Recreación del atentado de Pàllas (en este dibujo no se aprecia muy bien, pero en otros puede apreciarse en el rostro de Pàllas una inmensa sonrisa)
¿Quién fue Auguste Vaillant?El Anarquista que no quiso matar
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Charles_Gallo
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Charles_Gallo
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Y ahora la "némesis" de tantos Libertarios, lo que para muchos era "El fin último del Anarquista".
La Guillotina, llamada en Francia por razones obvias "La Viuda o Hace Vuidas"
Aunque también debemos de incluir al infame Garrote Vil, jubilado mucho más tarde que su sangrienta hermana
Aquí aplicada en Filipinas
Aquí es Angiolillo quién finalmente sufre tal atroz instrumento(aunque no aprecio el característico gorro con la cruz que llevaban todos los “reos a muerte”, según el pie de foto es él) sus ultimas palabras: "¡Germinal y Viva la anarquía!".
Por supuesto esto era lo que te esperaba si antes no te mataban en las calles
Como muestra la caballeria en España, la masacre ocasionada unilateralmente por los policias en Haymarket, Chicago, o la carniceria de Gibellina el 1 de Junio de 1894
Como dijeron tantos, y tantos Anarquistas, Stirner, Bakunin, Vaillant, Louise Michel, Callemin o Teresa Claramunt, y aún muchos más... tantos que aún lo seguimos y seguiremos diciendo: "¡He ahí su justicia!".
La Guillotina, llamada en Francia por razones obvias "La Viuda o Hace Vuidas"
Aunque también debemos de incluir al infame Garrote Vil, jubilado mucho más tarde que su sangrienta hermana
Aquí aplicada en Filipinas
Aquí es Angiolillo quién finalmente sufre tal atroz instrumento(aunque no aprecio el característico gorro con la cruz que llevaban todos los “reos a muerte”, según el pie de foto es él) sus ultimas palabras: "¡Germinal y Viva la anarquía!".
Por supuesto esto era lo que te esperaba si antes no te mataban en las calles
Como muestra la caballeria en España, la masacre ocasionada unilateralmente por los policias en Haymarket, Chicago, o la carniceria de Gibellina el 1 de Junio de 1894
Como dijeron tantos, y tantos Anarquistas, Stirner, Bakunin, Vaillant, Louise Michel, Callemin o Teresa Claramunt, y aún muchos más... tantos que aún lo seguimos y seguiremos diciendo: "¡He ahí su justicia!".
Última edición por Charles_Gallo el 24 May 2007, 17:29, editado 1 vez en total.
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Charles_Gallo
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Garrote a Santiago Salvador.
Cuando esperaba en su celda a que llegará el día de su asesinato estatal, se le metió en la cabeza, gracias a las conminaciones de los curas, que si aceptaba los sacramentos católicos tendría más posibilidades de salvar la vida... después de leer la biblia, rezar y toda la parafernalia, el indulto no llegó... así que ante la requisitoria de un amigo y un cura para que se confesara, él dijo: “Si dividieran mi cuerpo en pedazos y a mi cabeza dijiéranle te vas a confesar, aunque este brazo hallárase a un kilómetro se sublevaría.”
Última edición por Charles_Gallo el 24 May 2007, 17:44, editado 4 veces en total.
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Jules Bonnot
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Zo D´Axa y su periódico individualista « L’Endehors » 1891-1893 (aunque se consideraba "órgano de la literatura Anarquista”, y en el colaboraron personajes tan dispares como Grave, Faure, Mirbeu, Hamon, Feneón, Lazare, etc.) fueron de los primeros en posicionarse a favor de los propagandistas en la difícil década de los noventa del siglo XIX. Algunos de “La Révolté”, trascendieron a su moralidad y se sensibilizaron, pero Le Pere Peinard y L´Endehors se expusieron sin reparos. Si exceptuamos a Mirbeu y a Pouget, fue Zo D´Axa el que más se destacó como defensor de Ravachol, sin importarle el precio político y judicial que tuvo que pagar... cárcel, estigma social y persecución de su periódico hasta que finalmente fue prohibido y desmantelado con tan solo dos años de vida (esto mismo lo sufrieron todos los periódicos Anarquistas, también los que no abogaban por la “violencia individual” como La Revolte, la diferencia es que estos, incluso le Pere Peinard, pudieron reorganizarse y refundarse, sin embargo hubo que esperar a 1922 para que Armand resucitara ese proyecto).
Zo D´Axa no temía a la cárcel (una vez paso meses en prisión por silbar cuando desfilaba por las calles francesas Alfonso XIII y su sequito), viviendo como un nómada, dándole kilómetros a su bicicleta y su bastón, con la integridad del vagabundo y el linyera, la integridad de quién no tiene nada, acabó finalmente suicidándose en 1930, quizá agotado de la existencia... sus barbas rojas se llenaron de lagrimas cuando Ravachol fue asesinado... hoy los sentimientos son defenestrados en loa de la "razón y la ciencia", he aquí un recuerdo para quienes creyeron que el acto aislado de un refractario no suponía un grito estertóreo de violencia, ni una fiebre “juvenil” (por esas cosas uno no suele inmolarse)... para quienes pensaron que ese acto solo suponía un pequeño albor en una nueva Aurora.
Zo D´Axa no temía a la cárcel (una vez paso meses en prisión por silbar cuando desfilaba por las calles francesas Alfonso XIII y su sequito), viviendo como un nómada, dándole kilómetros a su bicicleta y su bastón, con la integridad del vagabundo y el linyera, la integridad de quién no tiene nada, acabó finalmente suicidándose en 1930, quizá agotado de la existencia... sus barbas rojas se llenaron de lagrimas cuando Ravachol fue asesinado... hoy los sentimientos son defenestrados en loa de la "razón y la ciencia", he aquí un recuerdo para quienes creyeron que el acto aislado de un refractario no suponía un grito estertóreo de violencia, ni una fiebre “juvenil” (por esas cosas uno no suele inmolarse)... para quienes pensaron que ese acto solo suponía un pequeño albor en una nueva Aurora.
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Jules Bonnot
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Octave Mirbeau llegó a escribir un articulo biográfico y reivindicativo durante el proceso de Ravachol (añadido el impulso de Zo d´Axa, el articulo se pagó con dos años de cárcel), y no cejó de defenderlo incluso tras su muerte, suyas son las inmortales palabras con las que termina dicho articulo: “Esta bomba será aún más terrible porque esta no contendrá, ni pólvora, ni dinamita. Esta contendrá la compasión y una idea; dos fuerzas contra las cuales nada se puede hacer”.
Última edición por Jules Bonnot el 28 May 2007, 09:45, editado 1 vez en total.
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Jules Bonnot
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Jules Bonnot
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Henry
Bresci
Ravachol
Caserio
Vaillant
Todos son distintos nombres que denominan un mismo sentir, una misma realidad que Ravachol plasmó perfectamente con estas palabras:
“He aquí porqué he cometido los actos que me reprochan y que no son más que la consecuencia lógica del estado bárbaro de una sociedad que no hace más que aumentar el número de sus víctimas por el rigor de sus leyes que se alzan contra los efectos sin jamás tocar las causas”.
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Manu García
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Godwin, si aún visitas estos foros, te alegrará saber que ayer encontré la revista donde había visto los retratos de Pini. Se trata de dos dibujos (de frente y de perfil) extraídos de una edición de las obras de Lombroso "L´uomo delinquente" y "Atlante" aparecida en 1897 en Turín.Manu García escribió:Hola Godwin. Vi un retrato de Pini en una "Rivista Storica dell´Anarchismo" o quizás fuera en una "Rivista A" de hace bastante, tampoco estoy muy seguro... Si encuentro algo te lo comento.Godwin escribió: De Pini es realmente difícil conseguir una instantánea o un simple dibujo, sin embargo seguiré buscando, si alguien tiene alguna seria interesante que la compartiera.
Aparecen reproducidos en el número de enero-junio de 1996 de la "Rivista Storica dell´Anarchismo" editada por la Biblioteca Franco Serantini de Pisa. En ese mismo ejemplar puedes encontrar una completa galería que a buen seguro será de tu interés.
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MisIdeasAsesinanAlEstdo
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Por cierto, reordenadas y recolocadas las actas del juicio de Ravachol, y sobre todo su declaración en la gendarmería, ya podemos afirmar rotundamente que Ravachol no fue el responsable de la ingente cantidad de asesinatos que se le atribuyeron.
Él, a pesar de las presiones a las que fue sometido, solo se declaró culpable de diversas exhumaciones de cadáveres con “fines lucrativos”, robos a casas acaudaladas, y las dos bombas contra el procurador y el juez del caso de Descamps y compañía.
Los asesinatos del anciano y la criada, las dos ancianas prestamistas, el ermitaño y el tendero serán obra de otro u otros asesinos bien conocidos por la policía. Pero después de que Duval se librara de la pena de muerte el temor policial fue tal que aprovecharon los casos pendientes más truculentos para engrosar el “haber” de Ravachol, tanto un crimen que llevaba sin resolver desde 1879, como el resto, implicados en ellos confidentes policiales e incluso los familiares de algún prefecto.
De la declaración de Ravachol solo se recogió su arenga a los guardias, que quedó sepultado en los archivos policiales hasta bien entrado el siglo XX, o los crímenes de los que él mismo se inculpo (y que por cierto la policía nunca hubiera descubierto si no fuera por que salieron de la boca del propio Ravachol pues la prefectura no tenía constancia de los mismos). Por ejemplo “dirigir” y editar el “periódico” La Dynamite, o lo de los robos y exhumaciones. Ravachol que no tenía ningún reparo en reconocer estos “crímenes” tampoco lo hubiera tenido en reconocer el resto, pero simplemente no podía reconocer lo que desconocía, supo de su imputación ya en el juicio (algunos historiadores han querido achacarle gratuitamente esos crímenes al “compinché” de Ravachol, llamado Charles Achille Simon y conocido como Biscuit o Ravachol II, pero esto es del todo infundado, solo pudo complicarsele en la colocación de las bombas, y con muchas interrogantes)
Independientemente de las frases tergiversadas y modeladas para causar un mayor impacto en los consumidores de periódicos burgueses, y de que el propio Ravachol pudiera supuestamente vanagloriarse de ser una “plaga para los propietarios”, lo único cierto es que el presidente del tribunal ordeno a: “Todos los diarios de bien deben abstenerse de publicar las recusaciones o negativas que el acusado pueda dar a los cargos que se le imputan”… sorprendentemente así se hizo. Solo transcendió su elaborado alegato, del que se dieron copias a los “diarios rojos” y poco más.
Los expedientes, desclasificados y “de libre acceso” desde hacía décadas, se habían “traspapelados”, desapareciendo tras montañas de legajos… ya recompuestos, alguna mano amiga ha depositado algunas copias en las salas de investigación de algunas bibliotecas públicas francesas y he ahí lo dilucidado.
Él, a pesar de las presiones a las que fue sometido, solo se declaró culpable de diversas exhumaciones de cadáveres con “fines lucrativos”, robos a casas acaudaladas, y las dos bombas contra el procurador y el juez del caso de Descamps y compañía.
Los asesinatos del anciano y la criada, las dos ancianas prestamistas, el ermitaño y el tendero serán obra de otro u otros asesinos bien conocidos por la policía. Pero después de que Duval se librara de la pena de muerte el temor policial fue tal que aprovecharon los casos pendientes más truculentos para engrosar el “haber” de Ravachol, tanto un crimen que llevaba sin resolver desde 1879, como el resto, implicados en ellos confidentes policiales e incluso los familiares de algún prefecto.
De la declaración de Ravachol solo se recogió su arenga a los guardias, que quedó sepultado en los archivos policiales hasta bien entrado el siglo XX, o los crímenes de los que él mismo se inculpo (y que por cierto la policía nunca hubiera descubierto si no fuera por que salieron de la boca del propio Ravachol pues la prefectura no tenía constancia de los mismos). Por ejemplo “dirigir” y editar el “periódico” La Dynamite, o lo de los robos y exhumaciones. Ravachol que no tenía ningún reparo en reconocer estos “crímenes” tampoco lo hubiera tenido en reconocer el resto, pero simplemente no podía reconocer lo que desconocía, supo de su imputación ya en el juicio (algunos historiadores han querido achacarle gratuitamente esos crímenes al “compinché” de Ravachol, llamado Charles Achille Simon y conocido como Biscuit o Ravachol II, pero esto es del todo infundado, solo pudo complicarsele en la colocación de las bombas, y con muchas interrogantes)
Independientemente de las frases tergiversadas y modeladas para causar un mayor impacto en los consumidores de periódicos burgueses, y de que el propio Ravachol pudiera supuestamente vanagloriarse de ser una “plaga para los propietarios”, lo único cierto es que el presidente del tribunal ordeno a: “Todos los diarios de bien deben abstenerse de publicar las recusaciones o negativas que el acusado pueda dar a los cargos que se le imputan”… sorprendentemente así se hizo. Solo transcendió su elaborado alegato, del que se dieron copias a los “diarios rojos” y poco más.
Los expedientes, desclasificados y “de libre acceso” desde hacía décadas, se habían “traspapelados”, desapareciendo tras montañas de legajos… ya recompuestos, alguna mano amiga ha depositado algunas copias en las salas de investigación de algunas bibliotecas públicas francesas y he ahí lo dilucidado.