[vídeo] Bogotá: Relanzamiento del Grupo Estudiantil Anarquista (GeA)

Hace seis años entre pasiones, sueños y voluntades, nace un proyecto político alternativo dentro del activismo estudiantil, como una respuesta a prácticas anquilosadas y obstáculos operativos frente a la lucha constante del estudiantado Colombiano; hace seis años nació  el Grupo Estudiantil Anarquista (GeA), reafirmando la apuesta por el anarquismo como proyecto político y  las practicas libertarias como forma de actuar en el contexto universitario, y así, con un objetivo claro de camellar desde la solidaridad para fortalecer los espacios construidos y por construir, desde las estudiantes de a pie, desde una apuesta anti-autoritaria y anti-vanguardista, además de fortalecer y propagar las justas luchas por una educación más Digna para las clases explotadas, incidimos en la Universidad Nacional, Pedagógica y Distrital durante casi 4 años. Sin embargo y a pesar de una constante autocritica sufrimos varias dificultades, lo que nos llevó a comienzos del 2017 a  un momento en el que debimos pausar como organización, sin abandonar el trabajo político, para tomar un tiempo de reflexión.

Así paso un año donde personas vinieron y fueron, nos juntamos viejas militantes con nuevas voluntades, apelando a la experiencia pero también a la innovación. Durante este tiempo tuvimos varios encuentros para pensar en nuestros fallos, repensarnos nuestras maneras de actuar, las herramientas y dispositivos que utilizábamos, y de esta forma pulir e innovar en nuestras formas de construir y organizarnos, además de plantearnos proyecciones y perspectivas para caminar.

Por otra parte, un aliciente para tomar un nuevo impulso es el contexto político que se nos presenta: no sólo hablamos de la nueva presidencia o la continuidad del conflicto y la violencia contra las clases desposeídas, sino también de la arremetida privatizadora a la educación que ya ha hecho mella en la que alguna vez fue la universidad más combativa del país, epicentro de innumerables luchas y grupos; pero que al día de hoy ha sido doblegada y callada, donde muy pocas compañeras se piensan realmente la lucha estudiantil más allá de los intereses de alguna organización o partido y de la escalada dentro de la burocracia universitaria;  además, donde las matriculas tienen un alza a cada semestre que pasa, contando con matrículas de más de un millón de pesos y con un arribismo abismal que sólo es superado por toda la propaganda mercantil que se han encargado de hacerle a la universidad. Lo preocupante es que esto mismo está ocurriendo de a poco en las otras dos universidades públicas de Bogotá, generándose una despolitización de las estudiantes; como decían viejas militantes, cada vez más el “importaculismo” gana terreno y desde nuestra postura, simplemente eso se debe frenar.

Aun así no olvidamos que el panorama que se nos presenta no es sencillo. Cientos de líderes y activistas sociales asesinadas a partir de la “paz” que tanto prometía la burguesía. Desde un inicio vimos el proceso con cierta desconfianza, ahondando en discusiones y conversaciones a partir de lo que se discutía en La Habana: ¿qué ganarán las comunidades? Y en sí, ¿las clases explotadas?, ¿el Gobierno Nacional pondrá de su parte para cumplir? Parecía ser que tal vez nosotras, como libertarias, poco o nada íbamos a ser escuchadas y que seguramente nuestras discusiones o críticas se iban a disolver al corto o mediano plazo. Sin embargo como Grupo Estudiantil Anarquista (GeA), desde el 2016  veíamos que algunos problemas de fondo que azotan el país no se trataban o se ponían sobre la mesa, y que, de cierta manera, no había plenas garantías para las vocerías de todo el ancho de las clases oprimidas, pues el conflicto armado no ha sido producto de dos actores armados, sino de una lucha de clases presente, con voceros y representantes en todo el territorio nacional, es decir, un problema de toda una clase explotada y no de ciertos representantes de vanguardia. Entonces, si se hablaba de “paz y reconciliación”, no sería entre clases, sino entre dos actores.

Por tanto pensamos que, aunque la coyuntura local y nacional se torna preocupante para las oprimidas, no debemos dar frente alguno por derrotado, y más aún cuando nuevos frentes y nuevas herramientas se nos presentan para articular el trabajo de todas aquellas que luchan; no debemos desistir,  hoy reafirmamos nuestro compromiso por organizamos nuevamente para trabajar en lo amplio del movimiento estudiantil, junto a nuestras compañeras estudiantes, para proponer y luchar desde abajo: en los consejos estudiantiles, desde nuestros departamentos, facultades y sedes; encaminadas siempre a una proyección más amplia que permita que nuestra lucha esté enmarcada en todos los sectores oprimidos, que las exigencias del estudiantado haga surgir empatía en el resto de la población y su demanda sea amplia y contundente.

Sabemos que el camino no es fácil y que mucho menos lo haremos solas, así pues, hemos fijado la misma postura y la seguiremos manteniendo: construir desde las bases un movimiento estudiantil fuerte y propositivo que logre enfrentar el sinfín de coyunturas -y construir otras- que suceden fuera y dentro de las instituciones educativas, a la par que dé vuelta a este mundo patas arriba recuperando la educación para sí de las pocas manos en que está presa.

Por ultimo como organización estudiantil saludamos con gran efervescencia la iniciativa del Encuentro Nacional de Estudiantes de la Educación Superior (ENEES), realizado del 17 al 19 de marzo en la Universidad Nacional de Colombia, como un paso necesario para construir movimiento estudiantil nacional; para enfrentar lo que ha venido sucediendo con las Instituciones de Educación Superior, producto del proyecto capitalista que viene azotando los centros educativos, así como a las estudiantes de a pie, comunidades étnicas y populares que deben entrar en las dinámicas estatales de endeudamiento para poder estudiar, con la “benevolencia” del Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior (ICETEX), entre otras instituciones financieras.

Nos recogemos en las exigencias que salieron del ENEES y estaremos prestas a construir en pro de criticar y transformar nuestra realidad en las academias, para que así los sectores populares logren ingresar y permanecer en las instituciones educativas, al tiempo que la educación y la formación no se reduzca a una sola visión de mundo.

La coyuntura que atravesará el país durante los próximos cuatro años nos hace un llamado para volver a retomar los caminos de la lucha popular, en campos y ciudades, desde todos los espacios de disputa al Estado, el Capital y el Patriarcado. Sepan que no volvimos para aguantar, sino para vencer; el Grupo Estudiantil Anarquista estará en lo ancho del movimiento estudiantil, en las aulas y en las calles.

Grupo Estudiantil Anarquista

Agosto de 2018

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