El caso de Irán y otras pruebas del terrorismo mediático

El estrecho de Ormuz es, en estos momentos, un punto clave que deja al descubierto elementos que no deberían se pasados por lato. No es únicamente un lugar estratégico, esconde indicios y pruebas de dos temas importantes: la planificación, premeditada e interesada, por parte de Estados Unidos y otros países, de guerras cruentas y conflictos calculados con muchos años de antelación, con la intervención directa de gobiernos y servicios de inteligencia respectivos y, por otro lado, el efecto de la manipulación mediática como agente colaborador en ese proceso que es calibrar y escoger qué puntos del planeta son los mejores, los más susceptibles de alojar una guerra planificada bajo criterios exclusivamente económicos, armamentísticos o energéticos.

Hoy, 6 de enero, afirmaba el ministro de Defensa del Reino Unido, advirtiendo a la opinión pública, con toda la premeditación que podamos imaginar, que cualquiera de los intentos, por parte de Irán, para bloquear el estrecho de Ormuz será “ilegal” e “inútil”, recordando a diestro y siniestro que su país “trabaja para mantener la seguridad en el Golfo Pérsico y para aminorar el innegable daño económico que supondría el desabastecimiento de petróleo”. Es un portavoz del mismo gobierno que ha intervenido y colaborado con el “ilegal” genocidio libio, entre otros conflictos. Una voz que nos advierte a la plebe de que jugar a la guerra, de repente, es un juego “ilegal” según sean los colores de las banderas de quienes se sientan, despreocupados, en la mesa de juego. Con el término “inútil” está yendo aún más allá, está declarando, con sutilidad no exenta de cinismo, lo que todos sabemos: lo que se juega en el estrecho de Ormuz es algo más que un bloqueo. Para entender esto y la función manipuladora de los medios de comunicación, cuando se convierten en los labios de los países imperialistas y pseudo-democráticos, tendríamos que empezar con la descripción del damero de juego que es el estrecho y los jugadores que se disputan una partida peligrosa, no para ellos, obviamente, pero sí para el resto del mundo: nosotros. Estados Unidos incita la tensión política con Irán, Rusia y China se descubren cuestionando sin tapujos la “legalidad” de la interferencia omnipresente de Washington en cualquier pequeño o incipiente conflicto, especialmente en lo que hace referencia a su política interna, a la de cualquier país con “potencial” para ser sede de una guerra devastadora que les enriquezca a medio y largo plazo. Juegan cuatro y un quinto jugador que acecha, oteando por encima del resto de jugadores, desde hace mucho tiempo, pacientemente: los falsimedia, los medios de comunicación utilizados como arma “imperceptible”.

Nadie desconoce que Washington está inventando, como ha hecho otras veces con otros países árabes, una cadena de falacias relacionadas con el supuesto programa nuclear de Irán que comenzó hace ya algunos años, aunque se nos IMPULSE desde el silencio y la mentira en los falsimedia a olvidar que La cobertura informativa de los documentos de inteligencia supuestos en los últimos años ha creado una narrativa falsa que distorsiona el discurso público sobre el tema, pretendiendo que ignoremos la posibilidad de que el verdadero objetivo del programa nuclear de Irán es mantener una moneda de cambio con los Estados Unidos y dotarse, además, de una capacidad de ruptura para servir como un elemento disuasivo para los EE.UU. o un ataque israelí contra Irán.

Washington continúa instigando la mentira, desoyendo análisis y escondiendo documentos generados por los estudios de la Agencia Internacional de la energía atómica, quien durante los últimos 8 años ha estudiado la peligrosidad y veracidad del supuesto programa nuclear iraní. Tras la intervención en el genocidio en Líbia, el Pentágono se impuso como prioridad implementar una campaña aérea contra Irán, que todavía no se ha llevado a cabo, pero está perfectamente planificada, en la que intervendrían Israel (la cara de la cruz de la moneda americana) y precisamente el gobierno de quién, como he comentado, con anterioridad, se atreve a tachar de “inútil” cualquier intento por parte de Irán de bloquear Ormuz, Gran Bretaña. Se fabrican mentiras para justificar y preparar a la población para un agenda militar y bélica, a sabiendas de que sin éstas, la existencia de la Otan y los pactos de Estados Unidos con Israel serían más cuestionados por la sociedad. Como ejemplo de esta premeditación y del papel de los falsimedia, bastaría recordar documentos escritos hace un año en los que ya se anunciaba que se preparaban acciones en Irán, Siria, el Mar de China Meridional y otros puntos clave en el mundo. Los falsimedia han sido utilizados como un arma para deshumanizar a los supuestos enemigos, especialmente de los Estados Unidos, a manipular al público para que pensásemos que las guerras planificadas tenían una causa “justa” y que, además, si no se llevaban a cabo las influencias desastrosas iban a afectarnos a TODOS, sin importar que, décadas después, se hayan confirmado “mentiras oficiales” que aclaran públicamente la falsedad de los motivos por los que se asesinaron a civiles, destruyeron instalación y expoliaron hasta el infinito recursos.

Recordemos también una frase atribuida al periodista R. Hearst, del New Journal, ejemplo de manual sobre la maldad e influencia nociva del llamado desde entonces “periodismo amarillo”. Se dice que Hearst, conversando con la persona encargada de la parte gráfica de los reportajes, dijo: "Usted suminístreme las fotos y yo le proporcionaré la guerra."
A partir de ahí, deberíamos realizar el ejercicio de recordar de manera crítica y global, uno de los pocos que nos permite una mirada que aboca a asociar hechos, actos, consecuencias, intereses y beneficios, algo que, personalmente me obsesiona como antídoto contra la programación ideológica a la que quieren someternos, pero que a “el poder” no le interesa en absoluto que practiquemos:

HECHO: Los EE.UU. se vieron implicados en la I Guerra Mundial por el hundimiento de un trasatlántico británico en el que viajaban pasajeros americanos, y que fue torpedeado por submarinos alemanes en las costas de Irlanda, matando a más de 1.000 de sus pasajeros. ACCIÓN DE LOS FALSIMEDIA: omitir la información referente a que el entonces Primer Lord del Almirantazgo, Winston Churchill había escrito al Presidente de la Junta de Comercio que era "lo más importante para atraer buques neutrales a nuestras costas, con la esperanza de implementar la enemistad entre Estados Unidos y Alemania”. Se omitió también informar de que el trasatlántico transportaba, además de pasajeros, armamiento militar.

HECHO: La participación de EE.UU. en la II Guerra Mundial fue también el resultado de la desinformación deliberada. Aunque el Honolulu Advertiser no había predicho el ataque a Pearl Harbor, los códigos navales japoneses ya habían sido descifrados por aquel entonces e incluso Henry Stimson, el Secretario de la Guerra de EE.UU, había anotado en su diario de la semana antes que se había discutido en una reunión con Roosevelt la forma en que "cómo debemos maniobrar [los japoneses] en la posición de disparar el primer tiro, sin permitir demasiado peligro para nosotros mismos". La masa, la mayoría de la opinión pública mediatizada y manipulada siempre creyó que el ataque a Pearl Harbor había sido completamente imprevisto. ACCIÓN DE LOS FALSIMEDIA: Hace unos meses se desclasificó un memorando que confirmaba que F. D. Roosvelt, había sido advertido de un inminente ataque japonés a Hawai tres días antes de los acontecimientos de Pearl Harbor.

HECHO: En agosto de 1964, se informó a la opinión pública de que los norvietnamitas habían atacado a un destructor de EE.UU. en el Golfo de Tonkin en dos ocasiones. Los ataques fueron presentados como un claro ejemplo de la "agresión comunista" y se aprobó una resolución de urgencia en el Congreso para autorizar al presidente Johnson para comenzar el despliegue de fuerzas de EE.UU. en Vietnam. ACCIÓN DE LOS FALSIMEDIA: En 2005, un estudio interno de la NATIONAL SECURITY AGENCY americana permitió que se conociese un informe que exponía que ese segundo ataque jamás fue realizado y que 60.000 soldados estadounidenses, tres millones de vietnamitas y aproximadamente unos 500.000 camboyanos y laosianos perdieron la vida debido a un incidente que no ocurrió en cualquier lugar, sino en la imaginación de la administración de Johnson y las páginas de los ya falsimedia americanos.

OTRAS ACCIONES DE LOS FALSIMEDIA:

2009, la BBC mostró una imagen recortada de una manifestación en Irán, que según ellos era una multitud de manifestantes que se reunieron para mostrar su oposición al gobierno iraní. Una versión sin cortar de la misma fotografía que aparece en la página web del diario The Angeles Times, sin embargo, reveló que la foto, de hecho, provenía de una manifestación en apoyo de Ahmadineyad.

Agosto de 2011, la BBC difundió imágenes de lo que según ellos era una celebración en la Plaza Verde de Trípoli. Sólo algunos espectadores atentos lograron percibir que las banderas en las imágenes eran en realidad banderas indias. Ante “el error”, la BBC se vio obligada a admitir que había confundido "accidentalmente" material de difusión de la India en lugar de material sobre Trípoli.

También ese mes, la CNN informó de que, según constaba en un estudio del Observatorio de Siria para los Derechos Humanos, ocho recién nacidos en incubadoras había muerto en un hospital de Hama, cuando las autoridades sirias cortaron la electricidad en la zona. Algunos falsimedia, además de hacerse eco de esta noticia, se atrevieron a mostrar las imágenes de los niños fallecidos. Al cabo de un tiempo, cuando el “mal manipulador” estaba ya realizado, se admitió que dichas imágenes habían sido tomadas en Egipto.

Estos son sólo algunos ejemplos. Actualmente, el gobierno de los Estados Unidos lidera un movimiento tan complejo como eficaz de manipulación con la finalidad de preparar, mantener y justificar la “máquina de guerra” que él aplica para incrementar su potencial y saciar sus innatos instintos imperialistas. En 2005, la Casa Blanca, por aquel entonces con Bush a su frente, no tuvo más remedio que admitir que había elaborado videos que fueron diseñadas para parecerse a las noticias de medios de comunicación legítimos e independientes para “alimentar” la tensión mediática y rellenar con morbo los programas de noticias de la noche. Cuando la Oficina de Responsabilidad del Gobierno determinó que estas noticias falsas, de hecho, constituyen propaganda encubierta ilegal, la Casa Blanca sólo emitió un memorando declarando que la práctica había sido considerada legal, basándose en un articulado más que discutible, .

La conclusión parece obvia. Los medios de comunicación han pasado a ser medios de desinformación y manipulación, que se inhiben ante una de sus grandes responsabilidades: formar e informar a los ciudadanos para aumentar su comprensión sobre los acontecimientos que conforman la realidad. Hoy la opción no es acudir a los medios de comunicación, sino huir de ellos, alejarse de su visión sesgada y manipuladora y permitirse el adoptar una postura ecléctica ante lo que sucede, recabando información de fuentes distintas, contrastando, no olvidando y favoreciendo la asociación de datos que se dan, de modo rápido y fugaz, para que caigan en el olvido y no seamos conscientes de las mentiras con las que otros, el poder, intenta construir, por y para nosotros, LA REALIDAD QUE A ÉL LE INTERESA.

Enlaces relacionados / Fuente: 
http://lamoscaroja.wordpress.com/
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