La autonomía leonesa por la que apostar

Al hilo del movimiento por una comunidad autónoma propia para el País Leonés, que parece coger cierta fuerza legislativa gracias a las iniciativas en distintos ayuntamientos de localidades leonesas (provincia) surge este texto. El cual, está pensado para el desarrollo de un corpus teórico de cara a afrontar las cuestiones de mayor autonomía, bien sea en el País Leonés o en el Castellano, que están presentes o que surgirán en las localidades en que habitamos.

Partamos de cuatro premisas elementales:

  1. Hay localidades, comarcas y provincias que no se tienen por qué identificar con la misión histórica que hoy plantea el nacionalismo de Estado (sea éste leones o castellano).
  2. La federación y confederación de localidades y territorios debe partir de abajo (de las propias localidades) y mediante instituciones propias (no pertenecientes al Estado) controladas por asamblea. Lo contrario es una imposición del Estado bajo la forma de una nueva comunidad autónoma donde seguir desarrollando el proyecto de vida y social capitalista.
  3. Los límites de las fronteras por tanto son difusos y flexibles. Decidirán de abajo a arriba quienes protagonizan o deberían protagonizar la vida en las localidades. Fronteras de una forma u otra que, además, deberán siempre ser movibles, flexibles, cambiantes, cuando así se determinen. La libre federación y por tanto también desfederación es una básica elemental a nivel de localidad, comarca, región o país o, si se diera el caso, confederación de países.
  4. No se puede separar el debate sobre el mapa político del de la economía. La apuesta por la socialización, comunalización de la economía, dirigida y controlada desde las asambleas no puede obviarse si no ponerla en el centro del discurso velozmente. El control de las carreteras y su cuidado, de las huertas y demás del sector laboral primario, así como también secundario y terciario, deben controlarse y gestionarse por “el pueblo” y colocando éstos al servicio de los intereses de la comunidad y no del mercado (léase aquí los beneficios de la patronal de distintos ámbitos y escalas).

Dónde apuntar

  • La defensa de las condiciones materiales

La infraestructura para el transporte, promoviendo la vertebración de los territorios a través del ferrocarril, los recursos sanitarios y educativos, los de conexión a Internet y cobertura telefónica, el acceso a una vivienda digna en dignas condiciones y espacios en los que permita ganarse la vida trabajando y cotizando en unas condiciones lo más óptimas posibles son líneas básicas. De nada nos vale lograr un territorio “libre” si no podemos vivir en las mejores condiciones posibles en él.

Ha de ser prioritaria la lucha por tanto por las mejoras en cuestiones materiales. La implicación y organización en estos ámbitos es clave. Rechazando las figuras y posturas verticales y estatistas, nos queda el impulso de un sindicalismo combativo ligado al anarcosindicalismo (sea éste en el ámbito laboral o en el de vivienda), así como la potenciación de distintas asambleas y/o plataformas de lucha para distintas causas relacionadas con lo anterior (en defensa de la sanidad, del transporte, de la comunicación, medioambiente, etc.).

  • La defensa de la libertad

Es clave la apuesta por el discurso político que invite a posicionarse en pro de la libertad y autonomía (valga aquí la redundancia) de cada localidad en forma de asamblea de vecinas y vecinos. Lo es por lo que supone a nivel ético y de dignidad. Hablamos de cuestiones prioritarias en el ser humano, más en un momento histórico como el actual donde toman tanto peso las cuestiones de eficiencia. Se hace por tanto necesario hablar, también, del cómo se llega a determinados resultados. Sin ser especialmente amigo de las citas de personas en otras épocas, no se me ocurre mejor forma de sintetizar este hecho que nombrando la máxima de Bakunin de que “libertad sin socialismo es privilegio e injusticia; socialismo sin libertad es esclavitud y brutalidad”.

La referencia es por tanto a una estructura/institución propia que agrupe los municipios de una misma comarca en una federación. Y así en confederación en base provincial (si se considera) o directamente regional, pasando luego nacional e internacional; así como lo quiera y demande el propio vecindario organizado. Éste es quien debe proponer las medidas a llevar de abajo hacia arriba, construyendo así un verdadero sistema donde la decisión queda en la base social.

No es la cuestión de este artículo dibujar el funcionamiento de un modelo de federación y confederación. Y no por ello que se malinterprete pensando que si no se esboza un “plan” más detallado es debido a la inexistencia de formas y fórmulas para estructurar una o unas sociedades en instituciones que funcionen de abajo hacia arriba; controladas por la base a modo de, entre otras, la asamblea. 

Es por ello que no hablamos aquí de procedimientos de toma de decisiones, las atribuciones de plenos y plenarias, su composición, los acuerdos por mayorías simples, de dos tercios, tres quintos, unanimidad, etc. Esto son planteamientos que, si bien no son menores, no son el objeto de estas líneas. Así como tampoco lo son el diseño de cómo se pudiera o debiera articular una economía descentralizada en base a federaciones y confederaciones de industria, de trabajos, para la producción y de federaciones y confederaciones que ejecuten la demanda mediante cooperativas para el consumo. No obstante, puerta abierta y guante suelto para quien lo quiera coger, para el desarrollo de propuestas sobre marcos en los que nos podamos ver e imaginar, como personas y sociedades, para poder ir detallando otras cuestiones y limando aspectos que no nos terminen de convencer. Estos aportes teóricos tienen su gran importancia porque, sin planes ni proyectos a proponer a la sociedad, sin escenarios a imaginar… resulta bien difícil la adhesión a causas, sean estas las que sean.

La importancia de construir en clave feminista, ecológica, decolonial y otros

Sobran los motivos para apostar por el desarrollo de un modelo social y productivo ecológico. Así, mediante el cual desdibujar la división territorial del trabajo, dando prioridad a la descentralización y autonomía de pueblos, comarcas, regiones y países.

Posiblemente esta sea la única apuesta más realista y menos utópica para los pueblos y comarcas de Zamora, León, Palencia, Valladolid y demás localidades de este/estos países/zonas vaciadas. Es una apuesta que pone el punto de mira, además de en la cuestión ecológica, en la propia economía y la igualdad entre localidades, comarcas, regiones…

Construir en base al feminismo, así como cualquier otra cuestión que favorezca la igualdad de la sociedad, es pilar fundamental para aumentar las cotas de libertad y de justicia. Señalar otros hace referencia a que la exclusión social que se produce en relación a distintas actitudes que derivan en usos y costumbres en los grupos humanos (y, por extensión, en las localidades comarcas, etc.) en los que nos relacionamos. Los rangos característicos de los grupos humanos no hacen solo en referencia al género. Así, cuestiones como la salud mental, los cánones de belleza, el color de la piel o la edad (por citar solo unas pocas) son también aspectos a tener en cuenta en el desarrollo de acciones que permitan o no un modelo social inclusivo. Una vez hecho añicos el sistema productivo capitalista y los organismos estatales quedan otros sistemas de creencias que provocan la discriminación por razones diversas. De ahí la necesidad de, para no asentarnos sobre patas más o menos cojas, hacer hincapié en todo momento en este tipo de cuestiones, tanto en el marco teórico como en el práctico.

A nivel estrategia

Así como, ante el conflicto político derivado de la propuesta de la independencia de Cataluña, se ha visto como positivo de forma general, desde el movimiento libertario, el posicionamiento de favorecer, tensionar y labrar discurso en pro de dichos movimientos (siempre con el poso de los ideales libertarios citados en las cuatro premisas que inician este texto), del mismo modo entiendo que debiera hacerse ante el planteamiento de una hipotética autonomía para el País Leonés. Dicho sea: empujar hacia unos marcos donde se dibuje una autonomía que no sea una nueva comunidad autónoma del Estado español y tampoco un nuevo Estado independiente. Hablamos pues de un país/territorio/zona sin Estado con las características generales ya citadas.

Todo lo que sea alejarse del centralismo de Madrid y España es positivo por todo lo que conlleva a nivel material y simbólico. Pero también, si se va a cambiar el centralismo de Madrid o el de Valladolid por el de León o Zamora… Si así fuera, poco avance supondría una hipotética capitalidad en Zamora del País Leonés para los habitantes de la zamorana comarca de Sayago. Ya no digamos a la comarca de la Montaña Oriental de León o a la propia ciudad de Salamanca. Los discursos pro-autonomía del País Leonés en muchos casos tienen en cuenta pueblos y comarcas abandonadas (no solo hacen referencia a las capitales de las provincias), no obstante, citarlo solo sin poner a disposición las herramientas para llevarlo a cabo, puede convertir esa declaración de intenciones en un bienintencionado brindis al sol. De ahí la importancia de construir esos espacios e instituciones propias que nos permitan la construcción y vertebración de un territorio y sus formas de vida desde un ámbito fuera de lo estatal y capitalista.

De no salir de dichos espacios, estructuras e instituciones estatitas y capitalistas así como de sus marcos teóricos y prácticos, pocos o ningún paso podemos dar en pro de una sociedad más libre, igualitaria y en la que se pueda vivir en unas deseables condiciones materiales.

A modo de conclusión

La despoblación que sufren las localidades que hoy componen Castilla y León (y otras) no es fruto de que está compuesta por dos entidades/pueblos históricos juntos bajo una misma Comunidad Autónoma. Ni mucho menos. La consecuencia de la falta de libertad, de la despoblación, de las condiciones de acceso a la vivienda o de la forma que tenemos de entender y practicar el trabajo son fruto, principalmente, de los modos que conlleva intrínsecamente el sistema capitalista y el Estado. Pensar que un País Leonés en el marco del Estado y capitalismo va a ser la solución para distintas localidades o comarcas leonesas, para que éstas salgan a flote económicamente me parece: 1) una quimera y 2) no por ello querrá decir que la población fuera a vivir en unas “buenas condiciones”. Me centraré en el punto 2 esas “buenas condiciones”, a qué me refiero. Y para ello baste un ejemplo: la localidad de Madrid.

De Madrid nadie puede negar que es el epicentro económico y político en el Estado español. La economía del país gira en torno a Madrid (según la quimera de quien pelea una autonomía leonesa en clave estatista y capitalista, quienes viven en Villaverde o Usera les iría divinamente por estar al lado de Madrid. Evidentemente, no es así). Así como nadie puede negar que la economía del Estado español gira en torno a Madrid, nadie puede negar que los mayores niveles de desigualdad y pobreza se producen en dicha capital del Estado. En ningún lado como Madrid hay tanta violencia en tantos sentidos (entre vecinos y vecinas, a nivel laboral, medioambiental, etc.). Madrid es un auténtico estercolero en demasiados sentidos. Una localidad sin duda también a reformular bajo los parámetros de descentralismo, ecologismo, feminismo, asamblearismo, socialismo etc. descritos antes. Un espacio donde asambleas en los distintos distritos de los barrios y pueblos periféricos puedan irse confederando entre sí. Donde cada barrio pueda disponer de otros modos de vida relacionados con los conceptos, si bien grosso modo, ya descritos.

La solución a la despoblación no vendrá por la división o fusión de comunidades autónomas ya existentes. El envoltorio no deja de ser un envoltorio y lo que nos preocupa en el día a día son cuestiones de vida materiales (trabajo, vivienda, alimentación, sanidad…) cuyas soluciones van mucho más allá de una mera reformulación del sistema capitalista. Es por eso que da igual luchar por un País llamado Leonés, Castellano, Castellano-Leonés o como se desee, sino que lo importante es qué se va a hacer en las localidades de determinado territorio.

Bonus track: País de países. Hurgando en el sentimiento nacional

Negar el sentimiento nacional de cualquier persona es un absurdo y algo a todas luces contraproducente. Sea este castellano, leonés, español, castellano-leonés, de barrio, localidad o como sea, con todas las intersecciones que pueden tener éstos entre sí. 

Quizás alguien se sienta castellana y no española. O ambas cosas a la vez, o castellano-leonesa y española. Nadie, persona o institución, debe negar la identidad nacional a nadie. Sí deben ponerse los medios a disposición de la sociedad civil para que, organizada al margen de estructuras estatistas y capitalistas, pueda construir, en base a mayorías, relatos donde se sienta más cómoda la máxima parte de la población posible.

País de países hace referencia a eso que no puede negar nadie de que existe un país leonés incrustado en otro que se llama español, así como también hay uno vasco y otro catalán. Del mismo modo que no se puede negar un país español y, por qué no, en los términos en que nos movemos, europeo. Así, quien lo quisiera, podría hablar de un país berciano. Quien soy yo para negar identidades nacionales que una mayoría pudiera expresar.

Otra cuestión en este sentido es la distancia que provoca la teoría y la práctica. La teoría hace respetar el sentimiento español. La práctica obliga a, en determinados grupos humanos y políticos y por el significado que supone hoy día, a intentar hundirlo. En otros, si bien es cierto, no lo es. Ojo entonces con los nacionalismos que permitimos levantarse, no toque hacer mañana lo que hoy toca hacer con buena parte del nacionalismo español.

Septiembre de 2020

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