Apuntes sobre la caída de Afganistán en manos del Taliban
Por @BlackSpartak
Las imágenes de los talibanes en los autos de choque en Kabul, divirtiéndose como niños, son como una premonición sobre el desastre humanitario que se prepara en aquel territorio asiático. Ciertamente, es posible que no se repitan las masacres de los años 1996-2001, para no provocar otra intervención internacional, pero está claro que el destino de mucha gente está sellado. En especial el de las mujeres. En estos momentos miles de personas intentan huir como sea del país.
Entre todas las iniciativas existe un llamamiento de la Federación Era Anarquista (de Irán y Afganistán) para recaudar dinero que será destinado a sacar del país a compas de esa organización e imaginamos que también a sus familias, amistades y a todo el que pueda. Por desgracia, lo desconocemos todo de aquel joven movimiento anarquista afgano. Quien quiera adentrarse en el complejísimo escenario étnico-político afgano en los últimos 40 años, tiene este estupendo hilo.
Lo que nos compete a los movimientos libertarios occidentales y mediterráneos es a prepararnos para ese efecto dominó geopolítico derivado de la victoria Talibán. Vayamos punto por punto:
1.- La victoria de los talibanes refuerza el rol autoritario de los países del Golfo Pérsico, que son los mayores propagadores de las versiones rigoristas del Islam en el mundo. Y de hecho son sus mayores financiadores.
2.- Derivado de lo anterior las diferentes versiones de la insurgencia yihadista tomarán nuevos ánimos. Llevaban un par de años a la baja debido a sus derrotas. Aunque en África estos años han sido de avance, tal como acontece en Mozambique, Malí, Níger o Nigeria. La victoria en Afganistán es una señal de que pueden ganar en otros territorios, lo que les dará alas. De momento los taliban han comenzado a ejecutar a los líderes del Estado Islámico (DAESH) que se han encontrado en la cárcel de Kabul. No quieren competencia.
3.- Estados Unidos y la OTAN han abandonado el país a su suerte. Esto es indicativo del declive militar y político de Occidente en el mundo. La administración Biden no ha hecho más que seguir el camino trazado por la anterior administración Trump de abandonar esta guerra que no les ha servido para nada. Lo que llama la atención es la forma en la que ha ocurrido el colapso gubernamental en los meses de julio y agosto, ante la impotencia de la Coalición Internacional que solo ha servido para salvar algunas miles de personas y poco más.
4.- La catástrofe humanitaria que se cierne sobre una parte de la población afgana, antes mencionada, ha hecho que sectores progresistas arrecien en sus críticas contra la forma en que se ha abandonado aquel país. Sin embargo, al no proponer ninguna contramedida dejan entrever que sólo promueven otra intervención internacional como la llevada a cabo en 2001 - y contra la que protestamos miles de personas en su momento.
5.- Otros beneficiarios inmediatos de este cambio de régimen son Pakistán y China, que ven abierto otro nuevo territorio de influencia. Quizás China haya acordado ya con los taliban explotar sus tierras raras y otros minerales a cambio de alguna infraestructura y otras formas de pago. Hay algunos indicios de que esta nueva versión de los talibanes no será la de los 90 y China tendrá algo que ver con ello. Pakistán por su parte aspira a tener un estado vasallo al que resulte fácil controlar. Recordemos la gran influencia del ejército y los servicios secretos pakistaníes en la aparición del fundamentalismo taliban en los años 90.
6.- La oleada de refugiados prevista puede ser un arma política en las manos adecuadas. En un principio se dirigirán a Pakistán, Irán o la India, países cercanos que ya albergan cuantiosa población afgana y cuentan con numerosos campos de refugiados. De momento Pakistán ha cerrado la frontera. Pero es probable un desplazamiento progresivo hacia Europa por via de Turquía.
7.- Turquía ya ha levantado una valla en su frontera con Irán porque no quiere tantos refugiados afganos. De hechos los fascistas turcos están protagonizando numerosos altercados con los afganos. Y recordemos que esos afganos (algunos) tienen experiencia militar y devuelven los golpes.
8.- Francia y Grecia antes que nadie han declarado que no quieren otra oleada de refugiados en Europa. Así que Erdogan tiene un arma de grandes proporciones para provocar el caos en la UE. Una UE que padece una seria crisis de legitimidad. En este verano las encuestas dan como líderes a los partidos fascistas o populistas de Demócratas Suecos y Fratelli d'Italia. De desarrollarse una nueva crisis de refugiados el fascismo islamista en Afganistán podría favorecer la victoria del fascismo en Europa.
9.- Por último, quedará ver a qué ocurre con las exportaciones de opiáceos que financiaron a las guerrillas y a los "emprendedores" norteamericanos.
Así pues nos tenemos que preparar para acoger refugiados que nadie en Europa quiere - pero eso no significa que no vayan a llegar. Y nos tenemos que preparar para una campaña de la ultraderecha contra los refugiados, que presentarán como terroristas (aunque huyan del terror) y un foco de inseguridad. Precisamente en estos tiempos de la crisis postpandemia, aderezada con síntomas de colapso medioambiental y social, el modelo neoliberal puede ser sustituido por un ecofascismo que decrecerá a base de someternos y erradicar nuestras libertades. Los acontecimientos internacionales no nos pueden volver a coger con el pie cambiado.
Unas ideas a hacer desde ahora mismo en las redes y desde las organizaciones:
- Denunciar nuevamente el desastre que suponen las guerras imperialistas. Hay que oponerse a ellas siempre, incluso aunque se presenten bajo la careta del humanitarismo.
- Desenmascarar el discurso de la ultraderecha europea, que se basa en criminalizar a la población más vulnerable que huye de las guerras. Hay que presentarla como la opción política oportunista que es.
- Deslegitimar el fundamentalismo islámico en los barrios europeos. Este fenómeno se basa en el desarraigo, la falta de futuro y el desprecio de buena parte de la población occidental (cristiana) hacia las comunidades musulmanas. Las oleadas de radicalización islamista ocurrirán mientras no haya puntos de conexión basados en el apoyo mutuo y en la politización en los valores de la solidaridad. Y esto tiene que ocurrir a gran escala.
- Fomentar el encuentro con organizaciones sociales en África y Asia que fomenten esos valores solidarios. Es básico establecer una alianza entre pueblos e iniciativas. No podemos seguir desconociendo quienes están al frente de la lucha contra la tiranía. Se merecen nuestro apoyo. Recordemos que en Europa fue una sorpresa casi total la Revolución en Rojava. Al parecer muy pocas personas estaban al tanto del giro al socialismo libertario (llamado Confederalismo Democrático) del PKK en los 2000s.
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