Nos están vendiendo la moto con los "autobuses ecológicos" y demás vehículos "de baja contaminación", limpiando conciencias preocupadas por la polución medioambiental. El asunto está en nuestras manos, la cuestión es buscar formas alternativas de transporte y la acción directa. Contra el automóvil, unión y cerebro.Y lo que los productos químicos y los vertidos son para una sociedad adicta al industrialismo, el industrialismo lo es para la estructura viva del planeta. Esta observación fue matizada por el escritor Bill McKibben en un ensayo publicado en el New York Times el 7 de abril de 1989. McKibben preguntaba cuál habría sido el resultado si el Exxon Valdez hubiese pasado sin nigún tipo de pegas. De haberse utilizado treinta y siete millones de litros (de petróleo) se habrían emitido unos veintisiete millones de kilos de dióxido de carbono que habrían ido directamente a la atmósfera. El dióxido de carbono es el principal gas que provoca el efecto invernadero, según el cual los gases emitidos en canidades enormes por la civilización industrial llegan a atrapar el calor en la atmósfera con el consiguiente aumento de la temperatura global, deteriorando y transformando profundamente la ecología del planeta; es, por así decirlo, el Negocio Global del Clima del capitalismo del siglo XXI.
McKibben escribe que en el siglo XXI "habrá dos veces más dióxido de carbono en la atmósfera de lo que hubo antes de la Revolución Industrial". Los efectos no están claros para los científicos pero casi todos están de acuerdo que la quema de combustibles fósiles en combinación con el escape de aquellos productos químicos que destruyen la capa de ozono del planeta situada en la parte superior de la atmósfera, así como la generación de calor proveniente de todo tipo de fuentes, la deforestación y otros factores ocasionará graves extinciones de especies, cambios climáticos y atmosféricos, inundaciones y otros estragos.
Un coche de tipo medio produce anualmente su propio peso en carbono siendo esto "otra marea negra", que, como apunta McKibben, se emite a diario. Y mientras las modificaciones tecnológicas para fabricar coches de "combustión limpia" pueden reducir contaminantes tales como el monóxido de carbono y los hidrocarburos en hasta un 96%, dichos coches van a seguir emitiendo tanto dióxido de carbono como un Modelo T (primer prototipo fabricado por Henry Ford). Los coches eléctricos van a presentar un problema similar si su energía viene de fuentes de combustible fósil. Este análisis no tiene en cuenta la producción de automóviles ni la producción de la propia energía anticontaminante, aunque el fallo inherente de la racionalidad tecnológica queda al descubierto. El índice de cambio climático a lo largo de los próximos cien años puede que supere unas treinta veces el índice de calentamiento global que siguió a la última glaciación. Reducir lo emitido por los tubos de escape de los coches ni siquiera significará una ligera reducción de ese problema.
Coches y CO2
- Kabo Kañabirral
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Extraído de Contra la Megamáquina de David Watson:

