Anarcoterrorismo - Por Antonio García-Trevijano Forte

Para el debate en torno a la higiene ética en el comportamiento anarquista, y la ética y moral del Anarquismo. Filosofías de vida, cuestiones morales, vida sana, etc.
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MikEgregor
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Anarcoterrorismo - Por Antonio García-Trevijano Forte

Mensaje por MikEgregor » 11 Dic 2022, 00:19

Anarcoterrorismo
Por Antonio García-Trevijano Forte

Según noticias un tanto vagas, la policía ha bautizado con el evocador nombre de anarcoterroristas a individuos relacionados con la delincuencia común, que atentan contra la seguridad de personas o cosas sin aparente causa política para ello, a no ser por la necesidad de manifestación dramática de un rechazo indiscriminado del orden legal, para dotarse de una fuerza de presión, influencia y prestigio en el mundo carcelario en favor de una categoría especial de presos.

La policía parece que vincula a esos anarcoterroristas con el trato penitenciario de los llamados presos peligrosos. La noticia se refería a un intento fallido de hacer explotar una bomba de pólvora prensada, dotada de temporizador, en un local de Instituciones Penitenciarias. Y este hecho se ha puesto en relación con las cartas bombas que han recibido ciertos periodistas que escribieron precisamente sobre presos peligrosos. Si esto es cierto, no pueden ser llamados anarcoterroristas, pues no son anarquistas ni ácratas. Creen en la realidad del subpoder carcelario y quieren participar en él, aterrorizando a la autoridad penitenciaria y a los informadores del submundo salvaje de las prisiones donde reina la ley del más feroz.

Todo acto terrorista, desde el más liviano al más desastroso, implica un atentado al orden legal. En este corto sentido, todos los terrorismos son iguales. Pero con tal de que se piense un poco en las estructuras de la sociedad se sabe enseguida que el orden jurídico no es un mundo autónomo que se sostenga a sí mismo con la sola fuerza de las leyes, y al que se pueda atacar mediante el terror sin afectar al orden social o político. El orden legal necesita estar constantemente apoyado en el orden social, del que es su expresión coactiva, y perentoriamente ayudado por el orden político del que emana. El terrorista tiene que atropellar las leyes para perturbar con sus atentados a la moral de lo que considera, casi siempre con error, el centro de gravedad del equilibrio político o social.

El viejo anarquista partidario del terror era un antipolítico magnicida. La clásica violencia del anarcosindicalismo era antimaquinista. Ser anarquista o ácrata no es carecer de ideología política, sino profesar como religión la ideología del antipoder. El anarquista no quiere mandar en otros ni que otros manden en él. Encarna en su vida el ideal de la independencia personal. Concibe el mundo como los antiguos artesanos. Su moral individual es intachable y su moral social, una utopía. Por el contrario, hoy no existe terrorismo que no derive de una ambición de poder. Sea la de dotarse de un Estado propio o de un benigno estatuto penitenciario. La finalidad del terrorismo nunca ha sido la de perturbar el orden legal para obtener ventajas legales de ese mismo orden al que ataca. Esa es la esencia del chantaje político, no la del terror público.

Esto no quiere decir que en el terrorismo político no se den las condiciones requeridas para la explotación del chantaje en aspectos secundarios o accidentales, como el tratamiento de los presos. Pero esa no es en absoluto la finalidad del terrorismo. La expresión anarcoterrorismo supone en realidad una contradicción en los términos. Ningún anarquista puede ser hoy terrorista. Supondría una negación de sí mismo. El terrorismo antiglobalizador tampoco es anarquista. La presencia de algún extranjero en el tipo de terrorismo carcelario que comentamos, no significa que tenga conexiones internacionales. Y el solo hecho de que la policía tenga que distinguir a estos terroristas con un nombre romántico, demuestra que la tesis del gobierno sobre la igualdad de todas las formas de terrorismo no tiene otro fundamento que el de igualarlas a todas en la represión.

LA RAZÓN. LUNES 7 DE ENERO DE 2002
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Fran1
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Re: Anarcoterrorismo - Por Antonio García-Trevijano Forte

Mensaje por Fran1 » 28 Oct 2023, 04:37

El anarquista no quiere mandar en otros ni que otros manden en él. Encarna en su vida el ideal de la independencia personal. Concibe el mundo como los antiguos artesanos. Su moral individual es intachable y su moral social, una utopía. Por el contrario, hoy no existe terrorismo que no derive de una ambición de poder.
Todas las ideologías de izquierda -desde la revolución francesa- aspiran a una utopía -sociedad sin clases-. Pero para derrotar a los "malos" (clase opresora y supersticiones a su servicio, como la religión) tienen que utilizar la violencia, pues el enemigo, que es puro egoísmo y brutalidad, no va a detenerse ante nada. El terrorismo es solo una estrategia violenta más con un buen fin, el mejor de los fines sociales concebibles. Cuando los terroristas autodenominados anarquistas eran o son juzgados por los tribunales de sus enemigos, siempre niegan tener ambición de poder. Solo desean un mundo utópico de paz y armonía, y, por un logro semejante ¿no se ve justificada cualquier estrategia eficaz?

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Perh
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Re: Anarcoterrorismo - Por Antonio García-Trevijano Forte

Mensaje por Perh » 28 Oct 2023, 19:00

MikEgregor escribió:
11 Dic 2022, 00:19
Anarcoterrorismo
Por Antonio García-Trevijano Forte

Según noticias un tanto vagas, la policía ha bautizado con el evocador nombre de anarcoterroristas a individuos relacionados con
Exacto: ''la policía ha bautizado''., ninguna novedad. Mira, te pongo un ejemplo:

* Si por vestirme de cierta manera como mis iguales, soy insultado por quienes son los contrarios, y por ejemplo me dicen ''bufón'' a modo de insultarme, luego esa será la descripción de quienes me odian y no de quienes me aprecian.
Sería más coherente ofenderme si mis iguales tratan de insultarme, y ahí si trataría de ser comprendido por lo que sea que los haya llevado a buscarme desde la ofensa. Aunque podría pasar que nos dé mucha gracia el insulto bufón y lo adoptemos con orgullo dependiendo de cuánto se reitere en el tiempo y en torno a qué cosas.

¿Sabés de dónde viene que algunxs se autodenominaran queers o gays o punks? Supongo que sabes el origen de esas palabras, es decir, INSULTOS reapropiados. Reapropiación de la injuria.
((Enemigos de ciertos modos de vida que insultaban a quienes no eran sus iguales))

¯\_(ツ)_/¯ Por otro lado... ''noticias un tanto vagas''. ¯\_(ツ)_/¯

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MikEgregor
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Re: Anarcoterrorismo - Por Antonio García-Trevijano Forte

Mensaje por MikEgregor » 23 May 2024, 09:20

Fran1 escribió:
28 Oct 2023, 04:37
Todas las ideologías de izquierda -desde la revolución francesa- aspiran a una utopía -sociedad sin clases-. Pero para derrotar a los "malos" (clase opresora y supersticiones a su servicio, como la religión) tienen que utilizar la violencia, pues el enemigo, que es puro egoísmo y brutalidad, no va a detenerse ante nada. El terrorismo es solo una estrategia violenta más con un buen fin, el mejor de los fines sociales concebibles. Cuando los terroristas autodenominados anarquistas eran o son juzgados por los tribunales de sus enemigos, siempre niegan tener ambición de poder. Solo desean un mundo utópico de paz y armonía, y, por un logro semejante ¿no se ve justificada cualquier estrategia eficaz?
No. ¿Cómo va usted a conseguir un "mundo de paz y armonía" a través de la violencia? Es un absurdo, una contradicción. Es como querer traer la república defendiendo la monarquía.
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Saranarca
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Re: Anarcoterrorismo - Por Antonio García-Trevijano Forte

Mensaje por Saranarca » 23 May 2024, 23:14

MikEgregor escribió:
23 May 2024, 09:20
Fran1 escribió:
28 Oct 2023, 04:37
Todas las ideologías de izquierda -desde la revolución francesa- aspiran a una utopía -sociedad sin clases-. Pero para derrotar a los "malos" (clase opresora y supersticiones a su servicio, como la religión) tienen que utilizar la violencia, pues el enemigo, que es puro egoísmo y brutalidad, no va a detenerse ante nada. El terrorismo es solo una estrategia violenta más con un buen fin, el mejor de los fines sociales concebibles. Cuando los terroristas autodenominados anarquistas eran o son juzgados por los tribunales de sus enemigos, siempre niegan tener ambición de poder. Solo desean un mundo utópico de paz y armonía, y, por un logro semejante ¿no se ve justificada cualquier estrategia eficaz?
No. ¿Cómo va usted a conseguir un "mundo de paz y armonía" a través de la violencia? Es un absurdo, una contradicción. Es como querer traer la república defendiendo la monarquía.
A través de la violencia no, pero a través de la fuerza para defenderte (eso no es violencia según entiendo yo esa palabra) de quienes nos violentan sí. Piensa que lo importante, con uso de la fuerza o sin ella, es crear estructuras no jerárquicas, así se asegura en mayor grado la paz y la justicia.
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MikEgregor
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Re: Anarcoterrorismo - Por Antonio García-Trevijano Forte

Mensaje por MikEgregor » 24 May 2024, 22:42

La fuerza se puede ejercer de muchas formas. Por ejemplo, si hay libertad política, el voto es fuerza. Pero no tiene nada que ver. Aquí se está hablando de terrorismo, y yo le contestaba al caballero que cree que el fin justifica los medios.
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Re: Anarcoterrorismo - Por Antonio García-Trevijano Forte

Mensaje por Saranarca » 24 May 2024, 23:08

MikEgregor escribió:
24 May 2024, 22:42
La fuerza se puede ejercer de muchas formas. Por ejemplo, si hay libertad política, el voto es fuerza. Pero no tiene nada que ver. Aquí se está hablando de terrorismo, y yo le contestaba al caballero que cree que el fin justifica los medios.
Ya, "terroristas" eran los grupos de acción, los comités de defensa confederal, todos los que intentaron matar a Franco... Y cualquier revolucionario que pegue un tiro para LIBERARSE de la dictadura económica y política de turno; los fines no justificarán nunca los medios, pero la fuerza defensiva armada o no -si de verdad es defensiva-, no genera contradicción entre fines y medios.

Las pistolas y tal pueden traer la dominación, pero también la libertad. Son elementos neutros, todo depende de cómo se usen, igual que pasa con un martillo o un cuchillo jamonero por ejemplo.
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Re: Anarcoterrorismo - Por Antonio García-Trevijano Forte

Mensaje por MikEgregor » 28 May 2024, 09:23

El terrorismo consiste en la utilización del terror como herramienta para la lucha o defensa de una causa o una religión. Terrorismo era tanto el anarquista, como el comunista, y el falangista durante la denominada Segunda República española. Como también era terrorismo lo que utilizó el régimen de Franco, para conservar su poder durante cuarenta años.
Ahora yo le pregunto: ¿Cómo puede traer la libertad la lucha armada? ¿Puede usted argumentarlo?
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Re: Anarcoterrorismo - Por Antonio García-Trevijano Forte

Mensaje por Saranarca » 28 May 2024, 20:47

MikEgregor escribió:
28 May 2024, 09:23
El terrorismo consiste en la utilización del terror como herramienta para la lucha o defensa de una causa o una religión. Terrorismo era tanto el anarquista, como el comunista, y el falangista durante la denominada Segunda República española. Como también era terrorismo lo que utilizó el régimen de Franco, para conservar su poder durante cuarenta años.
Ahora yo le pregunto: ¿Cómo puede traer la libertad la lucha armada? ¿Puede usted argumentarlo?
Pues le cortas la cabeza al Rey y montas una democracia, por ejemplo. Eso ya sucedió en la historia. Y donde digo Rey, puedes poner dictador, oligarca, empresario...; muchas huelgas y mejoras de derechos, en su momento, se consiguieron ganar con el apoyo de gente que le enseño una pistolita al explotador de turno y le dijo " nuestra vida y la de los nuestros, o la tuya, elige".
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MikEgregor
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Re: Anarcoterrorismo - Por Antonio García-Trevijano Forte

Mensaje por MikEgregor » 28 May 2024, 21:24

Saranarca escribió:
28 May 2024, 20:47
MikEgregor escribió:
28 May 2024, 09:23
El terrorismo consiste en la utilización del terror como herramienta para la lucha o defensa de una causa o una religión. Terrorismo era tanto el anarquista, como el comunista, y el falangista durante la denominada Segunda República española. Como también era terrorismo lo que utilizó el régimen de Franco, para conservar su poder durante cuarenta años.
Ahora yo le pregunto: ¿Cómo puede traer la libertad la lucha armada? ¿Puede usted argumentarlo?
Pues le cortas la cabeza al Rey y montas una democracia, por ejemplo. Eso ya sucedió en la historia. Y donde digo Rey, puedes poner dictador, oligarca, empresario...; muchas huelgas y mejoras de derechos, en su momento, se consiguieron ganar con el apoyo de gente que le enseño una pistolita al explotador de turno y le dijo " nuestra vida y la de los nuestros, o la tuya, elige".
Si le corta la cabeza al Rey, no va usted a montar ninguna democracia. Lo que va usted a hacer es comerse muchos años de prisión, quizá de por vida, eso si sale con vida de la cárcel.
La democracia no es algo que llega uno y <<la monta>>. Sin la conquista de la hegemonia cultural en la sociedad, sin un rechazo generalizado de lo que hay hoy, es imposible conquistar la libertad política colectiva.
Sí, en Francia le cortaron la cabeza al rey, y el Estado fue ocupado por los diputados, que se adjudicaron un poder que no les correspondía, el de gobernar, el ejecutivo.
La fórmula que descubrió Montesquieu es la mejor: que frente al poder del gobierno haya siempre otro poder (el legislador), dos poderes que se detesten, que estén continuamente enfrentados, que se controlen y vigilen mutuamente. Y si uno de los dos poderes trata de meter las manos en el otro, sea la sociedad la que derima el conflicto con nuevas elecciones para los dos poderes.
El Anarquismo es utópico por el simple hecho de que rechaza al Estado, y porque la mayoría de los anarquistas parece obviar o ignorar que en toda crisis política, en todo vacío gubernamental, hay partidos, movimientos políticos o bandas armadas que ansían tomar el poder. ¿Qué respuesta tiene contra eso el anarquismo? ¿Otra guerra civil? ¿Una guerra abierta entre partidarios de unas ideologías y otras, para ver quién la tiene más grande (el arma)?
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Saranarca
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Re: Anarcoterrorismo - Por Antonio García-Trevijano Forte

Mensaje por Saranarca » 28 May 2024, 23:47

MikEgregor escribió:
28 May 2024, 09:23
La democracia no es algo que llega uno y <<la monta>>. Sin la conquista de la hegemonia cultural en la sociedad, sin un rechazo generalizado de lo que hay hoy, es imposible conquistar la libertad política colectiva.
OBVIAMENTE; y también es obvio que "la guillotina" (lease aquí la revuelta armada; terrorismo dirías tú tal vez) puede ayudar a que el rechazo generalizado no se quede solo en rechazo generalizado... y se pueda ver materializado en la derrota del absolutismo (lease aquí autoritarismo, del signo que sea). Así que sí, lar armas pueden darte libertad (y quitártela).

MikEgregor escribió:
28 May 2024, 09:23
¿Qué respuesta tiene contra eso el anarquismo? ¿Otra guerra civil? ¿Una guerra abierta entre partidarios de unas ideologías y otras, para ver quién la tiene más grande (el arma)?
La respuesta que tenemos es la misma que diste tú antes, la hegemonía cultural (no sé cómo no te das cuenta, ¡me sorprende!):
MikEgregor escribió:
28 May 2024, 09:23
Sin la conquista de la hegemonia cultural en la sociedad, sin un rechazo generalizado de lo que hay hoy, es imposible conquistar la libertad política colectiva.
La hegemonía, el rechazo generalizado de lo que hay -en este caso, el Capital y el Estado-, esa es la respuesta; los mismos retos y las mismas soluciones de la democracia burguesa para implantar y defender su existencia contra los grupos que quieran impedirla o destruirla, son los retos y soluciones de la anarquía para implantar y defender su existencia contra los grupos que quieran impedirla o destruirla. Y las armas puede que ayuden en mayor o menor medida, dependiendo de las circunstancias, exactamente igual que pasa con la democracia burguesa.

Y por cierto, lo utópico es pensar que con burócratas y/o capitalistas pueda haber democracia (democracia entendida como la titularidad del poder recayendo en el conjunto de la población).
Última edición por Saranarca el 27 Jun 2024, 19:56, editado 1 vez en total.
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Perh
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Re: Anarcoterrorismo - Por Antonio García-Trevijano Forte

Mensaje por Perh » 31 May 2024, 17:56

https://www.youtube.com/watch?v=Sb260Q4Fotk&t=13s
Hay un autor que hace tangencia con el hilo.
Alfredo María Bonnano (La tensión anarquista, 1995)

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Pachon
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Re: Anarcoterrorismo - Por Antonio García-Trevijano Forte

Mensaje por Pachon » 27 Jun 2024, 19:16

Es una cosa bastante autoritaria, antianarquista diría yo. Las bandas conocidas son de tipo de ideologias autoritarias, estalinos o ultras. Siempre me han caido mal, daban/dan miedo, gente peligrosa de la que hay que huir como de la peste.

Saranarca
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Re: Anarcoterrorismo - Por Antonio García-Trevijano Forte

Mensaje por Saranarca » 27 Jun 2024, 20:31

Perh escribió:
31 May 2024, 17:56
https://www.youtube.com/watch?v=Sb260Q4Fotk&t=13s
Hay un autor que hace tangencia con el hilo.
Alfredo María Bonnano (La tensión anarquista, 1995)
Miguel Amorós en su libro "Anarquismo de praxis y desarme teórico" da su opinión respecto a Bonnano y el insurreccionalismo, y resume que:
Decimos nosotros que la revolución en las sociedades capitalistas la hacen las masas oprimidas cuando son conscientes de su antagonismo con la
clase opresora dirigente y desean librarse de su dominio, no las minorías formales o informales
. Ahora bien, la fuerza organizada de la dominación, el Estado, es superior a las fuerzas elementales de las masas, por eso, la condición primera de la victoria de la revolución es la organización de las mismas, pero dicha organización será el producto natural de las luchas sociales, no el fruto artificial del voluntarismo activista o de la propaganda. Si los tiempos no están maduros es porque no hay movimientos de masas conscientes. A falta de algo mejor se hace lo que se puede, pero la ausencia de luchas masivas jamás podrá compensarse ni con el activismo de unos cuantos grupos, ni con la construcción de organizaciones desde el exterior. Una defensa estratégica ha de consistir en organizar el teatro de guerra social con el objetivo de combatir al enemigo de clase. Eso significa liberar espacios para el desarrollo de la conciencia en las masas, o sea, para la emergencia de las luchas autónomas. Autónomas significa autoorganizadas, sin líderes, y por lo tanto sin vanguardias de ninguna clase, dirigidas de abajo hacia arriba mediante métodos democráticos directos. En un contexto contrario, el activismo no sólo sustituye tales luchas sino que se erige en espectáculo radical de las mismas, ajeno e incluso hostil a las asambleas, por lo que más que ayudar al resurgimiento de la protesta revolucionaria, prepara el terreno para su desnaturalización. Bonanno negaba la existencia de tales espacios bajo el capitalismo, escenarios de la integración de las ideas emancipadoras en la lucha social, donde se produce la incorporación de los individuos a la vida cotidiana, y donde se esbozan perspectivas éticas, normativas e institucionales características de toda comunidad revolucionaria. Y puesto que las teorías sobraban, los espacios de encuentro con la praxis, también. La increíble confusión de las tesis insurreccionalistas no era de recibo, pero la inconsistencia y superficialidad de los análisis no importaba a Bonanno, poseído por un deseo de acción que sabía transmitir a los anarquistas decepcionados por la inactividad de las organizaciones tradicionales y demasiado perezosos para formarse intelectualmente. Estos convirtieron a sus ideas, ya de por sí dogmáticas, en verdades eternas desafiando toda lógica, puesto que no era precisamente la lógica su atractivo más característico, y provocando una separación abstracta con la realidad, es decir, una alienación, bien específica.
El insurreccionalismo calaba en determinados medios juveniles no por su lucidez o por su superioridad teórica. Tampoco por la eficacia de
sus acciones, a menudo sazonadas con el vinagre de la prisión y de la tragedia personal
. Mucho menos por haberse realizado la profecía del
Mediterráneo. Las razones de su éxito relativo eran de índole sicológica: a quienes querían acción, les daba acción. La acción tenía algo de descarga emocional. Bonanno se había dado cuenta de que “el anarquismo era una tensión, no una realización” (La tensión anarquista, conferencia de Cuneo, enero de 1995) e insistía en ese hecho. El anarquismo no una teoría política, sino “una forma de concebir la vida”, una apuesta personal. Bonanno describía la toma de conciencia anarquista como una “insurrección de carácter personal, aquella iluminación que dentro
de nosotros produce las consecuencias de una idea fuerte”, una especie de revelación que cambiaba la vida y no simplemente una manera de ver las cosas. Producía una liberación íntima, la elevación a un estado de gracia anárquica que ayudaba a soltarse de las ligaduras del entorno particular: “el insurreccionalismo es un hecho personal; cada uno debe llevar a cabo una insurrección consigo mismo, modificar las propias ideas, transformar la realidad que lo rodea, empezando por la familia, por la escuela, que son estructuras que nos mantienen prisioneros (…)” (entrevista a Bonanno en “Radio Onda Rossa”, el 20 de noviembre de 1997). En esto y en otras cosas el insurreccionalismo se asemejaba al maoísmo de los años
setenta, abundante en Italia. Mao también proponía una transformación personal a través de la tensión ideológica, una especie de abandono de sí
mismo en pos de valores superiores explicitados en la acción militante. Nada que Lenin no hubiera dicho antes al hablar de los “revolucionarios
profesionales”, esos hombres “que no dedicaban a la Revolución sus tardes libres, sino toda su vida”. La diferencia radicaría a lo sumo en algo
secundario, “el pensamiento Mao Zedong” o el “socialismo científico”, asidero pasional que los “insus”, dado su rechazo frontal de la teorización,
no necesitaban. El pequeño “libro Rojo” del gran timonel indicaba que las ideas correctas, como por ejemplo las suyas, procedían de la práctica
y no de ninguna teoría. De hacer caso a Bonanno, los anarquistas, si querían serlo de verdad, tenían que cuestionarse diariamente en función
de lo que hacían y lo que pensaban a diario, puesto que el hacer y el pensar cotidianos no podían andar separados. O la “metafísica”, o el “anarquismo”, o sea, en jerga “insu”, o la bazofia teórica o la acción.
La armonía entre la realidad y el deseo personal venía proporcionada por el activismo, asimismo de índole personal. La acción adquiría entonces una dimensión existencial trascendente que desechaba toda clase de mediación (sindicatos únicos, coordinadoras, organizaciones consejistas, consejos obreros, asambleas territoriales, etc.), sin la cual no hay construcción posible de individuos autónomos. Un anarquista sin acción era como un jardín sin flores, como un cura sin sotana, o como un militar sin uniforme. ¿Cómo pararse si se estaba en “conflictividad permanente”? Un verdadero anarquista, un anarquista profesional, tenía siempre que dar la nota. Se era buen o mal anarquista según se actuara o no se actuara, los hechos y los resultados eran lo de menos.
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Perh
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Re: Anarcoterrorismo - Por Antonio García-Trevijano Forte

Mensaje por Perh » 04 Jul 2024, 00:08

Saranarca escribió:
27 Jun 2024, 20:31
Miguel Amorós en su libro "Anarquismo de praxis y desarme teórico" da su opinión respecto a Bonnano y el insurreccionalismo, y resume que:
Decimos nosotros que la revolución en las sociedades capitalistas la hacen las masas oprimidas cuando son conscientes de su antagonismo con la
clase opresora dirigente y desean librarse de su dominio, no las minorías formales o informales[/b]. Ahora bien, la fuerza organizada de la dominación, el Estado, es superior a las fuerzas elementales de las masas, por eso, la condición primera de la victoria de la revolución es la organización de las mismas, (...)
La armonía entre la realidad y el deseo personal venía proporcionada por el activismo, asimismo de índole personal. La acción adquiría entonces una dimensión existencial trascendente que desechaba toda clase de mediación (sindicatos únicos, coordinadoras, organizaciones consejistas, consejos obreros, asambleas territoriales, etc.), sin la cual no hay construcción posible de individuos autónomos. Un anarquista sin acción era como un jardín sin flores, como un cura sin sotana, o como un militar sin uniforme. ¿Cómo pararse si se estaba en “conflictividad permanente”? Un verdadero anarquista, un anarquista profesional, tenía siempre que dar la nota. Se era buen o mal anarquista según se actuara o no se actuara, los hechos y los resultados eran lo de menos.


En la tradición marxista clásica, las clases sociales son vistas como estructuras económicas fundamentales que determinan las relaciones sociales y de poder. Las clases quedan como categorías estables definidas por su posición en la economía de producción, como la clase trabajadora frente a la clase capitalista. Una visión estructuralista que caducó por ser demasiado rígida y reductiva. En lugar de ver las clases sociales como entidades fijas y determinantes, hay mejores ideas que argumentan que las identidades sociales son más fluidas y dinámicas. El concepto de clase es una categoría abstracta que no captura la complejidad de las relaciones de poder y las formas de resistencia. Las clases no son formaciones sociales, sino más bien relaciones de poder, que son abiertas, múltiples y cambiantes. Muchos marxistas tienden a ver el deseo como algo que debe ser controlado y dirigido hacia fines revolucionarios. Sin embargo, el deseo es una fuerza productiva y creativa que no puede ser totalmente capturada o canalizada por una ideología. Insistir en una lucha de clases que subordina el deseo a un objetivo político determinado es una forma de represión que contradice la naturaleza libre y expansiva del deseo., luego ahí vemos sus narrativas marxistoides clásicas, fallando, pues la gente se unifica más como consumidores que como sujetos de revolución.

La lucha de clases es vista como el motor principal de la historia y el cambio social. Idea que ya no funciona en los hechos en nuestros tiempos, al darnos cuenta que el conflicto social es mucho más complejo y está compuesto de múltiples fuerzas y deseos que no se reducen a una simple dicotomía entre clases opuestas. No es un mal titular decir ''clase dirigente'' y ''clase trabajadora'', pero es insuficiente para comprender todo lo que está en juego entre las relaciones humanas; no dejar de lado el deseo que habita dentro de las estructuras de poder.
Denoto más saludable rechazar la idea de que el poder se ejerce simplemente de manera dominante y subordinada entre clases sociales, eso impide ver estrategias no conocidas por las autoridades. En lugar de un modelo de dominación, hay mejores ideas que proponen un análisis de cómo el poder circula, se distribuye y se transforma en múltiples formas. El poder no es simplemente una relación de dominación, sino una red de fuerzas en constante negociación y transformación.
Las formas en que las personas experimentan la explotación y la resistencia son variadas y están profundamente influenciadas por su propia producción de subjetividad. Ignorar esta dimensión subjetiva es simplificar en exceso la realidad de la opresión y la lucha.

Para poder comprender estos puntos en calidad, está a la mano el capítulo_1 del siguiente audiolibro https://open.spotify.com/episode/3LPk3yj5bde6TnlczscaQU donde Amorós queda muy diminuto en su perspectiva del siglo pasado.
(Ese link es la intro, pero allí en esa audioteca está enseguida luego el capítulo_1).

A modo de boceto:
Amorós tiene una tendencia al reduccionismo al centrar su crítica principalmente en el capitalismo y la tecnología. Autores como Lazzarato argumentan que el poder y el deseo no pueden ser reducidos solo a términos económicos o tecnológicos. El deseo opera en múltiples niveles y dimensiones que trascienden las estructuras económicas.
Amorós habla de un regreso a vidas premodernas, lo cual es fantasioso; hay posturas más fiables que enfatizan la necesidad de crear nuevas formas de vida y nuevas conexiones en lugar de regresar a un pasado idealizado y narrativas estructuralistas. La nostalgia por formas de vida anteriores puede ser vista como un obstáculo para la creación de nuevas posibilidades y nuevas líneas de fuga. Dentro de ésto no es difícil rechazar ideas de Amorós por su enfoque unilateralmente negativo hacia la tecnología,- se puede argumentar que esta también puede ser una herramienta para la creación de nuevas formas de vida y expresión.
Amorós tiene una visión caricaturizada del poder, y por eso lo ignora como algo que atraviesa todas las relaciones sociales y no como algo que simplemente puede ser eliminado o tomado, cual trono. Debemos adoptar una visión más compleja y pluralista que reconozca la multiplicidad de deseos, resistencias y formas de opresión. Solo así podremos crear una praxis revolucionaria que esté a la altura de la complejidad del mundo en que vivimos.
* Pero son puntos que pueden comprenderse mejor en la obra compartida, ya tan solo en sus primeros 2 capitulos, sin más.

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