Umberto Lanciotti
Umberto Lanciotti (Forano Sabina, Rieti, Italia 1 de abril de 1894 - ...) fue una de las figuras claves del anarquismo expropiador argentino.
Biografía
El padre era empleado ferroviario y por eso fue trasladado con la familia Sassoferrato. A los 19 años, Umberto emigró a Francia. De Francia se embarcó a Estados Unidos –por problemas de trabajo- y se estableció en Scranton, Pensilvania.
Trabajó allí en una mina y en una refinería de carbón. Luego inicia un largo recorrido por diversas ciudades norteamericanas trabajando en fábricas de automóviles o en bancos. No respondió al llamado a las filas en la guerra mundial y fue declarado desertor. En Detroit actuó activamente en el campo anarquista.
En junio de 1920, trabaja de camarero en el barco Andrea Costa y así regresa a Génova. Y de allí a Loreto donde durante 7 meses hace trabajos ferroviarios. Se embarca clandestinamente otra vez en Andrea Costa y desembarca en Inglaterra, donde quedará tres años y medio.
En marzo de 1925 se embarca en Arlanza rumbo a Buenos Aires, en esta capital entra a trabajar como mozo en el restaurante de Harrods. Se pondrá en contacto de inmediato con los grupos antifascistas y con los anarquistas expropiadores, entre ellos Roscigna, Severino Di Giovanni y Emilio Uriondo.
Con ellos actuó en numerosos actos de expropiación, en atentados dinamiteros u en la liberación de compañeros presos y falsificación de moneda. En Buenos Aires sufrió dos años de cárcel, y en 1933, fue acusado de quemar un coche para cobrar el seguro.
Fue torturado y recibió palizas por la policía de Rosario, pero no delató a ninguno de sus compañeros.
Aunque no se le pudo probar ningún delito se le aplicó la ley de residencia y fue entregadazo al gobierno de Mussolini. En Italia estaba caratulado como anarquista peligroso y attentatore. El 28 de diciembre de 1933, al ser entregado a los fascistas, éstos lo condenaron por empezar, a un año de cárcel por deserción. Cumplida esa pena, el 14 de febrero de 1935 es condenado a tres meses de arresto por “contravenir las obligaciones del confinamiento”.
El 29 de agosto de 1936, la Prefectura de Nápoles informa que Lanciotti, en la colonia de confinamiento “ha observado mala conducta política agitando entre los confinados y no dando pruebas de ningún arrepentimiento”.
El 5 de julio de 1937, lo trasladan de Ponza a Tremiti. El 8 de agosto de 1937 el consejo de disciplina lo condena a diez días de arresto “haberse negado a hacer el saludo fascista en la formación”. Veinte días después se le aplican treinta días de arresto por el mismo motivo.
El 5 de octubre, otros treinta días y la reducción de subsidio a la mitad, siempre por no hacer el saludo fascista. Pero ya el 27 de octubre, el ministerio, había autorizado a aplicarle dos meses de detención “por obstinada negativa a hacer el saludo romano”. Por lo cual es trasladado a la cárcel de Lucera.
En el informe anual de Tremiti (31 de diciembre de 1937) se informa que Lanciotti ha demostrado “persistente adhesión a sus ideas subversivas adversas al régimen y las instituciones”.
Luego, en su prontuario aparece una nota del 2 de febrero de 1939, de la prefectura de Foggia, donde se señala que durante “el tercer trimestre no ha dado arrepentimiento y ha conservado inalterables las propias ideas anarquistas, frecuentando la compañía de los elementos más peligrosos. Se lo vigila atentamente”. El 5 de marzo de 1939 es trasladado a Bernalda (Matera) y el 303 es devuelto a la colonia de Tremiti. El 31 de marzo de 1939 está la última referencia a su conducta: “demuestra siempre conservar persistentemente sus ideas subversivas y no deja de instigar a sus similares instándoles a que se nieguen a cumplir con la obligación del saludo romano”.
"En 1975 visité en Italia al anciano Umberto Lanciotti, en compañía de Aurelio Chessa, curador del archivo Bemeri, de Pistoia. Tuve con Lanciotti una larga y fructifera conversación. Seguía incorregible. Sus ojos chispeaban cuando recordaba sus andanzas con Severino Di Giovanni, Emilio Uriondo, Miguel Arcángel Roscigna y sus otros compañeros. Todavía soñaba con la revolución libertaria. Lanciotti fue reconocido como “víctima del fascismo” y recibió en ese sentido una pensión, su lucha había sido finalmente, reconocida."
En una información policial italiana del 20 de febrero de 1935 se señala que Lanciotto “con sus sutiles exhortaciones y sus hábiles consejos ha influido obre el famoso ajusticiado Severino Di Giovanni, temperamento sugestionable y exaltado y decidido a llevar a cabo una serie de actos terroristas y criminales en los cuales estuvo casi siempre asistido materialmente y moralmente por el Lanciotti mismo. Y agrega: Lanciotti, experto mecánico y audaz conductor de auto, dotado de una sorprendente calma, aún en las circunstancias más difíciles, fue utilizado por la banda indicada en el maneja de vehículos, en la mutación de puestos y en las precipitadas fugas. Las pruebas de los asaltos donde intervino nunca pudieron ser reunidas en el juicio debido a la astucia nada común y el impenetrable silencio de sus compañeros de acción"
Más Información:
- Libro: "Severino Di Giovanni, El Idealista De La Violencia" de Osvaldo Bayer
- Libro: "Los Anarquistas Expropiadores" de Osvaldo Bayer