el mundo deberían replantearse por qué están luchando.
Andrew Flood
11 de junio de 2004
Civilización, primitivismo y anarquismo
Durante la última década algunos autores, la mayoría afincados en los EEUU, han hecho una crítica general de la civilización. Algunos de ellos han optado por presentarse a sí mismos como anarquistas, aunque generalmente prefieren presentarse como primitivistas. Su tesis central es que la "civilización" es en sí misma un problema que conduce a nuestro fracaso en llevar una vida agradable. La lucha por el cambio sería, pues, una lucha contra la civilización y por un mundo donde la tecnología haya sido eliminada.
Es una propuesta interesante que tiene algún mérito como ejercicio intelectual. Pero el problema es que algunos de sus partidarios han usado el primitivismo como base para sus ataques contra otras propuestas de cambio social. Para encarar este reto, los anarquistas necesitamos en primer lugar ver si el primitivismo ofrece algún tipo de alternativa realista para el mundo tal como es.
Nuestro punto de arranque es que la expresión "la vida es dura" siempre puede ser contestada con la réplica "es mejor que la alternativa". Esto constituye una prueba importante para todas las críticas al mundo "tal como lo conocemos", incluida la anarquista. ¿Qué problema habría si la alternativa es mejor?
Incluso si no pudiéramos esbozar nuestra "alternativa mejor", las críticas del mundo tal y como lo conocemos podrían tener cierto valor intelectual. Pero tras el desastre del siglo XX, cuando las consideradas alternativas, como el leninismo, crearon dictaduras de gran duración que mataron a millones de personas, la pregunta "¿es vuestra alternativa algo mejor a lo que hay?" tiene que ser hecha a cualquiera que abogue por el cambio.
La crítica primitivista al anarquismo se basa sobre el argumento de que han descubierto una contradicción entre la libertad y la sociedad de masas. En otras palabras, ven imposible que una sociedad que englobe a grupos mayores que una aldea sea una sociedad libre. Si esto fuera cierto, haría inviable la propuesta anarquista de un mundo construido sobre la “libre federación de pueblos, ciudades y campos”. Dichas federaciones y centros de población son evidentemente una forma de sociedad de masas/civilización.
Sin embargo, el movimiento anarquista ha respondido a esta aparente contradicción desde sus orígenes. Ya en el siglo XIX los liberales defensores del Estado apuntaban dicha contradicción para justificar la necesidad de que unos seres humanos mandaran sobre otros. Miguel Bakunin respondió esto en 1871 en su ensayo sobre “La comuna de París y la noción de Estado”:
“Se dice que el acuerdo y la solidaridad universal de los individuos y de la sociedad no podrá darse nunca porque esos intereses, siendo contradictorios, no están en condición de contrapesarse ellos mismos o bien de llegar a un acuerdo cualquiera. A una objeción semejante responderé que si hasta el presente los intereses no han estado nunca ni en ninguna parte en acuerdo mutuo, ello tuvo su causa en el Estado, que sacrificó los intereses de la mayoría en beneficio de una minoría privilegiada. He ahí por qué esa famosa incompatibilidad y esa lucha de intereses personales con los de la sociedad, no es más que otro engaño y una mentira política, nacida de la mentira teológica que imaginó la doctrina del pecado original para deshonrar al hombre y destruir en él la conciencia de su propio valor… Estamos convencidos de que toda la riqueza del desarrollo intelectual, moral y material del hombre, lo mismo que su aparente independencia, son el producto de la vida en sociedad. Fuera de la sociedad, el hombre no solamente no sería libre, sino que no sería hombre verdadero, es decir, un ser que tiene conciencia de sí mismo, que siente, piensa y habla. El concurso de la inteligencia y del trabajo colectivo ha podido forzar al hombre a salir del estado de salvaje y de bruto que constituía su naturaleza primaria. Estamos profundamente convencidos de la siguiente verdad: que toda la vida de los hombres, es decir, sus intereses, tendencias, necesidades, ilusiones, e incluso sus tonterías, tanto como las violencias, y las injusticias que en carne propia sufren, no representa más que la consecuencia de las fuerzas fatales de la vida en sociedad. Las gentes no pueden admitir la idea de independencia mutua, sin renegar de la influencia recíproca de la correlación de las manifestaciones de la naturaleza exterior”.
Qué nivel de tecnología
La mayoría de primitivistas eluden la pregunta de a qué nivel de tecnología querrían retornar escondiéndose bajo el argumento de que ellos no proclaman una vuelta a nada, sino que por el contrario quieren ir hacia delante. Teniendo esto en mente, un resumen de su posición al respecto es que ciertas tecnologías son aceptables, hasta el nivel de una pequeña aldea sustentada por la caza y la recolección. El problema, para los primitivistas, comienza con el desarrollo de la agricultura y de la sociedad de masas.
Por supuesto que “civilización” es un término muy genérico, lo mismo que “tecnología”. Algunos primitivistas han llevado sus argumentos hasta sus conclusiones lógicas. Uno de ellos es John Zerzan, que identifica las raíces del problema en la aparición del lenguaje y del pensamiento abstracto. Éste es el corolario lógico del rechazo primitivista de la sociedad de masas.
Para este artículo tomaré como punto de partida que la forma de sociedad futura propugnada por los primitivistas fuera similar, en lo que a tecnología se refiere, a la que existió hace 12.000 años, en el umbral de la revolución agrícola. Con esto, no quiero decir que pretendan “volver atrás”, algo que de todos modos sería imposible. Pero debido a que buscan ir hacia delante haciendo tabla rasa de toda la tecnología incorporada desde la revolución agrícola, el resultado no puede más que parecerse bastante a las sociedades preagrícolas de 10.000 años a.c. Dado que éste es el único modelo que tenemos sobre una sociedad de ese tipo, parece razonable usarlo para examinar los argumentos primitivistas.
Una cuestión de números
Los cazadores-recolectores vivían de la comida que podían cazar o recolectar. Los animales podían ser cazados o atrapados, mientras que lo que se recolectaba era fruta, frutos secos, hierbas y raíces. Hace 12.000 años todo ser humano vivía como cazador-recolector. Hoy sólo un reducido número de individuos lo hace, en regiones aisladas y marginales del planeta como el desierto, la tundra ártica o la selva. Algunos de estos grupos, como los Acre, sólo han empezado a tener contacto con el resto de la humanidad en décadas recientes, otros como los Inuit han tenido contactos desde hace muco tiempo y han adoptado tecnologías que van más allá de las desarrolladas localmente. Estos últimos grupos forman parte plenamente de la sociedad global y han contribuido al desarrollo de nuevas tecnologías.
En ecosistemas marginales la caza y la recolección a menudo suponen el único modo viable de obtener comida. El desierto es demasiado árido para una agricultura sostenible y el ártico demasiado frío. La única posibilidad restante es el pastoreo, el uso de animales semi-domesticados como fuente de alimentación. Por ejemplo, en el ártico escandinavo, el control de movimientos de los renos por parte de los Sami les proporciona recursos alimenticios regulares.
Los cazadores-recolectores sobreviven gracias a la comida que cazan y recolectan. Esto requiere una densidad de población muy reducida; del mismo modo, el crecimiento de la población está limitado por la necesidad de evitar una sobreexplotación de la caza. Demasiada recolección de vegetales comestibles puede asimismo reducir el número de ellos disponibles posteriormente. Aquí reside el principal problema que presenta la idea primitivista de que todo el planeta podría vivir como cazador-recolector: con la comida obtenida en los ecosistemas naturales no se podría alimentar más que a una reducida fracción de la población actual.
Debería ser evidente que la cantidad de calorías que un ser humano puede obtener de una hectárea de bosque de robles es mucho menor que la que puede conseguir de una hectárea de maíz. La agricultura proporciona más, muchas más, calorías por hectárea que la caza y recolección en el mismo espacio. Esto es así porque hemos estado 12.000 años seleccionando plantas y mejorando las técnicas agrícolas de modo que por hectárea obtenemos cada vez más ejemplares útiles para servirnos de alimento y desechamos plantas que no lo son. Basta comparar cualquier superficie cultivada de cereal con una salvaje para ilustrar esto, la cultivada tendrá ejemplares de cereal mucho mayores que la otra y habrá mucha mayor proporción de cereal que de malas yerbas. Hemos seleccionado plantas que producen una elevada proporción de biomasa comestible.
En otras palabras, un pino puede ser tan bueno o mejor que una lechuga en capturar la energía solar que cae sobre él. Pero con la lechuga un alto porcentaje de la energía capturada se convierte en comida (alrededor de un 75%). Con el pino, la energía no produce alimento que podamos comer. Comparemos el alimento que puede obtenerse de un bosque cualquiera con el que puede obtenerse de un par de metros cuadrados de huerto cultivado incluso con un escaso aporte de energía orgánica y veremos por qué la agricultura es una necesidad para la población del planeta. Un acre de patatas cultivadas ecológicamente puede aportar 15.000 libras de comida. Un cuadrado de 65 metros de lado es algo más grande que un acre.
La población estimada del planeta antes de la aparición de la agricultura (10.000 a.c.) estaba según las estimaciones más bajas en torno a los 250.000 habitantes. Otras estimaciones son más elevadas y llegan hasta los 6 o los 10 millones. La población actual de la Tierra se acerca a los 6.000 millones.
Estos 6.000 millones están casi en su totalidad sustentados por la agricultura. No pueden ser mantenidos por la caza y la recolección, incluso se sugiere que los 10 millones de cazadores-recolectores que podían haber existido antes de la agricultura tampoco eran ya sostenibles. La evidencia para esto está en la catástrofe del Pleistoceno, un período entre el 12.000 y el 10.000 a.c. en el cual 200 especies de grandes mamíferos se extinguieron. Una hipótesis de las barajadas es que se debió a un exceso de actividad cazadora. La aparición de la agricultura (y de la civilización), de ser esto cierto, pudo tener que ver también con la ausencia de una amplia gama de caza que forzó a los cazadores-recolectores a sedentarizarse y hallar otras vías para obtener alimento.
Lo cierto es que está comprobado que una sobreexplotación de la caza similar tuvo lugar a la llegada del ser humano a islas de la Polinesia. El exceso de caza provocó la extinción del dodo en las islas Mauricio y del moa en Nueva Zelanda, por mencionar algunos ejemplos.
Vivir en la ciénaga en invierno
Para mostrar desde otro ángulo que el primitivismo no puede mantener a toda la población del planeta usaré Irlanda (donde vivo) como ejemplo. Abandonado a sí mismo, el paisaje irlandés estaría constituido, mayormente, por robledales, algunos avellanos, maleza y ciénagas. Entra en un bosque de robles y a ver cuánta comida encuentras. Bellotas, zarzamoras, algunos ajos silvestres, fresas salvajes, setas comestibles, miel y la carne de animales como el ciervo, la ardilla, la cabra salvaje y la paloma. Pero eso son muchas, pero que muchas menos calorías, que las que aportaría la misma área cultivada con patatas o con trigo. Simplemente, no hay bastante territorio en Irlanda como para alimentar a 5 millones de personas, la población actual de la isla, como cazadores-recolectores.
Los cazadores-recolectores suelen vivir con una densidad de población de 1 habitante por 10 kilómetros cuadrados (la densidad de población actual de Irlanda es de alrededor de 500 habitantes por 10 kilómetros cuadrados). Aplicando este baremo, el número de habitantes de Irlanda debería ser menor de 70.000. Probablemente menos del 20% de Irlanda sea tierra cultivable. Las ciénagas y los pedregales aportan poco en materia de alimentación a los seres humanos. En invierno hay poco que recolectar (quizás algunas nueces escondidas por ardillas y algo de miel salvaje) e incluso sólo esos 70.000 individuos viviendo de la caza extinguirían a los grandes mamíferos (ciervo, cabra salvaje) rápidamente. Las áreas costeras y los grandes ríos y lagos probablemente serían la principal zona de caza y el modo de obtener algo de pesca y de algas comestibles.
Pero aun siendo benévolos y asumiendo que Irlanda podría mantener a 70.000 cazadores-recolectores, resulta que necesitaríamos “eliminar” unos 4.930.000 habitantes. Es decir, el 98´6% de la población actual. La arqueología estima en 7.000 el número de habitantes de Irlanda antes de la llegada de la agricultura.
Al hecho de que cierta cantidad de terreno puede mantener a cierto número de gente dependiendo de cómo sea (o, en este caso, cómo no sea) cultivada se conoce como su “capacidad de carga”. Puede calcularse para el planeta como un todo. Un cálculo reciente para los cazadores-recolectores da un máximo de 100 millones, pero para darse cuenta de lo que significa este máximo hay que saber que el máximo para un mundo agrario es de 30.000 millones. ¡Seis veces más que la población actual!
Cojamos este número máximo de 100 millones en vez de la aproximación histórica máxima de 10 millones. Esta sería una estimación generosa, bien por encima de las cifras que los primitivistas se atreven a calcular. Por ejemplo, Ann Thropy estimaba en la revista norteamericana “Earth First!” que “Ecotopía sería un planeta con cerca de 50 millones de habitantes que cazarían y recolectarían para subsistir”.
Actualmente el planeta tiene alrededor de 6.000 de habitantes. Una vuelta a un planeta “primitivo” requiere, pues, que desaparezcan 5.900 millones. Algo le tiene que pasar al 98% de la población mundial para que los 100 millones de supervivientes tengan una mínima esperanza de una utopía primitiva sostenible.
¿Juego sucio?
Al llegar a este punto algunos autores primitivistas, como John Moore, protestan, rechazando la sugerencia de “que los niveles de población previstos por los anarco-primitivistas tendrían que ser alcanzados por matanzas colectivas o por campos de exterminio al estilo nazi. No se trata de otra cosa que de difamaciones. El objetivo de los anarco-primitivistas de abolir todas las relaciones de poder, incluido el Estado con todo su aparato administrativo y represivo, y toda clase de partido u organización, significa que cualquier tipo de matanza organizada de este tipo queda fuera de toda duda, así como planes horrendos semejantes”.
El problema, John, es que esas “difamaciones” no sólo están basadas en las conclusiones lógicas de las premisas de un mundo primitivista, sino que han sido defendidas explícitamente por otros primitivistas. Los 50 millones de Ann Thropy ya han sido apuntados. Un FAQ primitivista afirma “tendrán lugar drásticos recortes de población sean voluntarios o no. Sería mejor, por razones obvias, que fueran graduales y voluntarios, pero si no los hacemos, la población humana será recortada de todos modos”.
La Coalición contra la Civilización escribe “Necesitamos ser realistas acerca de lo que pasaría en el momento de dar el salto a un mundo pos-civilizado. Algo elemental es que gran cantidad de gente moriría en el transcurso del colapso civil. Aunque sea difícil de decírselo a una persona moralista, no podemos pretender que eso no sea así”.
Más recientemente Derrick Jensen, en una entrevista recogida en el número 6 de “The 'A' Word Magazine” decía que la civilización “ha de ser combatida activamente, pero no creo que podamos hacerla caer. Lo que podemos hacer es ayudar a la naturaleza a derribarla… Quiero que la civilización colapse y lo quiero ahora”. Acabamos de ver más arriba cuáles serían las consecuencias de “derribar” la civilización.
En unas palabras, no son pocos los primitivistas que reconocen que el mundo primitivo que desean requeriría “matanzas colectivas”. No me he encontrado con nadie que abogue por “campos de la muerte al estilo nazi”, pero quizás John no hace más que extender sobre el tema una cortina de humo. Primitivistas como John Moore pueden seguir negándose a afrontar esta cuestión de las muertes masivas recurriendo a la justificación emocional y a acusar a quienes señalan la necesidad de ellas de recurrir a la “difamación”. Pero es él quien aún debe explicar cómo podrían alimentarse 6.000 millones de personas o admitir que el primitivismo no es más que un pasatiempo intelectual.
Mi punto de vista es que cualquiera que se plantee esta necesidad de muertes masivas concluirá que el “primitivismo” no ofrece nada por lo que luchar. Unos pocos, como los superviventistas confrontados a la amenaza de guerra nuclear de los 80, acabarán concluyendo en que todo esto es inevitable y empezarán a planear cómo sus seres queridos podrían sobrevivir cuando los demás murieran. Pero este grupo está, a mi modo de ver, lejos, muy lejos de cualquier clase de anarquismo. Por tanto, el prefijo de “anarco” que reclaman los primitivistas no tiene razón de ser.
La mayoría de los primitivistas huye de la cuestión de la necesidad de muertes masivas de dos maneras.
Los más conciliadores han decidido que el primitivismo no sea un programa para un modo diferente de funcionamiento del mundo. Existiría como una crítica a la civilización pero no como una alternativa a la misma. Esto es bastante saludable y tiene su valor el re-examinar los presupuestos básicos de la civilización. Pero en ese caso el primitivismo no es un sustituto de la lucha anarquista por la liberación, que incluye el adoptar la tecnología para nuestras necesidades en vez de rechazarla. El problema es que a los primitivistas les gusta atacar los métodos de organización que son necesarios para acabar con el capitalismo. Es bastante razonable si piensas que tienes una alternativa al anarquismo pero bastante nocivo si todo lo que tienes es una crítica interesante.
Otros primitivistas, sin embargo, han tomado el camino del oráculo, diciéndonos que no son más que meros profetas de un Apocalipsis inevitable. Ellos no desean la muerte de 5.900 millones de personas, sólo apuntan que no puede ser evitada. Merece la pena examinar esto detalladamente precisamente porque es bastante desmovilizador. ¿Qué sentido tiene luchar hoy por una sociedad mejor si, al fin y al cabo, mañana o pasado el 98% de nosotros va a morir y todo lo que hemos construido quedará convertido en polvo?
¿Estamos todos condenados?
Los primitivistas no son los únicos que usan la retórica catastrofista para que la gente acepte sus propuestas políticas. Reformistas como George Monbiot usan argumentos del tipo “estamos condenados” para intentar que la gente acepte sus propuestas reformistas a favor de un gobierno mundial. En las últimas décadas, la creencia de que el mundo está de un modo u otro condenado se ha convertido en parte de la cultura común, primero durante la guerra fría y después ante un desastre medioambiental. George Bush y Tony Blair crearon pánico sobre las armas de destrucción masiva para dar cobertura a su invasión de Iraq. La necesidad de examinar y desmontar esos pánicos es clara.
La forma más recurrente de pánico al “fin de la civilización” es la de la crisis energética que hará la vida imposible tal y como la conocemos. Y la energía en la que se centran quienes usan este argumento es el petróleo. Todo lo que producimos, incluida la comida, depende de aportes masivos de energía y el 40% de la energía que se usa en el mundo es generada por el petróleo.
La versión primitivista de esto viene a ser que “todo el mundo sabe que en X años el petróleo se acabará, esto quiere decir que la civilización tocará a su fin y que un montón de gente morirá. Por eso debemos asumir lo inevitable”. El argumento del fin del petróleo es para los primitivistas el equivalente de “la crisis económica final que resultará de las contradicciones del capitalismo” para un marxista ortodoxo. Y, exactamente igual que los marxistas ortodoxos, los primitivistas proclaman que la crisis final está a la vuelta de la esquina.
Examinado de cerca, este argumento se desmorona y se hace evidente que ni el capitalismo ni la civilización afrontan una crisis final a causa del fin del petróleo. Esto no es así porque el petróleo sea inagotable, de hecho debemos haber alcanzado el pico de la producción de petróleo hacia 1994. Pero lejos de suponer el fin del capitalismo y de la civilización, es una oportunidad para obtener beneficios y reestructurarse. El capitalismo, a pesar de ser reacio a ello, se está preparando para obtener beneficios por una parte del desarrollo de fuentes de energía alternativas y por otra del acceso a abundantes pero más destructivos yacimientos de combustibles fósiles. El segundo camino lleva, por supuesto, al calentamiento global y otras formas de contaminación mucho peores, pero esto no es suficiente para frenar a la clase capitalista global.
No sólo los primitivistas han quedado hipnotizados por la crisis del petróleo, por eso me ha ocupado del tema en otro ensayo. Pero resumiendo, mientras que el precio del petróleo seguirá subiendo durante décadas, el proceso para desarrollar sustitutos para él está ya en desarrollo. Dinamarca, por ejemplo, se propone producir el 50% de la energía que necesita mediante molinos de viento para el año 2030 y empresas danesas ya están ganando grandes cantidades de dinero porque son las principales productoras de turbinas eólicas. Todo indica que las horas contadas del petróleo supondrán una oportunidad para el capitalismo de obtener ganancias en vez de algún tipo de crisis final para él.
Podría producirse una crisis energética de modo que empezara a subir el precio del petróleo y las tecnologías alternativas aún no fueran capaces de llenar ese 40% de generación de energía que actualmente supone el petróleo. Esto ocasionaría que el petróleo y por tanto el precio de la energía aumentaran aún más, pero esto sólo sería una crisis para los pobres del mundo y no para los potentados, algunos de los cuales incluso sacaría más beneficios. Una crisis energética severa podría desencadenar una caída económica global, pero son los trabajadores los que más sufren sus consecuencias cuando se producen. Hay un buen argumento, el que las elites del mundo ya están preparadas para esas eventualidades, muchas de las recientes guerras de los EEUU se explican en términos de asegurar reservas de petróleo para las compañías norteamericanas.
El capitalismo es capaz de sobrevivir a una crisis muy destructiva. En la II Guerra Mundial muchas de las principales ciudades europeas quedaron destruidas y la mayoría de la industria de la Europa central quedó desecha (por los bombardeos, por la guerra, por la retirada alemana y por el avance ruso). Millones de trabajadores europeos murieron como resultado de la guerra y de los años que la siguieron. Pero el capitalismo no sólo sobrevivió, sino que floreció, ya que el hambre permitió que se redujeran los salarios y aumentaran los beneficios.
¿Qué pasaría si…?
Sin embargo, está bien especular con la idea del fin del petróleo. Si fuera cierto que no hubiera alternativa ¿qué pasaría? ¿Podría emerger una utopía primitivista del amargo precio de 5.900 personas muertas?
No. Los primitivistas parecen olvidar que vivimos en una sociedad de clases. La población del planeta está dividida entre unos pocos con vastos recursos y poder y el resto de nosotros. No estamos en las mismas condiciones de acceso a los recursos, al contrario, hay una increíble desigualdad. Entre aquellos que perecerían en esas muertes masivas no estarían Rupert Murdoch, Bill Gates o George Bush, dado que esta gente tiene el dinero y el poder que les permiten monopolizar los recursos.
Por el contrario, los primeros en morir en gran número serían los habitantes de las megalópolis más pobres del planeta. En Egipto, El Cairo y Alejandría tienen una población de 20 millones de personas entre las dos. Egipto es dependiente, en materia de alimentación, tanto de la importación como de la agricultura extremadamente intensiva del valle del Nilo y de los oasis. A excepción de una restringida elite, estos 20 millones de habitantes urbanos no tendrían ningún lugar a donde ir y no hay más tierra que pueda ser cultivada. La alta productividad de las cosechas actuales depende en gran parte de elevados aportes de energía barata.
La muerte de millones de personas no es algo que destruya al capitalismo. Al contrario: ha habido periódicos históricos en los que se ha visto como natural e incluso deseable para la modernización del capital. La hambruna de la patata en los años 40 del siglo XIX que redujo la población de Irlanda en un 30% fue vista como deseable por muchos defensores del mercado libre. Del mismo modo, el hambre de 1943/4 en la Bengala inglesa, a causa de la cual murieron cuatro millones de personas. Para la clase capitalista, tales muertes masivas, en particular en las colonias, ofrecen oportunidades para introducir reestructuraciones económicas que de otro modo serían combatidas.
Como resultado real de una crisis de “fin de la energía” veríamos cómo los que manejan el cotarro monopolizan los recursos sobrantes y los usan para alimentar el armamento usado para controlar a aquellos de nosotros lo suficientemente afortunados como para trabajar para ellos en los campos de energías renovables. A la desgraciada mayoría se la mantendría donde está y allí podrían morir tranquilamente. Más parecido a “Matrix” que a una utopía, vaya.
Otro punto que hay que destacar es que la destrucción puede servir para regenerar al capitalismo. Nos guste o no, la destrucción en gran escala permite a algunos capitalistas ganar grandes sumas. Pensemos en la guerra de Iraq. La destrucción de la infraestructura iraquí puede constituir un desastre para los iraquíes, pero está suponiendo una bendición para Halliburton y compañía. No por casualidad la guerra de Iraq está ayudando a los EEUU, donde están establecidas las mayores corporaciones, a hacerse con el control de las zonas del planeta donde se produce y se producirá la mayor parte del petróleo.
Podemos llevar nuestro ejercicio intelectual mucho más lejos. Dejad que imagine por un momento que algunos anarquistas fuéramos transportados como por arte de magia desde nuestro planeta hasta otro planeta parecido a éste. Y que nos encontráramos allí sin ninguna clase de tecnología. Los pocos primitivistas que hubiera entre nosotros puede que empezaran a correr tras los ciervos, pero la mayoría se asentaría y se pondría manos a la obra a crear una civilización anarquista. Muchas de las habilidades que tenemos tal vez no serían allí de utilidad (saber programar, sin ordenadores vale para poco) pero entre nosotros tendríamos conocimientos básicos de agricultura, ingeniería, hidráulica y física. La siguiente vez que los primitivistas merodearan por nuestra zona de asentamiento se encontrarían con un paisaje de granjas y presas.
Tendríamos al menos carros y posiblemente animales domesticados, si de los existentes hubiera alguno bueno para ello. Enviaríamos partidas para buscar yacimientos de carbón y de hierro y si los encontráramos los extraeríamos y transportaríamos el mineral. Si no, estaríamos talando un montón de árboles para convertirlos en leña de la que podríamos usar para extraer hierro o cobre a partir de lo que pudiéramos estar encontrando. El horno y la fundición también formarían parte del panorama. Tenemos algún conocimiento médico y, lo que es más importante, un conocimiento de los gérmenes y de la higiene, de modo que tendríamos tanto un sistema básico de purificación de agua como sistemas para tratar las aguas residuales.
Comprenderíamos la importancia del conocimiento, de modo que tendríamos un sistema educativo para nuestros niños y al menos los rudimentos de un almacenamiento a largo plazo del conocimiento (libros). Podríamos probablemente encontrar los ingredientes para la pólvora, que son bastante comunes, lo cual nos daría la tecnología explosiva necesaria para la minería y la construcción. Si hubiera una cantera de mármol cercana, podríamos ponerla en uso, pues es un material constructivo mucho mejor que la madera o el barro.
La tecnología no nos llegó de los dioses. No fue impuesta al ser humano por alguna misteriosa fuerza exterior. Por el contrario, fue algo que desarrollamos y continuamos desarrollando. Incluso si pudieras dar marcha atrás al reloj, empezaría a contar de nuevo hacia delante. John Zerzan parece ser el único primitivista capaz de reconocer esto y sitúa la aparición del problema en la aparición del lenguaje y del pensamiento abstracto. Él es al mismo tiempo lúcido y ridículo. Su visión de la utopía requiere no sólo la muerte de la inmensa mayoría de la población mundial, sino que también requeriría una lobotomía con ingeniería genética para quienes sobrevivieran y para sus descendientes. No es por supuesto algo por lo que abogue, sino el punto de llegada lógico de su argumentación.
¿Por qué nos molestamos en rebatir sus tesis?
De modo que ¿por qué emplear tanto espacio en demoler una ideología tan frágil como el primitivismo? Una razón es la desconcertante conexión con el anarquismo que algunos primitivistas buscan establecer. Además es importante denunciar que el primitivismo, tanto por sus implicaciones como por sus proclamas, llama a sus seguidores a rechazar el racionalismo por el misticismo y la fusión con la naturaleza. No es el primer movimiento ecologista irracional que lo hace, un buen segmento del partido nazi alemán provenía de los movimientos de adoración al bosque, a la sangre y a la tierra que surgieron en Alemania con posterioridad al fin de la primera guerra mundial.
Éste no es un peligro imaginario. Dentro del primitivismo una autoproclamada ala irracional, si no ha abogado aún por “campos de la muerte al estilo nazi”, sí que ha celebrado abiertamente, como primer paso, las muertes y el asesinato de gran número de personas.
En diciembre de 1997, la publicación norteamericana “Earth First” escribía que “la epidemia del SIDA, lejos de ser una calamidad, es un proceso bienvenido en la inevitable reducción de la población humana”. Hacia las mismas fechas en Gran Bretaña Steve Booth, uno de los editores de una revista llamada “Green Anarchist”, escribía que:
“Quienes pusieron las bombas en Oklahoma tuvieron una idea acertada. La lástima fue que no hicieran explotar ninguna oficina gubernamental más. Incluso así, hicieron lo que pudieron y ahora hay al menos 200 automatones del gobierno que no tendrán nunca más capacidad de oprimir.
La secta del gas sarín de Tokio tuvo una idea acertada. La lástima fue que al probar el gas un año antes del ataque, se pusieron al descubierto. No fueron lo bastante secretistas. Tenían la tecnología para producir el gas pero el método de ponerlo en práctica fue inefectivo. Algún día los grupos serán totalmente secretos y sus métodos de fumigación serán completamente efectivos”.
Así es como acabas cuando celebras que la racionalidad deje paso a la irracionalidad. Cuando el sueño de “correr con los ciervos” tiene que abordar el problema de hacer una revolución en un planeta de 6.000 millones de personas. Las ideas de arriba sólo pueden tener conclusiones reaccionarias. Su lógica es elitista y jerárquica, poco más que una nueva versión semi-secular de gente elegida por los dioses que extermina a los no creyentes. Ciertamente, no tiene nada en común con el anarquismo.
Necesitamos más, no menos tecnología
Lo que nos lleva de nuevo al principio. La civilización trae consigo muchos, muchos problemas, pero es mejor que su alternativa. El reto para los anarquistas es transformar esta civilización en una sin jerarquías ni desequilibrios de poder o de riqueza. Este reto no es nuevo, ha sido siempre el reto del anarquismo, como expone la larga cita de Bakunin al principio de este ensayo.
Para hacerlo necesitamos tecnología avanzada para limpiar nuestras aguas, procesar nuestros residuos y vacunar o curar a la gente de las enfermedades de una población muy densa. Con un mundo de sólo 10 millones de habitantes puedes echar basura en el bosque con tal de que sigas moviéndote. Con 6.000 millones, aquellos que cagan los bosques están cagándose en el agua que ellos y quienes están a su alrededor tienen que beber. Según la ONU “cada año, más de 2´2 millones de personas mueren a causa de enfermedades relacionadas con el agua y el sistema de alcantarillado, muchos de ellos niños”. Cerca de 1.000 millones de habitantes urbanos no tienen acceso a un alcantarillado sostenible. Se calcula que “en 43 ciudades africanas… el 83% de la población no tiene excusados conectados a un sistema de alcantarillado”.
El reto no es simplemente construir una civilización que mantenga los niveles de vida actuales. El reto es elevar el nivel de vida de todos haciéndolo de un modo sostenible. Sólo puede conseguirlo un mayor desarrollo tecnológico unido a una revolución que elimine la desigualdad en todo el planeta.
Es una desgracia que algunos anarquistas que viven en los países más desarrollados, más ricos y más tecnificados prefieran jugar al primitivismo en vez de preocuparse en pensar sobre cómo podemos realmente cambiar el mundo. La transformación global que se requiere hará que todas las revoluciones precedentes parezcan insignificantes.
El principal problema no es simplemente que el capitalismo no tenga el menor reparo en dejar a una gran proporción de la población mundial en la pobreza. El problema es también que el desarrollo se ha orientado a crear consumidores para futuros productos en vez de a proveer a la gente de lo que necesita.
El transporte constituye el ejemplo más sencillo. Exista una gran variedad de medios de transporte de masas que pueden mover gran número de personas de un lugar a otro a gran velocidad. Pues en la última década el capitalismo se ha concentrado en sistema que usa mayores recursos por viajero tanto en lo que respecta a construirlo como en lo requiere para andar. Es el coche individual.
A lo largo de amplias zonas de las áreas más desarrolladas del mundo esta es prácticamente la única forma de moverse de manera eficiente. El coche ha creado las extensas megalópolis de las cuales quizás sea Los Ángeles el modelo más infame. Allí se ha creado una ciudad cuya disposición urbana hace de la propiedad individual de un coche algo casi obligatorio.
Esta forma de transporte no es una solución para la mayoría de la población mundial. Y no es simplemente que la mayoría no pueda actualmente costearse un coche. Los recursos empleados en la construcción de los 3.000 millones de coches necesarios para que cada humano adulto tuviera uno no existen. Ni existen los recursos (el petróleo) necesarios para que esos 3.000 millones de automóviles marchen.
De modo que mantener las tecnologías existentes y desarrollar otras nuevas no puede consistir simplemente en asumir la producción capitalista (o sus métodos de producción) bajo bandera rojinegra. De la misma manera que la futura sociedad anarquista buscaría abolir el aburrido y monótono trabajo en cadena, necesitaría también cambiar radicalmente la naturaleza de lo producido. A un nivel básico, en lo que se refiere a los transportes, esto podría empezar por una gran reducción en la producción de coches y un gran aumento de la de bicicletas, motocicletas, trenes, autobuses, camiones y minibuses.
No soy ni un “experto en transportes” ni trabajo en el ramo, de manera que no puedo hacer más que tratar de adivinar por dónde irían esos cambios. Pero deberíamos ser conscientes que fuera del mundo occidental la necesidad de transporte a menudo se solventa mediante métodos mucho menos individualistas que aquí. Sólo los ricos pueden permitirse un coche, pero el común de la población se desplaza casi tan rápido como ellos de un punto a otro usando no sólo el autobús y el tren, sino también sistemas colectivos de larga distancia, como taxis colectivos y minibases que viajan de una localidad a otra cuando están llenos.
Éste es el reto para el anarquismo. No sólo abolir el orden mundial capitalista actual, sino asistir al nacimiento de un mundo nuevo. Un mundo que sea capaz al menos de ofrecer el mismo acceso a los bienes, al transporte, a la sanidad y a la educación que el que goza actualmente la “clase media” en los países escandinavos.
Será esta nueva sociedad la que decida sobre qué nuevas tecnologías se necesitan y cómo adaptar las ya existentes a los retos del mundo nuevo. Es bastante probable que algunas tecnologías, si no descartadas, sí que serán mucho más infravaloradas. Es difícil de creer, por ejemplo, que decidiéramos construir nuevas centrales nucleares. Los organismos genéticamente modificados deberían probar que son algo más que una posibilidad de obtener mayores beneficios y un mayor control sobre el mercado por parte de las corporaciones, al menos probar que los beneficios son mayores que los riesgos.
Mientras el capitalismo exista continuará contaminando el entorno con tal de obtener beneficios. Sólo reaccionará a la crisis energética cuando sea rentable y por ello pasarán muchos años antes de que el petróleo sea reemplazado, y esto posiblemente signifique pobreza y muerte para muchos de los seres humanos más pobres. Pero no podemos solventar estos problemas soñando en una especie de edad de oro perdida donde la población del mundo era tan baja que podía sustentar la caza y la recolección. Sólo podremos aportar una solución construyendo los movimientos masivos que además de derribar el capitalismo abran paso a una sociedad libertaria. Y para el camino necesitamos encontrar formas de frenar e incluso hacer dar marcha atrás a algunos de los nocivos efectos sobre el entorno que está generando el capitalismo.
El primitivismo es un cuento de hadas – no ofrece ningún camino en la lucha por una sociedad libre. A menudo sus adherentes acaban por socavar esa lucha al atacar a las verdaderas cosas, como la organización de masas, que se requieren para conseguirla. Aquellos primitivistas que se planteen seriamente cambiar el mundo deberían replantearse por qué están luchando.
Andrew Flood
11 de junio de 2004
"No más derechos sin deberes, no más deberes sin derechos"
Un articulo lleno de lindezas!. Todo critica constructiva
paso a comentarlo:
Este comentario, muy peligroso para cualquier no anarcosindicalista, pretende apartar de la corriente anarquista cualquier propuesta que no sea la suya, la famosa aparicion de federaciones y un sindicato que controle la produccion. Por el hecho de no organizarnos de la misma forma no dejamos de ser anarquistas. Mirar al movimiento autonomo, a los insus, a los individualistas, a otros muchos.... ¿acaso sus propuestas no son aanrquistas? Ser anarquista es basicamente ser anti-autoritario. Y aki el unico autoritario aprece ser el autor del articulo, queriendo imponer sus ideas de organizacion como "las unicas"
Los primitivistas lo que quieren mas bien es acabar con una forma determinada de economia/produccion. Creen que cierto grado de tecnologia implica la aparicion de desigualdades debido a estos sistemas de organizacion mas complejos y a una economia ya basada en la produccion/consumo. Muchos anarco-primitivistas estan a favor de la permacultura o el cultivo de bosques, no solo de la caza recoleccion.
Zerzan es uno de los principales teoricos primitivistas, pero tambien es cierto que es de los mas criticados dentro del primitivismo, debido a sus conclusiones radicales. La suya no es la consecucion logica del primitivismo, el autor mas "clasico" del aanrco-primitivismo es Fredy Perlman con su libro Against His-tory Against leviathan, que desarrolla posturas diferentes, criticando las emncionadas antes "instituciones impersolas" el delegar tu poder a otro digamos como el origen de muchas de las relaciones de explotacion existentes.
Como evidente imaginaras, una revolucion, no es chaskar los dedos y de repente vivir libre y como quieras. Es un proceso de ruptura con lo existente. En la sociedad de la hiperproduccion tenemos grandes cantidades de excedentes que podrian ser utilizados para amortiguar la caida de un sistema de produccion industrial como el actual y poco a poco adaptarnos a un sistema economico diferente, que aunque implique menor produccion, sea ams adecuado a los seres humanos.
Como ya he dicho tambien antes. No solo de caza/recoleccion vive el primitivista
, existe la permacultura y otras tecnicas...
Estos parrafos si que dan mucho miedo, se parecen a un noticiario de television, cogen a un individuo y apartir de el generalizan. Es como si cogieramos a los anarco-fascistas y dijeramos que como por su manera de organizarse son anarquistas, todos los anarquistas somos iguales, unos racistas... ridiculo
Ante todo somos anarquistas que no se olvide la gente, esto incluye anti racismo, evidentemente...
La idea que tengo yo sobre la crisis que venga es que obviamente es mala para la humanidad y podria morir mucha gente (mas con los estados actuales). Por otra parte la veo inevitable (por la logica expansionista) y cuanto mas tiempo tarde en caer, tmb pienso que sera peor para todos nosotros. El objetivo es intentar amortiguar esta caida en la amyor parte posible, creando lazos comunitarios, cambiando un poco la mentalidad actual de la gente y a aprtir de ahi construir algo mejor. Hay que pensar tambien en todos los restos apovechables de lo que quedara de la civilziacion e itnentar que actitudes autoritarias no se volvieran a repetir.
De todas formas lo mejor es no contar con esta crisis y empezar a actuar desde ya.
Y sigue con el tema de la crisis....
El tema de la proxima criss no es ni de lejos el eje central de la teoria anrco-primitivista.
Enterate tambien, que si ocurre, afectara tanto a primitivistas como a sindicalistas, deberias ir pensando tu soluciones, en vez de criticar las de otros
Nuestro objetivo igual que el de todos los anarquistas imagino es amortiguar esta caida en la medida de lo posible y a aprtir de ahi construir algo mejor.
Perlman habla sobre la teoria originalmente racista de Morgan, la de la escalera de etapas superiores, que mas tarde fue recuperada por Marx y alguno anarquistas posteriores. En esta teoria el tal Morgan para justificar la superioridad blanca sobre el resto de gente, habla de diferentes estados del hombre, primero el salvajismo, luego el abrbarismo y luego la civilizacion , con el hombre blanco a su cabeza, viendo esta progresion inevitable. Como si el hombre estuviera predestinado a recrear organizaciones complejas, relaciones de dominacion y dispositivos sofisticados. El hombre es lo que quiera ser!
Aqui el autor profin se quita la careta y pasa a llamarnos directamente nazis y algo a lo que combatir.
Segun parece, aqui el unico que prentende imponer sus posturas es el, deseando a cualquier anarquista, no sindicalista, la desaparicion.
Vuelve a a sacar a al luz personajillos autodenominados primitivistas, como puede ser Steeve Booth un racista, que poco tiene que evr con los anarquistas, que tras la publicacion de esos articulos en green anarchist formo su propio grupusculo nazi.
¿Necesitamos convertirnos en automatas totalmente dependientes de las maquinas, icnapaces de vivir sin ellas?
Las enfermedades creadas por la civilzaicion y la contamiancion, no se resuelven con ams civilziacion y tecnologia.
La busqueda del hombre es la de la felicidad, no la de la produccion de mayor numero de baratelas.
***
En fin, me he dejao muchas cosas en el camino, pero era un articulo muy largo y ando justo de tiempo, creo haber dado mis principales puntos de vista...
Cuidado con los falsos criticos! cuidado con los que intentan imponer sus posturas!
Contra la dominacion.
Por la liberacion de la conciencia individual.
Anarquia ya!
Hay tantos puntos de vista como primitivistas. La opcion mas aceptado, es que son las instituciones inpersonales, con sus organizadores, burocratas, supervisores... las que enturbian las relaciones humanas, originan el poder y la desigualdad (y esto te lo pdora decir cualquier libro de sociologia) y da comienzo a lo que llamaos civilizacion. La lucha, mas que contra la tecnologia o civilziacion en abstracto, es contra el leviathan, la bestia enorme de la que formamos parte, que se retroalimenta de nuestras energias, avanzando sin parar. Este termino obviamente es mas amplio que el de estado, que parece que es lo que molesta mas anarcosindicalistas, nosotros simplemente ampliamos el concepto de dominacion y luchamos contra ella.Durante la última década algunos autores, la mayoría afincados en los EEUU, han hecho una crítica general de la civilización. Algunos de ellos han optado por presentarse a sí mismos como anarquistas, aunque generalmente prefieren presentarse como primitivistas. Su tesis central es que la "civilización" es en sí misma un problema que conduce a nuestro fracaso en llevar una vida agradable. La lucha por el cambio sería, pues, una lucha contra la civilización y por un mundo donde la tecnología haya sido eliminada.
La crítica primitivista al anarquismo se basa sobre el argumento de que han descubierto una contradicción entre la libertad y la sociedad de masas. En otras palabras, ven imposible que una sociedad que englobe a grupos mayores que una aldea sea una sociedad libre. Si esto fuera cierto, haría inviable la propuesta anarquista de un mundo construido sobre la “libre federación de pueblos, ciudades y campos”. Dichas federaciones y centros de población son evidentemente una forma de sociedad de masas/civilización.
Este comentario, muy peligroso para cualquier no anarcosindicalista, pretende apartar de la corriente anarquista cualquier propuesta que no sea la suya, la famosa aparicion de federaciones y un sindicato que controle la produccion. Por el hecho de no organizarnos de la misma forma no dejamos de ser anarquistas. Mirar al movimiento autonomo, a los insus, a los individualistas, a otros muchos.... ¿acaso sus propuestas no son aanrquistas? Ser anarquista es basicamente ser anti-autoritario. Y aki el unico autoritario aprece ser el autor del articulo, queriendo imponer sus ideas de organizacion como "las unicas"
La mayoría de primitivistas eluden la pregunta de a qué nivel de tecnología querrían retornar escondiéndose bajo el argumento de que ellos no proclaman una vuelta a nada, sino que por el contrario quieren ir hacia delante. Teniendo esto en mente, un resumen de su posición al respecto es que ciertas tecnologías son aceptables, hasta el nivel de una pequeña aldea sustentada por la caza y la recolección. El problema, para los primitivistas, comienza con el desarrollo de la agricultura y de la sociedad de masas.
Los primitivistas lo que quieren mas bien es acabar con una forma determinada de economia/produccion. Creen que cierto grado de tecnologia implica la aparicion de desigualdades debido a estos sistemas de organizacion mas complejos y a una economia ya basada en la produccion/consumo. Muchos anarco-primitivistas estan a favor de la permacultura o el cultivo de bosques, no solo de la caza recoleccion.
Por supuesto que “civilización” es un término muy genérico, lo mismo que “tecnología”. Algunos primitivistas han llevado sus argumentos hasta sus conclusiones lógicas. Uno de ellos es John Zerzan, que identifica las raíces del problema en la aparición del lenguaje y del pensamiento abstracto. Éste es el corolario lógico del rechazo primitivista de la sociedad de masas.
Zerzan es uno de los principales teoricos primitivistas, pero tambien es cierto que es de los mas criticados dentro del primitivismo, debido a sus conclusiones radicales. La suya no es la consecucion logica del primitivismo, el autor mas "clasico" del aanrco-primitivismo es Fredy Perlman con su libro Against His-tory Against leviathan, que desarrolla posturas diferentes, criticando las emncionadas antes "instituciones impersolas" el delegar tu poder a otro digamos como el origen de muchas de las relaciones de explotacion existentes.
Totalmente absurdo, ya ha comentado anteriormente que es imposible volver atras en el tiempo. Nuestra civilziacion tiene una serie de bienes materiales y experiencias acumuladas que darian origen a una sociedad totalmente diferente.Para este artículo tomaré como punto de partida que la forma de sociedad futura propugnada por los primitivistas fuera similar, en lo que a tecnología se refiere, a la que existió hace 12.000 años, en el umbral de la revolución agrícola. Con esto, no quiero decir que pretendan “volver atrás”, algo que de todos modos sería imposible. Pero debido a que buscan ir hacia delante haciendo tabla rasa de toda la tecnología incorporada desde la revolución agrícola, el resultado no puede más que parecerse bastante a las sociedades preagrícolas de 10.000 años a.c. Dado que éste es el único modelo que tenemos sobre una sociedad de ese tipo, parece razonable usarlo para examinar los argumentos primitivistas.
Una cuestión de números y Vivir en la ciénaga en invierno (ambos puntos)
Como evidente imaginaras, una revolucion, no es chaskar los dedos y de repente vivir libre y como quieras. Es un proceso de ruptura con lo existente. En la sociedad de la hiperproduccion tenemos grandes cantidades de excedentes que podrian ser utilizados para amortiguar la caida de un sistema de produccion industrial como el actual y poco a poco adaptarnos a un sistema economico diferente, que aunque implique menor produccion, sea ams adecuado a los seres humanos.
Como ya he dicho tambien antes. No solo de caza/recoleccion vive el primitivista
El problema, John, es que esas “difamaciones” no sólo están basadas en las conclusiones lógicas de las premisas de un mundo primitivista, sino que han sido defendidas explícitamente por otros primitivistas. Los 50 millones de Ann Thropy ya han sido apuntados. Un FAQ primitivista afirma “tendrán lugar drásticos recortes de población sean voluntarios o no. Sería mejor, por razones obvias, que fueran graduales y voluntarios, pero si no los hacemos, la población humana será recortada de todos modos”.
La Coalición contra la Civilización escribe “Necesitamos ser realistas acerca de lo que pasaría en el momento de dar el salto a un mundo pos-civilizado. Algo elemental es que gran cantidad de gente moriría en el transcurso del colapso civil. Aunque sea difícil de decírselo a una persona moralista, no podemos pretender que eso no sea así”.
Más recientemente Derrick Jensen, en una entrevista recogida en el número 6 de “The 'A' Word Magazine” decía que la civilización “ha de ser combatida activamente, pero no creo que podamos hacerla caer. Lo que podemos hacer es ayudar a la naturaleza a derribarla… Quiero que la civilización colapse y lo quiero ahora”. Acabamos de ver más arriba cuáles serían las consecuencias de “derribar” la civilización.
En unas palabras, no son pocos los primitivistas que reconocen que el mundo primitivo que desean requeriría “matanzas colectivas”. No me he encontrado con nadie que abogue por “campos de la muerte al estilo nazi”, pero quizás John no hace más que extender sobre el tema una cortina de humo. Primitivistas como John Moore pueden seguir negándose a afrontar esta cuestión de las muertes masivas recurriendo a la justificación emocional y a acusar a quienes señalan la necesidad de ellas de recurrir a la “difamación”. Pero es él quien aún debe explicar cómo podrían alimentarse 6.000 millones de personas o admitir que el primitivismo no es más que un pasatiempo intelectual.
Mi punto de vista es que cualquiera que se plantee esta necesidad de muertes masivas concluirá que el “primitivismo” no ofrece nada por lo que luchar. Unos pocos, como los superviventistas confrontados a la amenaza de guerra nuclear de los 80, acabarán concluyendo en que todo esto es inevitable y empezarán a planear cómo sus seres queridos podrían sobrevivir cuando los demás murieran. Pero este grupo está, a mi modo de ver, lejos, muy lejos de cualquier clase de anarquismo. Por tanto, el prefijo de “anarco” que reclaman los primitivistas no tiene razón de ser.
Estos parrafos si que dan mucho miedo, se parecen a un noticiario de television, cogen a un individuo y apartir de el generalizan. Es como si cogieramos a los anarco-fascistas y dijeramos que como por su manera de organizarse son anarquistas, todos los anarquistas somos iguales, unos racistas... ridiculo
Ante todo somos anarquistas que no se olvide la gente, esto incluye anti racismo, evidentemente...
La idea que tengo yo sobre la crisis que venga es que obviamente es mala para la humanidad y podria morir mucha gente (mas con los estados actuales). Por otra parte la veo inevitable (por la logica expansionista) y cuanto mas tiempo tarde en caer, tmb pienso que sera peor para todos nosotros. El objetivo es intentar amortiguar esta caida en la amyor parte posible, creando lazos comunitarios, cambiando un poco la mentalidad actual de la gente y a aprtir de ahi construir algo mejor. Hay que pensar tambien en todos los restos apovechables de lo que quedara de la civilziacion e itnentar que actitudes autoritarias no se volvieran a repetir.
De todas formas lo mejor es no contar con esta crisis y empezar a actuar desde ya.
A este hombre le recomendaria la elctura de un dossier muy itneresante que se llama los idealistas son ellos. No encuentro la direccion, luego la pongo.¿Estamos todos condenados? (punto entero)
¿Qué pasaría si…?
Y sigue con el tema de la crisis....
El tema de la proxima criss no es ni de lejos el eje central de la teoria anrco-primitivista.
Enterate tambien, que si ocurre, afectara tanto a primitivistas como a sindicalistas, deberias ir pensando tu soluciones, en vez de criticar las de otros
Nuestro objetivo igual que el de todos los anarquistas imagino es amortiguar esta caida en la medida de lo posible y a aprtir de ahi construir algo mejor.
Perlman habla sobre la teoria originalmente racista de Morgan, la de la escalera de etapas superiores, que mas tarde fue recuperada por Marx y alguno anarquistas posteriores. En esta teoria el tal Morgan para justificar la superioridad blanca sobre el resto de gente, habla de diferentes estados del hombre, primero el salvajismo, luego el abrbarismo y luego la civilizacion , con el hombre blanco a su cabeza, viendo esta progresion inevitable. Como si el hombre estuviera predestinado a recrear organizaciones complejas, relaciones de dominacion y dispositivos sofisticados. El hombre es lo que quiera ser!
¿Por qué nos molestamos en rebatir sus tesis? (todo el punto=
Aqui el autor profin se quita la careta y pasa a llamarnos directamente nazis y algo a lo que combatir.
Segun parece, aqui el unico que prentende imponer sus posturas es el, deseando a cualquier anarquista, no sindicalista, la desaparicion.
Vuelve a a sacar a al luz personajillos autodenominados primitivistas, como puede ser Steeve Booth un racista, que poco tiene que evr con los anarquistas, que tras la publicacion de esos articulos en green anarchist formo su propio grupusculo nazi.
¿Necesitamos mas division del trabajo, especializacion, burocraticacion y supervision?Necesitamos más, no menos tecnología
¿Necesitamos convertirnos en automatas totalmente dependientes de las maquinas, icnapaces de vivir sin ellas?
Las enfermedades creadas por la civilzaicion y la contamiancion, no se resuelven con ams civilziacion y tecnologia.
La busqueda del hombre es la de la felicidad, no la de la produccion de mayor numero de baratelas.
***
En fin, me he dejao muchas cosas en el camino, pero era un articulo muy largo y ando justo de tiempo, creo haber dado mis principales puntos de vista...
Cuidado con los falsos criticos! cuidado con los que intentan imponer sus posturas!
Contra la dominacion.
Por la liberacion de la conciencia individual.
Anarquia ya!
Es necesario llevar en sí mismo un caos para poner en el mundo una estrella danzante
Nietzche
Nietzche
- Manu García
- Mensajes: 5401
- Registrado: 27 Ago 2004, 21:32
Claro que no se puede generalizar, T.A.Z., pero es que para hablar sobre primitivismo habrá que referirse a algo concreto y no a una abstracción de textos. No se le puede exigir una uniformidad en las críticas cuando es imposible encontrarsela a la propia ¿ideología?. La caza-recolección es lo que defienden la mayoría de primitivistas, así que no culpes al autor de su desconocimiento sino que deberiais (los que defendeis el primitivismo) plantear algo sólido sobre lo que discutir.
Yo tampoco me considero anarcosindicalista y a pesar de eso me incomoda la indefinición y la retórica de algunxs primitivistas. Dudo mucho que algunx de lxs que por aquí escriben estén a gusto con el modelo de civilización que padecemos, pero tampoco creo que "muerto el perro se acabó la rabia". Una crítica seria a la tecnología, al capitalismo, a la sociedad industrial y a la técnica en general es necesaria, pero no se puede manifestar en un rechazo a todo tipo de cultura. Plantear abstracciones como "la bestia de la que formamos parte" no lleva a otra cosa que no sea una nueva moda estético-provocativa. Sí, formamos parte de una bestia que nos lleva a perder todo lo que podriamos tener de humanidad el problema es qué alternativas se proponen.
Es una definición tan amplia como ambigua. ¿Cual puede ser considerada como institución impersonal? ¿Cuál no? la mayoría de anarquistas critican los mecanismos burocráticos aunque no siempre sea facil escapar de ellos debido al medio en el que nos movemos. La supervisión es una herramienta válida e incluso necesaria para muchas tareas (habrá personas más experimentadas y menos), que no se puede desechar a priori, únicamente cuando implique una subordinación.La opcion mas aceptado, es que son las instituciones inpersonales, con sus organizadores, burocratas, supervisores... las que enturbian las relaciones humanas, originan el poder y la desigualdad y da comienzo a lo que llamaos civilizacion.
La lucha, mas que contra la tecnologia o civilziacion en abstracto, es contra el leviathan, la bestia enorme de la que formamos parte, que se retroalimenta de nuestras energias, avanzando sin parar. Este termino obviamente es mas amplio que el de estado, que parece que es lo que molesta mas anarcosindicalistas, nosotros simplemente ampliamos el concepto de dominacion y luchamos contra ella.
Yo tampoco me considero anarcosindicalista y a pesar de eso me incomoda la indefinición y la retórica de algunxs primitivistas. Dudo mucho que algunx de lxs que por aquí escriben estén a gusto con el modelo de civilización que padecemos, pero tampoco creo que "muerto el perro se acabó la rabia". Una crítica seria a la tecnología, al capitalismo, a la sociedad industrial y a la técnica en general es necesaria, pero no se puede manifestar en un rechazo a todo tipo de cultura. Plantear abstracciones como "la bestia de la que formamos parte" no lleva a otra cosa que no sea una nueva moda estético-provocativa. Sí, formamos parte de una bestia que nos lleva a perder todo lo que podriamos tener de humanidad el problema es qué alternativas se proponen.
Partiendo de la base de que el primitivismo plantee solución alguna, el no tener soluciones propias no me va a liberar del trabajo de buscarlas, pero es mi obligación criticar las de los demás, tanto si provienen de compañerxs como si lo hacen lxs demás, ya que como dices es un tema que nos afecta a todxs. Algunxs primitivistas se pasan el día llamando reformistas a toda aquella que no comulgue con sus ideas, ¿Qué esperabas?Enterate tambien, que si ocurre, afectara tanto a primitivistas como a sindicalistas, deberias ir pensando tu soluciones, en vez de criticar las de otros
Yo creo que no es lo deseable, como tampoco creo que la tecnología sea la solución a los problemas sino una huida hacia delante. En mi opinión, esa es la única crítica acertada, pero desgtraciadamente no es una solución. Y lo que tampoco se puede hacer es negar la realidad, esa es la realidad, y con esas cartas hay que jugar, romper la baraja y decir "esto no va conmigo" a lo único que lleva es a la autocontemplación. Y antes de defender esas teorias hay que plantearse si son realmente viables en el momento en el que estamos o se quedan en una mirada nostálgica a lo que ya nos ha sido arrebatado.¿Necesitamos mas division del trabajo, especializacion, burocraticacion y supervision?
¿Necesitamos convertirnos en automatas totalmente dependientes de las maquinas, icnapaces de vivir sin ellas?
Las enfermedades creadas por la civilzaicion y la contamiancion, no se resuelven con ams civilziacion y tecnologia.
La busqueda del hombre es la de la felicidad, no la de la produccion de mayor numero de baratelas.
- Tyler_Durden
- Mensajes: 1804
- Registrado: 17 Dic 2005, 17:54
Yo creo que la crítica primitivista es algo de donde partir, no un fin. Para no repetir los errores del pasado. Respecto a la tecnología, lo primero que hay que hacer es dejar de producir. Hay más que suficiente, tanto para quienes quieren aprovecharla, como para quienes no. Hay exceso de todo, así que la "revolución", creo yo, empezará por dejar de producir.
Y entonces ocurrió algo. Me solté. Me sumí en el olvido, oscuro, silencioso y completo. Al perder la esperanza, hallé la libertad.
Exactamente, nos guste o no, la tecnología nos es necesaria y va a serlo para solucionar problemas derivados del modelo de producción actual.Yo creo que no es lo deseable, como tampoco creo que la tecnología sea la solución a los problemas sino una huida hacia delante.
Por ejemplo muchos permacultores aplican tecnologías desarrolladas en departamentos universitarios agricolas o de ayudas al desarrollo, para crear suelos fértiles o retener la humedad en regiones con problemas de falta de agua.
Con la obtención de energía pasa algo parecido. Prefiero que se desarrollen tecnologias para producir electricidad lo más limpias posible, y sobretodo descentralizadas que volver al carbón mineral (muy contaminante) o vegetal (o madera secada), que también va a ser un problema en los proximos años por necesidad de combustible casero.
Todos tenemos capacidad de producir tecnologías si el medio y la situación lo requiere, pero hoy son los científicos y técnicos de diferentes sectores las que las desarollan. Supongo que como en otros ramos de producción es deseable que se organicen y trabajen por una sociedad libre e igualitaria (y sostenible), incluido si esto significa poner freno al desarrollo y decrecer en algunos aspectos.
"Cambia de acera cuando les veas venir,
sal de los bares, ellos están ahí,
si ves parar a alguien
no te cruces de brazos,
Deténte, forma grupos.
Manifiesta tu rechazo. ..."
sal de los bares, ellos están ahí,
si ves parar a alguien
no te cruces de brazos,
Deténte, forma grupos.
Manifiesta tu rechazo. ..."
A pesar de que carece de una base teórica sólida es cierto que plantea cuestiones que podrían ser algo de lo que partir, pero el problema que le veo yo es su autosuficiencia. Al menos los autores (porque son todos hombres) que yo he leido (Kaczynski, Zerdan...) y las publicaciones que han llegado a mis manos se situan por encima del bien y del mal presentando sus teorías casi de forma religiosa reduciendo los males del planeta a un todo homogeneo: "la civilización", "la domesticación"... situando el objetivo en enemigos totalmente abstractos y casi mitológicos (el leviatan, la mega-máquina...) y reduciendo toda lucha que no se oriente a la derrota de sus demonios particulares a reformismo, izquierdismo... Así como la creencia ciega en la tecnología que nos liberará del trabajo y solucionará todos los males que ella misma a potenciado me parece una huida hacia delante, la idealización del mundo natural o salvaje y de las sociedades primitivas, me parece una nostálgica pero absurda huida hacia atras. Y en ese sentido creo que es peligrosa, porque impide que la crítica constructiva a la tecnología madure, se desarrolle y se integre en otras ideologías o movimientos sociales más permeables en ese sentido, como lo puede ser el anarquismo, que como muestra el artículo y se puede observar en mucha gente del foro provoca una postura defensiva ante todo lo que huela a primitivismo (y que muchas veces tal vez no lo sea).Tyler_Durden escribió:Yo creo que la crítica primitivista es algo de donde partir, no un fin. Para no repetir los errores del pasado.
No entiendo lo que quieres decir, si te refieres a dejar de producir de forma industrial, creo que tienes razón, hay que transformar el modelo de sociedad en el que vivimos porque el planeta no lo va a soportar y algunos de sus efectos son ya irreversibles, pero no podemos permitirnos pajeos mentales o "dar palos de ciego", ten en cuenta que hay un terrible problema de sobrepoblación en el planeta y si se deja de producir radicalmente de forma industrial (suponiendo que estuviese en nuestras manos, de una hipotética asamblea global, que no es el caso) mucha gente moriría de hambre, de frio, no habría forma de gestionar tal cantidad de residuos... Comparto tu análisis de la civilización y me parece importante desenmascarar el mito del progreso, pero lo que no comparto es tu alternativa. Hemos llegado a un punto en el que dependemos de tal forma del propio sistema, que actualmente destruir la civilización capitalista es destruirnos a nosotrxs mismxs (porque no te quepa ninguna duda de que lxs que gestionan actualmente el capitalismo tendrán las espaldas más cubiertas que tú y que yo cuando llegemos al cenit del petroleo) en mi opinión solo cabe transformarla (o reformarla que se que te gusta másTyler_Durden escribió:Respecto a la tecnología, lo primero que hay que hacer es dejar de producir. Hay más que suficiente, tanto para quienes quieren aprovecharla, como para quienes no. Hay exceso de todo, así que la "revolución", creo yo, empezará por dejar de producir.
- DecontrolSchizo82
- Mensajes: 1413
- Registrado: 04 Ene 2006, 13:01
Pues sinceramente, no entiendo por qué se tiene que dar esto por sentado cuando hablo con un "anarco" primitivista. Anarquismo es la oposición a la autoridad, al poder jerarquizado. Obviamente que la interpretación tradicional del anarquismo es aquella de inclinación izquierdista que incluye también la lucha contra el racismo, sexismo etc. Pero una persona podría oponerse a las jerarquías y al poder y al mismo tiempo tener una serie de prejuicios racistas.T.(A).Z escribió: Estos parrafos si que dan mucho miedo, se parecen a un noticiario de television, cogen a un individuo y apartir de el generalizan. Es como si cogieramos a los anarco-fascistas y dijeramos que como por su manera de organizarse son anarquistas, todos los anarquistas somos iguales, unos racistas... ridiculo
Ante todo somos anarquistas que no se olvide la gente, esto incluye anti racismo, evidentemente...
Yo con la mayoría de anarco primitivistas con los que he hablado, me he fijado que suelen mostrar un profundo desprecio hacia las tesis de la izquierda clásicas, sean de tendencia marxista leninista, anarcosindicalistas, o lo que sea. Muchos incluso se definen como "post-izquierdistas" y hacen burla de la mayoría de organizaciones de izquierda.
Por lo tanto no sé por qué debemos dar por sentado que están en contra del racismo, o que comparten cualquier otra de sus características.
Con esto no quiero decir que el anarcoprimitivismo sea racista, simplemente que no entiendo esa "necesidad de recordar" que como lucen el prefijo "anarco" ya tienen toda esa serie de "suposiciones" detrás, cuando éstas están asociadas al anarquismo por su vinculación con el espectro político de la izquierda, vinculación que la mayoría de anarcoprimitivistas no reclaman.
Creo que te equivocas.Aqui el autor profin se quita la careta y pasa a llamarnos directamente nazis y algo a lo que combatir.
Segun parece, aqui el unico que prentende imponer sus posturas es el, deseando a cualquier anarquista, no sindicalista, la desaparicion.
Vuelve a a sacar a al luz personajillos autodenominados primitivistas, como puede ser Steeve Booth un racista, que poco tiene que evr con los anarquistas, que tras la publicacion de esos articulos en green anarchist formo su propio grupusculo nazi.
Steve Booth fue una persona instrumental en el desarrollo, durante los años 90, de uno de los periódicos más importantes dentro del pensamiento primitivista, el Green Anarchist. Este señor, siguiendo razonamientos que para él y su forma de pensar resultan lógicos, justificó lo del gas Sarín de la secta AUM, y cosas así. Ahora bien ¿nazi? ¿Este señor apoyaba el nacional socialismo como forma de organización estatal? No. Te guste o no, este señor estaba en contra del poder jerarquizado y de la civilización. Por lo tanto, era un anarco primitivista. Uno con el que estás en desacuerdo en puntos importantes, bien, pero porque estés en desacuerdo no lo convierte automáticamente en "nazi" porque no lo es. Es como el quinceañero que llama a cualquiera que le manda algo "un facha". Pues bueno, ese chaval es un quinceañero, pero creo que nosotros deberíamos usar los terminos con seriedad y de forma rigurosa.
Yo lo que opino es que, no digo que sea tu caso, pero muchos anarco primitivistas cuando debates con ellos comienzan criticando ideas tuyas o de otros, por considerarlas parte de la izquierda clásica y por tanto dignas de ser desechadas. Te sugieren conceptos radicales (en el sentido de atacar lo que ellos perciben como la raíz del problema) del tipo "el pensamiento abstracto es el germen de la opresión" o "toda la civilización es opresión" como para intentar "impactarte" y que te quedes con la boca abierta diciendo "guau, que profundo y chocante es este tipo, está a un nivel de consciencia tan radical que yo, acomodado en mi pensamiento post-industrial no alcanzo a comprender". Sin embargo, cuando ya sus afirmaciones no te sorprenden ni te impactan (si es que alguna vez lo hicieron) y le planteas las lógicas conclusiones a las que se puede llegar siguiendo su línea de pensamiento (exterminación masiva de población humana, y ciertas nociones tradicionalmente asociadas con la ultraderecha), entonces los que se "asustan" son ellos, y huyen rápidamente de esas posturas. Las descartan y te acusan de generalizar. Son ellos los que quedan impactados por las conclusiones a las que se puede llegar elaborando sus postulados.
Lo cual a mí, me parece una sobrana estupidez. Que rompan con la izquierda definitivamente, si quieren hacerlo. Pero que luego no tengan implantados esos "tabúes" izquierdistas en sus cabezas supuestamente "post-izquierdistas".
-
diletante
Yo al escrito de Flood le veo un gran fallo: ¿y si los "primitivistas" no estuviesen en contra de la agricultura? Todo su crítica se centra en que esos "primitivistas" quieren un mundo, aquí y ahora, de caza y recolección y nada más... Yo conozco a algunos cercanos a estas ideas primitivistas (cercanos digo, porque "primitivistas" per se no conozco) que de caza de animales nanai, pues son vegetas/veganos, pero que no tendrían ningún problema con que se siguiese plantando patatas. De hecho los de Fifth Estate tampoco estaban ni están en contra de la agricultura; estaban en contra de la agricultura industrial, nada más. (Véanse los trabajos de Fredy Perlman o David Watson por ejemplo). De hecho una de las primeras discrepancias con Zerzan -que empezó a publicar sus tesis en esta revista- fue el tema de la agricultura; ese fue uno de los puntos ideológicos que motivó su ruptura con dicha publicación. (http://www.fifthestate.org )
Ni siquiera Zerzan, el teórico más radical de todos los "primitivistas", es tan radical como supone que los son todos el señor Flood. No se trata para él de cargarse al 98% de la población, ni siquiera de abandonar la civilización de ipso facto. Propone una descentralización, permacultura, etc. A quien le interese puede encontrar aquí el epílogo de Futuro Primitivo (no publicado en ningún libro en castellano) que cuenta cómo puede ser esa transición: http://raksasa.bitacoras.com/archivos/2 ... -primitivo
Estoy de acuerdo con eso de que el primitivismo tiene muy poco de sentido, por lo menos el primitivismo de Zerzan o la Coalition Against Civilization, pero no todos son iguales. Las ideas de Fifth Estate y Fredy Perlman son mucho más interesantes, incluso las nuevas aportaciones del ex-ciber-freak y ahora neo-luddita Hakim Bey. De todas maneras, creo que este texto de Flood no sirve para nada más que para limpiarse el culo. Qué sólo podrían vivir unos pocos millones de personas en el mundo de la caza-recolección, ¡vaya un descubrimiento más asombroso! Eso ya lo sabemos todos; incluso es consciente de ello mister John Zerzan.
Ni siquiera Zerzan, el teórico más radical de todos los "primitivistas", es tan radical como supone que los son todos el señor Flood. No se trata para él de cargarse al 98% de la población, ni siquiera de abandonar la civilización de ipso facto. Propone una descentralización, permacultura, etc. A quien le interese puede encontrar aquí el epílogo de Futuro Primitivo (no publicado en ningún libro en castellano) que cuenta cómo puede ser esa transición: http://raksasa.bitacoras.com/archivos/2 ... -primitivo
Estoy de acuerdo con eso de que el primitivismo tiene muy poco de sentido, por lo menos el primitivismo de Zerzan o la Coalition Against Civilization, pero no todos son iguales. Las ideas de Fifth Estate y Fredy Perlman son mucho más interesantes, incluso las nuevas aportaciones del ex-ciber-freak y ahora neo-luddita Hakim Bey. De todas maneras, creo que este texto de Flood no sirve para nada más que para limpiarse el culo. Qué sólo podrían vivir unos pocos millones de personas en el mundo de la caza-recolección, ¡vaya un descubrimiento más asombroso! Eso ya lo sabemos todos; incluso es consciente de ello mister John Zerzan.
Pues sinceramente, no entiendo por qué se tiene que dar esto por sentado cuando hablo con un "anarco" primitivista. Anarquismo es la oposición a la autoridad, al poder jerarquizado. Obviamente que la interpretación tradicional del anarquismo es aquella de inclinación izquierdista que incluye también la lucha contra el racismo, sexismo etc. Pero una persona podría oponerse a las jerarquías y al poder y al mismo tiempo tener una serie de prejuicios racistas.
Yo con la mayoría de anarco primitivistas con los que he hablado, me he fijado que suelen mostrar un profundo desprecio hacia las tesis de la izquierda clásicas, sean de tendencia marxista leninista, anarcosindicalistas, o lo que sea. Muchos incluso se definen como "post-izquierdistas" y hacen burla de la mayoría de organizaciones de izquierda.
Por lo tanto no sé por qué debemos dar por sentado que están en contra del racismo, o que comparten cualquier otra de sus características.
Con esto no quiero decir que el anarcoprimitivismo sea racista, simplemente que no entiendo esa "necesidad de recordar" que como lucen el prefijo "anarco" ya tienen toda esa serie de "suposiciones" detrás, cuando éstas están asociadas al anarquismo por su vinculación con el espectro político de la izquierda, vinculación que la mayoría de anarcoprimitivistas no reclaman.
Como bien has dicho el anarquismo es la oposicion a la autoridad y al poder jerarquizado. ¿Que es una actitud racista? Crear diferentes divisiones entre los humanos, poner unas encima de otros, justificar el dominio sobre las demas razas, etc...
Por eso he hablado de anti-racismo. El racismo es una forma de autoridad y de jerarquizacion de los humanos, poniendo encima a x raza (en el caso nazi, los arios, por ejemplo), justificando su domino y supremacia sobre las demas.
Cuando se habla de post-izquierdismo. En mi caso, lo que suelo criticar de la izquierda clasica es su forma de organizarse, su reformismo y su politicas monotematicas. Posiblemente el movimiento anti-racista general entienda el anti-racismo de manera diferente a mi, ellos quieron reformar la sociedad para que las "razas discriminadas" entren a formar parte del espectaculo capitalista. Yo veo que esta igualdad solo se puede conseguir tras la destruccion del "poder". ¿acaso no se puede ser anti-racista y post-izquierdista?
Respecto a Steeve Booth lo que ocurrio es que me confundi con uno de los antiguos miembros de Green anarchist. PerdonCreo que te equivocas.
Steve Booth fue una persona instrumental en el desarrollo, durante los años 90, de uno de los periódicos más importantes dentro del pensamiento primitivista, el Green Anarchist. Este señor, siguiendo razonamientos que para él y su forma de pensar resultan lógicos, justificó lo del gas Sarín de la secta AUM, y cosas así. Ahora bien ¿nazi? ¿Este señor apoyaba el nacional socialismo como forma de organización estatal? No. Te guste o no, este señor estaba en contra del poder jerarquizado y de la civilización. Por lo tanto, era un anarco primitivista. Uno con el que estás en desacuerdo en puntos importantes, bien, pero porque estés en desacuerdo no lo convierte automáticamente en "nazi" porque no lo es. Es como el quinceañero que llama a cualquiera que le manda algo "un facha". Pues bueno, ese chaval es un quinceañero, pero creo que nosotros deberíamos usar los terminos con seriedad y de forma rigurosa.
Parece ser que la mayor parte de la critica contra el primitivismo se presenta por el hecho de la disminucion de la poblacion mundial. Creo que esta reduccion de la poblacion se puede hacer obviamente sin matar a nadie y gradualmente, de hecho creo que es necesaria para un desarrollo sostenible de la humanidad y que sera un gran reto para la humanidad. Tampoco hablo de que ns quedemos el 2% de la poblacion y nos dedicamos a cazar-recolectar, mi primitivismo no llega ese puntoYo lo que opino es que, no digo que sea tu caso, pero muchos anarco primitivistas cuando debates con ellos comienzan criticando ideas tuyas o de otros, por considerarlas parte de la izquierda clásica y por tanto dignas de ser desechadas. Te sugieren conceptos radicales (en el sentido de atacar lo que ellos perciben como la raíz del problema) del tipo "el pensamiento abstracto es el germen de la opresión" o "toda la civilización es opresión" como para intentar "impactarte" y que te quedes con la boca abierta diciendo "guau, que profundo y chocante es este tipo, está a un nivel de consciencia tan radical que yo, acomodado en mi pensamiento post-industrial no alcanzo a comprender". Sin embargo, cuando ya sus afirmaciones no te sorprenden ni te impactan (si es que alguna vez lo hicieron) y le planteas las lógicas conclusiones a las que se puede llegar siguiendo su línea de pensamiento (exterminación masiva de población humana, y ciertas nociones tradicionalmente asociadas con la ultraderecha), entonces los que se "asustan" son ellos, y huyen rápidamente de esas posturas. Las descartan y te acusan de generalizar. Son ellos los que quedan impactados por las conclusiones a las que se puede llegar elaborando sus postulados.
Tampoco se que tiene que ver una reduccion de la poblacion por la simple causa de un desarrollo sostenible y una vida mejor con el ultraderechismo. ¿Acaso tu piensas que el planeta puede mantener a 6000 millones de personas en condiciones de igualdad y libertad, sin llevarlo (el planeta) a la destruccion?
Por otro aldo tampoco me niego al reciclaje de todos los restos de la antigua civilziacion, material que podremos aprovechar para amortiguar la caida.
De todas formas me parece absurdo explicar un plan revolucionario. Estos planes revolucionarios nunca se cumplen y solo fijan limites, pero ya que lo pides con tanta inisistencia...
En fin, de lo que se trata es de construir alternativas ahora, ir viendo como funcionan y mientras tanto pararle los pies al poder...
***
Un abrazo
Es necesario llevar en sí mismo un caos para poner en el mundo una estrella danzante
Nietzche
Nietzche
-
diletante
A DecontrolSchizo82:
1. Steve Booth era un anarquista. Después se hizo anarquista verde y fue uno de los editores de la primera Green Anarchist. Más tarde empezó a derivar a posturas indefendibles (como las aquí comentadas) y en cuanto dijo estas cosas los demás editores (anarquista y verdes) lo echaron del Green Anarchist. Más tarde Booth se definiría como nacional anarquista y pasaría a denfender una serie de cosas increíbles, convinando anarquismo, nacionalismo de corte fascista y ecologismo radical. Tal vez estuviese alguna vez cercano a las tesis anarco-primitivistas, pero desde el momento que se paso a denfender lo del gas ese y las ideas nacional anarquista se alejó por completo. Por eso no creo que se pueda atribuir sus delirios finales a otra ideología; sería igual de inteligente decir que el anarquismo es fascista porque Booth lo sea ahora y una vez fue anarquista, o decir que el anarcosindicalismo es anti-semita porque uno de sus principales teóricos, George Sorel, lo era. Ni el fascismo de Booth es una consecuencia lógica de las ideas anarco-verdes radicales, ni el anti-semitismo de Sorel es una consecuencia lógica de las ideas anarcosindicalistas. No tiene sentido. No confundamos las cosas.
2. Post-izquierdismo no es sinónimo de anti-izquierdismo. Creo que el post-izquierdismo -que es tremendamente diverso- defiende ciertos valores asociados a la izquierda (igualitarismo y, por tanto, antisexismo, anti-xenofobia, etc.) pero que además intenta trascender ciertas cosas del izquierdismo que no le gusta: su apego a la mística del Progreso, su ethos productivista, su defensa tradicional de la Ética del Trabajo, el moralismo neocristiano de la izquierda, la forma-partido o la forma-sindicato, etc.
1. Steve Booth era un anarquista. Después se hizo anarquista verde y fue uno de los editores de la primera Green Anarchist. Más tarde empezó a derivar a posturas indefendibles (como las aquí comentadas) y en cuanto dijo estas cosas los demás editores (anarquista y verdes) lo echaron del Green Anarchist. Más tarde Booth se definiría como nacional anarquista y pasaría a denfender una serie de cosas increíbles, convinando anarquismo, nacionalismo de corte fascista y ecologismo radical. Tal vez estuviese alguna vez cercano a las tesis anarco-primitivistas, pero desde el momento que se paso a denfender lo del gas ese y las ideas nacional anarquista se alejó por completo. Por eso no creo que se pueda atribuir sus delirios finales a otra ideología; sería igual de inteligente decir que el anarquismo es fascista porque Booth lo sea ahora y una vez fue anarquista, o decir que el anarcosindicalismo es anti-semita porque uno de sus principales teóricos, George Sorel, lo era. Ni el fascismo de Booth es una consecuencia lógica de las ideas anarco-verdes radicales, ni el anti-semitismo de Sorel es una consecuencia lógica de las ideas anarcosindicalistas. No tiene sentido. No confundamos las cosas.
2. Post-izquierdismo no es sinónimo de anti-izquierdismo. Creo que el post-izquierdismo -que es tremendamente diverso- defiende ciertos valores asociados a la izquierda (igualitarismo y, por tanto, antisexismo, anti-xenofobia, etc.) pero que además intenta trascender ciertas cosas del izquierdismo que no le gusta: su apego a la mística del Progreso, su ethos productivista, su defensa tradicional de la Ética del Trabajo, el moralismo neocristiano de la izquierda, la forma-partido o la forma-sindicato, etc.
- Manu García
- Mensajes: 5401
- Registrado: 27 Ago 2004, 21:32
[Pequeño inciso, espero no desviar el debate] Sorel nunca se definió como anarcosindicalista, ni siquiera como "anarco". Y su influencia sobre el sindicalismo revolucionario francés se ha sobrevalorado muchísimo. Las raíces del SR son más prácticas que teóricas. Sorel y el intelectualismo antiintelectualista italiano (Leone, Labriola y demás) tuvieron una relación meramente tangencial con el sindicalismo de su tiempo (y nula con el anarcosindicalismo), pretendiendo aparecer como sus "mentores" y "teóricos", pero como comentaba Armando Borghi: “aquella gente combatía la democracia no porque quisiese una democracia verdadera, sino porque trabajaba inconscientemente (y quizá conscientemente) al servicio de la reacción contra los trabajadores. Cuando se pasaron al fascismo les llamamos renegados. En el fondo les difamamos. Era gente que se había equivocado de puerta al venir con nosotros y había encontrado su sitio al abandonarnos”. Quizás palabras apropiadas para Booth...
"No más derechos sin deberes, no más deberes sin derechos"
Otra cosa que olvida Flood es que nuestra agricultura industrial se basa en el petróleo: se necesita gasolina para mover los tractores, las cosechadoras, se necesitan fertilizantes, pesticidas, fungicidas, que son derivados del petróleo, camiones para transportarlo a los lugares de procesamiento, electricidad para procesarlo, más camiones para llevar los productos terminados a la mesa... vamos, que no es cualquier cosa.
Y un mundo sin petróleo tendrá que sustituir esto. ¿Por qué creeis que la población de ha duplicado desde los años 60? Si mirais la curva de población mundial veremos que pasamos de unos pocos millones de habitantes antes del neolítico a varios cientos después de la imposición de la agricultura hasta llegar a unos 1500 justo antes de la revolución industrial. Y fue llegar esta revolución, y por tanto su aplicación a la agricultura, y crecer la población. Primero fue el carbón y luego el petróleo. Así que si se nos agota el petróleo y no se encuentran sustitutos, tenemos un problema.
Según muchos cálculos el planeta soporta unos 2000 millones de habitantes y no 30 000 como dice Flood. Así que de producirse una crisis de petróleo me gustaría saber cómo vamos a alimentar a los 132 millones de japoneses o a los 65 millones de egipcios. De hecho será dificil incluso alimentar a los 44 millones de habitantes de españa.
Y un mundo sin petróleo tendrá que sustituir esto. ¿Por qué creeis que la población de ha duplicado desde los años 60? Si mirais la curva de población mundial veremos que pasamos de unos pocos millones de habitantes antes del neolítico a varios cientos después de la imposición de la agricultura hasta llegar a unos 1500 justo antes de la revolución industrial. Y fue llegar esta revolución, y por tanto su aplicación a la agricultura, y crecer la población. Primero fue el carbón y luego el petróleo. Así que si se nos agota el petróleo y no se encuentran sustitutos, tenemos un problema.
Según muchos cálculos el planeta soporta unos 2000 millones de habitantes y no 30 000 como dice Flood. Así que de producirse una crisis de petróleo me gustaría saber cómo vamos a alimentar a los 132 millones de japoneses o a los 65 millones de egipcios. De hecho será dificil incluso alimentar a los 44 millones de habitantes de españa.
...vive como piensas o acabarás pensando lo que vives...
-
diletante
Yo no creo que eso vaya a ser el fin del mundo, ni un gigantesco holocausto... Al petróleo aún le queda para rato: eso está claro. Mucho o poco, caro o más caro, pero le queda, aunque claro, cada vez menos... Tic-tac-tic-tac. Después están todas esas energías "alternativas (eólica, solar, maremotriz, etc.) y esas otras viejas también (térmica), también esta lo del hidrógeno, que llevan diciendo más de 30 años que es inminente, por cierto... Y, como no, la piedra angular de la única opción creíble para el mundo hiperindustrial: la nuclear (que ahora Bush, mientras levanta el veto que prohibía construir redactore en suelo yanqui tras lo de Three Mile Island, no para de repetir que es muy ecológica).
Creo que lo de la crisis del petróleo es un problema gravísimo y que la solución es jodida, y que, por supuesto, ningún "desarrollo" es sostenible. O paramos eso que llaman "progreso" o el progreso se nos come. Pero tampoco creo que de inmediato vayan a morir varios miles de millones de personas -uff, menos mal. Hay cuerda para rato, fusionando, fisionando, jodiendo, detrozando.
Sí, morirán unos cientos de miles en una guerra por petróleo en Irak, luego tal vez en Irán, un golpe de estado en Venezuela y una guerra civil provocada por aquí y por allá... Guerras por petróleo no las para de haber y las habrá. También habrá recortes de consumo, supongo, y tensiones jodidas entre estados y multinacionales. El panorama no es bueno, eso seguro. Y, para colmo, cultivan las centrales nucleares por doquier (sin nuclear no hay hidrógeno, amigo), como de hecho ya están proliferando como hongos desde hace unos años para acá.
Ahora bien, el panorama es jodido, es necesario un movimiento ecologista radical (no solo de opereta), es necesario luchar contra el "progreso" y contra todas esas tecnocracias, pero tampoco creo que el fin del petróleo vaya a ser el fin del mundo, sino, y si no lo remediamos, el inicio de un nuevo capitalismo nuclear-hidrogeneizado.
De todas maneras, ahora que lo pienso tampoco viene todo esto mucho al caso. La cuestión para mi sigue siendo la misma. Flood -el autor del artículo- es un cínico: Muchos "primitivistas" no están en contra de la agricultura -por lo cual toda su argumentación se va al traste- e incluso los más radicales de todos (messieu John Zerzan) tampoco lo están del todo: defiende la permacultura generalizada como vía a su quimérico Futuro Primitivo. Entonces la pregunta es, ¿QUÉ ES REALMENTE LO QUE ESTÁ FLOOD CRITICANDO? Respuesta: su propio estereotipo creado a partir de unos pocos flipados (que no son John Zerzan, que no son Perlman, que no son David Watson, que no Fifth Estate, y que no son John Moore, por cierto -el siempre critico el rollito de volver a la caza-recolección- Flood es un poquito falso... Él mismo lo sabe). No more, no less.
En cuanto a lo de Sorel, ¡cierto! no era anarcosindicalismo estricto senso, de la misma manera que tampoco Booth fue jamás anarco-primitivista. El se definía como "anarquista" y como verde radical. Y tampoco ha influido en absoluto sobre el "movimiento primitivista" (si es que existe eso realmente, a parte de unos cientos de eco-villagers y teenagers yanquis, unas decenes en UK y unos cuantos por ahí sueltos por el mundo adelante. Sumándolos todos, ¿Mil? Eso es lo que hay, aúnn así: LET´S GO WILD!).
Creo que lo de la crisis del petróleo es un problema gravísimo y que la solución es jodida, y que, por supuesto, ningún "desarrollo" es sostenible. O paramos eso que llaman "progreso" o el progreso se nos come. Pero tampoco creo que de inmediato vayan a morir varios miles de millones de personas -uff, menos mal. Hay cuerda para rato, fusionando, fisionando, jodiendo, detrozando.
Sí, morirán unos cientos de miles en una guerra por petróleo en Irak, luego tal vez en Irán, un golpe de estado en Venezuela y una guerra civil provocada por aquí y por allá... Guerras por petróleo no las para de haber y las habrá. También habrá recortes de consumo, supongo, y tensiones jodidas entre estados y multinacionales. El panorama no es bueno, eso seguro. Y, para colmo, cultivan las centrales nucleares por doquier (sin nuclear no hay hidrógeno, amigo), como de hecho ya están proliferando como hongos desde hace unos años para acá.
Ahora bien, el panorama es jodido, es necesario un movimiento ecologista radical (no solo de opereta), es necesario luchar contra el "progreso" y contra todas esas tecnocracias, pero tampoco creo que el fin del petróleo vaya a ser el fin del mundo, sino, y si no lo remediamos, el inicio de un nuevo capitalismo nuclear-hidrogeneizado.
De todas maneras, ahora que lo pienso tampoco viene todo esto mucho al caso. La cuestión para mi sigue siendo la misma. Flood -el autor del artículo- es un cínico: Muchos "primitivistas" no están en contra de la agricultura -por lo cual toda su argumentación se va al traste- e incluso los más radicales de todos (messieu John Zerzan) tampoco lo están del todo: defiende la permacultura generalizada como vía a su quimérico Futuro Primitivo. Entonces la pregunta es, ¿QUÉ ES REALMENTE LO QUE ESTÁ FLOOD CRITICANDO? Respuesta: su propio estereotipo creado a partir de unos pocos flipados (que no son John Zerzan, que no son Perlman, que no son David Watson, que no Fifth Estate, y que no son John Moore, por cierto -el siempre critico el rollito de volver a la caza-recolección- Flood es un poquito falso... Él mismo lo sabe). No more, no less.
En cuanto a lo de Sorel, ¡cierto! no era anarcosindicalismo estricto senso, de la misma manera que tampoco Booth fue jamás anarco-primitivista. El se definía como "anarquista" y como verde radical. Y tampoco ha influido en absoluto sobre el "movimiento primitivista" (si es que existe eso realmente, a parte de unos cientos de eco-villagers y teenagers yanquis, unas decenes en UK y unos cuantos por ahí sueltos por el mundo adelante. Sumándolos todos, ¿Mil? Eso es lo que hay, aúnn así: LET´S GO WILD!).
Por cierto, otro problema del agotamiento del petróleo serán los medicamentos. Muchos de ellos se fabrican con componentes derivados del petróleo. Y eso sin hablar de los plásticos que los recubren o de los aparatos de precisión que llevan chips de silicio. Bueno, el caso es que sin medicamentos viviremos 20 años menos. esto contribuirá a la reducción de la población. Y si esto coincide con una crisis económica en la que falle la seguridad social, solo los ricos podrán permitirse las medicinas, igual que solo los ricos se podrian permitir alimentos caros. Los de siempre siempre ganan.
...vive como piensas o acabarás pensando lo que vives...