Colombia bajo el paramilitarismo

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Manu García
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Mensaje por Manu García » 31 Oct 2008, 13:31

Se ha hecho público el informe de un observatorio de derechos humanos sobre las ejecuciones extrajudiciales en los últimos meses en Colombia y las cifras son escalofriantes. 535 asesinad@s entre enero de 2007 y junio de 2008, la mayoría de ell@s por unidades del Ejército. No son menos horripilantes las circunstancias de las muertes.

Gran parte de estos crímenes se cometieron sobre los sectores más pauperizados de la población, vendiendo luego sus cadáveres a la opinión pública como miembros de la insurgencia armada caídos en combate y cobrando sus ejecutores las recompensas establecidas (porque la carne de guerrillero la paga bien el Estado colombiano). El presidente Uribe ha destituido a algunos cargos de las Fuerzas Armadas, pero no ha tomado medidas de fondo para frenar la corrupción, porque ni puede ni quiere.

Remitimos para más información al respecto al artículo publicado en este mismo hilo, titulado "Los falsos positivos. Los horrores de una guerra mediática".

De este modo terminaba el compañero Gutiérrez dicho escrito:
Muchos en la izquierda ponen todas sus esperanzas en la intervención de organismos humanitarios internacionales, y aunque estos indudablemente tengan un rol que jugar en la lucha por la verdad y la justicia, las tareas políticas, de fondo, solamente pueden ser realizadas por el pueblo. Y ya hay signos por doquier de que el pueblo despierta, pierde el miedo y amenaza con convertirse en una arrolladora avalancha...
En el suroeste del país sigue la "minga" indígena, como sigue la huelga de los cañeros, y otros sectores populares se preparan también para dar la batalla en todo el país.

Mientras l@s de abajo crecen en la lucha y cuestionan con sus reivindicaciones el modelo, la crisis institucional del uribismo se ensancha día a día, con el Ejecutivo luchando por ampliar sus atribuciones y combatiendo a sus oponentes dentro del bloque dominante. Esperemos que la avalancha crezca hasta sepultarlo, para que pueda florecer la justicia social, precondición para una verdadera paz.
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Manu García
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Mensaje por Manu García » 01 Nov 2008, 12:55

La punta del iceberg...

Los medios de comunicación masiva empezaron a cacarear a toda voz sobre el escándalo de los falsos positivos (civiles asesinados vilmente por las fuerzas del Estado y pasados por integrantes de grupos irregulares). Ellos con sus noticieros, paginas de Internet, revistas y periódicos sufren de un repentino interés sobre el tema (una especie de raptus) que silenciaron en el pasado y a manera de cómplices omitieron lo que a todas luces era obvio... El Estado colombiano asesina civiles de manera metódica y constante. Como siempre la noticia viene después de que el problema se sale de las manos.

Me refiero al Estado, no al ejército como ente particular (no porque crea que el ejército sea inocente), porque el engranaje estatal cobija las políticas de seguridad democrática y la llamada guerra contra el terrorismo (paradójicamente ejecutada por sicarios del poder, asesinos y torturadores). Si bien el ejército se encarga del trabajo sucio, el Estado es el actor intelectual.

El presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, como Pontius Pilatus evita que la responsabilidad caiga sobre él y muestra las cabezas de turco para la ocasión, como reza aquel adagio popular "mal paga el diablo a quien bien le sirve".

El problema de los falsos positivos no es un problema aislado dentro del marco represivo y guerrerista del Estado colombiano, es un problema estructural, el cual aumentó de manera vertiginosa pero es un mal de vieja data, antiguo como la exclusión social, la brutal represión a la protesta popular, los asesinatos, el encarcelamiento a luchadores sociales, las torturas y las desapariciones.

Ahora bien, más allá de la rabia que traspiran estas letras debemos observar cómo nosotros, anarquistas colombianos, encaramos la situación (así sea desde lugares lejanos, como es mi caso); ¿Qué podemos hacer para generar mecanismos efectivos y responder frente al terror de Estado que día a día se manifiesta?

Mas allá de generar respuestas determinadas y engendrar tesis doctrinal este breve y escueto escrito lo que desea es sentar reflexiones para generar acciones desde nuestras posibilidades, desde nuestros alcances, pero teniendo en claro el contexto en que nos movemos y la realidad que nos circunda para no caer en dinámicas desgastantes en donde se arriesga mucho y se recoge poco.

La bitácora queda abierta...

Marco Antonio Sosa

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29 de Octubre de 2008
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Manu García
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Mensaje por Manu García » 13 Nov 2008, 15:58

Los espectros de Soacha rondan en la Casa de "Nari"

... el fantasma de los “falsos positivos” apareció nuevamente a rondar la Casa de Nariño. No era la primera vez que el Ejército asesinaba a muchachos de barrios populares o campesinos, a personas con alguna clase de retardo mental, o indigentes, para luego presentarlos como “guerrilleros” caídos en combate. Esto, de hecho, se ha vuelto norma de conducta desde que el gobierno de Uribe comenzó a presionar a los mandos militares para dar “resultados” en la lucha contra-insurgente y estableció en las filas castrenses todo un sistema de estímulos para presentar bajas en combate (desde medallas y promociones, hasta cinco días de descanso por guerrillero muerto), así como de presiones, tales como poner cuotas de muertos a las unidades militares...

http://www.anarkismo.net/article/10578
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Jove Obrer
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Re: La Colombia de Uribe

Mensaje por Jove Obrer » 15 Nov 2008, 13:13

El 15 de Septiembre, 12.000 corteros de caña del Valle de Cauca y de Cauca, decidieron ir a huelga protestando por las condiciones inhumanas de trabajo en los ingenios azucareros, exigiendo el término de la contratación indirecta mediante Cooperativas de Trabajo Asociado y exigiendo también mejoras salariales, ya que los empresarios azucareros han aumentado enormemente sus ganancias a causa del negocio del etanol, sin que esto haya tenido ninguna clase de impacto positivo en los salarios de los corteros.
  • Imagen
  • Corteros de Caña: a las puertas de una victoria histórica
El 15 de Septiembre, 12.000 corteros de caña del Valle de Cauca y de Cauca, decidieron ir a huelga protestando por las condiciones inhumanas de trabajo en los ingenios azucareros, exigiendo el término de la contratación indirecta mediante Cooperativas de Trabajo Asociado y exigiendo también mejoras salariales, ya que los empresarios azucareros han aumentado enormemente sus ganancias a causa del negocio del etanol, sin que esto haya tenido ninguna clase de impacto positivo en los salarios de los corteros.

Desde el comienzo esta huelga enfrentó la represión violenta por parte de las fuerzas especiales de policía (ESMAD), la satanización de los medios de comunicación masivos y los ataques del propio gobierno, llegándose a afirmar de boca del presidente Uribe que esta huelga estaba “infiltrada” por las FARC-EP. Esta reacción no es casual, ya que los biocombustibles son una de las áreas estratégicas de la economía colombiana que el gobierno de Uribe trata de estimular, a la vez que uno de los más importantes empresarios colombianos, Ardila Lulle, tiene un monopolio efectivo sobre la asociación patronal ASOCAÑA.

Sin embargo, los trabajadores supieron enfrentar como un sólido bloque a la represión directa, así como los múltiples intentos por dividir a los trabajadores entre ellos, intentando poner a trabajadores con contrato directo contra trabajadores contratados mediante las cooperativas. Incluso, se llegó en un momento a despedir a 900 trabajadores contratados directamente aludiendo las “pérdidas” ocasionadas por la huelga de los contratados “indirectamente”. También se intentó dividir a los corteros de la comunidad, propiciando choques con transportistas y comerciantes. Nada de esto resultó.

Como tampoco resultó la criminalización de la protesta y de la solidaridad: El 22 de Octubre fueron arrestados los voceros de los huelguistas, compañeros Oscar de J. Bedoya Muñoz, Omar Enrique Sedano García y José Valencia Llanos, así como dos asesores del senador opositor Alexander López: Alberto Bejarano Schiess y Juan Pablo Ochoa. Los cargos, supuestamente, se vinculaban con incitación a la violencia, pero ni el más ingenuo podía no darse cuenta del carácter de persecución política tras esta redada. Finalmente quedaron en libertad dos semanas más tarde. También, durante la huelga, se expulsó del país a tres extranjeros, vinculados a organizaciones sociales, por el “delito” de visitar a los corteros y solidarizarse con ellos. Al igual que en el caso de los asesores del senador Alexander López (quien también fue demonizado por el “delito” de haberse reunido con los corteros), el mensaje claro del gobierno es que la solidaridad de los sectores populares es un delito.

Pero la determinación de los trabajadores nos demostró, una vez más, que la unidad de los trabajadores, que la unidad de la clase trabajadora, es la condición necesaria para el triunfo popular. Esta unidad férrea, pese a las enormes dificultades enfrentadas, garantizó que hasta el día de hoy se haya resuelto la situación en siete de los ocho ingenios azucareros, en términos muy favorables para los trabajadores. Esta unidad es el logro más grande de la huelga, más aún que los beneficios directos obtenidos mediante la lucha. En palabras de un cortero:

  • “Hemos avanzado en este conflicto laboral en la unidad y en la organización de los corteros de caña, de los obreros de la agroindustria de la caña de azúcar. Hoy somos unos hombres y mujeres diferentes, hoy podemos decirles que nuestro mayor logro es sentirnos diferentes, ya no pensamos en un cortero de caña oprimido y vilipendiado, hoy pensamos como obreros organizados, como hombres y mujeres que a través de la unidad, la organización y la lucha avanzamos por la conquista de mejores condiciones de trabajo y de vida.

    (...) Con este conflicto laboral, con este paro seguimos fortaleciendo de unidad de los corteros, de nuestras organizaciones y de nuestros pueblos. Hoy hemos visto un nuevo amanecer para los pueblos del Cauca y del Valle del Cauca, ya no somos los que agachamos la cabeza cada vez que la oligarquía azucarera levanta su voz esclavista y opresora. Ahora somos las grandes mayorías, los negros, los indios, los zambos y los mestizos los que a una sola voz levantamos nuestro grito rebelde y libertario.” [1]


Algunos de estos logros son, en palabras de Adolfo Tigreros, secretario de relaciones intersindicales de SINALCORTEROS:
  • “Se logró un aumento salarial promedio del 15 por ciento, que los ingenios reconozcan y paguen los tres primeros días de enfermedad que la Previsión Social no remunera, se iniciarán planes de vivienda para los trabajadores y trabajadoras en todos los ingenios, siendo el del Cauca el más significativo con el compromiso de entregar 120 viviendas por año, se consiguió también la concreción de un fondo de educación en todos los ingenios, y en este caso también el más importante es el del Cauca, con mil becas para trabajadores, trabajadoras y sus hijos e hijas.

    Se estableció que la jornada laboral no podrá extenderse más allá de las cuatro de la tarde, lo que significa que se trabajará ocho horas más un máximo de dos extras por día, frente a las 12 ó 14 horas que se trabajaba hasta ahora; las empresas se comprometen a respetar el derecho a la libre asociación de los trabajadores y trabajadoras, y se dejó constancia de que los corteros seguiremos luchando por lograr la contratación directa y el abandono definitivo del sistema de cooperativas de trabajo asociado. En la caña está apenas el 1 por ciento de estas cooperativas, y solos es muy difícil romper el modelo. Será necesario un movimiento más amplio. Asimismo, se logró que las empresas asuman los costos de la Seguridad y la Previsión social, lo que deja a los corteros en la misma situación que los demás trabajadores y trabajadoras colombianos.

    (Otro logro fue) el control del pesaje de la caña, sobre el cual siempre hubo discusión porque los ingenios y sus mandos medios hacen muchas maniobras para burlar el verdadero peso de la caña cortada, y roban al trabajador. Ahora habrá una veeduría de los corteros en este aspecto.”
Y el compañero Tigreros remata sus opiniones dando la razón a lo que mencionábamos anteriormente, y es que el triunfo más grande fue los niveles mayores de organización, conciencia y unidad de los corteros:

  • “Hubo conquistas grandes, y algo muy importante es que se fortaleció mucho la organización sindical: de 900 trabajadores que teníamos afiliados llegamos al final del conflicto con más de 3.000, lo que significa que los trabajadores están entendiendo la importancia y la necesidad de la organización sindical, lo que nos coloca en una mejor posición para enfrentar futuras luchas (...) En Colombia este conflicto es histórico para la clase obrera, muy golpeada por este gobierno neoliberal que ha pretendido acabar con el sindicalismo. Esta lucha de los corteros ha reanimado al movimiento obrero, para que nos reorganicemos y, mediante la movilización, reconquistemos los derechos que nos arrancaron y alcanzar otros nuevos.” [2]


Celebramos de todo corazón la victoria que han alcanzado los corteros en los ingenios de Central Tumaco, Pichichí, Incauca, Manuelita, Central Castilla, Providencia y Mayagüez. Pero no podemos olvidar que hay aún un ingenio donde las negociaciones se dilatan y donde la tozudez patronal no permite avanzar: se trata del ingenio María Luisa. Y no podemos celebrar una victoria cuando un sector de los trabajadores se quede excluido de los beneficios obtenidos por el resto. Así como la unidad ha sido la clave para llegar hasta este punto donde la victoria está garantizada, es importante conservar esta unidad hasta el final, hasta que esta victoria sea compartida por todos por igual. Un comunicado de la dirección nacional del sindicato de trabajadores del sector de alimentos (SINALTRAINAL), nos recuerda el deber de redoblar el apoyo y la solidaridad a los corteros de María Luisa para que nadie se quede abajo del tren. Reproducimos íntegro el comunicado que han enviado al mundo:
  • “Se cumplen el día 61-sesenta y uno- del paro de los corteros de caña, se ha levantado el cese de actividades en siete -7- ingenios, pero aún falta el acuerdo para levantar el paro en el ingenio María Luisa. La lucha en este período NO ha terminado, no podemos dejar solos a estos valientes luchadores, es obligación proletaria de todos los corteros del Valle y el Cauca, de los trabajadores sindicalizados del país, de las instituciones solidarias, de las organizaciones sociales y políticas nacionales e internacionales volcar toda la solidaridad hacia los obreros en paro laboral.

    Es ahora, es hoy, no puede haber ni descanso ni tregua, un solo minuto de retraso en la tarea puede ser la clave entre el triunfo o la derrota, no sabemos que se trae esta empresa, pero cualquier intención de dañar a los corteros tiene que parar con la muestra efectiva y en la práctica de nuestra solidaridad: visitas diarias a los sitios de concentración, solidaridad económica, notas de protesta a los gobiernos departamental, nacional, denuncia nacional e internacional, visita a los medios de comunicación , chapolas, boletines, movilizaciones en las poblaciones del Valle del Cauca y Cauca, en fin todas las expresiones de solidaridad posibles deben ponerse en marcha ahora mismo.” [3]
La importancia de este enorme paso adelante dado por los trabajadores colombianos no puede ser subestimada. El sindicalismo colombiano ha sido sometido a décadas de exterminio, en que desde el año 1991 se han asesinado a más de 2500 sindicalistas, más de 40 solamente en lo que va del 2008. De cada 10 sindicalistas asesinados, 9 son dados de baja en Colombia. A lo que hay que sumar los nefastos efectos que la apertura económica iniciada a principios de los ’90 tuvo para la organización sindical, y la hostilidad con que el sindicalismo es enfrentado por Uribe, quien como fiel representante de una de las oligarquías más retardatarias y conservadoras de América Latina, hace todo cuanto puede para desmantelar lo que queda de sindicalismo en Colombia. Con esta victoria, se demuestra que la clase trabajadora colombiana puede volver a retomar la iniciativa y que puede derrotar al enorme yugo impuesto por la patronal y el uribismo.

Saludamos a la CUT, a SINALCORTEROS y a SINALTRAINAL, y a todos los corteros que se han movilizado en estas históricas jornadas de lucha obrera. Saludamos también a los trabajadores que aún están en huelga en el ingenio María Luisa: a ellos nuestra solidaridad y ánimo. Sin ustedes, la victoria se queda coja.

¡Viva la unidad de la clase trabajadora! ¡Vivan los corteros de Colombia!


José Antonio Gutiérrez D.
14 de Noviembre del 2008

[1] http://www.anarkismo.net/article/10666
[2] http://www.rel-uita.org/campanias/corte ... ig...2.htm
[3] http://www.sinaltrainal.org/index.php?o ... en...mid=1
“Si lo real es móvil, que nuestro pensamiento sea también móvil y que sea el pensamiento de ese movimiento. Si lo real es contradictorio, que nuestro pensamiento sea pensamiento consciente de la contradicción.”

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Manu García
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Mensaje por Manu García » 17 Nov 2008, 16:38

Importantísimo el triunfo de los cortadores de caña del Cauca. Incalculable el valor de esta victoria del movimiento obrero colombiano.

Queda un ingenio donde aún no se han conseguido las reivindicaciones, el María Luisa, el de la patronal más cerrada. El resto de cortadores, que ya han conseguido sus demandas, no se han olvidado de sus compañeros y les están mostrando su solidaridad activamente, por lo que es probable que en breve consigan cerrar ellos también un acuerdo que ponga fin a la huelga.

También hay que mencionar que sigue adelante la "minga", con 12.000 indígenas marchando hacia la capital exigiendo tierra y libertad http://www.alasbarricadas.org/noticias/?q=node/9050
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Re: La Colombia de Uribe

Mensaje por bo » 18 Nov 2008, 00:08

También hay que mencionar que sigue adelante la "minga", con 12.000 indígenas marchando hacia la capital exigiendo tierra y libertad http://www.alasbarricadas.org/noticias/?q=node/9050
De ese texto:

La historia de los corteros ha sido triste porque después de tanto tiempo en huelga la negociación ha sido pésima. Gente que en teoría es solidaria con ellos han cogido su voz y han echado a perder tantos días de resistencia.

Por desgracia no han conseguido todas sus reivindicaciones pero de ahí a ser pésima va mucha distancia.

Hoy hemos visto un nuevo amanecer para los pueblos del Cauca y del Valle del Cauca, ya no somos los que agachamos la cabeza cada vez que la oligarquía azucarera levanta su voz esclavista y opresora. Ahora somos las grandes mayorías, los negros, los indios, los zambos y los mestizos los que a una sola voz levantamos nuestro grito rebelde y libertario

http://colombia.indymedia.org/news/2008/11/95540.php
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Mensaje por Manu García » 18 Nov 2008, 11:37

Efectivamente Bo, los corteros no han conseguido todas sus revindicaciones, pero sí el 90% de las presentadas inicialmente y la lucha y las negociaciones se han desarrollado de modo ejemplar. En Colombia, en los últimos años, la mayoría de las huelgas planteadas se han perdido, asediadas por la represión de la patronal y el aislamiento.
Los cortadores de caña, miles de trabajadores unidos por encima de categorías, han conseguido romper el círculo resistiendo 2 meses en una condiciones durísimas, estado de conmoción interna incluido, y han salido triunfantes. Marcará sin duda alguna un antes y después en el desarrollo del movimiento obrero colombiano y debemos felicitarnos por ello.
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Mensaje por Manu García » 18 Nov 2008, 12:32

Detenido el compañero William Javier Díaz

Comunicado de la Cruz Negra Anarquista de Bogotá

De parte de la Cruz Negra Anarquista reciban un caluroso y fraternal saludo, nos encontramos al tanto de lo ocurrido el pasado viernes 14 de noviembre, una vez más las dinámicas policivas y autoritarias del gobierno autoritario de Álvaro Uribe Vélez, contra los que luchan por una sociedad donde la explotación no sea el pan de los hambrientos, esta vez la víctima es nuestro compañero y amigo William Javier Díaz, miembro del del Taller de Jormación Estudiantil Raíces (TJER) y del Plan Kaziyadu, además de ser un docente comprometido con la defensa de laeducación pública y digna.

El día viernes mientras desarrollaba sus labores pedagógicas fue detenido por las fuerzas de inteligencia del estado señalándolo como un terrorista, pues en su quehacer y su trabajo político ha demostrado ser un "enemigo" y el "terrorista" del que habla la tan mencionada política de seguridad democrática, pues en su práctica política nuestro amigo ha demostrado un rechazo y una continua lucha contra los intereses de aquellos que quieren hacer del hambre una ley.

Nuestro compañero y amigo ha realizado un importante trabajo en la promoción y defensa de los derechos humanos, se ha comprometido incondicionalmente con la construcción de espacios académicos de debate y reflexión así como actividades que denuncian las violaciones a los derechos humanos en el país.

No sobra decir que EXIGIMOS Y REIVINDICAMOS el respeto por las diferentes expresiones políticas y culturales, así como por los activistas de derechos humanos, expresamos nuestra solidaridad con WILLIAM JAVIER DIAZ y RECHAZAMOS enfáticamente las calumnias y la campaña de criminalización en su contra. Además denunciamos el interés estatal de macartizar y satanizar la educación pública con el propósito de militarizar los planteles educativos.

Partiendo de la solidaridad como principio de lucha y de construcción política nos ponemos a disposición para construir e iniciar una campaña de denuncia y visibilizacion pues creemos que este momento nos obliga a exigir su libertad y poner en evidencia la campaña de criminalización que el Gobierno está impulsando contra los movimientos sociales y la conciencia crítica.

Hacemos un llamado a defender la libertad de expresión y manifestación, a contribuir a la construcción de organización popular frente a la criminalización de los movimientos sociales y plantearse una acción de solidaridad.

Toda nuestra solidaridad con su familia, amigos y compañeros y un especial saludo, fuerza y solidaridad a nuestro compañero y amigo Javier.

Sin más compañeros un fraternal abrazo.

LA SOLIDARIDAD ES UN ARMA!!!!!
LIBERTAD A WILLIAM JAVIER DÍAZ!!!
LIBERTAD A LOS PRESOS POR LUCHAR!!!!!
¡EN LA LUCHA HASTA QUE TODOS SEAMOS LIBRES!

Convocatoria solidaria

Una vez más ante las estrategias de agresión y persecución del gobierno autoritario de Álvaro Uribe Vélez, de la que han sido victimas tod@s aquell@s que luchan por una sociedad solidaria, libre, autónoma y digna y en apoyo, respaldo y compañía a tod@s l@s compañer@s detenid@s en esta reciente cacería de brujas, por su pronta liberación y porque no se siga criminalizando la lucha social, la labor docente y estudiantil y por el derecho a construir Universidad Pública, critica y de calidad, convocamos para el día martes 18 de Noviembre desde las 8:30 a.m. en la Fiscalía General de la Nación, ubicada en la Diagonal 22 B Nº 52-01 a una manifestación pacífica por el derecho a pensar diferente, a trabajar por una mejor sociedad y por el derecho a vivir dignamente.
"PORQUE ESTAMOS EN DEFENSA DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA Y AYUDAMOS A CONSTRUIR EDUCACIÓN POPULAR"
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Re: La Colombia de Uribe

Mensaje por Manu García » 19 Nov 2008, 16:37

Petición de solidaridad con los cortadores de caña del ingenio María Luisa, único que aún no ha accedido a las reivindicaciones de los trabajadores:
Carlos Arcesio Paz es el dueño de este ingenio y el propietario de otras empresas como Pastas la Muñeca, Harinera del Valle y uno de los mayores accionistas y presidente de la junta directiva del deportivo Cali (equipo de futbol). Es un hombre con mucho dinero que quiere mantener en la miseria a sus trabajadores, por eso debemos denunciarlo y exigirle una pronta y satisfactoria solución al pliego de peticiones.

Se cumplen el día 62 -sesenta y dos- del paro de los corteros de caña, se ha levantado el cese de actividades en siete -7- ingenios, pero aún falta el acuerdo para levantar el paro en el ingenio María Luisa. La lucha en este período NO ha terminado, no podemos dejar solos a estos valientes luchadores, es obligación proletaria de todos los corteros del Valle y el Cauca, de los trabajadores sindicalizados del país, de las instituciones solidarias, de las organizaciones sociales y políticas nacionales e internacionales volcar toda la solidaridad hacia los obreros en paro laboral.

Es ahora, es hoy, no puede haber ni descanso ni tregua, un solo minuto de retraso en la tarea puede ser la clave entre el triunfo o la derrota, esta empresa quiere agotarlos, vencerlos, aniquilarlos por hambre; pero cualquier intención de dañar a los corteros tiene que parar con la muestra efectiva y en la práctica de nuestra solidaridad.

Les pedimos enviar notas a:

Carlos Arcesio Paz. Gerente General del Ingenio María Luisa. "> mn.plaza@harineradelvalle.com
Álvaro Uribe Vélez. Presidente de Colombia. "> auribe@presidencia.gov.co
Diego Palacio B. Ministro de Protección Social. "> dpalacio@minproteccionsocial.gov.co
Luís Fernando Londoño Capurro. Presidente de Asocaña. "> asocana@asocana.com.co
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Re: La Colombia de Uribe

Mensaje por bo » 19 Nov 2008, 23:46

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Mensaje por Manu García » 21 Nov 2008, 21:31

La Minga de los Pueblos, a las puertas de Bogotá

Soacha, 19 de noviembre:
En el día de ayer, miles de indígenas e integrantes e diferentes sectores sociales colombianos llegaron a la ciudad de Soacha provenientes de Fusagasugá, en donde pasaron la noche del lunes. La Minga, a la que se le han sumado comisiones llegadas de diferentes territorios indígenas del país, ha ido creciendo en participantes y ya son alrededor de 15.000 los encargados de “caminar la palabra”.

Tras marchar alrededor de 10 Km., la Minga llegó a la plaza central de Soacha y, tras una audiencia pública realizada conjuntamente con los sectores sociales de la ciudad, se retiró a las instalaciones del Coliseo Leon XXII (polideportivo) en donde pasó la noche.

Presiones paramilitares

La intención de la Minga de ir sumando sectores se ha visto dificultada por diversas acciones protagonizadas por grupos paramilitares, muy numerosos en la ciudad de Soacha. Según informaciones recabadas por Kaosenlared, el barrio de Cazucá, habitado por desplazados de la guerra y uno de los lugares más afectados por el caso de los “falsos positivos”, preparó para el martes una bienvenida a la Minga y tenía prevista una numerosa participación en las marchas. Los grupos paramilitares que controlan el lugar y la misma policía se encargaron de convencerles de que desistieran en sus intenciones.

Algo similar sucedió en el barrio Juan Pablo II de Soacha, en el que grupos de las mismas características amenazaron con tomar el sector con la intención de impedir su participación en las movilizaciones.

Hacia Bogotá

Durante todo el día de hoy se han sucedido las reuniones entre grupos sociales de Soacha y la Minga. Estaba previsto que a las 17:30 horas una comisión de ésta última se reuniera con el Ministro del Interior, Lucio Valencia, para preparar el encuentro que se tiene programado con el presiente colombiano, Álvaro Uribe, el próximo viernes en la Plaza Bolívar de Bogotá. Tras la reunión con el representante gubernamental, la comisión política de la Minga tenía previsto preparar el debate con el mandatario en base a unas líneas políticas que pretenden conjugar los reclamos del movimiento indígena, definidos en los llamados “cinco puntos”, con los de los sectores sociales que se han ido sumando a las movilizaciones.

Así, el debate tratará de profundizar en los temas que se trataron el pasado 26 de noviembre en La María, Piendamó, en donde el discurso continuista de Uribe decidió a La Minga a seguir la marcha hasta la capital. Estas demandas han sido reestructuradas en cuatro temas: restablecimiento del buen nombre de los indígenas (acusados de terroristas por Uribe), Derechos Humanos, cumplimiento de los acuerdos y petición de responsabilidades e indemnizaciones por los daños humanos y materiales causados por las fuerzas públicas durantes las movilizaciones.

Para mañana miércoles, la Minga marchará desde Soacha hasta las instalaciones de la Universidad Nacional en la capital colombiana. Inicialmente la rectoría de la institución pedagógica se negó a ceder su espacio argumentando que supondría una pérdida irreparable de clases. La decisión de la Minga de instalarse igualmente en la Universidad, dado el apoyo recibido por parte de estudiantes y profesores, hizo cambiar de posición a la rectoría que finalmente ha cedido el lugar con la condición de que sea abandonado el domingo.

Sin embargo, el espacio cedido es tan sólo el de los jardines de la Universidad y no la de los recintos cerrados, lo cual supone un serio problema para los marchistas dado el frío y las frecuentes lluvias que se están dando en Bogotá. Asimismo, el Ayuntamiento se comprometió a buscar otro lugar de ubicación para la Minga en caso de que el domingo se decida no abandonar la capital, punto que se resolverá en función de los resultados obtenidos en el debate del viernes con Uribe.

Detenciones

Por otro lado, según informaciones proporcionadas por activistas universitarios, el grupo paramilitar Águilas Negras ha hecho circular una lista de estudiantes a los que amenaza de muerte en caso de participar en la Minga. Un hostigamiento que, casualmente, se ha de sumar al que se está realizando desde el Gobierno. Esas mismas fuentes afirman que existen alrededor de 40 órdenes de aprehensión y que 17 de ellas han sido hechas efectivas. Algunos de los detenidos son alumnos y profesores de la Universidad Nacional.

Una dinámica de la que no se ha librado nuestro compañero J. Manuel Arango, detenido en Socha el mismo día en que llegaba la marcha y que en estos momentos se encuentra en arresto domiciliario.

Sergio de Castro Sánchez
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Re: La Colombia de Uribe

Mensaje por bo » 22 Nov 2008, 00:34

El estado colombiano combina el palo y la zanahoria.
Mientras se muestra escandalizado por las noticias de asesinatos de civiles por parte de los militares, tiene en marcha toda una campaña de persecución contra las organizaciones de víctimas del terrorismo de estado y para militar.

Ofensiva del Estado contra Organizaciones y Miembros del Movimiento de Víctimas.

Algo que me ha resultado curioso:

La Minga que nuestros indígenas realizan para reclamar los que ellos consideran sus legítimos derechos, es un ejemplo de valentía y de constancia para los que tendremos que realizar la “MINGA MILITAR” en caso de que el Gobierno no resuelva favorablemente nuestras reclamaciones salariales.
http://www.nasaacin.org/noticias.htm?x=9212
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Mensaje por Manu García » 22 Nov 2008, 21:27

El estado colombiano combina el palo y la zanahoria.
Mientras se muestra escandalizado por las noticias de asesinatos de civiles por parte de los militares, tiene en marcha toda una campaña de persecución contra las organizaciones de víctimas del terrorismo de estado y para militar.
Son palos a secas, pero de vez en cuando hay que disimular e intentar un lavado de cara frente a la comunidad internacional y los organismos de derechos humanos o aflojar por la presión del movimiento popular. De manera que se hacen declaraciones hipócritas y alguna que otra destitución para que todo siga igual, lloviendo los palos sobre el pueblo.

El terror proviene directamente del Estado, que es quien ha incentivado esos asesinatos de civiles a través de recompensas. Esos cadáveres han sido presentados como insurgentes caídos en combate o vendidos en la prensa oficialista como víctimas de la guerilla. Los crímenes achacados a las FARC-EP y al ELN pero cometidos en realidad por los aparatos del Estado tampoco han sido pocos. Los casos probados de paramilitarismo financiado y amparado por el Estado son incontables y se han documentado importantes conexiones personales de hombres del gobierno con el terror paramilitar, empezando por Uribe y su familia, grandes terratenientes y aficionados a meter bala a los campesinos que se rebelan a su ordeno y mando.

El compañero José Antonio Gutiérrez efectúa un análisis de la cuestión y lleva a cabo un repaso de infamias del Estado colombiano en su artículo, ya citado varias veces aquí, "Los falsos positivos, horrores de una guerra mediática" http://www.anarkismo.net/article/10199

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La Minga de los Pueblos ya ha entrado en Bogotá, acompañada por la represión hacia ella y hacia los solidarios con quienes están en una marcha que ha ido recogiendo más y más simpatías y apoyos según iba avanzando. 5 muertos y más de 100 heridos ha sido el tributo de sangre que las clases dominantes colombianas han hecho pagar esta vez a quienes luchan por tierra y libertad.

Más de 20.000 indígenas han llegado a la capital. Su impresionante movilización, que ha sido todo un acontecimiento nacional, ha obligado al gobierno a reunirse con ellos para tratar sobre sus reivindicaciones, que son ampliamente comprtidas por el movimiento popular y que podrían convertirse en el punto de partida para una agenda y un plan de lucha conjunto de cara a los años venideros, que consiga tumbar el proyecto uribista y abrirle paso al socialismo en Colombia.

A continuación, una crónica del compañero Sergio de Castro:

La Minga inunda de palabra Bogotá

Bogotá, 21 de noviembre:
De histórica debe calificarse la jornada vivida hoy en las calles de Bogotá. Los mismos dirigentes indígenas se mostraban sorprendidos ante la magnitud de la marcha que hoy ha recorrido el centro de la capital colombiana. A los 15.000 marchistas, mayoritariamente indígenas, que llegaron ayer al mediodía a las instalaciones de la Universidad Nacional, hoy se han sumado decenas de miles de colombianos y colombianas en una movilización con escasos referentes en la historia del país.

Indígenas provenientes de todo Colombia pertenecientes a casi todos los pueblos que habitan la geografía colombiana han marchado junto a sindicalistas, mineros, corteros, afrocolombianos, campesinos, colectivos de mujeres, vendedores ambulantes, defensores de los derechos humanos, camioneros y un sinfín de colectivos en los que destacaban por su número los estudiantes. Al compás de consignas como “la tierra no se vende, se toma o se defiende” y del himno de la guardia indígena del Cauca y acompañados por los aplausos y constantes vítores por parte de la población, la Minga caminó e hizo escuchar la palabra.

Para José Domingo Caldón, indígena coconuco del Departamento del Cauca e integrante del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), “los medios de comunicación oficiales señalaban una alta popularidad del Gobierno Nacional. Hoy se está demostrando que eso era parte de una estrategia para mostrar como popular a un gobierno que no lo es”.

Aunque la Minga había previsto que en el día de hoy la comparecencia del presidente colombiano, Álvaro Uribe, finalmente ésta no se dio. Según las informaciones recabadas en el momento de cerrar este texto, aún no se sabía si ésta se daría mañana sábado o el domingo. La comisión política de la Minga tendrá mañana una reunión interministerial para concretar este punto.

Lo que sí se realizó fue una audiencia pública en la que participaron los distintos sectores presentes en la marcha de hoy y cuya finalidad, según Feliciano Valencia, Consejero Mayor del CRIC, ha sido la de crear “una plataforma y un gran pacto de las organizaciones sociales y populares que hemos caminado esta Minga y quienes nos recibieron en Bogotá, para así establecer un plan de acción para los años posteriores”.

Buscando una agenda común

Aunque el movimiento indígena se ha convertido en el eje aglutinador de las movilizaciones, la Minga, tal y como declararon desde un comienzo sus impulsores, se ha convertido en parte de la sociedad colombiana en su conjunto.

En declaraciones a Kaosenlared, Tarsicio Mora, Presidente de la Central Unitaria de los Trabajadores (CUT), afirmaba que la marcha de hoy se debe a “una inconformidad con una política que no ha logrado resolver ninguna de las demandas de los sectores sociales”. Para el líder sindical, “ya se ha avanzado en esa unidad que tiene que existir entre los indígenas, los campesinos, los trabajadores y los diferentes sectores sociales. [...] En los cinco puntos planteados por los indígenas está la oposición al TLC, el problema de las tierras, la lucha por la paz y contra la agresividad del estado, las condiciones que se dan en torno a la democracia... Así que estamos construyendo en la misma lucha una agenda común”.

Una agenda que desde los sectores indígenas también se ve como parte de una lucha contra un sistema que afecta a todos por igual. Según Zeledonio Padilla, dirigente del pueblo Senú del Departamento de Córdoba, “Uribe nos ha declarado la guerra a los pueblos indígenas y a todos los sectores sociales. La Minga hoy dice no a la guerra y a la violencia y sí a la paz”. Alberto Achito, dirigente Emberá del Departamento del Chocó, explicaba a Kaosenlared que “no podemos hablar de un modelo de desarrollo si no participamos todos, ya que no puede construirse desde una sola visión, sino que debe construirse entre todos unificando todas las visiones en donde todos estemos incluidos. El problema es que aquí se ha consolidado un modelo económico al servicio de las trasnacionales que ha llevado a los pueblos a la miseria”.

Un propósito unificador que, según José Domingo Caldón, aún ha de salvar algunos obstáculos: “Hay mucho impacto y mucha solidaridad, sin embargo todavía faltan más mecanismos en relación a la participación para que la gente que se ha ido vinculando se sienta identificada con los puntos planteados por el movimiento indígena”.

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"No más derechos sin deberes, no más deberes sin derechos"

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Manu García
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Mensaje por Manu García » 23 Nov 2008, 12:54

Recomiendo vivamente la lectura del siguiente artículo:

Colombia, un régimen en crisis y un pueblo en Minga

El terror se va a acabar cuando lo transformemos en Libertad
(Comunicado a 40 días de la Minga, ACIN –Cxab Wala Kiwe, 21 de Noviembre del 2008)

El último mes ha sido un mes que ha cambiado radicalmente el curso de los eventos en Colombia. Por una parte, se ha seguido profundizando la crisis institucional colombiana por los múltiples casos de corrupción, por los vínculos de asociados al gobierno con narcotraficantes y paramilitares y por las fricciones en el seno mismo del Estado (principalmente con el Poder Judicial), debido a las resistencias que suscita el proyecto autoritario de Álvaro Uribe.

Nuevos escándalos, como la persecución política ordenada desde el DAS a los miembros de oposición, así como la purga en el Ejército por el tema de los "falsos positivos" (asesinatos de civiles a manos del Ejército, quienes luego presentan a las víctimas como guerrilleros dados de baja en combate), que llevó a la renuncia del general Montoya, han revelado a todo el mundo, aún a los más incautos, el nivel de arbitrariedad y represión al que llegó el uribismo. El horror de los masacrados de Ocaña y el atroz testimonio del soldado del Batallón 31 de Córdoba, cuyo hermano fue asesinado como un falso positivo por sus camaradas de armas para tomarse unos días de descanso para el Día de la Madre, han erizado la piel de todo el país.

Y todo esto en un contexto de profunda crisis económica que golpeará con toda fuerza el próximo año, pero cuyos efectos ya se sienten con toda severidad, enviando un lúgubre presagio de las dificultades que se avecinan para los sectores populares. No es por nada que el gobierno, tomando por excusa el tema de las "pirámides" (el cual se ha vuelto en un nuevo conflicto declarado para el gobierno), se haya decretado la emergencia económica.

El Pueblo irrumpe como un actor protagónico en la crisis colombiana

Pero no sólo la profundización de la crisis colombiana a nivel político y económico representa un cambio significativo. El factor decisivo que ha cambiado completamente la coyuntura colombiana es la irrupción del pueblo como un actor decisivo en el escenario de la lucha social.[1] Las huelgas impulsadas por trabajadores afiliados a la CUT, en la Registraduría, en los juzgados y en los ingenios azucareros, han significado un importante despertar en la conciencia de los trabajadores que han retomado la iniciativa y la capacidad de responder ante las agresiones constantes en contra de los intereses y las condiciones de vida de la clase trabajadora. El día 17 de Octubre un paro nacional convocado por la CUT vio a más de medio millón de trabajadores movilizarse en todo el país, y a varios gremios sumarse al paro de actividades, como una manera de expresar solidaridad con sectores en lucha como los corteros de caña, en huelga desde el 15 de Septiembre, así como con los indígenas que se movilizan desde el 12 de Octubre. No deja de ser de la mayor relevancia la masividad de una movilización de carácter solidario, lo cual indica que muchos sectores comienzan a entender la identidad entre quienes luchan y se movilizan por una vida digna.

El movimiento indígena representa un factor trascendental de este despertar del pueblo colombiano. Desde el 12 de Octubre, diversas movilizaciones nacionales de los pueblos originarios, plantearon una serie de demandas expresadas en términos claros y sencillos:

1. Alto a las violaciones a los pueblos originarios (que incluye la solución negociada y política del conflicto);
2. Basta de agresiones a su territorio (incluida la militarización);
3. Que el gobierno adopte la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU;
4. Un alto a los tratados y leyes de despojo a los pueblos (incluidos los TLC);
5. Que el Estado cumpla de una vez todos sus compromisos incumplidos[2].

En base a estas demandas se constituyó un potente movimiento popular que ha hermanado a las diversas luchas sociales y que ha dado una proyección colectiva a protestas que parecían estar condenadas al aislamiento.

Represión, única respuesta a las demandas populares

Como era de esperar, la represión a todas estas movilizaciones ha sido feroz: mal que mal, la represión se ha naturalizado y "legitimado" en seis décadas de conflicto en Colombia, y el Estado tiene a su disposición poderosos aparatos ideológicos cuyo rol es sancionar la fuerza como respuesta privilegiada a la demanda popular. El ESMAD se dejó caer bestialmente sobre indígenas en el Cauca y en el Eje Cafetero, así como sobre los corteros en los ingenios del Valle. El saldo fueron decenas de heridos y solamente en Cauca, tres muertos, más otros tres asesinados por paramilitares en los días previos a las manifestaciones. Es de notar que en esta represión se utilizaron garrotes, machetes, granadas y lacrimógenas recalzadas con tachuelas, vidrio, puntilla, etc. para generar esquirlas. Esto, aparte de la utilización de fusiles para disparar a los manifestantes, como el mismo Uribe lo reconoció luego de que CNN diera a conocer videos donde se apreciaba la barbarie represiva por parte de uniformados encapuchados[3]. Esta represión fue acompañada de la satanización de la protesta social por parte de los medios de comunicación, siempre serviles al gobierno y a los intereses de las clases dominantes, y por las acusaciones tan temerarias como falaces del mismo gobierno que acusaba a estas manifestaciones de estar infiltradas por guerrilleros de las FARC-EP. Al menos en el caso de los indígenas del Cauca, la única forma de infiltración que se descubrió fue la de un soldado enviado por el ejército, Jairo Danilo Chaparral Santiago, quien llevaba en su bolso explosivos, radios, mapas y propaganda guerrillera –y quien recibiera nueve azotes por parte de los indígenas que aplicaron "justicia comunitaria".

En el caso de la huelga de ASONAL (judiciales), el gobierno llegó al extremo de decretar el Estado de Conmoción Interior, una forma de Estado de Emergencia, que le permite intervenir en los juzgados y despedir a voluntad trabajadores, para poder quebrar la huelga. Después de esto, la huelga se resolvió por la presión aplicada desde arriba, pero aún los trabajadores lograron sacar un aumento, aunque ni siquiera fuera la cuarta parte de lo originalmente demandado. En el caso de los corteros, la huelga desde los primeros días sufrió una represión enorme, con el ESMAD frecuentemente agrediendo y acosando a los manifestantes, con despidos de trabajadores con contrato directo para generar la división de aquellos trabajadores contratados indirectamente, con señalamientos del propio gobierno sobre "infiltración" de las FARC-EP en la huelga, con la misma satanización por parte de los medios, con provocaciones de transportistas y comerciantes para dividir la comunidad y con los arrestos de tres dirigentes de la huelga, y dos asesores políticos de un senador de oposición que fueron acusados de incitar a la violencia, sin ningún fundamento[4].

Uribe y la politización de la protesta social

Un factor relevante, ligado a la represión no solamente física, sino ante todo ideológica del régimen, es que Uribe ha politizado como nadie la protesta por sus frecuentes intervenciones para desacreditar cualquier movilización. Uribe, como buen representante de lo más retardatario de la clase dominante colombiana, no puede sino tomar furioso partido por la oligarquía y sentir un instintivo desprecio hacia todo lo que huela a derechos populares, particularmente, a derechos de la clase trabajadora. Con el mesianismo que le caracteriza, hace apariciones televisivas para descalificar a la protesta, para atacar a los dirigentes y las organizaciones, para acusar de infiltración de las FARC, para hablar de fuerzas "obscuras" detrás de las manifestaciones, para insistir en que no hay razones para reclamar (siempre desmiente los legítimos reclamos del pueblo con verdades a medias y con mentiras abiertas), que toda protesta es "política" (como si esto las hiciera menos válidas)... Pero en realidad es el propio intervencionismo de Uribe el que politiza como nada a todo el movimiento popular y de trabajadores, que empezando con sencillas reivindicaciones, termina enfrentado directamente a todo el aparato de Estado y al gobierno.

Eso es un elemento notable de las recientes huelgas y movilizaciones: todas han tenido un contenido político muy claro. Todas han evolucionado hasta ser movimiento de oposición al régimen, pues éste mismo se ha identificado con la cerrada oposición a la más mínima concesión a las demandas populares. Así, los movimientos han superado los límites impuestos por el gremialismo y el economicismo, y se han proyectado como expresiones de algo más grande, de una clase, de un pueblo que se refleja a sí mismo en sus demandas.

Está cada vez más claro que la capacidad de negociar con Uribe es extremadamente reducida, como quedó en evidencia después de los dos encuentros frustrados entre el movimiento indígena y Uribe (Cali y La María Piendamó). Y también es cada vez más claro que los acuerdos con él jamás son cumplidos: el pueblo colombiano comienza a entender que detrás de la protesta social debe haber una necesidad de transformar las relaciones de poder en las que hoy se sustenta el uribismo y en las que reposa la hegemonía de la oligarquía. Está claro para un sector mucho más amplio del pueblo que no bastan, a esta altura, reformas puramente reivindicativas, sino que es necesario acompañarlas de transformaciones de fondo y del empoderamiento del propio pueblo, que construye espacios autónomos y de convergencia en la base.

El Estado colombiano criminaliza la solidaridad y la protesta

Uribe, dentro de su estrategia de desacreditar y atacar la movilización popular, ha criminalizado la protesta, la solidaridad y la opinión disidente. Uribe trata a toda la oposición como "terrorista", toda forma de disenso ha sido criminalizada. Esto ha sido expresado con meridiana claridad por un comunicado del movimiento indígena de Cauca durante las jornadas de movilización de Octubre:

"Aseveran que los indígenas son FARC y actúan con las FARC y tienen pruebas. Pero además, que la Minga es política, para hacerle oposición al Gobierno. Lo primero es falso, lo segundo es cierto y no es delito. O no debería serlo. O no lo sería si en este país hubiera un Gobierno democrático y no un régimen del terror."[5]

No es necesario entrar a hacer idealizaciones de las democracias burguesas, pero ciertamente, Colombia no califica para tener credenciales democráticas, como bien lo indica el movimiento indígena del Cauca. Pero el pueblo, gracias al efecto generado en gran medida por las propias intervenciones atarantadas y torpes de Uribe, ha perdido el miedo a pensarse a sí mismos y a sus reivindicaciones de manera política.

También en la huelga de los corteros la oposición ha sido criminalizada: el senador opositor Alexander López fue acusado de ser "instigador" de la huelga, sencillamente, por dar su apoyo a los corteros. Con estas afirmaciones, veladamente, se dice que no hay razones legítimas tras la protesta (la cual no existiría de no ser por los agitadores), pero también se envía una clara amenaza de que el respaldo político a cualquier movimiento que no sea del agrado de Su Majestad Uribe, puede ser criminalizada. Y efectivamente, como ya habíamos mencionado, dos de los asesores del senador fueron arrestados por dos semanas, junto a tres dirigentes de SINALCORTEROS (sindicato de los corteros), sin ninguna prueba contundente. De igual manera, tres extranjeros, de organizaciones solidarias, que estaban dando su respaldo a los corteros, también fueron expulsados del país bajo cargos de agitación.

Cuando Uribe habla de supuestas "fuerzas obscuras" tras las movilizaciones no se refiere a otra cosa que la solidaridad del pueblo. Uribe condena al envío de dineros por parte de organizaciones populares y sindicales extranjeras a los corteros o a los pueblos originarios, algo que es práctica común en toda América Latina y que sería muy raro que no se diera precisamente en el país donde el sindicalismo ha sido más golpeado. Pero lo más sorprendente de estas acusaciones, es que provienen de un presidente hipócrita que él mismo es financiado de manera bastante generosa por la Unión Europea, y principalmente por los EEUU que le han donado al menos 6 mil millones de dólares solamente en asistencia militar...

La Minga, el liderazgo colectivo y desde abajo

En este contexto de amplia politización de la protesta, de su criminalización y señalamiento por parte del gobierno, y de aguda represión, la Minga popular adquiere proporciones titánicas. Minga viene del vocablo Quechua Mink’a, que quiere decir "trabajo colectivo" y en ese sentido se utiliza en las comunidades de todos los Andes. Según el diccionario Quechua-Castellano de Angel Herbas Sandoval (1998) en el término también se implica el sentido de un "acuerdo" o "pacto". Y también debemos considerar el sentido del "trabajo colectivo" en los pueblos indios: este trabajo es de beneficio para la comunidad y se realiza en un ambiente festivo, frecuentemente con música. Por ello la Minga ha sido un hecho alegre y colorido, pese a las tragedias y la violencia que ha enfrentado.

Fiel a este espíritu, la Minga ha sido más que una simple marcha de Cauca a Cali, y de ahí a Bogotá: ha sido un auténtico instrumento para canalizar la unidad de todos los sectores populares. Es parte de un despertar profundo del pueblo colombiano que se vuelve a levantar, dignamente, dejando atrás el silencio impuesto por el terror. Pero a su vez la Minga indica una manera distinta de hacer política, de organizarse y de luchar. Una forma incluyente y participativa, "con verdadera democracia para que los de abajo ejerzan colectivamente su derecho a proponer, decidir y orientar a quienes les representan"[6].

En palabras de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN): "con una dignidad conmovedora y dura, los nadie, los ninguno, han recordado al mundo, a los malos Gobiernos y a los líderes que la autoridad no se delega. Solamente se delega la representación, porque la autoridad únicamente está en la voluntad de los pueblos concientes y movilizados en Minga por la Vida y la Dignidad. Quienes no son capaces de recoger y de respetar la palabra del pueblo, la que ha caminado con tanto sufrimiento y amargura, no pueden representarlo. Ni oportunistas ni autoritarios tienen espacio ante la Minga: esa es su palabra."[7]

La Minga es germen de una nueva sociedad, de una nueva forma de horizontalizar el poder, de un mundo posible fundado sobre la democracia directa, el respeto a la diversidad y la unidad de los de abajo.

El Uribismo: la política del resentimiento y de los chivos expiatorios

Al mensaje sereno pero decidido de la Minga, a su movilización perseverante, se ha opuesto la mentira oficial, propagada y repetida por todos los medios informativos: acá nadie tiene por qué reclamar, no hay razones, si los indios son "grandes terratenientes", tienen más "beneficios" que el resto de los colombianos, etc. El propio Uribe se encargó de decir verdades a medias (y sabemos que verdades a medias son mentiras completas las más de las veces), como que los pueblos originarios poseen el ¡27% del territorio colombiano! Según Uribe, el problema de la concentración de la tierra es creado por el sector más empobrecido de la sociedad colombiana (las comunidades indígenas) y no por los 3.000 terratenientes que concentran el 53% de la tierra cultivable –entre los cuales, por cierto, está el propio presidente[8]. Claro, también se cuidaba Uribe de no mencionar que mucha de esa tierra se encuentra en manos de paramilitares y parapolíticos, habiendo sido sus legítimos dueños desplazados de manera violenta para abrir paso a la palma africana, o que la inmensa mayoría de esta tierra no es cultivable por hallarse en selvas, páramos, el desierto guajiro, la orinoquía o en reservas nacionales.

Cabe señalar que esto no ha sido algo exclusivo hacia la movilización indígena, sino que es una constante hacia todos los movimientos que protestan: no solamente negar las causas de la protesta, sino que convertir, súbitamente, a quienes protestan en supuestos "privilegiados", para aislarlos de la solidaridad de sus compañeros de condición, de sus hermanos de clase. El uribismo siembra hábilmente la división apoyándose de una política del resentimiento, en donde se canaliza la rabia popular hacia los "vecinos", para así desviar la atención de los verdaderos responsables de las miserias del pueblo. En el caso de ASONAL ocurrió algo parecido: se comparaba los sueldos de los trabajadores del sector judicial con los trabajadores que ganan el sueldo mínimo, tratando de restarles la solidaridad de estos últimos por resentimiento, a la vez que se ocultan los sueldos que reciben las altas esferas de la burocracia estatal y toda la "rosca" atornillada en el poder detrás de Uribe. La única alternativa de nivelación aceptable a Uribe, es la nivelación hacia abajo... pero la política del resentimiento pierde terreno ante la creciente conciencia del pueblo, y la unidad de los sectores oprimidos y explotados se consolida a pasos agigantados.

A decir verdad, la política del resentimiento y de los chivos expiatorios es un rasgo característico de los regímenes totalitarios, y particularmente, de los fascismos. Hemos señalado con anterioridad que se ha experimentado un proceso de fascistización agudo por parte de la sociedad colombiana, principalmente de las clases medias urbanas, el cual ha ido de la mano del proyecto autoritario de Uribe desde el Estado. En el Estado fascista por excelencia, la Alemania de los ’30, el Gran Capital, y sobretodo la Gran Banca, habían apoyado irrestrictamente a Hitler; así entonces "la imagen del ‘judío rico y explotador’ (...) conviene al gran capital, (...) porque desplaza el anticapitalismo de las masas pequeño-burguesas hacia los ‘judíos’"[9]. Los "judíos" en Colombia, como hemos visto, sobran y los paralelos con los regímenes fascistas erizan la piel.

Un pueblo en marcha...

Hoy la Minga llegó a Bogotá -Bacatá según la lengua de los Muiscas- tras una larga marcha, dos encuentros fracasados con Uribe y muchísima sangre y represión. Su llegada marca un hito en la historia reciente de Colombia y no es una exageración decir que esta movilización esta gestando cambios muy profundos en el país. La Minga marca claramente un punto de inflexión en el largo período de reflujo del movimiento popular. Ahora los sectores explotados y oprimidos van a conquistar nuevamente la iniciativa.

La Minga se ha encontrado con un país en estado de emergencia, con un estado de conmoción interior y un estado de emergencia económica ya declarados, que amplían las enormes facultades de que ya goza el Ejecutivo, el cual sigue acumulando poder con cada vez menos mecanismos de contrapeso. Decíamos hace un par de meses que la crisis política-institucional que atraviesa Colombia, sumado al proceso de fascistización del Estado y de la clase media urbana enardecida, podía perfectamente llevar a la consolidación de una dictadura en el estricto sentido de la palabra[10]. Tal escenario parece estarse consolidando, pese a que las bases de esta proto-dictadura se revelen cada vez más endebles.

El principal factor de debilitamiento (no el único) que enfrenta el actual régimen está, precisamente, en la extensión y profundidad de la protesta social. La crisis institucional colombiana, la cual ha sido catapultada por las contradicciones exacerbadas por el proyecto intrínsecamente autoritario de Álvaro Uribe, no había visto al pueblo organizado y en las calles convertirse en un actor estelar sino hasta ahora. Por tanto, los resultados de la Minga no deben medirse en términos inmediatistas (pues se sabe no será mucho lo que se avance en las demandas concretas) sino que en la medida en que se sienta la base para ganar fuerzas sociales que permitan dar una lucha de largo aliento. Esta lucha debe permitir invertir una correlación de fuerzas de momento desfavorable a los sectores populares y así garantizar las condiciones "sociales" para futuras victorias.

La hora es de canalizar todas esas fuerzas que han empezado a converger en torno a la Minga y convertirlas en alternativa social. Una alternativa que recoja lo mejor que se ha consolidado en la lucha, que supere las formas tradicionales de la política, que se convierta en proyecto de poder popular. La Minga tendrá que reunirse, una vez más con los mentirosos compulsivos que se encuentran en el gobierno, y lo más probable es que esas reuniones no lleguen a nada, o en el mejor de los casos, a nuevas promesas que seguirán incumplidas. La Minga debe cuidarse de no desgastarse en ese proceso, ya que no puede descuidar su principal tarea que es ser instrumento para facilitar la unidad, desde abajo y en movimiento, para este pueblo en la larga marcha hacia la conquista de su destino.

José Antonio Gutiérrez D.
21 de Noviembre del 2008

Notas:

[1] Mencionábamos, a finales de Junio, que "el continuismo uribista no es otra cosa que la prolongación de un sistema en crisis aguda de legitimidad. Lo que si es indiscutible, es que, de momento, todas las soluciones al conflicto, se están barajando por arriba: el gran ausente en la crisis colombiana es el pueblo organizado." http://www.anarkismo.net/article/9243

[2] http://www.anarkismo.net/article/10462

[3] http://www.anarkismo.net/article/10450

[4] La huelga de los corteros y su desenlace parcial lo hemos analizado en más detalle en http://www.anarkismo.net/article/10668

[5] http://www.anarkismo.net/article/10338

[6] http://www.nasaacin.org/noticias.htm?x=9001

[7] http://www.nasaacin.org/noticias.htm?x=9001

[8] Ver artículo de Mauricio García V. http://www.elespectador.com/columna86008-mucha-tierra

[9] Poulantzas, Nico "Fascismo y Dictadura", Ed. Siglo XXI, 2005, p.298. Sobre el apoyo del Gran Capital Industrial y Financiero al nazismo, ver la op. cit. pp. 101-102. Este libro, pese a algunos sesgos dogmáticos, a algunas exageraciones y algunas categorías dudosas, sigue siendo un punto de referencia obligado para el estudio del nazi-fascismo, junto con el libro de Daniel Guérin "Fascismo y Gran Capital". Pese a las diferencias propias del período y de la condición dependiente de la economía colombiana, no dejan de ser sorprendentes ciertos paralelos notables entre el uribismo y la "época dorada" de los fascismos europeos.

[10] Ver "Pasos de animal grande, crujidos institucionales, ecos de lucha" http://www.anarkismo.net/article/9731 "Colombia: el cálculo político disfrazado de ‘humanitarismo’" http://www.anarkismo.net/article/9563 o "Yidispolítica y la re-elección de Uribe: la salida cesarista a la crisis institucional en Colombia" http://www.anarkismo.net/article/9243
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Re: La Colombia de Uribe

Mensaje por Jove Obrer » 23 Nov 2008, 13:28

“Buscamos una agenda en donde quepamos todos”
www.diagonalperiodico.net
S.C.S. /Cali (Colombia)

La Minga [trabajo colectivo] de los Pueblos, con un modelo incluyente y comprometido, ha conseguido movilizar a miles de indígenas y el apoyo de organizaciones sindicales, de mujeres y estudiantiles contra el Gobierno de Uribe.

DIAGONAL: ¿Cómo surge la idea de la Minga de los Pueblos y en qué consiste?

FELICIANO VALENCIA: La implementación de leyes nocivas para los pueblos y la política de Seguridad Democrática de este Gobierno, apoyada por el Plan Colombia, así como la firma de los tratados de libre comercio, nos coloca en riesgo inminente. Todo ello no es más que dar continuidad a los procesos de colonización e invasión de nuestros territorios. El conflicto armado obedece a esas pretensiones: volver a los territorios escenario de guerra para desplazar a la población y poder instalarse las multinacionales, los monocultivos, etc. Ante esa situación, esta Minga busca salir a buscar otros procesos y unificar una sola agenda diversa, multiétnica, abierta, donde todos quepamos. Algo que el movimiento indígena nunca ha hecho en Colombia. La Minga busca juntar a ese sector históricamente excluido del país y empezar a construir un proyecto diferente en Colombia.

D: ¿Qué modelo plantean?

F.V.: Debe ser un modelo incluyente, abierto, comprometido. Proponemos el modelo comunitario, que puede venir a ser la confluencia de varias tendencias. En Colombia se habla del centro-izquierda y del centro-derecha. Nosotros no tenemos esa lógica. Nuestro proceso es colectivo, las decisiones se toman en colectivo y nosotros, las autoridades, debemos hacer lo que la gente dice bajo la tesis de “mandar obedeciendo”. Es difícil, porque la cultura política de Colombia ha sido la de que unos mandan y el pueblo obedece. Romper esa lógica es todo un reto, pero estamos haciéndolo. En Colombia hay un proyecto de muerte, apoyado por EE UU, que está masacrando el proyecto de vida de los pueblos. Este Gobierno, por ejemplo a través de programas como Familias en Acción, combina lo social con lo militar y mete en el conflicto armado a la población para fortalecer su Seguridad Democrática. Es aberrante lo que nosotros vemos en el país.

D: ¿Qué sectores han respondido a esta nueva estrategia del movimiento indígena colombiano?

F.V.: La Minga buscaba movilizar gente y lo ha logrado. Los sindicatos se unieron, la nacional judicial se unió, la Central Unitaria de los Trabajadores se unió, los camioneros, los corteros de caña, el movimiento nacional y regional de mujeres, algunos sectores estudiantiles... Esto ‘pinta’ bien siempre y cuando la gente tenga el control y este proceso no se politice convirtiéndose en un tema electoral. Y nos estamos cuidando que este proceso no se convierta únicamente en un proyecto electoral. Se trata de que esto se vuelva un proyecto político de país, que es muy diferente. Que se vinculen los partidos políticos progresistas, pero que respeten la agenda, al colectivo, que no vengan de patrones.
“Si lo real es móvil, que nuestro pensamiento sea también móvil y que sea el pensamiento de ese movimiento. Si lo real es contradictorio, que nuestro pensamiento sea pensamiento consciente de la contradicción.”

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