¿Cómo no va a alegrarse un corazón anarquista cuando una parte del pueblo no solo desafía, sino que se abalanza contra las fuerzas represivas asumiendo todos los riesgos que eso conlleva?
¿Cómo no va a vibrar la fibra anarquista cuando se grita contra los encarcelamientos, se exige la libertad de los presos y se reclama el fin de la monarquía?