EHNE va a impulsar en los próximos meses una campaña «más allá de la labor meramente informativa» para conseguir que Hego Euskal Herria quede libre de transgénicos, al igual que está haciendo la organización agraria mundial Vía Campesina. Su objetivo es lograr «soberanía alimentaria» para productores y consumidores, contando para ello con las administraciones. Gran importancia tendrá la alimentación con piensos libres de la amplia cabaña ganadera.

BILBO
Coincidiendo con la celebración estos días en Aulesti de una reunión de la Comisión sobre Soberanía Alimentaria de Vía Campesina y la Red Agritrade, que aborda cuestiones sobre la agricultura y la alimentación desde una perspectiva de oposición hacia las políticas neoliberales que impone la Organización Mundial del Comercio (OMC), EHNE presentó ayer una campaña para tratar de lograr que Hego Euskal Herria quede libre de transgénicos.
La iniciativa, según destacaron portavoces del sindicato agroganadero vasco, parte del rechazo generalizado de la ciudadanía hacia los organismos genéticamente modificados. A este respecto, citaron que el propio Gobierno de Gasteiz ha efectuado declaraciones en las que se opone a los transgénicos.
La campaña tiene como elemento divulgativo un tríptico informativo, en el que se recogen las preguntas más habituales en torno a los cultivos genéticamente modificados. Se aclara, por ejemplo, su impacto en la agricultura, medio ambiente y salud humana. Además, EHNE propone varias acciones para conseguir una sociedad libre de transgénicos.
Destaca la apuesta por tratar de alimentar al conjunto de la cabaña ganadera de Hego Euskal Herria con piensos libres, algo que al día de hoy presenta cierta dificultad en el caso de la soja. A la búsqueda de una alternativa proteínica a esta sustancia, apuntan la posibilidad de garantizar piensos libres de transgénicos tomando como base el acuerdo rubricado entre el gobierno local de Bretaña y el estado brasileño de Paraná.
Arantza Arrien, de la Ejecutiva de EHNE, explicó que gracias a este acuerdo Paraná abastece de soja no transgénica las necesidades de la cabaña ganadera bretona. A la vista de la experiencia, han mantenido contactos con este gobierno estatal brasileño para conocerla en profundidad. A su juicio, esta iniciativa es trasladable a Hego Euskal Herria.
Para desarrollarla es imprescindible el concurso de las diferentes administraciones, al igual que se les solicita a los ayuntamientos, diputaciones y gobiernos de Gasteiz e Iruñea que declaren sus respectivos ámbitos de gestión como «zonas libres de transgénicos», oponiendo al cultivo de estos alimentos modificados.
La implicación de las administraciones se completaría con el compromiso de las instituciones y empresas públicas de establecer en comedores escolares y laborales una dieta libre de transgénicos.
José Bové reivindica un etiquetado alimentario adecuado
A.G.
BILBO
El líder de Vía Campesina José Bové apostó ayer en la capital vizcaina por que los ciudadanos incrementen la presión sobre los gobiernos en favor del derecho a un etiquetado adecuado «porque cada vez que comemos carne, leche o huevos, no sabemos qué han comido esos animales».
Bové, que auguró un horizonte muy negativo si no se frenan los cultivos genéticamente modificados, dijo que «son sustancias que impiden a los agricultores de todo el mundo utilizar libremente sus semillas», algo que consideró «fundamental». Esta práctica resaltó que beneficia a cuatro multinacionales y, en el caso del Estado francés, supone la pérdida de una explotación agraria cada tres minutos. A nivel mundial, remarcó el líder de Vía Campesina, se contabilizan anualmente la destrucción de 200.000.
José Bové insistió en que debe ser cada país el que produzca sus alimentos dentro de la máxima de la soberanía alimentaria y desde las administraciones locales se debe apoyar tal práctica. Por ello, señaló la importancia del combate contra los transgénicos, «que es el mayor movimiento social que lucha contra la eliminación de los campesinos», que son 200 millones en todo el mundo y suponen entre el 60 y 70% de la población activa.
Además, incidió en la importancia de las campañas para combatir las explotaciones en las que se experimenta con los alimentos genéticamente modificados. Por ejemplo, en el Estado francés 4.600 personas se han comprometido a arrancarlos.
Derecho a ser actores en la recuperación tras el tsunami
A.G.
BILBO
Representantes de asociaciones de agricultores tailandeses que han acudido al encuentro de Vía Campesina en Aulesti reivindicaron el derecho que les asiste a ser actores en la recuperación tras el tsunami. Además, criticaron que los gobiernos «pretenden colocar a la gente que vive en las costas en otros lugares» con lo que las economías de los pescaderos nativos se verían seriamente perjudicadas.
Una representante de la agrupación campesina AOP de Thailandia insistió en la importancia que tiene que los pescadores continúen utilizando las artes y embarcaciones tradicionales frente a los buques factoría que han comenzado a poblar los mares del sureste asiático.
Para llevar a cabo tal tarea, EHNE entregó ayer a representantes de asociaciones de campesinos de Thailandia e Indonesia, así como de pescadores de Sri Lanka e India fondos económicos para la revitalización.
http://www.ehne.org
