Mata Hari

Año publicación: 
2019 (1990)
Autor / es: 
Marika Vila y Andreu Martín
Editorial: 
Isla de Nabumbu
ISBN: 
978-84-09-15507-1
Páginas: 
64
Tamaño del libro: 
31,5 x 24 cm
Web: 
http://www.isladenabumbu.com/store/product/mata-hari

"No sé si en el futuro se me recordará, pero si así fuera, que nadie me vea como una víctima, sino como alguien que nunca dejó de luchar con valentía y pagó el precio que le tocó pagar" (Margaretha Gertruida Zelle, Mata-Hari).

"Europa estaba siendo devorada por un monstruo insaciable en los campos de Francia y Rusia, la guerra más grande y más cruel que se había conocido hasta entonces se alimentaba de miles de hombres cada día. Los alemanes, feroces y prepotentes, veían al alcance de su mano el sueño de convertirse en los dueños del mundo. Entretanto, en España, país neutral, se esforzaban en ignorar el horror que quedaba más allá de sus fronteras. Ciudadanos de todo el mundo se daban cita en Madrid, para enriquecerse, o para deleitarse con sus espectáculos, o para hacer allí su propia guerra secreta,... o tal vez para todas esas cosas a la vez.  La famosa bailarina Mata-Hari, recién llegada de Francia, interpretaba en el escenario de uno de los music-hall de la capital una danza sagrada en honor al Siva Nadajara, al tiempo que, de reojo, controlaba a todos sus admiradores, clientes asiduos del local. Allí estaban todos" (Marika Vila y Andreu Martín, primeras viñetas de 'Mata-Hari', 1990-2020).

Presentación editorial. -  «Dentro de esos apartados del “debe” que aún mantenemos en nuestra historieta uno de los más relevantes es el de la reivindicación de las autoras, de las pioneras que abrieron brecha a las cada vez más numerosas creadoras que hoy en día realizan su labor en el campo del cómic. Un déficit más paradójico, si cabe, si tenemos en cuenta que esa misma irrupción de la voz de la mujer constituye el elemento más relevante en las últimas décadas en dicho campo. […] Probablemente el revolucionario y vanguardista trabajo de Nuria Pompeia marca el punto de inflexión a partir del cual nuestras autoras pueden comenzar a tener una voz propia, un discurso propio, más allá de los modelos y modos masculinos. A su estela, y en confluencia con el movimiento que se dio en llamar “comic de autor”, surgieron una serie de creadoras como Marika, Montse Clavé, Isa Feu o Mariel Soria, que pusieron en marcha la construcción de la subjetividad femenina en el mundo de nuestras viñetas. […] Decía al principio que la aparición de este libro es una gran noticia, y lo es sobre todo porque supone una suerte de plasmación en papel de un hecho especialmente afortunado: la inmensa fortuna que tenemos –en este campo de las viñetas que tanto queremos– de contar con la presencia activa –ya sea de una manera u otra– de Marika. De hecho, no estoy seguro de que de verdad seamos conscientes del todo de la suerte que tenemos» (del Epílogo de Norman Fernández).

 “Mata-Hari” se publicó de forma serializada en la revista Totem el Comix, y nunca se había recuperado en libro hasta este momento, en el que ofrecemos una versión restaurada supervisada por la autora a partir de los originales con nueva rotulación, acompañada de las historietas “Circe” y “Devil-idad” con guiones de Felipe Hernández Cava.

Se acompaña también de textos de Marika Vila, Andreu Martín, Felipe Hernández Cava y Norman Fernández, con bocetos inéditos.

***

"El erotismo femenino está en construcción" (Marika Vila, entrevista en 'El comercio', 21 de febrero 2020).

-¿Cómo ha evolucionado la representación de la mujer en el cómic desde que usted empezó? ¿El 'boom' actual de creadoras ha llegado para quedarse?

-Hoy parece que brillan pinceladas con destellos feministas -no todas auténticas- en nuestra representación mediática, pero algunas -pocas- sí que van más allá de lo superficial y modifican los modelos en sus raíces profundas. Hay que saber desmontar las trampas del estereotipo. Y sí: está claro que ellas han llegado para quedarse.

- Aleja a Mata Hari de los estereotipos de mujer fatal para presentarla como una mujer libre que pagó un elevado precio por serlo.

-Con Andreu Martín charlamos largamente sobre el personaje y compartimos plenamente los puntos clave del enfoque: no dibujarla como víctima, sino como una protagonista que se atrevía a hacer lo que, en un hombre, hubiera sido un éxito lleno de glamour y heroicidad. ¿Qué espía promiscuo y ligón famoso conocemos? Muchísimos, pero James Bond es el paradigma que nos explica la importancia de la mirada sobre el género. Para un hombre, la promiscuidad ha sido siempre un éxito y la figura aventurera del espía aumenta ese éxito con el glamour del trabajo de altos vuelos, serio e importante.

- ¿Y para una mujer?

-Para una mujer, el concepto de aventurera conforma un descrédito social imparable, no digamos si es promiscua. Es decir, libre... Y a eso añádele que el femenino de «espía» se asocia a una imagen de traición, frivolidad y deshonestidad. Verás como siempre recibe su castigo, suele morir. Decidimos reivindicarla como mujer libre con derecho a ejercer su vida y su sexualidad en libertad.

- Otro de sus objetivos era «deconstruir el discurso del mito erótico». ¿Por qué?

-El artefacto erótico que representa al mito -el icono de la 'femme fatale'- sitúa a la mujer erótica en el lado negro de la historia como contratexto de la «buena mujer». El poder se asocia -de forma falaz- a la imagen de la mujer erótica, que a la vez se convierte en culpable de esclavizar a los hombres. Forma parte del control patriarcal que sostiene en ella su poder -al usarla como cebo- para deshumanizarla después como modelo anti-femenino y finalmente castigarla representando la maldad y el peligro para los hombres. ¿A quién se dirige el mito erótico? No a nosotras. El erotismo femenino está en construcción, ya que durante siglos y siglos solo se ha expresado el masculino.

***

Acerca de 'Mata-Hari'. - Eran los tiempos heroicos en que sabíamos que el cómic era un arte en el que destacábamos con solvencia, en el que presumíamos de que nuestros dibujantes estaban entre los mejores del mundo, como lo demostraba el que publicaran y triunfaran tanto en Francia como en Estados Unidos.

Aquella época en que yo vivía -y vivía bien- del guión de cómic, y cada miércoles iba a presentar mis escritos a la editorial Bruguera y a Selecciones Ilustradas y otras agencias que trabajaban para publicaciones extranjeras, y al mismo tiempo cobraba en efectivo lo que había entregado la semana anterior.

Tiempos en que todo proyecto era posible y toda buena idea se transformaba en historieta. Tiempos en los que, supongo, preocupaba más a los productores una obra bien hecha que un dinero bien ganado. Hoy este orden de prioridades se ha trastocado y las cosas funcionan de manera distinta.

Tenía que ser un miércoles, pues, cuando Josep Toutain, el espectacular dueño y señor de Selecciones Ilustradas, alto, delgado y gallardo como un productor de cine hipermétrope, me llamó a su despacho, gran honor. Yo ya había escrito y publicado novelas policíacas y eso me hacía merecedor de su atención para su próximo proyecto ambicioso.

Me lo dijo sin ambages, casi antes de que yo hubiera ocupado la silla frente a su escritorio:

- Mata Hari.

- Sí. La famosa espía. ¿Qué?

- ¿Sabes leer francés?

Había encontrado un libro en el Mercado de San Antonio. 'La vraie Mata Hari. Courtisanne et espionne', de Charles S. Heymans.

En aquel momento, yo no sabía nada de la vida de Margaretha Zelle, pero acepté el encargo con entusiasmo. La lectura del libro me subyugó. Aunque se notaba el esfuerzo del autor por perfilar a una persona frívola y deleznable, su excelente trabajo como biógrafo no ocultaba aspectos horribles de sus orígenes que, poco a poco, me permitieron descubrir más a la víctima que a la traidora.

La serie de ordalías que tuvo que soportar desde su infancia y, sobre todo, durante su desgraciado matrimonio con el capitán Mac Leod y las experiencias traumáticas en Java, me permitieron contemplar la vida de la agente H21 desde una perspectiva nueva.

Cuando me puse manos a la obra, supe que no iba a contar la historia de una espía abyecta, manipuladora y sexy sino la aventura de una superviviente marcada por su pasado y resentida con el mundo de los hombres que a lo largo de su vida conoció en sus facetas más espeluznantes.

Una superviviente.

Años después, me había convertido en coleccionista de libros sobre Mata Hari y un director de teatro me propuso que hiciéramos un montaje basado en la vida de la espía. Mientras trabajábamos en el proyecto, él tenía muy claro que, al final de la obra, había que mostrar el fusilamiento de la heroína. Para él era imprescindible.

El pelotón de fusilamiento se llevaba a una Greta Garbo fatal, íntegra y dura en la película de George Fitzmaurice de 1931. Fusilaban a la sobria y fascinante Jeanne Moreau en la película de Jean Louis Richard de 1964. Y fusilaban como culminación de un polvo interminable a Silvia Kristel en la película de Curtis Harrington de 1985. Yo, en cambio, quería plasmar a una Mata Hari tan superviviente que me ahorré el escenario de la ejecución.  Todos sabemos que fusilaron a Mata Hari y algún día habrá que contar si su juicio y muerte no fue una simple venganza por la ejecución de otra mujer, Edith Cavell, a manos de un pelotón alemán. Pero esa sería otra, magnífica pero otra, historia.

Por el momento, decidí conservar a Mata Hari bien viva porque viva continúa su leyenda entre nosotros.

Eran días de entusiasmo y buenas noticias. La siguiente fue que el guión sería dibujado por mi amiga Marika Vila... Su respuesta fue la obra de lujo que ahora tenéis entre las manos. (Introducción de Andreu Martín a la reedición de 'Mata Hari' por Isla de Nabumbu).     

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