Colette Durruti, Barcelona 4 de diciembre de 1931 – Maureillas-las-Illas 19 de abril de 2025
Manel Aisa Pàmpols / Redes Libertarias

A veces, los hechos se interrelacionan en el tiempo y eso, de una manera u otra, lo entendemos como los “vasos comunicantes: Semana Confederal, noviembre de 1977; De toda la vida, documental sobre Mujeres Libres, en 1984, de Lisa Berger y Carol Mazer; Libertarias, de Vicente Aranda, 1996, por sus referencias con su propia familia, con su padre, tío y el resto de la familia, y “ Homenaje a Durruti, Ascaso y Ferrer y Guardia”, “Dones Lliures” 2000, y Colette Durruti.
La Semana Confederal del 21 a 27 de noviembre de 1977, creo que fue la primera vez en que Colette Durruti y su madre Émilienne Morin volvieron a España, a Barcelona, que seguramente tantos recuerdos le reportaban.
En aquellas jornadas, se insistía en que no había que tener culto a la persona, sí quedaba claro que el homenaje revistió dos o tres momentos importantes, uno de ellos lo encontramos en el momento en que los numerosos asistentes tomaron conciencia de la ubicación de la fosa común, donde tantos anarquistas y anarcosindicalistas están enterrados, y de alguna manera, todos ellos juntos, mezclados entre sí, en una misma morada.
La otra de las sorpresas de aquel día fue sin duda la presencia de Émilienne Morin y su hija Colette Durruti, que en un acto muy emotivo se abrazaban con muchísimas de aquellas personas que quizás no habían visto nunca, pero que compartían el mismo deseo de vida, y los anhelos de la revolución y una vida sin tantas angustias.

Semana Confederal Durruti en las fosas comunes de Montjuïc
Después tuvimos la noticia del documental De toda la vida de Lisa Berger y Carol Mazer, que nos ayudó a entender y conocer mejor aquellas mujeres que fueron capaces de construir un mundo nuevo, sin tapujos, y todavía teníamos unas cuantas en vida, entre nosotros, y escuchando sus voces y su discurso, entendimos que aquello había ido en serio, y que ellas habían vivido los tres años de su vida, de 1936 al 39, con una intensidad frenética de la cual desbordaba la generosidad, no se arrepentían de nada y seguían insistiendo en la magnitud de aquel momento.
Después Libertarias esa película que dejó a todos los anarquistas a medias, que esperaban un más allá, fiel al anarcosindicalismo que hombres y mujeres llevaban dentro, pero que Vicente Aranda, en una forma de compromiso con su propia familia, padre, tío y seguramente recordando a su propia madre y tía, no tenía otra, más que homenajear a aquellas mujeres del 36, y encontró el filón gracias a la novela de Antonio Rabinad La monja libertaria, el resultado todos ya lo conocemos, Libertarias, esa gran película sobre las mujeres anarquistas del 36 que dio pie al reencuentro, de nuevo, a principios del siglo XX, a que se rejuntarán ellas, aquellas y otras que había estado en la Semana Confederal de 1977, en un entorno discreto, sin hacer ruido, y las que habían participado en el documental De toda la vida, y algunas nuevas incorporaciones, que estando reunidas un buen día, vieron estupefactas una manifestación fascista por las calles de Barcelona y precisamente un 20N.
A partir de aquel momento, la más joven de ellas que era Antonina Rodrigo, decidieron que mientras tuvieran un ápice de fuerzas, todas ellas convocarían, cada año, un encuentro de recuerdo frente a las tumbas de Durruti, Ascaso y Ferrer Guardia, en el recuerdo de aquellos luchadores que dieron su vida por construir un mundo nuevo que llevaban todos ellos en sus corazones.
A partir de ese momento, que debió ser a principios del Siglo XXI, todas ellas se encontraban, el domingo más próximo al 20N (Entierro de Durruti), en el cementerio del Sudoeste de Barcelona, Montjuïc, en un acto sin banderas, para no herir las sensibilidades de las diferentes organizaciones del anarcosindicalismo. Y allí ofrecer, en el discurso y con su presencia, un encuentro por la amistad y las reivindicaciones del presente.
Y es en este espacio donde Colette Durruti, Diana Marlot es su nombre de casada, encuentra su afinidad con el movimiento libertario del interior, con algunas de las compañeras que ha conocido, ya en el exilio, que la acompañan y sirven de puente para encontrar la afinidad con el resto, sin duda, será Liberto Sarrau y Joaquina Dorado quien le ayuda a aterrizar de nuevo en Barcelona, y el resto de las personas que asumieron el reto de convocar este pequeño acto, que viene cumpliendo un cuarto de siglo, llevando el peso del proyecto Antonina Rodrigo, que siempre se encargó de llevar adelante la convocatoria, y más tarde con Llum Ventura y más recientemente Laura Vicente y también recordar a Eduardo Pons Prades, y Eduardo Moreno que ofrecía infraestructura, a Concha Pérez, Antonia Ojeda, a Valerie Powles, a quien le debemos muchas de las fotografías de aquellos primeros encuentros, Paquita Arias, Antonia Fontanillas, Pepita Carpeta, Sara Berenguer, Concha Liaño, Doris Ensinger y tantas otras que pasaron por aquellas jornadas de recuerdo en simbólico acto de reconocimiento.
Colette Durruti, una niña que en 1936, con apenas 5 años, perdió a su padre en el frente de Madrid, siempre tuvo la curiosidad por saber sobre su padre y su gente en el espacio y tiempo que le tocó vivir. Tal como nos cuenta Myrtille, una de las pocas personas, que allí en Francia, llegó a entrevistarla, Colette siempre quiso saber más de su padre, por eso devoró todos los textos en que aparecía su nombre.

Y, gracias a Myrtille, sabemos que Colette Durruti se casó en 1953 con Roger Marlot, del que tomó el nombre y pasó a llamarse Diana Marlot, tuvo dos hijos, Yvon y luego Rémi. Su compañero Roger Marlot, que solía acompañarla siempre a Montjuïc, murió en Maureillas en 2022 y que Rémi murió en un accidente ocurrido en 1989.
Así, de la Colette, que de nuevo pisó acompañada del brazo de su madre la Barcelona soñadora de 1977 en la semana Confederal, a la Colette Durruti que prácticamente no se perdió ningún acto convocado por aquellas “Mujeres Libres 36”. Siempre estuvo con ellas hasta 2023, que vino por última vez, que yo recuerde, a compartir con nosotros, una vez más, el recuerdo de aquella gran revolución que protagonizó su padre, Buenaventura Durruti, junto a una legión de soñadoras que venció al fascismo por primera vez, por un tiempo y espera, para volver a sentar las bases de aquel sueño revolucionario.
- Inicie sesión o regístrese para comentar
Imprimir- 996 lecturas
Enviar a un amigo












![Portal Anarquista norteamericano [inglés]](http://www.alasbarricadas.org/common/img/banners/infoshop.png)
![Portal Anarco-Comunista [internacional]](http://www.alasbarricadas.org/common/img/banners/anarknet.png)
![Portal Anarquista [inglés]](http://www.alasbarricadas.org/common/img/banners/libcom.png)
![Noticias para anarquistas [inglés]](http://www.alasbarricadas.org/common/img/banners/anarchorg.png)

![Cruz Negra Anarquista [Péninsula e Islas]](http://www.alasbarricadas.org/common/img/banners/cna.png)






