Se estrena en plataformas Fácil (Anna R. Costa, 2022), adaptación en formato seriado del excelente libro de la notoria escritora negacionista Cristina Morales. La novela de Morales ha generado una sorprendente animadversión entre los periodistas de derecha extrema, que prefieren llamar perra a la autora en vez de citar -para desprestigiarnos- un libro lleno de pruebas de que quienes formamos parte de los movimientos alternativos no somos soportables ni para nuestra propia persona; quizás el libro tiene demasiado sexo para ellos, el suficiente para disuadirlos de ese uso táctico. Curiosamente, Anna R. Costa también le ha llamado perra a Cristina Morales por haber criticado el resultado de la serie, echándole en cara haber cobrado derechos de autor por la serie que critica: parece ser que un pago paga tu silencio y no tus necesidades a cambio del trabajo realizado. Bueno.
Aquí unos fragmentos de la crítica de Cristina Morales -"Crispina Modales"- en Rock de Luxe.
A Irantzu Varela tampoco le ha gustado (https://www.pikaramagazine.com/2022/11/de-facil-nada/), aunque basar su juicio sólo en los dos primeros capítulos, los únicos que ha aguantado, quizás la desacredite -en aplicación del principio confederal "Si no saboreas ese zurullo que hay en medio de la calle, no podrás decir que es mierda"-.... te informo de que una de estas plataformas está a punto de lanzar un producto titulado “Nazi” (2022) basado en mi novela “Lectura nazi” (2018). Si te gustó el libro, te encantará la serie.
“Pistol” (2022) cuenta la vida de los Sex Pistols (curiosa coincidencia en el acortamiento del nombre –¿o será una fórmula?– con los que titularon “Nazi” a la serie basada en “Lectura nazi”). Son seis episodios dirigidos por el director de “Trainspotting” (1996) Danny Boyle y basados en “Lonely Boy” (2017), las memorias de Steve Jones... Aunque tiene tela que cortar, admito que mantuvo vivo mi interés hasta el final... Es verdad que el personaje pone mirada de loco y aprieta las mandíbulas de manera estereotipada (lo mismo hacen con el personaje de Nati en “Nazi”: los directores en general no tienen ni pajolera idea de cómo afrontar personajes políticamente radicales, patologizan el radicalismo, lo convierten en locura –¿será porque son todos unos demócratas biempensantes o porque si sacan los pies del tiesto las productoras no les sueltan la pasta?–), pero en general en Rotten lo que prevalece son sus excéntricas genialidades.
En “Pistol” la crítica a las instituciones de la salud mental es muy dura y explícita, cosa que no ocurre con su coetánea “Nazi”, cuyo libro inspirador tuve la suerte o la desgracia de escribir: en esta serie de Movistar+, lo más que se dice es que las regentas del mundo de la discapacidad son unas paternalistas pijas de Pedralbes. En “Pistol”, esa misma gentuza es tratada como lo que efectivamente era en los 70 y sigue siendo en la actualidad: violadores, torturadores, asesinos y carceleros. Esta diferencia en la intensidad de la crítica sucede porque en “Pistol” los hechos se desarrollan en los 70 y la fe ciega en el progreso hace que socialmente aquello se perciba como algo superado, como tiempos bárbaros que ya han dado paso al escrupuloso respeto a la diversidad física y mental (¡jajajajaja!). Resultado: en “Nazi” no se critica al establishment contemporáneo de la discapacidad y la salud mental porque se pretende llegar al gran público democrático, a ese gran público que dota a los servicios sociales de mesiánicos poderes de integración en el capitalismo de mierda en que vivimos y que deliberadamente oculta la verdadera naturaleza de las trabajadoras sociales: policías, desde el comisario que unta a los jueces hasta el suboficial que apalea a los manteros. ¡Qué buen título, pues, “Nazi”, para una serie tan democrática!
La serie ‘Fácil’, supuestamente inspirada en la novela ‘Lectura Fácil’ de Cristina Morales, destroza la obra original y el espíritu crítico que la atraviesa... Me tuve que ir de la sala para que no me diera un ataque de ansiedad o de ira, porque lo que me ofrecía la pantalla era insoportable. Solo me venía a la cabeza una palabra: atroz... Me cuesta imaginar cómo convencieron a las actrices para algunas escenas que ridiculizan, estigmatizan, resultan hirientes y caricaturizan hasta lo insoportable la diversidad.
Imagino que Anna R. Costa cree que ha hecho una serie atrevida y original, y que piensa que quienes la critiquen lo harán desde la pacatería y la corrección política (ese comodín de quienes confunden su mediocridad con talento incomprendido), porque no puedo ni pensar en que haya hecho algo tan terriblemente capacitista y ofensivo a sabiendas.
En la serie, lo mezquino es el enfoque. Y se nota porque el público se ríe. Se ríe de las protagonistas. Se burla de ellas, las lee ridículas, inútiles, incapaces de convivir y de sobrevivir. Inoportunas, peligrosas, tontas.





