Cambiemos todo… desde la raíz

Artículo de Una Posició publicado en catalán en Solidaridad Obrera

En estos últimos días, a pesar de que continúa la agitación y la sensación de vivir un momento de movilización excepcional, hemos entrado en un tiempo de espera característico del instante antes de una batalla, generando un sentimiento de incertidumbre, que puede afectar a la iniciativa de masas en la calle. A pesar de eso, los barrios, pueblos y otros actores continúan muy vivos. Estratégicamente, está claro que sin una movilización masiva perdurable no existirá lo que se está llamando «República catalana». No convocarla por miedo a su componente ingobernable puede significar dejar pasar la oportunidad de ponerlo todo del revés. —Hace dos días se confirmaba que el 3 de octubre diferentes sindicatos han convocado Huelga General, entre ellos CGT, CNT, COS, IAC e INTERSINDICAL-CSC. ¡Nos vemos en las calles!

¿Quién no está sintiendo estos días que con la enorme movilización para defender el referéndum del 1-O se está expresando el deseo de cambiar las cosas de una puñetera vez?

Catalanas, catalanes y gente de todas partes que vive y trabaja en Catalunya, ¡se ha realizado una labor inmensa estos días demostrando al mundo entero tanto que el marco del Régimen del 78 se nos queda insoportablemente pequeño, como la determinación de hacer prevalecer la capacidad colectiva de decidir cómo y dónde queremos vivir!

Lo que se está llamando «República catalana» está al alcance de la mano. Rajoy sólo podría intentar pararla desatando una violencia inusitada. Es difícil que lo haga, porque después el mundo entero, dentro y fuera del Estado español, se le tiraría encima. Además, cuando empiezas algo así, es difícil saber cómo se acaba.

La tradición pintaba calva la oportunidad. Calva por detrás y con los cabellos por delante, porque una vez ha pasado el momento ya no puede recuperarse. Aprovechar la oportunidad quiere decir, entre otras cosas, recoger datos e interpretarlos estratégicamente… ahora.

No somos ingenuas, es evidente que parte de la movilización está siendo gobernada («timoneada», han dicho, pero significa lo mismo), por entidades, partidos y organizaciones soberanistas y por el propio presidente de la Generalitat, que el viernes pasado decía: «No se pueden poner puertas al campo». Cuentan con grandes recursos mediáticos, económicos y organizativos, además de aprovecharse del relato indepe que está demostrando ser la palanca que nos permitirá abrir grietas en el Régimen del 78. Una potencia mítico-política de masas que los internacionalismos rojinegros ahora no tienen.

La oportunidad, no obstante, es inseparable de la movilización masiva y del sentimiento ambiguo, de cambiarlo todo, que la impulsa. La oportunidad está también en la capacidad que tengan las formas autoorganizadas que están saliendo por todas partes, de acuerdo con la fracción transformadora de las organizaciones indepes, de impulsar lo más lejos posible una presencia masiva en las calles. Así como las formas de vivir y de luchar que en ella despunten. Es esta presencia que, mientras dura, destituye el poder del orden presente y abre el campo de lo pensable. El arte de lo posible. No por sí sola, sino resonando, tanto en las organizaciones, acciones y palabras ya existentes, como en las que surgen en mitad del conflicto.

El otro día, en un artículo, una mujer explicaba que toda esta conmoción del régimen y la oportunidad de cambiarlo todo la hacían sentir verdaderamente viva. Una de las tareas de los grupos llamados autónomos o anarquistas, a pesar de ser minoría en los Comités de Defensa de Barrio que están surgiendo en todos lados con diferentes nombres, podría ser intentar expandir en la práctica ese sentirse más vivas que nunca. En vez de clausurar estos CD demasiado rápido, buscando consensos aplastantes, con viejas tácticas asamblearias de carcoma, de torpe manipulación, que vienen todas de lejos y odian, tendríamos que abrir espacio al libre uso de sí y del mundo y a la multiplicación de iniciativas autónomas. En términos jurídico-políticos, utilizar las cosas sin tener derecho es abrir el espacio a otro derecho, uno, en que su estatalización de herencia romana está en suspenso.

Otra tarea podría ser hacer una crítica paciente, argumentada y tenaz tanto de las formas de vida capitalistas sin sentido, sin salida, como de todo intento de dejarse arrebatar la iniciativa, cerrando el proceso que se abre hasta el 1-O y sobre todo después del 1-O, dentro de cualquier espacio donde de nuevo no se nos escuche.

¿Qué queremos? Nosotras también queremos cambiarlo todo con la independencia. Queremos una amplia participación verdadera en todas las cosas que directamente nos afectan. Queremos poder vivir bien. Queremos un precio político de la vivienda que nos permita volver a habitar nuestros barrios. Queremos pararle los pies con una fuerza colectiva determinada a quien se permite explotar y precarizar a inquilinas e inquilinos, trabajadoras y trabajadores de nuestros barrios y pueblos. Queremos que grandes tenedores y grandes capitales dejen de tener las manos libres para arruinar el vecindario. Queremos que se sientan en casa refugiados, refugiadas y migrantes y aprender de ellas y ellos no solo todo lo que hay de colonial en nosotros, también otras maneras de ayudarnos mutuamente. Queremos medios para dotarnos de espacios de vida común donde pequeños y grandes nos conozcamos, aprendamos, robemos el tiempo a la aceleración de los mercados y conspiremos contra todo lo intolerable. Queremos desplegar otras maneras de vivir, menos dependientes del mundo hostil que han erigido los gobiernos del capital del mundo entero, y que nos enferma y entristece.


Empapelando Sant Antoni

Queremos tantas cosas… Queremos, con la independencia, cambiarlo todo desde la raíz.

Los Comités de Defensa se han creado para defender el Referéndum del 1-O. Una vez superado este domingo, deberían servir para defender activamente sus resultados. Pero lo que en este proceso es necesario defender es, también, tanto el anhelo de cambiarlo todo de una puñetera vez, como el sentimiento de estar más vivas que nunca. ¡Que estos CD no se conviertan ni en microgobiernos tramposos, ni en nidos de micropolíticos en busca de una reputación, sino en espacios en que ensanchar nuestras ganas de vivir cambiándolo todo!



Pintada en el Barrio de Gràcia
 

Lo que debería quedar claro en el proceso de creación de la llamada «República catalana» es que este no se llevará a cabo ni sin una movilización permanente ni sin los CD. Por eso es necesario que los CD consoliden su potencia, sus capacidades. Los CD deberían dotarse de delegadas revocables que puedan coordinarse rápidamente con confianza, entre ellas y con otras agentes y otros sectores combativos que se posicionen, feministas, estudiantes, sindicatos, migrantes, etcétera. También deberían crear un órgano propio de propaganda potente para ser críticos con cualquier intento de cerrar demasiado rápido el proceso, así como para difundir el entusiasmo que vive en el deseo de hundir el Régimen del 78 para cambiarlo todo. —Venimos de las asambleas de barrio, los comités barriales de huelga, las asambleas por la vivienda, los ateneos libertarios y los grupos autónomos, que están en todas partes porque el deseo de poner freno a un orden odioso y la gente organizada están por todas partes. Es necesario que encontremos la confianza, la inteligencia y la agilidad para estar en cada lugar, y a la vez, poder intervenir como una fuerza organizada y defender una posición. Para poder crear zonas autónomas en todos lados, nos hace falta en ciertos momentos ser más centralistas que los centralistas, no como una nueva burocracia, sino como una fuerza que se manifiesta.

Un espacio de centralidad para la movilización debe ser abierto y será abierto. Una plaza o un palacio. Esperemos que no se ahogue en una asamblea permanente como una mala copia de un parlamento, sino que sirva para multiplicar las iniciativas, para inspirar todo lo que viene, para compartir ideas, recursos y propuestas, y, sobre todo, para encontrarnos en los ojos de los y las otras en el proceso de dar a luz el mundo nuevo que llevamos en nuestros corazones.

Especial: 
Anti represivo
Enlaces relacionados / Fuente: 
http://lasoli.cnt.cat/27/09/2017/lluites-capgirem-ho-fins-larrel/

Comentarios

Imagen de Octavio Alberola

Yo no creo que la República catalana vaya más allá de lo estipulado por esta Ley propuesta y votada poe los Partidos de la burguesía catalana y la CUP. Ni que las poliíticas económicas y sociales, en la Cataluña "independiente", no sean dictadas por la Caixa y la Comunidad Económica Europea. No obstante, ¿cómo no compartir con los/las de "Una posició" su deseo de aprovechar la actual movilización popular en Cataluña para intentar "cambiar todo... desde raiz". Creo pues que, si de verdad lo desean, deben intentarlo a través de los CD, si consiguen que éstos no desaparezcan después del 1-0, ni que ellos "se conviertan ni en microgobiernos tramposos" o "en nidos de micropolíticos en busca de una reputación, sino en espacios en que ensanchar nuestras ganas de vivir cambiándolo todo". Pues, auque no lo consigan y su deseo de "cambiar todo... desde raiz" se quede solo en deseo, habrán mostrado una vez más que ese cambio no es posible si las masas movilizdas renuncian a dedidir por ellas mismas y se resignan a dejar ese poder de decisión en los políticos. Y en este caso en políticos descaradamente al servicio de la burguesía. Una lección más para los trabajadores catalanes y españoles, para que no olviden quiénes son sus explotadores, se llamen Rajoy o Puigdemont.

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