
Edward Carpenter, Vers une vie simple (Hacia una vida simple). El título inglés es
England's ideal.
https://www.lechappee.org/collections/l ... vie-simple
Publicado en 1887, este libro es una acusación contra el ideal que prevalece en Inglaterra: enriquecerse con el menor esfuerzo posible. En efecto, toda una población sueña con llegar al status de consumidor pasivo que vive aprovechándose de los demás.
A la economía política burguesa que destruye la fraternidad, Carpenter opone un ideal totalmente distinto: que cada uno se despoje de lo superfluo y se arremangue las mangas para responder a sus necesidades, compartiendo y ayudándose con los demás.
Apoyándose, como Henry David Thoreau, sobre su propia experiencia de retorno a la tierra, su sensibilidad a la naturaleza y los principios de la simplicidad voluntaria que expone aquí, el escritor-hortícola aboga por un socialismo anti-industrial. Es decir una producción a pequeña escala basada en el trabajo de los campesinos y artesanos, que dominan sus medios de subsistencia.
Una sociedad descentralizada de ese tipo no sólo sería más justa e igualitaria, sino que también permitiría una mayor libertad y el desarrollo de las personas. Porque el ser humano no está hecho para encerrarse en ciudades humeantes, sino para vivir al aire libre y trabajar con sus manos. Esta es una de las lecciones de este magnífico tratado de filosofía práctica.

Sheila Rowbotham,
Edward Carpenter: A Life of Liberty and Love
The gay socialist writer Edward Carpenter had an extraordinary impact on the cultural and political landscape of the late nineteenth and early twentieth centuries. A mystic advocate of, among other causes, free love, recycling, nudism, women’s suffrage and prison reform, his work anticipated the sexual revolution of the 1960s. Sheila Rowbotham’s highly acclaimed biography situates Carpenter’s life and thought in relation to the social, aesthetic and intellectual movements of his day, and explores his friendships with figures such as Walt Whitman, E.M. Forster, Isadora Duncan and Emma Goldman. Edward Carpenter is a compelling portrait of a man described by contemporaries as a ‘weather-vane’ for his times.

Bernard Charbonneau, Le totalitarisme industriel
https://www.lechappee.org/collections/l ... industriel
¿ El «Progreso» ? Bernard Charbonneau lo representa en forma de una excavadora que transforma los paisajes en terrenos baldíos y nivela todo a su paso. Durante el siglo XX, el crecimiento ha provocado el éxodo rural, la aniquilación de las sociedades tradicionales y el triunfo de la agroquímica. El mercado se extiende ahora por todo el mundo, mientras que la aceleración del transporte y el auge de las telecomunicaciones comprimen las distancias. Esta civilización de las máquinas es también la de la despersonalización: los suburbios se expanden, los modos de vida se uniformizan, la cultura de masas formatea los espíritus. El Estado y su burocracia crecen, la organización se hace cada vez más restrictiva, los consumidores pasivos son atendidos hasta en su tiempo libre. Y cada uno tiene la obligación de adaptarse al cambio incesante.
Estandardización, concentración, contaminación... el desarrollo exponencial de la ciencia, de la técnica, de la economía se analiza aquí como un fenómeno social global. Frente al
totalitarismo industrial, la ecología que defiende Bernard Charbonneau es revolucionaria, a la vez libertaria y conservadora. En ella se articula la preservación de la naturaleza y la conquista de la libertad, y se afirma la necesidad de decrecer, de pensar en los límites y el equilibrio contra la búsqueda destructiva de la omnipotencia.


De Bernard Charbonneau se ha traducido al castellano su libro
El jardín de Babilonia. Charbonneau muestra como la sociedad industrial, tras haber destrozado la naturaleza, acaba rematándola "protegiéndola" y organizándola. El libro tiene el gran mérito de denunciar la "defensa de la naturaleza" cuando se separa de la causa de la libertad y se convierte en ecologismo de Estado al servico de la dominación.
Por su parte, Jaime Semprún y René Riesel critican con gran agudeza el conformismo de plomo que se ha impuesto bajo el pretexto de "salvar el planeta" y las nuevas formas de adoctrinamiento que acompañan la gestión "razonada" del desastre industrial.