La defensa del Alto Palancia, la defensa de nuestro territorio.

La comarca del Alto Palancia se constituye como un eje estratégico para los intereses económicos de las clases dirigentes, ya que se halla enclavada cerca del área de influencia de los núcleos económicos de Valencia, Sagunto y Castellón, siendo vía de paso hacia el norte peninsular. Esto, unido a algunas de sus características geográficas, geológicas, así como los recursos presentes en ella; la convierte en blanco fácil para futuros proyectos de interés mercantil que reportarán graves daños a los que en ella habitamos.

Desde hace algún tiempo, tanto la gente que habita la comarca, como el espacio físico en sí, han quedado irreconocibles. Este proceso no es casual, se ha generalizado en casi todas las zonas rurales del Estado, donde los pueblos se han convertido en pequeños satélites de las ciudades, en pueblos-dormitorio o lugares donde desahogarse esporádicamente en periodo vacacional. En el mismo orden de cosas estaría el uso de nuestras sierras (tanto la Espadán como la Calderona) como parques temáticos para el disfrute del turismo, en vez de favorecer un acercamiento y un uso mayor a la gente que lo habita y que los siente como cercano. En este sentido, el territorio se presenta como algo puramente paisajístico, cuando para nosotros supone la interacción global de nuestras vidas con su naturaleza, su agricultura, su saber, su historia, sus gentes… y en definitiva, el resto actividades cotidianas interrelacionadas, por lo que la manera de gestionarlo, ahora y en el futuro, será vital para definirlo.

Las principales amenazas a corto plazo para el Alto Palancia son las grandes infraestructuras de transporte, industrias contaminantes, o los macro proyectos de energías renovables. Ese será el terreno en el que se jugará nuestro futuro. Así pues, la piedra angular de la política de las infraestructuras pasa por la creación del eje Cantabrico-Mediterráneo, que posibilitará el tramo de Alta Velocidad Sagunto-Teruel. Se han hecho públicos cuatro trazados, de los cuales parece se barajan sobre todo dos como posibles candidatos. No obstante, aun cuando la información cartográfica de que disponemos no nos permite analizar a pequeña escala los daños que producirá esta obra, nos atrevemos a vaticinar las nefastas consecuencias ecológicas, y porque no socio-económicas, que subyacen de cualquiera de las propuestas de trazado, sea por la sierra Espadán, la Calderona, soterrado o en superficie.

El AVE representa el tren del dinero, de la inmediatez, de las gentes de negocios en su mayor parte, en definitiva, del capital; solo a ellos beneficia y su objetivo es claro: articular el territorio para que la mercancía -turismo, servicios, dinero-, interconexione las grandes ciudades. Absolutamente nadie ve necesaria esta intervención más que las instituciones que, mediante la propaganda, ya se han encargado de allanar el terreno para justificar la futura inversión. Tampoco conviene olvidar el derroche energético que supone el AVE, ya que un viaje de estas características puede consumir la misma energía que la que necesita una ciudad de 25000 habitantes, es decir como toda la comarca. Además, la mayor parte de la energía consumida proviene directamente de las centrales nucleares asociadas a torres de Muy Alta Tensión.

Otro de los proyectos en mente para el futuro en la comarca del Alto Palancia, es el Almacén geológico de CO2, éste corresponde a la falsa intención mundial de mitigar el cambio climático una vez creado, un proyecto experimental de increíbles costes y todavía mayores riesgos, tanto para la flora, como para las aguas, las personas y los animales; que consiste en enterrar el co2 generado en centrales térmicas, en la mayoría de los casos ajenas, y transportarlo por gaseoductos a cientos de kilómetros para finalmente enterrarlo en formaciones geológicas profundas y estratos de roca impermeables por el fin de los tiempos. El enfoque global de este proyecto corresponde por tanto a la idea de hacernos pensar que la culpa del calentamiento global es nuestra y de que, consecuentemente, es necesario que sigamos las ordenes de los dirigentes para salvar la tierra, presentándose estos como los salvadores cuando realmente son los creadores del problema.

Pero más allá de lo que puedan suponer estos proyectos a nivel medioambiental, como otros que ya están en marcha (aerogeneradores, BAUX, etc.) y los que parecen más inmediatos y ya han creado una oposición (mina de Bejís, central Biomasa, cementera de Albentosa…), lo que nos interesa desenmascarar es lo que en su base todos ellos implican, el común denominador de dejar la gestión del lugar en el que vivimos en manos de especialistas y personas ajenas a estas tierras, desconocedores de nuestra verdadera realidad social. Es importante recordar que todo este tipo de industrias, obras, macro infraestructuras, no se pueden llevar a cabo fuera de un contexto capitalista que tiene que ser el punto de partida de nuestras críticas.

La magnitud de la barbarie que se proyecta, y muy posiblemente se avecina, nos otorga legitimidad y responsabilidad moral suficiente como para decir basta. Hablamos como afectados aún cuando la obra se proyecte en nuestra comarca o en otra, aun cuando pase por encima de nuestras tierras o por las del vecino. Por lo tanto, proponemos formas de oposición horizontal, autoorganizada y asamblearia, en las que nosotros, los afectados, los que no recibimos nada a cambio y los que tenemos miles de razones (ecológicas, económicas, sociales…) para oponernos; seamos únicamente los que tengamos la voz. Creemos que potencialmente a cualquiera de los habitantes de esta comarca le afectan los vigentes o futuros proyectos capitalistas, por lo tanto somos nosotros mismos los que, sin delegar en partidos ni organizaciones institucionales, debemos esforzarnos por formarnos e informarnos y así poder tomar las medidas que creamos oportunas para oponernos, eligiendo así la autoorganización como única forma de asegurar la autonomía a la hora de opinar, debatir o tomar decisiones.
En la actualidad estamos recabando información sobre los proyectos anteriormente citados, empapándonos de la experiencia de luchas pasadas, contactando con otros colectivos… y, por tanto, creando nuestra propia opinión para que se empiece a dar un debate critico a nivel comarcal y un futuro espacio de lucha. No somos la voz de nadie más que la nuestra propia y con esto no pretendemos llevar las directrices de la lucha, sino tener un discurso coherente aunque no exento de errores y realizar nuestra aportación al conflicto en cuestión.

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