¿Y qué nos espera en el feliz año nuevo?
Ahora que está a puntito de acabar el feliz 2023 voy a recopilarlos mis impresiones de este año.
1º Los Estados, son la peste. No solo Rusia y Ucrania siguen enzarzadas en una guerra estúpida y sin motivos de peso. Millones de hectáreas sembradas de metralla y de uranio empobrecido, ciudades liberadas demolidas, poblaciones huyendo, miles y miles de muertos, de heridos graves, de enfermos mentales despuntando o declarados… Un montón de tíos pelándose de frío en las trincheras, esperando que un dron les vuele la cabeza, o que un spetsnaz les corte el cuello. Y eso se repite en unos ochenta conflictos bélicos de diversa consideración, mundiales. Bueno, si es en verano, se asan de calor.
2º Si esto no es suficiente para convencer a los partidarios del Estado, tenemos el ejemplo de Israel. El pueblo judío, mientras estuvo sin Estado, sobrevivió a persecuciones inauditas, e incluso prosperó. Cuando llevados por la locura nacionalista, religiosa y patriótica, pensaron que era una buena idea fundar un Estado, véase en qué se ha convertido Israel. Podéis poner aquí lo que os dé la gana: asesinatos de niños, pueblos devastados, poblaciones huyendo a la desesperada. ¿Y qué quieren los partidarios de Palestina para evitar la persecución del pueblo Palestino? Pues ni más ni menos: crear otro Estado. Genial. ¿Alguien puede dudar de que si se montan dos Estados, al poco tiempo estarán en guerra abierta, y dirigidos por pirados aún peores? ¿No sería el momento de pensar, en eliminar los Estados y refundar las naciones unidas?
3º Queda claro que la izquierda verdadera, es cualquier cosa menos izquierda. Los que aspiran al poder se pasan el día peleándose y haciendo tonterías para quítate tú que me pongo yo. Quien haya seguido la actividad izquierdista de estas semanas, lo habrá podido comprobar. Y si empiezan a mandar un poco, el 80% del tiempo están con intrigas, un 10% aprobando leyes odiosas, y el resto durmiendo con barbitúricos. A mí que me lo expliquen.
4º Murió Toni Negri hace unos días El teórico marxista que decía que ya el Estado Nación no era determinante de nada, y que el mundo era dominado en red por instituciones despóticas: empresas, grupos financieros, medios de comunicación, políticos del todo-va-bien, y por supuesto ONGs. Bueno, pues ya se ve, que en red o en organizaciones tradicionales, los Estados siguen montando guerras, controlando poblaciones, subiendo o bajando impuestos. En esas estructuras trepan sociópatas, asesinos en serie, personajes violentos a diverso nivel, y cada vez son peores.
Las soluciones que plantean los izquierdistas: votar para frenar el fascismo… ¡Pero si es que cada vez hay más votaciones y más fascismo! Quitaron a Casado y vino Feijóo. Quitaron a Ciudadanos y entró el Innombrable. Quitaron a Soraya, a Cifuentes, a Cospedal, a Baños, a ¡Aguirre! y entró Ayuso. No tengo nada en contra de la democracia, pero hay que señalar más allá de toda duda, que votando lo que hace el fascismo, es avanzar. Que construyendo Estados, haciéndolos más fuertes y legítimos, cada vez los problemas son mayores. ¿O estoy siendo inexacto?
Así pues, amigos y amigas anarquistas, cuando sintáis tambalear el ánimo, recordadlo: somos los albañiles de un mundo mejor, señalamos el camino sin condescendencia, arrimamos el hombro a cualquier causa justa, y nos echamos a un lado cuando nos hablan de que la conquista del poder, es la ecuación a resolver. El Poder no es algo que se conquiste. O se destruye, o se vuelve más fuerte.
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