Luigi Galleani

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Luigi Galleani (1861 – 4 de noviembre de 1931) fue un anarcocomunista italiano que posteriormente emigraría a los Estados Unidos. Fue famoso por liderar un círculo de militantes anarquistas de que ejecutó varias acciones de sabotaje, así como ataques con bombas a objetivos dentro de Estados Unidos. Posteriormente seria deportado a Italia durante el ascenso de Mussolini. También fue conocido por ser un efectivo orador en eventos públicos de obreros y desarrolló un amplio esfuerzo propagandístico y teórico en estos sectores sociales. Editó el periódico “Cronaca Sovversiva” que duro 15 años antes de que sea impedido de circular por en territorio estadounidense. Escribiría varios ensayos en donde describe sus posiciones políticas entre los cuales destaca la colección Faccia a facciao col nemico ("Cara a cara con el enemigo" 1914).

Biografía

Nacido en Vercelli en una familia de clase media, Galleani se convirtió en anarquista en su adolescencia mientras estudiaba en la Universidad de Turín. Abandonó los estudios y volcó sus actividades a la propaganda anarquista. Forzado a escapar a Francia para evadir las persecuciones, pronto fue expulsado de ese país por participar en las manifestaciones del Primero de Mayo. Galleani viajó a Suiza donde asistió a la Universidad de Ginebra, pero fue expulsado nuevamente por agitador, al organizar un acto en homenaje a los mártires de Haymarket. Volvió a Italia y nuevamente sufrió la persecución policial como resultado de sus actividades anárquicas. Fue finalmente arrestado y pasó cinco años en prisión exiliado en la isla de Pantelaria cerca de Sicilia.

Escapó de Pantelaria en 1900, y se refugió en Egipto; allí se le amenazó con la extradición, y se embarcó a Londres y luego a los Estados Unidos en 1901. Por esta época había cumplido 40 años y era un inmigrante sin dinero.

Al poco tiempo de llegar a los Estados Unidos, Galleani atrajo la atención de los círculos anarquistas radicalizados debido a sus capacidades de orador carismático que creía que la violencia era necesaria para derribar al capitalismo que oprimía a los trabajadores. Se describía a sí mismo con orgullo como un subversivo, un propagandista revolucionario dedicado a subvertir el gobierno y las instituciones establecidas difundiendo una filosofía política basada en la acción directa. Era un orador extremadamente efectivo y un defensor de la violencia revolucionaria. Carlo Buda, hermano del fabricante de explosivos Mario Buda, dijo: "Si escuchas a Galleani hablar, quedabas dispuesto a dispararle al primer policía que vieras".

Galleani se asentó primero en New Jersey, pero fue acusado por incitar a disturbios y se trasladó a Canadá, donde también fue expulsado pronto. Se mudó a Vermont, donde se hizo conocido como un propulsor de la Propaganda por el hecho. Fue el fundador y editor de “Cronaca Sovversiva” (Crónica Subversiva), una publicación anarquista en italiano, de aires bastante violentos, que fue publicada durante 15 años hasta que fue clausurada por el gobierno norteamericano de 1918. Muchos de los libros que ostentan la firma de Galleani son en verdad extractos de sus escritos para Cronaca Sovversiva. Una excepción es “La Fine dell'anarchismo?“ (¿El fin del anarquismo?) En el que Galleani sostiene que el anarquismo está muy lejos de estar muerto y continúa siendo un movimiento relevante en lo político-social.

Actividades Revolucionarias

Con el tiempo, Galleani se convirtió en una provocación para las autoridades gubernamentales y policiales. Pronto atrajo a un grupo de amigos radicales y de seguidores conocidos como galleanistas, entre los que se incluían Frank Abarno, Gabriella Segata Antolini, Pietro Angelo, Luigi Bacchetti, Mario Buda alias Mike Boda, Carmine Carbone, Andrea Ciofalo, Ferrucio Coacci, Emilio Coda, Alfredo Conti, Roberto Elia, Luigi Falsini, Frank Mandese, Riccardo Orciani, Nicola Recchi, Giuseppe Sberna, Andrea Salsedo, Raffaele Schiavina, Nestor Dondoglio alias ‘Jean Crones’, Carlo Valdinoci, y los conocidos Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti.

Las actividades de Galleani y su grupo se centraron alrededor de la promoción de una forma radical y violenta de anarquismo, que se manifestaba en los discursos, las publicaciones, la propaganda en el movimiento obrero, las protestas políticas y en reuniones clandestinas. Con el tiempo los seguidores de Galleani comenzaron a utilizar bombas y otros medios violentos para difundir sus ideas, práctica que el propio Galleani alentaba, pero de las que aparentemente no participaba. Con el asesoramiento de un amigo que era químico y experto en explosivos, el profesor Ettore Molinari, Galleani escribió un folleto de 46 páginas titulado La Salute è in voi!, que explicaba cómo hacer una bomba. El prefacio al texto indicaba claramente sus intenciones: remediar el 'error' de abogar por la violencia sin brindar a los subversivos los medios físicos para destruir al gobierno y las instituciones. El manual de Galleani fue considerado como práctico y exacto por los miembros del New York City Bomb Squad, aunque Galleani cometió un error al transcribir la fórmula de Molinari de la nitroglicerina, lo que causó más de una explosión prematura a los fabricantes de bombas incautos (Galleani hizo una corrección del texto a los lectores en 1908 en un número de Cronaca Sovversiva).

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Cronaca Sovversiva editado por Luigi Galleani

La reivindicación de la violencia hecha por Luigi Galleani fue llevada a la práctica por sus seguidores en 1914. Los Galleanistas estuvieron involucrados al menos en dos atentados en Nueva York luego de que la policía reprimiera una protesta en el domicilio de John D. Rockefeller en Tarrytown, Nueva York. Durante los meses siguientes ocurrieron atentados con explosivos en diversas partes de esa ciudad, incluyendo la estación de policía, varias iglesias, etc. El 14 de noviembre de 1914 se descubrió antes de que llegara a explotar una bomba contra un juez que había condenado a un joven anarquista, y en enero de 1915 fue descubierto un complot para volar la Catedral de Saint Patrick en Nueva York, encontrándose una copia de La Salute è in voi! en el domicilio de uno de los sospechosos.

En 1916 un galleanista de Chicago, Nestor Dondoglio, cocinero que se hacía llamar “Jean Crones”, envenenó alrededor de 200 invitados a un banquete en honor del arzobispo Mundelein agregándole arsénico a la sopa. Ninguna de las víctimas murió debido a que en desesperación por eliminar a los invitados, Dondoglio utilizó demasiado veneno lo que provocó vómitos a las víctimas. El domicilio de Dondoglio fue requisado, encontrándose los elementos del atentado, pero no al autor que quedó prófugo. Luego de burlar a la policía en repetidas ocasiones, Dondoglio se trasladó a la Costa Este, donde fue ocultado por otro galleanista hasta su muerte en 1932. El 6 de diciembre de 1916 otro galleanista, Alfonso Fagotti, fue arrestado por apuñalar a un policía con un cuchillo de carnicero durante una manifestación en Boston. En represalia, otros galleanistas hicieron estallar una bomba al día siguiente en el puesto policial de Salutation Street en Boston. Fagotti fue arrestado tiempo después y deportado a Italia. Algunos autores han sospechado de la participación de galleanistas en el atentado de Preparedness Day, en San Francisco en 1916. Aunque nunca se acusó ni incriminó a nadie por el hecho, por las características de los explosivos utilizados, algunos historiadores manejan la hipótesis de que el atentado podría ser obra de Mario Buda.

En 1917, un grupo de galleanistas abandonó los Estados Unidos y se instaló en México esperando la llegada de la Revolución y escapar al llamado de la conscripción militar. Los atentados cesaron por un tiempo. A fines de ese año, desilusionados con los acontecimientos de la revolución mexicana muchos galleanistas retornaron a los Estados Unidos y retomaron sus actividades.

El 24 de noviembre de 1917, en la ciudad de Milwaukee, Mario Buda es sospechado de haber construido una gran bomba de pólvora negra con un detonador "de retardo" de ácido que explotó en el Departamento de Policía de Milwaukee donde había sido transportada luego de ser retirada de los cimientos de una iglesia, objetivo inicial del atentado. La explosión mató a nueve policías y a una mujer civil, en su momento el más grave atentado terrorista en los Estados Unidos. También hubo incidentes aislados de diverso éxito en Nueva York, San Francisco, Washington D.C., Boston y Milwaukee, que se le atribuyeron a los partidarios de Galleani, pero nunca hubo una acusación oficial. Por esa época, el Congreso y la opinión pública habían comenzado a demandar acciones contra los militantes anarquistas y otros promotores de las acciones violentas.

Una galleanista de 19 años de edad, Gabriella Segata Antolini, fue arrestada el 17 de enero de 1918 por transportar una cartera llena de dinamita que había recibido de Carlo Valdinoci. Cuando la interrogaron, dio un nombre falso y se rehusó a cooperar con las autoridades o brindarles alguna información; fue enviada a prisión por 14 meses. Mientras permaneció en prisión, Antolini conoció a la notoria anarquista Emma Goldman, con quien trabó amistad. El propio Galleani fue arrestado en algunas ocasiones por agitar en conflictos laborales y reivindicar la anarquía, pero siempre terminó absuelto.

En febrero de 1918, las autoridades de los EE.UU. allanaron las oficinas de Cronaca Sovversiva, suprimieron la publicación y arrestaron a los editores. La lista de suscriptos había sido escondida por uno de los miembros del grupo editor, pero las autoridades obtuvieron más de 3000 nombres y direcciones de suscriptores de un paquete que había sido enviado por correo. En octubre de 1918, el Congreso aprobó la nueva ley contra los residentes extranjeros envueltos en actividades anarquistas o actividades revolucionarias, el Anarchist Exclusion Act. En respuesta, Galleani y sus seguidores le declararon la guerra al gobierno de los EE.UU. y expresaron sus intenciones mediante un volante: "La deportación no detendrá la tormenta que azota estas costas. La tormenta ha llegado y pronto los alzará, los estrellará y aniquilará a todos ustedes en sangre y fuego... ¡Nosotros los dinamitaremos!” Una serie de atentados a hombres de negocios y de gobierno siguió a continuación, incluyendo una bomba que voló el domicilio del juez Moschzisker, que en 1908 había sentenciado a 4 anarquistas italianos a largas condenas en prisión.

El 27 de febrero de 1919, un día después de escuchar un incendiario discurso de Galleani (que estaba aguardando su notificación para ser deportado), cuatro galleanistas murieron cuando una bomba de dinamita que estaban por plantar en Franklin, Massachusetts en una planta textil explotó prematuramente. A fines de abril de 1919, aproximadamente 30 paquetes de dinamita destinados a políticos, autoridades judiciales y financistas prominentes (incluyendo a John D. Rockefeller) fueron enviados por correo. Una fue enviada a un agente del FBI que estaba encargado de encontrar a algunos galleanistas fugitivos, entre los que estaba Carlo Valdinoci. Los galleanistas tenían planeado enviar las bombas el Primero de Mayo, día internacional de solidaridad revolucionaria de los trabajadores. Solo unos pocos paquetes alcanzaron a enviarse. Debido a que los perpetradores no colocaron la cantidad de estampillas suficientes para el franqueo, uno de los paquetes fue descubierto y la mayoría de ellos fueron interceptados por sus características comunes. Nadie resultó muerto por las cartas bomba, pero cuando una empleada doméstica del senador Hardwick (un promotor del Anarchist Act, es decir, la ley de expulsión) abrió el correo enviado a su casa de Georgia, la explosión le voló sus manos.

En Junio de 1919, los galleanistas se dispusieron a volar 8 grandes bombas simultáneas en algunas ciudades de los EE.UU. Los objetivos incluían los domicilios de jueces, empresarios, un alcalde, un inspector de migraciones y una iglesia. Aparentemente, creyendo que sus primeras bombas eran insuficientemente poderosas, las nuevas bombas utilizaban hasta veinte libras de dinamita cubiertas con metal metralla. Entre las víctimas señaladas había políticos que habían firmado la ley anti-sedición y la ley de deportación, o jueces que habían sentenciado a anarquistas galleanistas a prisión. Las residencias del alcalde Harry L. Davis de Cleveland, el juez W.H.S. Thompson, y el Fiscal General A. Mitchell Palmer (que ya había sido blanco de un atentado con cartas bomba), fueron atacadas. Ninguno de los funcionarios resultó muerto, aunque sí ocasionaron la muerte de un sereno, una mujer que caminaba por la calle y uno de los galleanistas, Carlo Valdinoci, un ex editor de Cronaca Sovversiva, y hombre muy cercano al propio Galleani. Aunque ilesos, la familia de Palmer fue vigorosamente sacudida por la explosión.

Valdinoci voló en pedazos frente a la casa de Palmer que quedó mayormente destruida (la poderosa explosión arrojó a algunos vecinos de sus camas). Sus restos se dispersaron en un radio de hasta dos cuadras. Todos los explosivos fueron colocados junto a un volante que decía: "Guerra, guerra de clases y usted está en primera línea bajo la cubierta de las poderosas instituciones que llaman orden, en lo tenebroso de sus leyes. Habrá un baño de sangre; nosotros no lo rehuiremos; habrá quien tenga que morir: lo mataremos porque es necesario; habrá mucha destrucción; lo haremos para liberar al mundo de sus tiránicas instituciones."

El tipógrafo Andrea Salsedo y el compositor Roberto Elia fueron arrestados por las autoridades luego de rastrear los volantes hasta el taller donde Salsedo trabajaba. Este fue interrogado duramente (se dice que fue torturado) por los agentes federales, pero luego de proveer alguna información quedó muy atormentado (según la policía). Murió luego de saltar o de ser arrojado desde el piso 14 donde estaba detenido. Aunque Salsedo admitió que era anarquista y que había impreso el panfleto, no hubo otros arrestos o sospechosos, debido a la falta de evidencia y al rechazo de los galleanistas a colaborar brindando información a las autoridades. Elia fue deportado posteriormente; según su abogado, declinó un ofrecimiento para permanecer en los EE.UU. si el renegaba de sus contactos con los galleanistas.

Luego de la muerte de Valdinoci, Ferrucio Coacci y Nicola Recchi aparentemente habrían tomado un rol prominente en el liderazgo del grupo; ambos eran fabricantes de bombas. El fabricante de explosivos Nicola Recchi había perdido su mano en una explosión prematura, aunque continuó en la elaboración de bombas. Bajo las leyes anteriores, el Fiscal General Palmer del Departamento de Justicia no tenía autoridad como para deportar a los residentes extranjeros; sólo podía hacerlo el Departamento de Migraciones. Hasta ese momento los anarquistas acusados podían retrasar sus deportaciones con continuas apelaciones legales. Con la opinión pública y la prensa reclamando por acción, Palmer y otros funcionarios del gobierno iniciaron una serie de investigaciones mediante escuchas telefónicas ilegales, listas de suscripción de periódicos radicales y otras medidas para investigar a miles de anarquistas, comunistas y socialistas. Con la evidencia en la mano y en acuerdo con el Departamento de Migraciones, Palmer y el Departamento de Justicia comenzaron a hacer redadas y deportar a muchos radicales como pudieron mediante el Anarchist Act, una ola de arrestos conocida como las "redadas de Palmer".

Deportación:

Luigi Galleani y ocho de sus adherentes fueron deportados a Italia en junio de 1919, tres semanas después de la ola de atentados del 2 de junio. Aunque las autoridades no tenían evidencia suficiente que implicara a Galleani, pudieron deportarlo porque era un residente extranjero que había alentado abiertamente a derrocar al gobierno por medios violentos y había firmado el manual de fabricación de bombas titulado La Salute è in voi!. Una vez en Italia, Galleani atrajo la atención de las autoridades, que lo obligaron a exiliarse en una isla de las costas italianas. Cuando Mussolini llegó al poder, Galleani estuvo bajo vigilancia policial constante del régimen fascista. Posteriormente se le permitió retornar al territorio continental italiano, pero la vigilancia policial persistió. Galleani murió de un ataque cardíaco en 1931 a la edad de 70 años.

Los seguidores de Galleani no recibieron bien su deportación, como tampoco la noticia de que sus compañeros Sacco y Vanzetti habían sido acusados de homicidio. Una ola de atentados vino a continuación. Uno o más compañeros de Galleani, especialmente Mario Buda, fueron indicados como sospechosos de perpetrar el Atentado de Wall Street de 1920, que dejó un saldo de 33 muertos. Luego de la ejecución de Sacco y Vanzetti en 1927 continuó la ola de atentados atribuidos a galleanistas. Algunos funcionarios judiciales y carcelarios fueron apuntados como blancos, incluyendo al juez Webster Thayer, y al verdugo, Robert Elliott. Luego de retornar a Italia, Ferrucio Coacci y Nicola Recchi viajaron a Argentina, donde Coacci rápidamente se unió al grupo de Severino Di Giovanni. Deportado luego del fusilamiento de Di Giovanni, Ferrucio Coacci retornó luego de la Segunda Guerra Mundial. Mario Buda también regresó a Italia poco después del Atentado de Wall Street, y vivió allí hasta su muerte en 1963.

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