Centro Social Otamendi
A finales de diciembre de 1992 un grupo de quince jóvenes okupó el colegio abandonado Rodón, en la calle de Otamendi nº 9 del barrio de Estrecho, en el distrito de Tetuán (Madrid). Inmediatamente después de producirse la okupación los y las jóvenes comenzaron una campaña de información para dar a conocer al vecindario las razones por las que habían okupado e invitaron a todos y todas a pasar por allí y participar en lo que sería más adelante un nuevo centro social. La acogida vecinal a la okupación fue buena en su mayor parte. Muchos vecinos y vecinas mostraron su apoyo interesándose por lo que hacían y ayudándolos en la labor de acondicionamiento del edificio.
El colegio Rodón, propiedad de E. Martín de Bustamante, un particular, llevaba abandonado varios años. Este edificio formaba parte del plan de reestructuración urbana del distrito de Tetuán, que prevee la construcción de la Avenida de Pamplona, lo cual obligará a remodelar todo el barrio.
Actividades
Tras las obras de rehabilitación y acondicionamiento, las quince personas okupas hicieron de las plantas altas del colegio sus viviendas, mientras que la parte baja del edificio lo acondicionaron como Centro Social Autogestionado.
Durante los nueve meses que duró la okupación del Centro Social Otamendi se realizaron diversas actividades para las que se acondicionaron los espacios necesarios: reuniones de grupos de jóvenes del barrio y otras zonas de Madrid que trataban diferentes temas de tipo social; charlas y debates; proyecciones de cine; conciertos y fiestas de música rock, marroquí, flamenco, folk, charangas etc.; talleres de serigrafía y fotografía; biblioteca; gimnasio; bar; comedor popular vegetariano; local de ensayo de música y teatro; cooperativa de trabajo que consistía en un taller de bicicletas, una tienda de material reciclado y de segunda mano y el bar y comedor anteriormente mencionados.
Desalojo
El propietario del inmueble entró tres veces en contacto con la gente que estaba okupándolo, intentando persuadirlos y persuadirlas para que se marcharan del edificio. En el úntimo encuentro que se produjo entre okupas y propiedad, en marzo de 1993, el propietario dio un ultimatum, dando un plazo para que abandonaran el inmueble de cuatro meses, hasta el 15 de julio. Los y las okupas no se marcharon y el propietario tampoco volvió a presentarse, por lo que todo siguió como antes. La propiedad interpuso dos denuncias por lo penal a cinco okupas; una por daños y otra por apropiación indebida.
Finalmente el día 2 de octubre de 1993, a las 9:30 horas, varias dotaciones de la Policía Nacional, acompañadas por la propiedad, efetuaron por sorpresa el desalojo del antiguao colegio Rodón, dando a los y las okupas dos horas de plazo para sacar sus pertenencias. Esa misma noche los y las okupas celebraron una fiesta tras la cual comenzó una manifestación-protesta contra el desalojo y por el derecho a la vivienda, que recorrió las calles del barrio.
[Extraido del trabajo La Okupación como analizador]