¿Cuál es el objetivo del montaje calumniador contra el MLC?

La respuesta es obvia: impedir por todos los medios que continúe en Kaosenlared y en Cuba el debate de ideas entre marxistas y anarquistas sobre la deriva capitalista del "socialismo" castrista.
En el preámbulo que sirve de introducción al montaje calumniador, publicado en Kaosenlared(“Propaganda anti-cubana de Washington disfrazada de “anarquista” y “pro-derechos humanos”) por la responsable de la intriga contra el MLC (Movimiento Libertario Cubano) y el compañero Gustavo Rodríguez, queda grosera y ridículamente en evidencia el objetivo perseguido por ella y los redactores de tal montaje. No sólo por reconocer que, para ellos, lo importante en estos momentos es dejar las manos libres a los Castro para “profundizar la revolución” con “el impulso al sector privado y las consiguientes desigualdades sociales”, sino también porque la “justificación” de tal “profundización” es la que ha utilizado siempre el régimen castrista para “justificar” su gestión feudal del Poder “revolucionario”. Ahora “justificado” así: para que Washington no aproveche “el clima de incertidumbre” e intente lograr “destruir la Revolución Cubana y restaurar el capitalismo y la economía de mercado por completo”.

Por supuesto, no dicen claramente que esa “profundización revolucionaria” sea restaurar el capitalismo. No, púdicamente reconocen que el Estado cubano se ha visto obligado a recurrir a tales “soluciones” para“evitar la bancarrota” y hacer frente a lo que se escucha en “medios que no tienen nada que ver” con “la llamada ‘disidencia’, por ejemplo, en las canciones de hip hop y reggae”. Medios que reflejan lo que piensa la mayoría de los cubanos: que “la Revolución ya no es la misma” y que están hartos “con la pobreza, las dificultades para viajar, la censura, la exclusión de cubanos de espacios turísticos, el hostigamiento policial y el injusto encarcelamiento de jóvenes marginados”.

Inclusive recuerdan lo que dijo Raúl Castro ante la “emergencia de la situación” tras más de 50 años de estar gobernando sin permitir oposición alguna: “Estamos convencidos de que lo único que puede hacer fracasar a la Revolución y el socialismo en Cuba, poniendo en riesgo el futuro de la nación, es nuestra incapacidad para superar los errores que hemos cometido durante más de 50 años”. Y, además, nos subrayan las “medidas espectaculares” que son las “soluciones” encontradas por los Castro para “superar los errores” cometidos en estos más de 50 años de “Revolución” y “Socialismo” en Cuba. La primera, que nos dicen “constituye una revolución estructural de la fuerza del trabajo”, es la decisión de las autoridades (no de los trabajadores) de “proceder a la supresión a medio plazo de casi medio millón de puestos de funcionarios, o sea el 10 % del total de los empleados del sector público”, y de un millón en cinco años”. La segunda, que también dicen “es de una envergadura sin precedentes”, es “una apertura de la economía estatal al sector privado destinada, entre otras cosas, a legalizar una creciente economía paralela y a recaudar impuestos en un país poco acostumbrado a la cultura tributaria”.

Efectivamente, esas medidas son espectaculares y sin precedentes, y tanto más si con ellas se pretende “continuar perfeccionando el socialismo”. No sólo el Estado (“socialista”), que controlaba “casi el 90 % de la economía, ha decidido delegar (privatizar) una parte de sus actividades económicas a personas privadas” sino que de ahora en adelante “se limitará a la gestión y explotación de los recursos estratégicos de la nación, con una progresiva descentralización con el fin de estimular el desarrollo”.

Sí, son espectaculares y sin precedentes estas medidas para “perfeccionar el socialismo”, puesto que, en 83 sectores (de las casi 178 nuevas actividades abiertas “al campo privado”), “ahora los nuevos empresarios podrán contratar personal, prerrogativa que había sido hasta ahora una exclusividad del Estado, de las sociedades mixtas y de las empresas extranjeras…” Claro que, como en cualquier país capitalista, “los negocios privados se someten a un impuesto progresivo que puede alcanzar el 50% de los ingresos y a cotizaciones sociales a la altura del 25% ”. .

Se comprende pues que los inspiradores del montaje calumniador contra el MLC y Gustavo Rodríguez, tengan tanto interés en impedir que se puedan expresar cuantos, dentro y fuera de Cuba, denuncian esta progresiva restauración del capitalismo puesta en marcha autoritariamente por las autoridades castristas. Como también se comprende que, al ser tan incongruente la política castrista que deben “justificar” y defender frente a la congruencia socialista de los que denuncian tal política, se vean obligados a recurrir en esta ocasión a ridículas amalgamas para calumniar, a compañeros del MLC, con viejas calumnias utilizadas contra alguien, Jorge Masetti, que nunca ha sido ni ha pretendido ser ni anarquista ni militante del MLC .

La burda amalgama de la “propaganda imperial” con la anarquista

Faltos de argumentos, Carolina y los del montaje difamatorio contra el MLC y Gustavo Rodríguez, nos hablan de Carlos Alberto Montaner y Jorge Castañeda como inspiradores de una campaña de “propaganda anti-cubana”… Y ello sabiendo que ni Montaner ni Castañeda han tenido nunca nada que ver con los medios anarquistas ni se han siquiera “disfrazado” de “anarquistas”.

Lo saben; pero eso les importa poco. Lo sacan a relucir para poder hacer una amalgama burda e indecente, entre la “propaganda imperial” y la propaganda anarquista, en el subtítulo (“Pero la propaganda imperial no sólo se difunde a través de las grandes cadenas de televisión y radio”) con el que introducen su “argumento-prueba” para acusar al MLC de tener “vínculos con la CIA”.

Ese “argumento-prueba” se puede ver –como dicen los autores del montaje– echando “una mirada a dos pequeñas piezas de propaganda que han tenido bastante difusión en círculos libertarios, anarquistas y de derechos humanos a partir de 2004”. Claro que agregan, para sembrar la duda y dar peso a la calumnia, “cuando hubo un auge en los fondos asignados por el gobierno de George Bush para la propaganda internacional contra Cuba”.

Estas “dos pequeñas piezas de propaganda” son dos “documentales escritos y/o dirigidos por Jorge Masetti (hijo)” : “A partido único, periódico único”, en el que se muestra la pluralidad de la prensa en Cuba antes de que Fidel Castro impusiera el partido único y el periódico único, y “Cuba, memoria sindical”, en el que se recupera la memoria histórica del sindicalismo cubano desde sus orígenes hasta el sindicalismo oficial actual.

Efectivamente, como dicen los redactores del montaje difamador, “vale la pena echar una mirada” a estos dos documentales (se les agradece la publicidad) para poder apreciar si lo que se muestra en los mismos corresponde a lo que describen en el montaje difamador o si es la verdad histórica del periodismo y el sindicalismo en Cuba, desde la instauración de la república mediatizada hasta el día de hoy, la que en ellos se recupera y se muestra.

La mala fe de los redactores del montaje calumniador (quizás Carolina lo ignore) es que no digan que el guión del documental “A partido único, periódico único” fue propuesto por Jorge Masetti (hijo del periodista argentino Jorge Masetti, desaparecido en las montañas del norte de Argentina en 1964 en una tentativa de montar la primera guerrilla “guevarista” en el continente americano) a la ONG Reporteros sin Fronteras, la que decidió financiarlo; pero que no lo difundió al negarse Masetti a retirar del filme la entrevista con Frank Fernández hablando de la prensa anarquista y anarcosindicalista en Cuba desde los comienzos del movimiento obrero hasta su prohibición por el castrismo.

Y no digamos la mala fe al no decir que el segundo documental fue financiado enteramente por la SAC (Central sindical anarcosindicalista sueca); pese a las maniobras y presiones para impedirlo realizadas por la embajada cubana en Suecia sirviéndose del exiliado uruguayo Rubén Tuestas, él que se negó a mantener sus acusaciones frente a frente con Jorge Masetti en ocasión de la presentación del primer documental en Estocolmo.

Pero lo más infame de los autores del montaje difamador es haber acusado al MLC de tener “vínculos con la CIA” y en particular a Frank Fernández por haber testimoniado sobre la prensa anarquista y sobre el anarcosindicalismo cubano. Y no digamos por el hecho de haber participado, en octubre de 2004, en la presentación de su libro, El anarquismo en Cuba, editado en francés por las ediciones de la CNT francesa. Presentación organizada por el GALSIC (Grupos de Apoyo a los Libertarios y Sindicalistas Independientes en Cuba) y en la que también se pasó el documental A partido único, periódico único, y cuyo debate posterior animé yo.

Comprendemos que les moleste que se sepa la verdad histórica de lo que ha sido la lucha política y social en Cuba, cuando ellos quisieran reducirla a la del Movimiento 26 de julio y a la vida de Fidel. Pero ya es hora de que sepan que no lograrán su objetivo y que esa verdad es y será cada vez más conocida en Cuba y en el mundo. La prueba más fehaciente es el más reciente compendio del Observatorio Crítico de Cuba, donde recogen puntualmente este montaje calumniador solidarizándose con los compañeros agraviados.

Octavio Alberola

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