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Carta al Rey Juan Carlos de un retrón

Publicado: 28 Dic 2012, 21:28
por turiferario
Una carta de una persona discapacitada al rey... Él prefiere llamarse a sí mismo retrón y el blog, de hecho, es deretronesyhombres.
Pa pensar:
Estimado Juan Carlos I: De un retrón a otro

Nadie está libre de la discapacidad. Algunos la tenemos ya de jóvenes, y a la mayoría os llega cuando os vais haciendo mayores. Ni siquiera los reyes se salvan. Ahora que parece que te va tocando a ti, yo espero que comprendas algunos problemas humanos que deberían haberse resuelto en tu Reino hace mucho tiempo ya.

Pablo Echenique

26/12/2012 - 12:54h

Estimado Juan Carlos I:

Hace poco te dirigiste a todos los españoles y nos hablaste de "la política grande", la política con mayúsculas, la de los grandes partidos y los grandes pactos. Criticaste también el "desapego" que percibes en tus súbditos precisamente hacia dicha "política grande" y hacia las instituciones que la encarnan. Como tú mismo, en tus carnes españolas, eres una institución y un ejemplo de "política grande" es normal que no comprendas el asunto. Pero no te preocupes. Yo, que soy pequeño y una no-institución, como casi todos tus súbditos, te lo voy a explicar.

Lo que sucede es que cualquier persona que tiene dos dedos de frente y que ve, simultáneamente, la riqueza que hay en tu Reino y un problema grave que tiene un ser humano concreto se vuelve inmune a todo tipo de falacias de realpolitik.

Si le dices que no hay dinero, sabe que mientes. Si le explicas que se necesitan muchos consensos, te replica que no sabe qué estás esperando para convocar la reunión. Si le argumentas que es complicado llevar a cabo tan utópica acción, te mira con suspicacia ya que sabe que no lo has intentado, y entonces duda, con razón, de que conozcas fehacientemente el nivel de complicación que tal solución conllevaría. Si le dices que no se puede, te replica que "sí se puede". Si le preguntas ¿cómo?, te contesta que "como sea".

Ésta es la actitud que todo bien nacido toma cuando hay un problema en su familia. Si tu hija tiene un accidente, si tus padres tienen una enfermedad grave, si van a desahuciar a tu hermano, todo se detiene. Todos los recursos de la familia se ponen a disposición del problema. No valen excusas, no hacen falta consensos, no se califica de "utópica" la posibilidad de una solución, y hasta se endeuda uno si hace falta. El viaje al Caribe, por supuesto, se pospone.

Es más difícil adoptar esta misma actitud cuando se trata de personas que no pertenecen a tu familia o a tu círculo más cercano, pero poco a poco, con honestidad y autocrítica, también con buena información para poderse poner en el lugar del otro, se puede conseguir.

Hay mucho de esto en lo que estás viendo en la calle.

Ayuda bastante, claro está, que los parados se cuenten por millones, que muchas familias estén empezando a conocer el hambre y que los desahuciados empiecen a constituir casi una nación por si mismos. No hay mejor manera de ponerse en el lugar del otro que estar en el lugar del otro.
Ideograma de Rey retrón
Ideograma de Rey retrón

Lo cual me lleva (parece casualidad, pero lo tenía planeado) al tema principal del que te quería hablar y que es un buen ejemplo de todo lo que te comento en los párrafos anteriores: La discapacidad.

Resulta que esto de ser retrón, o "súbdito minusválido", como supongo que nos llama la Casa Real, puede ser un problema bastante gordo. Especialmente si no tienes medios. Por eso, como con el hambre, los desahucios, o el paro, si le intentas vender la moto de la sensatez, la "política grande", el pragmatismo y otras cancamusas a un discapacitado, lo más probable es que te mire de reojo y luego te atropelle con la silla, con el riesgo de que te vuelvas a romper la cadera. El que avisa no es traidor.

El retrón cargaría contra ti con furia homicida porque tiene un problemón y entiende, con tino, que resolverlo es lo primero. Antes que hacer autopistas nuevas, antes que los aeropuertos vacíos, antes que otras olimpiadas de mentira en Madrid, y antes que seguir metiéndoles dinero en los bolsillos a los millonarios con las SICAV y otras instituciones de consenso y de "política grande".

Pero claro, tú con tu grandeza y tu institucionalidad, lo tienes complicado para ponerte en el lugar del otro.

Por eso, y sin alegrarme en lo más mínimo de tus problemas médicos, como no me alegro de los de nadie, déjame que te diga que albergo una pequeña esperanza de que todo el tema de tu cadera y los cambios en tu estilo de vida que ello acarreará, te hagan comprender un poco los problemas diarios a los que se enfrentan tus súbditos minusválidos. Aunque sin las penurias económicas, claro.

Nadie está libre de la discapacidad. Algunos la tenemos ya de jóvenes, y a la mayoría os llega cuando os vais haciendo mayores. Ni siquiera los reyes se salvan. A todos (los que no mueren jóvenes) les toca en algún momento estar en el lugar del retrón, y ahora que parece que te va tocando a ti yo espero que comprendas algunos problemas humanos que deberían haberse resuelto en tu Reino hace mucho tiempo ya. Quizás ahora, cuando veas a tus súbditos minusválidos en la calle reclamando que no les bajen (¡o al menos les paguen!) la ya de por sí miserable asignación que les corresponde por la ley de dependencia, no te den tantas ganas de decirles que su utópica reclamación es imposible sin un amplio consenso institucional al nivel de la política grande.

Atentamente,

Pablo Echenique.

...

P.D.: Me di cuenta el otro día, en tu discurso de Navidad, que estabas colocadico en la mesa de un modo un poco extraño. Como no queriendo que te viésemos sentado, pero sin poder estar de pie. Además, buscando fotos tuyas en el archivo multimedia de la web de la Casa Real, no he podido encontrar ninguna en la que salgas con esas muletas tan chulas que tienes. ¿No te dará vergüenza que veamos tu discapacidad? Si es así, no te preocupes. Cuesta un poco, pero al final la vergüenza se va.

Re: Carta al Rey Juan Carlos de un retrón

Publicado: 28 Dic 2012, 23:06
por joanarchy
No conocía el término "retrón" ni su definición.
Desde luego una buena lección que me temo no será bien asimilada por el alumno al que va dirigida...

Re: Carta al Rey Juan Carlos de un retrón

Publicado: 29 Dic 2012, 13:57
por turiferario
El término retrón supongo que es inventado... Lo cierto es que al autor del artículo lo conozco y es un tipo fuera de serie en muchos sentidos.
También publicó esta imagen con el artículo :D


Imagen

Re: Carta al Rey Juan Carlos de un retrón

Publicado: 29 Dic 2012, 17:29
por yoSkAn
me ha encantao el blog.

lo que pude reirme con esta entrada

http://www.eldiario.es/retrones/retrone ... 52169.html

y es q me recuerda el sentido del humor a un colega mío retrón, que ayuda a desmitificar un montón de cosas, a tomarlo todo con una perspectiva natural.
a mi el lenguaje sí me parece importante, pero me he reído un montonazo...
Empecemos por el principio; empecemos por el título. ¿Por qué "De retrones y hombres" y no "Mundo discapacitado" o "El rincón del diverso funcional".

Como es bien sabido, existen una serie de humanos en nuestro planeta y en nuestro país que se ven rarunos. A algunos les faltan partes que los demás suelen tener. Otros parece que tienen todas las partes pero las menean de manera curiosa, como bailando house. O las movilizan despacito y sin brío. O simplemente no las mueven para nada. También los hay que poseen las partes estándar pero con diferentes tamaños o formas que las que solemos ver en la tele y en las revistas. Tenemos otros que no ven, o no oyen, o ninguna de las dos cosas, y por supuesto los hay que piensan raro... vamos, que su parte distinta viene a ser lo que denominamos cerebro. La lista es ciertamente extensa.

En español de España, nos encontramos con muchas formas de denominar a este curioso grupo de humanos. Las más habituales son "discapacitado" o "minusválido"; versión más suave, ésta última, de la más antigua y extremal "inválido " . Es decir, en lugar de "aquél que no vale nada" (inválido), "aquél que vale menos" (minusválido). Para la gente que no tiene sentimientos y, por tanto, prefiere abandonar el disfraz del latín y las esdrújulas, están disponibles las denominaciones explícitamente despectivas, como "cojo", "tullido" o "cascao", entre otras. Pero también hay gente bien intencionada. No sería justo olvidarnos de ellos. Así, mediante las perífrasis "persona con discapacidad" o "persona con minusvalía", a veces se recuerda que estos seres sorprendentes son también personas (aunque no quede claro siempre a primera vista) y uno queda mucho mejor. En esta línea, también se ve por ahí "persona de movilidad reducida" y, para los más exigentes, para los que no quieren quedar bien sino muy bien, existen experimentos lingüísticos de extremado tacto, como por ejemplo "diverso funcional".

En este blog, a pesar de tener a nuestra disposición tan amplia gama de opciones, preferimos usar "retrón". Un vocablo inventado, sonoro, que recuerda a "retarded" en inglés, a "retroceder" y que suena despectivo. Nuestros motivos, y los míos personalmente, son básicamente dos:

Por un lado, si no te sabes reir de ti mismo, tienes un problema serio. Seas retrón o no. Cualquiera que tenga dos dedos de frente lo sabe. Si eres gordo y te molestan los chistes de gordos, 1. lo vas a pasar mal en la vida, 2. los van a contar igual cuando te gires y vas a ver por el rabillo del ojo cómo se ríen disimulando, y 3. te vas a perder algún chiste de gordos francamente bueno. Si encima vas y te empeñas en que la gente no llame "gordos” a los gordos, sino "personas de volumen curiosón", "humanos de abdomen generoso" o "delgados en desarrollo", entonces ya ni te cuento.

En segundo lugar, y más importante si cabe, es siempre bueno tener una lista de prioridades. Como escribí un día que estaba inspirado en twitter:

Receta para ser feliz: 1. Aprende a distinguir lo importante de lo que no lo es. 2. Actúa en consecuencia. 3. Sí, sí, actúa en consecuencia.

Sinceramente, hay muchas cosas que hacer que van antes que intentar modificar el lenguaje. Uno puede dedicar sus energías, su dinero y su tiempo a que la sociedad, en vez de llamarnos "minusválidos", nos llame "locomotivamente creativos", "chanantemente bailongos" o "personas con biomecánica interesante". Uno puede enfadarse cuando escucha o lee "minusválido", y ponerse a mandar cartas al director, escribir comentarios en blogs, quemar diccionarios de la RAE, o traducir el BOE a lenguaje buenista. Pero, lamentablemente, las energías, el dinero y el tiempo, son recursos limitados.

Lo siento. El mundo está hecho así.


Así que, si nos ponemos a luchar por el lenguaje, tendremos menos energías, dinero y tiempo para luchar por otras cosas. Lo cual es una pena, porque hay un montón de cosas realmente importantes por las que luchar.


Por resumirlo de algún modo, los retrones, en casi todo el mundo, son ciudadanos de tercera. En algunos países del norte de Europa las cosas se hacen más o menos bien, pero ahí se acaban las buenas noticias. En el tercer mundo, nacer con una discapacidad, o adquirirla en algún momento de tu vida, es garantía prácticamente segura de una vida de miseria, exclusión y vergüenza. En los países en desarrollo, la cosa mejora un poco, pero no tengas muchas esperanzas de tener una situación económica solvente, una buena profesión, o una vida activa y completa.

En España se ha avanzado mucho en las últimas décadas (sería tonto negarlo) y hay algunas cosas buenas; algunos pasos adelante no totalmente cancelados por los recientes pasos atrás, aunque ya veremos. En España, hay rampas en las esquinas, y en muchos edificios, aunque no en todos. Hay taxis adaptados, autobuses adaptados (en ciudades grandes, no te pases pidiendo) y te puedes subir al AVE con tu silla de ruedas. Hay colegios de integración, algunas asociaciones que te ayudan, y una cierta conciencia social.

Dicho esto, todavía nos encontramos un montón de problemas: Volar en avión es una odisea y una tortura en muchos casos, es muy difícil moverse por carretera y en pueblos pequeños, y casi siempre te toca el peor sitio en el cine o en el teatro, por poner unos cuantos ejemplos de variada importancia. Todo esto es muy molesto y seguro que tú, estimado lector, pondrías el grito en el cielo si el afectado fueses tú y no yo.

Pero lo más grave de todo, lo esencial, el punto que realmente distingue a un retrón de un bípedo (NdT: un no-retrón) es el económico.

Un retrón con un problema más o menos serio, a menos que haya nacido en una familia rica, haya heredado, le haya tocado la lotería, o haya comprado opciones en corto sobre activos referenciados al mercado inmobiliario, va a depender toda la vida de los cuidados de su familia (casi seguro, de su madre). Incluso aunque tenga trabajo y un buen sueldo, ése va a ser su destino. Las cuentas son muy fáciles de hacer, y las haremos en este blog, pero de momento créeme, que si no nos alargamos. Si el retrón no tiene familia, como es muy raro que disponga del dinero que hace falta para vivir solo, acabará recluido en una residencia.

Ésta es la situación actual, esto es lo que significa el término (más moderno) "dependiente", y esto es lo que hay parcialmente detrás de las buenas intenciones que originaron la llamada "Ley de dependencia". En pocas palabras, un retrón que tenga una discapacidad más o menos seria y que no sea rico no puede vivir solo. Piensa, estimado lector, si te ha tocado en la vida ser bípedo, cuánto nivel de placer y regocijo te produciría la perspectiva vital que describo. Si piensas cinco minutos y te imaginas los detalles en colores y en Dolby Surround, ya no tengo que convencerte de nada. Si no tienes imaginación, no te preocupes, que ya te iremos pintando buenos cuadros aquí.


Por esto, y por otros problemas serios, reales, económicos, e incluso por las múltiples piedrecitas que hay que superar en el día a día, y de las cuales también hablaremos en el blog, comprenderás que, a este retrón, le importe un bledo con qué sustantivo lo nombren en el BOE.