¿Hacia una huelga de masas prolongada?
Union Communiste Libertaire
[UCL Briefing Note 1] ¡Dos millones de personas en las calles! Tras el inesperado éxito de la jornada de acción intersectorial del 19 de enero de 2023, un análisis de los puntos fuertes y débiles de una movilización aún en ciernes.
No estaba escrito que el día 19 se produjera tal oleada de manifestaciones históricas, no sólo en las grandes ciudades, sino también en muchas ciudades medianas. Y los medios de comunicación, obsesionados por el bloqueo del país, ponen por delante importantes cifras de huelguistas en los sectores que se movilizan regularmente desde hace años.
Sin embargo, tenemos que mantener la cabeza fría. Incluso en estos sectores tradicionales, todavía hay mucha gente a la que convencer de que merece la pena perder días de sueldo a pesar de la inflación que nos carcome a final de mes. Porque las Asambleas Generales de los huelguistas están lejos de estar llenas, ni en la SNCF ni en la enseñanza. Y si hubo muchos huelguistas en las empresas privadas, en gran parte gracias a la unidad sindical nacional, todavía estamos muy lejos, en un contexto de desiertos sindicales, de paros masivos de producción y de actividad.
Muchos asalariados, pensionistas, precarios acudieron a las manifestaciones gracias a los medios de comunicación, pero sin haber conocido lo más mínimo a un sindicalista... En este contexto de cuerpo social martirizado por los incesantes golpes asestados por la patronal y los sucesivos gobiernos, el enfermo sigue en plena convalecencia. Nada garantiza de antemano el éxito del 31 de enero ni la ampliación de la movilización.
París, 19 de enero de 2023
Foto: Jérôme Daize
¿El día 31 está demasiado lejos?
Algunos sectores están descontentos, impacientes por ponerse manos a la obra. Pero no estropeemos los próximos días con invectivas inútiles. En primer lugar, porque es importante preservar la unidad sindical. En segundo lugar, porque nuestras debilitadas estructuras sindicales necesitan tiempo para conquistar los sectores profesionales feminizados, en particular las trabajadoras aisladas en las profesiones de cuidados, la juventud, los cuadros técnicos, etc., ¡pero también las miles de empresas que no tienen sindicatos!
No caigamos en la trampa de una nueva "huelga por poderes", ya que sería un fracaso asegurado. Sobre todo porque los trabajadores de los sectores afectados están un poco cansados de haber permanecido aislados en la huelga estos últimos años. Tampoco caigamos en la ilusión de los "bloqueos" de las minorías. Ciertamente pueden ser útiles en momentos clave, pero obstaculizar el flujo de producción nunca sustituirá a parar la producción.
Foto: Daniel Maunoury
La cuestión de los eslóganes
La intersindical [se trata de la coalición de sindicatos a nivel del estado francés] se aferra a dos denegaciones: la de 64 años y la de trimestres adicionales. Es lamentable que la plataforma no sea más ofensiva, pero así son las cosas. Por tanto, a estas alturas carece de sentido jugar a la competición entre confederaciones sindicales. El objetivo es simple y claro: la retirada de la ley. Retirada que sólo se conseguirá al precio de una huelga masiva y duradera. No olvidemos, sin embargo, añadir a esto, sobre todo en el sector privado, la cuestión de los aumentos salariales, que está claramente vinculada a los ingresos por cotizaciones sociales para los fondos de pensiones.
Una huelga general prorrogable
Por supuesto, el objetivo está en la mente de todos los combatientes. Sin embargo, el camino para conseguirlo es difícil. En primer lugar, tenemos que entender y aceptar que no empezará con una convocatoria de la intersindical. Debe construirse de abajo arriba, sin vacilaciones pero sin prisas. El calendario es imposible de fijar arbitrariamente, aunque la idea de salir el 1 de febrero sea tentadora. Pero nos amenaza el peligro de agotar en la lucha a sectores aislados. De ahí la importancia de conseguir, el 31 de enero, aumentar no sólo el número de manifestantes, sino sobre todo el de huelguistas, especialmente en el sector privado. De aquí al 31 de enero, hay que multiplicar las iniciativas locales y organizar encuentros intersindicales lo más amplios posible en las empresas, las escuelas y los servicios, así como en las localidades. El 31 es mañana.
¿Y las perspectivas políticas?
Nuestro objetivo es desarrollar una huelga masiva y duradera mediante la actividad sindical unitaria combinada con la autoorganización de los trabajadores. En una huelga general sostenible, cada rama profesional, cada empresa vive y desarrolla el conflicto según su propio ritmo. No hay un botón rojo, ni un Estado Mayor todopoderoso. Pero es cierto que durante el desarrollo de una huelga de este tipo, las cuestiones políticas son debatidas apasionadamente por los huelguistas: una vez retirada la ley, ¿qué reivindicaciones adicionales deben hacerse? ¿Y si la huelga continúa? ¡Se plantea la cuestión del poder, de la expropiación patronal, de la autogestión de las empresas y de la sociedad! Sin maximalismos ni dogmatismos, éstas son también las preguntas que hay que responder.
Photo : Daniel Maunoury
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