El 11-J y el Renacimiento de un Movimiento Social en Cuba

Hace exactamente una semana, la clase trabajadora se levantó de manera espontánea en toda Cuba, desafiando un poder que pretende ser “comunista”. Este evento es de suma importancia. No fue liderado por la disidencia reconocida internacionalmente ni por potencia extranjera como lo pretende el gobierno.

Que le guste o no a los observadores afincados en sus posiciones ideológicas, sean cuales sean éstas, lo sucedido sucedió y marca una etapa importante en el renacimiento del movimiento social en Cuba. Tenemos, desde luego, que detenernos sobre estos hechos e intentar comprenderlos mirando la realidad material que viven los trabajadores de este país.

 

El contexto

El estallido social que comenzó el domingo 11 de julio sorprendió sin sorprender, fue a la vez una sorpresa sin serlo. Por una parte, las protestas – incluso a baja escala – son raras desde la Revolución, aunque sobraran razones, en un país que podía tener como orgullo un alto nivel de lucha en su historia contra dictaduras y gobiernos corruptos de todo tipo. Por otra parte, todos sabíamos que era muy probable que algún día, en algún lugar del archipiélago, se iniciara una movilización de gran escala. Esto era cada vez más probable con el continúo atropello gubernamental, la situación económica y el hecho de que Obama pusiera fin a la apertura hacia la emigración cubana. Quitó de ese modo la válvula de escape que mantenía a la sociedad en una calma tensa.

Pero esta situación tenía cada vez menos calma y más tensión, sobre todo en los últimos meses. La protesta de los artistas del 27 de noviembre del 2020 era una de las señales precursoras de la explosión que se llegaba. No fue solamente otro síntoma del autoritarismo del gobierno, sino que también una nueva muestra de que ya el cubano no se iba a dejar caminar por encima. Lo que fue una deshonra para todos nosotros, el no hacer nada a pesar de que la situación llamara a actuar como lo hicieron las generaciones anteriores, se iba para dejar plazo a movilizaciones.

 

Las causas inmediatas

Las causas del 11 de julio son múltiples y merecen su propio espacio para hablar de ellas en detalle. De momento, nos limitamos a hablar de las más inmediatas raíces:

  • El endurecimiento del embargo por la administración de Trump,
  • Las caídas de las principales fuentes de ingreso del país (remesas enviadas por familiares en los EE.UU., el turismo y las prestaciones de servicios médicos en el exterior),
  • La reducción de los abastecimientos en petróleo desde Venezuela,
  • La fuerte inflación acompañando la unificación monetaria,
  • Las escaseces de alimentos, medicamentos y otros productos básicos,
  • La situación sanitaria generada por la Covid, cuyo impacto se focaliza sobre todo en la provincia de Matanzas.

Para entender mejor la situación, veamos brevemente cada uno de estos elementos claves.

El bloqueo es un gran tema en la discusión sobre la situación cubana. Para los partidarios del gobierno cubano es la causa de todos los males de un país que hubiese sido el regreso del Edén a la tierra sin este obstáculo. El propio gobierno no dejo de denunciarlo durante la pasada semana. Del otro lado, una gran parte de la oposición o ignora este tema, o lo minimiza o hasta en ciertos casos lo apoya. En el último caso, se presenta la medida como necesaria para tumbar al estado y “liberar” el pueblo, sin siquiera tomar en cuenta su obvia ineficacia después de tantas décadas y sobre todo su impacto nocivo sobra la población que se pretende salvar.

Sin embargo, si se dejara de lado la propaganda y los intereses de los unos y de los otros, se vería claramente el papel jugado por el bloqueo. Su imposición no es ninguna torpeza y responde a un plan bien claro de ciertas capas de las élites norteamericanas. Se trata de hacer caer un gobierno enemigo apretando la garganta de su población, y esto a sabiendas. Cuando Biden propuso el 14 de julio de ver cómo restablecer el internet en la isla e incluso propuso vacunas, esto no fue nada más que una tentativa de atraer apoyo electoral de las comunidades cubanas y venezolanas de Florida para las próximas elecciones en ese estado. Esto equivale a dar una curita a un herido que uno mismo golpea. ¡Lo más fácil y eficiente es simplemente levantar el bloqueo y dejarse de tanto cinismo!

La situación actual del bloqueo es heredada de la era Trump. Las medidas fueron recrudecidas por este último. Se activaron medidas de la ley Helms-Burton que permiten perseguir a empresas extranjeras trabajando con activos que fueron nacionalizados por el estado cubano al triunfo de la Revolución, se restringió aún más el envío de remesas de cubanos viviendo en los EE.UU. a sus familiares en Cuba[1] y se añadieron obstáculos para las visitas de turistas americanos y cubano-americanos, entre otras medidas.

Esta situación contribuyó directamente a la caída de las fuentes de ingreso provenientes de las remesas y del turismo, incluso antes de la llegada de la Covid. El efecto de la pandemia empeoró por supuesto la situación. A esto se debe añadir la disminución también de los ingresos provenientes de servicios médicos en el exterior. El gobierno de Cuba envía médicos en varias partes del mundo, lo cual constituye otro pilar de ingresos. Sin embargo, la llegada al poder de gobiernos de derecha/extrema derecha en Bolivia y en Brasil tuvo un impacto negativo a este nivel también.

La situación latinoamericana también impactó fuertemente a Cuba con la crisis en Venezuela. La inestabilidad en ese país limitó fuertemente el abastecimiento en petróleo. Añadiéndole esto a las averías ocurridas en el sistema eléctrico en la isla hicieron que la situación llegara a un punto extremo, causando numerosos apagones.

Estas averías son síntomas de problemas internos cubanos. No se puede echar la culpa de todo a la situación externa. La principal causa directa del estallido social es la inflación generada por la unificación monetaria. En plena pandemia, cuando los ingresos se cayeron y con una situación económica crítica (el PIB aumentó de 0.5% en el 2019 antes de caer -11.0% en el 2020), implementar esta reforma implica aceptar el disparo de la inflación. La falta de dinamismo económico causado por bajos salarios y el control omnipresente del estado[2] limitan la oferta frente a una demanda que sigue estable o que incluso solo puede subir si se quiere mejorar el nivel de vida.

En efecto, la cotidianidad cubana hoy en día se caracteriza por un alto nivel de escasez en alimentos, medicamentos y en otros productos básicos. Las colas se han multiplicado y a su vez alargado por todo el país. Ya no es solo cuestión de los precios: aunque se pudiese pagar, simplemente no hay suficientes productos. Un síntoma claro de esta situación es el hecho de que Cuba está preparando varias vacunas contra la Covid pero carece de jeringuillas para administrarlas a toda la población.

En paralelo a todo esto, la situación sanitaria ha empeorado recientemente. Si hasta hace poco estuvo bajo control, manteniendo los contagios y las muertes a un nivel relativamente limitado en comparación con otros países, los casos se han disparado hasta los 6 000 diarios. La provincia la más afectada es Matanzas, como ya hemos dicho, poniendo bajo extrema tensión su sistema hospitalario. La BBC reportó, el mismo 11 de julio, conversaciones que tuvo con residentes de la isla explicando que sus familiares fallecían en sus casas sin poder recibir asistencia médica.

Tomando en cuenta todas estas circunstancias, algunos comentadores calificaron la situación de “tormenta perfecta”. Todos los factores se reunieron para explotar. Ante estos, unos días previos al 11 de julio, muchas voces dentro y fuera de Cuba se alzaron para pedir que el gobierno levantara las restricciones al envío de medicamentos a la isla. Los mensajes con las etiquetas #SOSCUBA y #SOSMATANZAS se dispararon y en algunos países los emigrados comenzaron a colectar ayuda.

A todo esto, el gobierno respondió con soberbia, ignorando la situación real y negándose a facilitar los trámites. En pocos días, tendrían que cambiar de actitud…

 

Los hechos

El 11 de julio marcó un antes y un después en Cuba. A pesar de la falta de información, debida entre otras cosas los cortes de internet en el país, es importante hacer, por lo menos, un breve listado cronológico que permita entender mejor lo sucedido:

 

Domingo 11 de julio:

Todo comenzó con una manifestación espontánea en San Antonio de los Baños a finales de la mañana. Una gran multitud recorrió la localidad tomando por sorpresa a todo el mundo, incluido a los propios manifestantes. Estos filmaron la movilización e hicieron directas en internet con una gran repercusión más allá de la ciudad.

Rápidamente las redes sociales se hicieron ecos de más y más movilizaciones en toda la isla. Llegaron reportes, videos y fotos de Oriente hasta a Occidente: Palma Soriano, Santiago de Cuba, Camagüey, Matanzas, Cárdenas, Bauta, Güira de Melena, Güines, Alquízar, San José de las Lajas, La Habana (cerca del Capitolio, en el Malecón, en Regla, en el Vedado, etc.), Pinar del Río, etc.

Fueron alrededor de 40 localidades en las que hubo protestas, según las mayorías de los artículos publicados al respecto. Esto significa ser, y de lejos, la mayor movilización contestaria desde el 59, mucho más importante que el Maleconazo del 94 que sólo se limitó a la capital.

En las protestas, se oyeron los siguientes lemas: “abajo la dictadura”, “que se vayan, que se vayan”, “patria y vida”, “policía pinga” y “Diaz-Canel singao”.

Al comienzo, no se reportaron ni represión ni violencia de ningún lado. Se veía que se destapó un gran descontento que había sido mantenido bajo silencio, a escondite, durante mucho tiempo. Los manifestantes gritaban también “no tenemos miedo” y en efecto ese miedo se volatilizó ese día al ver que uno ya no estaba solo frente a la maquinaria represiva del estado. Esta vez, eran miles que salían a las calles y el miedo se cruzó de bando.

Sin embargo, al transcurrir el día llegaron imágenes del envío de la policía y de las tropas especiales para acabar con las protestas. Los primeros golpes de porra y las primeras detenciones se vieron. A la sorpresa inicial de las autoridades le siguió justo después la represión violenta. También salieron informaciones, difíciles de confirmar, sobre tiros y muertes de manifestantes, en particular en Camagüey.

En algunos casos, los contestarios respondieron lanzando lo que encontraban a la policía y en algunos casos ésta tuvo que escapar. Se volcaron incluso algunas patrullas.

Salieron también videos de saqueos de tiendas en MLC (moneda libremente convertible, o sea divisas fuertes con un poder adquisitivo bien superior al peso cubano) en Güines y otros sitios. Estas, solo accesibles por los que tienen recursos, son un símbolo de la inequidad que existe en el país pues sus precios no están fase con lo que gana la clase trabajadora. Como en otros lugares del mundo y puntos históricos cuando hay revueltas, este tipo de acciones son frecuentes, sobre todo en una situación de penuria generalizada. Bien cínico es aquel que las juzga desde lo alto de su trono, en vez de mirar sus causas.

Desde este primer día aparecieron varios mensajes denunciando cortes de las redes de celulares y de internet. Estos, junto a la represión, eran la cara oculta de la reacción gubernamental. Ante las cámaras oficiales, sin embargo, la pieza se jugó en dos actos.

Primero, Díaz-Canel apareció en persona en San Antonio de los Baños quizás intentando repetir la intervención de Fidel Castro durante el Maleconazo habanero, hace 27 años. Según la prensa oficialista, el pueblo lo acogió y marchó con él para rechazar las “provocaciones” ocurridas horas antes.

Segundo, Díaz-Canel hizo luego declaraciones antes las cámaras de televisión, desde el Palacio de la Revolución. Durante su intervención, sin hacer referencia alguna a la represión que ya estaba activa, el presidente denunció eventos promovidos por la “contrarrevolución” y los relacionó con la estrategia de EE.UU. para tumbar al gobierno. Además, llamó a los “revolucionarios” a tomar las calles para enfrentarse a los manifestantes, añadiéndole así más gasolina al fuego. “La orden de combate está dada” añadió, sin precisar que la cara la darán otros que no podrán salir con guardaespaldas y protegidos con fuerzas represivas.

Un mapa de las protestas, incluyendo muchos videos, ha sido publicado en las redes.

 

Lunes 12 de julio:

Tras un intenso domingo, Cuba amanece este lunes en gran parte desconectada del resto del mundo. Los cortes a internet se extendieron y las redes sociales y aplicaciones de mensajería fueron tumbadas. Muy pocas informaciones sobre las protestas se filtran. Se reporta al menos una nueva manifestación en Bauta.

El gobierno reconoció la muerte de un manifestante en Arroyo Naranjo, durante una protesta delante de una estación de policía, en un barrio obrero en las afueras de la capital. Esta muerte, la única admitida por las autoridades, es sin lugar a duda a una prueba de la violenta represión que recayó sobre los contestarios.

Por falta de comunicación, el principal enfoque en las redes va a ser sobre un gran número de arrestados (con varias estimaciones, imposible de confirmar), de gente desaparecida y de heridos, y sobre la represión gubernamental. En particular, se reportó sobre decenas familiares que acudieron a las comisarías para saber de sus seres queridos cuyos paraderos eran desconocidos desde las protestas del día anterior.

Se anunció también la liberación de varios manifestantes que se habían reunidos en frente del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), en el capitalino barrio del Vedado el domingo. Varios jóvenes se concentraron de nuevo en el mismo lugar y fueron acosadas por un mítin de repudio y sufrieron arrestos.

En el escenario de las coronas, Díaz-Canel negó que hubiese habido represión en contra de los manifestantes, los cuales fueron calificados por éste de “mercenarios a sueldo de los EE.UU.”. El mandatorio culpó una vez más al gobierno de este país de estar detrás de las concentraciones del día anterior. Por su parte, Biden le pedía que “escuchara a su pueblo”. La Unión Europea se posicionó al mismo nivel diplomático.

 

Martes 13 de julio:

Las redes sociales y las mensajerías seguían cortadas este martes. Muy poca información salió de lo que estaba ocurriendo en el país. Se siguió sin saber el número de detenidos, heridos, muertes potenciales y también sobre desapariciones de personas.

La youtubera Dina Stars fue detenida en vivo mientras era entrevistada por la televisión española, delante de los ojos espantados de una periodista de este país. A ver cómo se las arregla el gobierno para justificar este atropello. Sospechamos que la habitual palabra de “mercenaria” será empleada.

El diario oficialista Granma informó de la participación de Raúl Castro en una reunión del buró político sobre la situación de las protestas. No se comentó mucho más al respecto.

De lo que sí se habló fuel del hecho que el gobierno cubano levantó, temporalmente (hasta finales del año), las restricciones a las “importaciones”, por personas naturales, de alimentos, medicamentos y productos de aseo y de que estos no serían sometidos a imposición arancelaria. A penas unos días anteriores, antes del estallido social, las autoridades se negaron a tomar esta medida a pesar de la grave crisis a la cual tiene que enfrentarse la sociedad cubana. Ahora, a penas un par de días después de la movilización popular, esta va a ser la primera concesión gubernamental.

Por otra parte, también anunciaron querer eliminar el uso obligatorio de la escala salarial en las empresas estatales. Aunque esto se vendió como una promesa de aumento salarial, es en realidad una trampa a los trabajadores del sector público, como veremos más tarde. Este ataque, con el peor olor liberal, es coherente con el paquete de medidas que el gobierno intenta imponer con la “tarea de ordenamiento”.

El 16 de julio, se detallarán estas dos decisiones y también una tercera en el programa de televisión de la Mesa Redonda. Las veremos con más atención luego en este artículo.

Mientras tanto, el gobierno norteamericano declaró que no acogerá a migrantes. Como hemos explicado más arriba, este es un factor clave que diferencia la situación actual con los períodos anteriores, pues la inmigración, alentada por las administraciones americanas, en realidad permitieron al gobierno deshacerse del descontento social, exportándolo a 90 millas. Esto ya no es posible.

Todavía en los EE.UU., para ser más preciso en Miami, cubanos-americanos cortaron una carretera en apoyo a las movilizaciones en Cuba. Se organizaron también protestas en solidaridad en muchas ciudades fuera de la isla.

De este modo, comenzó la semana en Cuba, después de las protestas del 11-J. La conexión normal a las redes sociales se restableció el 15 de julio. Las informaciones siguen faltando, sobre todo sobre el número de detenidos, heridos, muertos y desaparecidos. El 16, la alta comisionada de las Naciones Unidas para los derechos humanos, Michelle Bachelet, hizo un llamado a las autoridades a que liberasen urgentemente a los presos y a que se levanten las sanciones contra la isla. Tanto el gobierno cubano como el americano ignoraron el reclamo.

Ese mismo día, se dieron en la televisión más detalles sobre las medidas del gobierno en respuesta a las protestas, en un intento de calmar la situación más allá de la ola represiva.

 

Las medidas tomadas por el gobierno

Si la represión fue excesiva y violenta, no fue la única forma con que el gobierno intentó restablecer la calma y el sometimiento popular. Las autoridades se vieron obligadas a anunciar tres medidas en su habitual espacio televisivo de la Mesa Redonda. Como veremos, aquí tampoco hubo carencia de cinismo.

 

Levantamiento temporal de las trabas a las “importaciones” de alimentos, medicamentos y productos de aseo:

Cualquier cubano que viaje, sabe lo que significa los controles de las aduanas al llegar al país. Todo está echo para robar al viajero cubano de los bienes que trae a su familia y/o las innumerables reglas restringiendo estas pseudo-“importaciones” son desconocidas del público y muchas veces incluso de los proprios funcionarios de la aduana.

Según las declaraciones del gobierno durante el programa, hasta ahora se imponían aranceles a las “importaciones” de viajeros, personas naturales, o a los envíos de paquetes, a partir de los 10kg de peso de estos bienes. Esta medida absurda perduró durante todo este período de crisis de abastecimiento, limitando la ayuda que aportaban familiares del extranjero. Como se comentó anteriormente, este era uno de los reclamos que se hicieron antes del 11 de julio y que el gobierno en su soberana arrogancia rechazó. Ahora, esta actitud dejó de ser una opción.

La medida pues, levanta esta restricción, permitiendo que estas “importaciones” se realicen sin limitaciones de peso y sin que sean imponibles. Sin embargo, tiene un carácter temporal (con una vigencia del 19 de julio al 31 de diciembre del 2021), y no será aplicable en los aeropuertos de Varadero y Cayo Coco.

Esta medida tiene todo su sentido vista la situación actual y, por supuesto, no tiene nada que ver con “maniobras yanquis”.  Es una pena que la gente necesitasen salir a manifestar y ser reprimida para que el gobierno levante, aunque fuera temporalmente, una medida tan ridícula. Esta solo sirve a mantener el control estatal sobre cualquier cosa que suceda en ámbito cubano, incluso en la solidaridad familiar. Cuando se denuncia con razón el embargo, no se puede dejar de lado el “bloqueo interno” impuesto por el propio estado cubano con semejantes reglas.

 

Otorgamiento “excepcional” de libretas de abastecimiento a personas que no cumplen los correspondientes requisitos:

Para el lector que desconoce Cuba, puede resultar algo raro esta situación. Primero, para enfrentar la escasez estructural, se ha implementa desde hace mucho tiempo una libreta de abastecimiento en el país. Esta medida, que el estado quiere suprimir “gradualmente” en su “perfeccionamiento de la economía socialista”, permite a los más necesitados tener una canasta de productos básicos para vivir. Sin embargo, tómese en cuenta que su oferta es insuficiente y que desde luego hay que buscar otras formas de sobrevivir.

Segundo, en Cuba rigen reglas que limitan la movilidad de los habitantes entre las provincias del país. El objetivo es limitar la migración interna hacia La Habana, cuyo nivel de vida es mejor que en las otras regiones. No obstante, muchas personas[3] lograron mudarse a la capital a pesar de no tener la autorización requerida, y desde luego no tienen legalmente derecho a la libreta. Vistas sus condiciones de vida, estas personas la necesitan, en general, más que otros. El gobierno estima los beneficiarios de esta medida a 200 000 ciudadanos.

Aquí también queda claro que 1) el gobierno sabía exactamente cuales eran las condiciones de vida de estas personas y que 2) el estallido social no era una revuelta “manipulada por el imperialismo”, sino una protesta de gran escala de la clase obrera del país, en particular de sus niveles más pobres.

Una vez más, cabe resaltar la pena que resulta ver que hizo falta tantas protestas y daño para un poco de justicia social. Es una lástima también que esta medida, tan necesaria, solo sea temporal y aplicable únicamente hasta finales del año.

 

Flexibilización de la determinación de los salarios en el sector público:

Vendida como una medida tremenda para los trabajadores, diciendo implícitamente que esto generaría aumentos de salarios, el gobierno acaba de tomar una decisión contra la cual los sindicatos de otros países luchan: la flexibilización salarial. En vez de aumentar los salarios y de definirlos de manera colectiva para todos los trabajadores en convenios, las autoridades, en plena coherencia con las medidas neoliberales de la “tarea de ordenamiento”, quieren atar los pagos a los resultados de las empresas. Si los beneficios aumentan se podrá aumentar el salario, siempre y cuando se mantenga la extracción de la plusvalía a un nivel decente por supuesto.

Si decrecen las ganancias o hay quiebras empresariales, situaciones que van a suceder vista la precariedad económica, pues no hay respuesta. Simplemente se recordó de que el salario mínimo es de 2 100 pesos mensuales (más o menos 87 USD), pero poco ayuda esto si el trabajador está sin empleo.

 El gobierno puede libremente tomar tal medida, una anticipación de su programa económico para Cuba, sin negociar con trabajadores o sindicatos ya que éstos no existen de forma independiente. La central oficialista es una emanación del estado, exclusivamente interesada en el aumento de la productividad de la clase obrera y no de su nivel de vida, como lo demostró muchas veces como cuando se encargó de informar de los futuros despidos de 1 millón de trabajadores del sector público (20% de la fuerza de trabajo del país).

Es interesante notar que, al contrario de las dos otras medias, ésta no está limitada temporalmente. Al contrario, se irá implementando progresivamente a todo el sector. Esta es otra señal clave de los futuros ataques a los trabajadores del estado cubano y valdrá la pena seguir denunciándolo en el futuro y organizarnos.

 

Perspectivas

Como hemos visto, la situación está llena riesgos para la clase trabajadora en Cuba. El entusiasmo que desató el levantamiento del 11-J, rápidamente menguado por la represión, no nos puede hacer olvidar las sombras que se avecinan.

Primero, el gobierno mostró su voluntad en aferrarse a las riendas del poder y reprimir ferozmente toda revuelta popular. Está dispuesto a montar a los cubanos los unos en contra de los otros y solo acordar migajas temporales para comprar la calma.

Además, tiene previsto atacar las condiciones de los trabajadores para facilitar sus explotaciones para la élite económica del país y de afuera. Aquí esta la clave da la “tarea de ordenamiento” y ya han dado los primeros pasos hacia ese objetivo.

Esto va a darle más auge a las movilizaciones populares y muchos querrán tomar su liderazgo para sus propios intereses. Hablamos aquí de potencias externas como los EE.UU. o generales sin ejercito que desean ser líderes de cualquier fuerza que pueda llevarlos al poder. Si estos lograsen hacerlo, los trabajadores habrán perdido. Estos tienen que organizarse a sí mismos, volver a estudiar la historia del movimiento obrero, tanto cubano como internacional, reconstruir sus estructuras autogestionadas e imponer sus intereses: tumbar una dictadura y remplazarla por libertades políticas; tumbar al capitalismo que explota e instaurar un socialismo real y democrático.

 

***

 

[1] En Cuba se dice que para sobrevivir hay que tener FE: familiares en el exterior que envíen dinero.

[2] El control estatal no es lo mismo que “comunismo”. Este existe también en todos los países capitalistas, con diferentes niveles de intensidad. El “control omnipresente” denunciado en este párrafo no es el de un control público sobre la economía, tan necesario como lo demuestra el fracaso del neoliberalismo, incluso en los países más ricos, sino del control arbitrario ejercido por una cúpula sin ningún proceso democrático implicando a la clase trabajadora. Esto último sí sería “comunismo”. Esto es un tema importante, pero que merece otro artículo.

[3] En Cuba se les apodan “palestinos” ya que al no tener los mismos derechos que los demás ciudadanos de su país, son un pueblo sin tierra.

Enlaces relacionados / Fuente: 
https://espartacocuba.wordpress.com/2021/07/18/el-11-j-y-el-renacimiento-de-un-movimiento-social-en-cuba/
Aviso Legal  |  Política de Privacidad  |  Contacto  |  Licencias de Programas  |  Ayuda  |  Soporte Económico  |  Nodo50.org