¿Y ahora qué pasa? Posición del anarquismo organizado frente a lo que se viene en Argentina

“…La libertad de oprimir, de explotar, de obligar a la gente a hacer el servicio militar, a pagar impuestos, etcétera, es la negación de la libertad; y el hecho de que nuestros enemigos empleen de una manera tan inoportuna e hipócrita la palabra libertad no basta para hacernos renegar del principio de ésta, que es el carácter distintivo de nuestro Partido, que es el factor eterno, constante y necesario de la vida y del progreso de la humanidad.

Libertad igual para todos y derecho, por lo tanto, de resistir a toda violación de la libertad, y de resistir con la fuerza brutal, cuando la violencia se apoya sobre la fuerza brutal y no hay medio mejor para oponerse a ella con éxito…”

Errico Malatesta - " La Questione Sociale" 25 de noviembre de 1899.

Finalmente ganó Milei, producto de un sistema democrático representativo en decadencia, lo que implica la posibilidad real de retroceso de conquistas y derechos populares. Un proyecto para los de arriba votado por los de abajo. Y nuestra posición reafirma la línea de afrontar y superar el inmovilismo que genera el miedo de este avance de sectores de ultraderecha, reaccionarios, ultraliberales. Pero la derrota no fue electoral, ni fue este domingo último. Para que haya crecido una opción política de ultraderecha, la derrota es cultural e ideológica y lleva ya muchos años, principalmente a partir de la “retirada” de gran parte de los proyectos emancipadores, ni que hablar de progresistas, de la mayoría de los barrios populares y de los sindicatos, la ausencia de una idea concreta de cómo enfrentar este sistema capitalista, y un proyecto revolucionario y que vaya a fondo a enfrentar la máquina de empobrecer a los pueblos, llamada neoliberalismo. Donde el Estado fue incorporando e institucionalizando numerosas herramientas de los de abajo, llevando toda acción política a su cancha y convirtiendo a las urnas como único horizonte posible de acción política. A esa falta de rebeldía, de presencia contestataria, de lucha social, la rellenaron con retórica pseudo-fascista y ultraliberal un puñado de economistas y expresiones reaccionarias. En un contexto que además está signado por la crisis económica, la desigualdad creciente y una gran parte de la población excluida del acceso a sus necesidades más fundamentales.

El ascenso de Milei al sillón de Rivadavia viene generando un entrevero de duras sensaciones que van desde el desconcierto, la incertidumbre, una perspectiva de catástrofe y fundamentalmente miedo. Miedo a la puesta en marcha de medidas y consignas vertidas por sus candidatos durante toda la campaña electoral, algunas disparatadas y otras parte del repertorio de los sectores reaccionarios y antipopulares de la historia de nuestro país. Estamos hablando de quita de derechos, misoginia, mercantilización extrema de todos los aspectos de la vida (mercado de órganos, niños, etc), aplicación de las doctrinas de shock y gran parte del libreto de la Escuela de Chicago. Sobre esto ya advirtió que “no habrá gradualismo”. Entre los aspectos más graves, también están la reivindicación de la represión ilegal durante la última dictadura y la posibilidad de un indulto a los genocidas, lo que estará en consonancia con dar viento a favor para la represión abierta a la protesta yllenar las cárceles de luchadores sociales.

En principio decimos que no debemos subestimar al enemigo ni descuidar su capacidad de constituir una fuerza política y social acorde al tamaño de su proyecto. Hasta hoy hay una serie de elementos a tener en cuenta sobre el punto de partida de esta novedad política. En primer lugar, La Libertad Avanza no posee poder territorial aún, no ha ganado gobernaciones propias, ni siquiera una intendencia en todo el país, por lo que, en los primeros meses de gobierno no tendría estructura territorial para afrontar una avanzada ajustadora contra los de abajo. Se podría pensar que Macri va a aportar algo de estructura (aún es una incógnita la posibilidad de co-gobierno Milei-Macri), aunque fuimos testigos de cómo el acuerdo pos-elecciones generales terminó minando una parte importante de la misma y que dejó a un Pro dividido en todo el país.

También Milei podría parasitar alguna otra estructura política o bien podría avanzar en el armado de una coordinación con gobernadores e intendentes volcados al pragmatismo del Estado, pero hoy esto no es más que una conjetura. Sí debemos tener en cuenta un dato real, que es que la vice presidenta electa ha estado moviéndose, más allá de buscar impunidad para los represores, en sentido de organizar un bloque político o partido que represente a la familia militar.

Por otro lado Milei hasta hoy, no posee bases organizadas en sindicatos, movimientos sociales u organizaciones civiles. Tampoco tiene capacidad de movilización orgánica. El votante no es militante, sino apenas un agitador, al menos hasta hoy. La Libertad Avanza no ha llegado a conformar una fuerza política con organicidad (ya vimos como cada miembro opina en cualquier momento de cualquier tema con cualquier posición). Si ha llenado la calle en sus últimos actos de campaña y en los principales centros urbanos del país apenas se conoció el triunfo electoral. Milei no podría generar movilizaciones unitarias bajo una estrategia determinada. No al menos en el corto plazo.

En este país, el único actor o fuerza social que logró imponerse en todos los niveles para aplicar medidas antipopulares con éxito fueron los militares a través de las sucesivas dictaduras. Macri intentó -con cierto aparato- intervenir sindicatos, criminalizar la protesta, avanzar con reformas antipopulares, políticas de ajuste salvaje, sin poder llegar al fondo de la cuestión, ya que las movilizaciones de 2017 contra la reforma previsional marcaron -a pesar de la derrota- un hito de resistencia. Macri no logró tocar los Convenios Colectivos ni pudo aplicar una reforma laboral integral. Milei, con mucho menos aparato, no va a llegar en principio a reunir el quorum en un congreso donde es minoría. Además, si va por una catarata de decretos, va a chocar con la Corte Suprema que, si bien coincide con varios ejes de gobierno, no le interesa quedar expuesta ante una progresión de ilegalidad y violación de derechos que intentarán llevar consigo las políticas de La Libertad Avanza. Por último, yéndonos a una situación extrema, es difícil pensar que Milei tenga suficiente poder para promover un auto-golpe con éxito, como sucediera con Fujimori en Perú.

Así mismo vale señalar–con preocupación- que Milei no intentó moderar su discurso, ni siquiera en el tramo final de campaña, por lo que advertimos está decidido a llevar a cabo al menos una parte de su plan de ajuste contra el pueblo. Esto creemos dará inicio a un período de mayor inestabilidad política, social y económica; de persecución a la protesta y de encarcelamiento de luchadores sociales; de dar vía libre a las policías provinciales para el gatillo fácil (como sucediera con Bolsonaro), de aliento a las trasnacionales –con aval de los gobernadores- para profundizar el modelo extractivista, saquear los recursos, hacer añicos el medio ambiente y avanzar sobre las poblaciones locales; de reforzar la reprimarización de la matriz económico-productiva del país y la desindustrialización; de avanzar en la privatización de todas las áreas del sector público, de intentar imponer una reforma laboral salvaje, de atacar el derecho a la Libre Interrupción del Embarazo y la Educación Sexual Integral.

Compañeros/as, se vienen tiempos de redoblar esfuerzos y de apostar a la más amplia unidad de nuestras organizaciones en el marco de una estrategia de lucha popular, en la calle, a partir de planes de acción y medidas de fuerza. Pero es preciso desandar la fragmentación y el individualismo que llevó como corolario a este personaje al Gobierno. No sirve de nada hablarnos entre convencidos. Es tarea nuestra la de interpelar a cada compañero/a de trabajo, a cada vecino/a,siempre a partir de la lucha y la organización de base. No perseguir ni condenar al compañero/a porque fue a votar, a tal o a cual. Es preciso reforzar nuestra estrategia que apunta a fortalecer la confianza en nuestra propia fuerza, en nuestra propia capacidad de acción, la acción de nuestro pueblo y sus organizaciones. Allanar el camino de una resistencia activa, organizada y principalmente solidaria, frente ala profundización del avance de los de arriba. Aquí es más que probable que un buen número de sindicatos y organizaciones sociales estén dispuestos a salir a la calle antes que avance una reforma antipopular. No es de extrañarnos que se elaboren articulaciones entre sectores combativos de la CGT como los Bancarios, Camioneros, Aceiteros, con sectores de las dos CTA con los estatales, docentes y trabajadores de la salud a la cabeza. Los movimientos sociales, organizaciones estudiantiles, organizaciones medioambientales, organismos de DDHH estarán alertas y en la primera línea en caso que las fuerzas ultraliberales quieran arrebatarnos conquistas sentidas.

Organización Anarquista de Córdoba – OAC

Federación Anarquista de Rosario – FAR

Organización Anarquista de Tucumán – OAT

Organización Anarquista de Santa Cruz - OASC

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