La CNT que yo conocí
Publicado: 06 Jun 2016, 12:06
La CNT que yo conocí.
Parece que fue hace mucho y en realidad lo fue, fue hace media vida. Cuando yo me afilie a la CNT todos los que pasábamos por el sindicato leíamos la documentación orgánica, no era mucha, cada quince días alguno de nosotros se pasaba por el Comité Regional a buscarla. Hasta allí llegaba por correo desde Madrid que era sede del Comité Nacional. Cuando querías tramitar algo al resto de sindicatos lo llevabas en mano al Comité Regional o mandabas un fax. Sea como fuere costaba más enviar que leer, por eso leíamos mucho y enviábamos poco. Para nosotros Eliseo era un conocido geógrafo francés y no la caja de pandora.
El carnet traía parte de los estatutos de la CNT y por el otro lado se iba pegando un sello que te recordaba hasta que mes tenías cotizado, cuando alguno iba al Comité Regional, aparte de traer documentos, compraba los sellos que más o menos calculábamos que íbamos a gastar en el sindicato. Los compañeros que tenían sección sindical los recogían a su vez del sindicato y los repartían en las fabricas, talleres… Aún recuerdo lo que nos reímos cuando al ir a un Pleno Regional un compañero de otro sindicato en vez de sellos tenia puesto un cuño. Nos explicó que se debía a que en su sindicato solo podían cotizar por cinco pues entre alquiler y gastos no les llegaba para más. Todos lo entendimos y no le dimos importancia. Tardaríamos años en ver que en otras latitudes hacían al revés y compraban más sellos de los que vendían para ser así Federación Local con 5 sindicatos de 51 afiliados y juntar 10 votos que darían el peso que le faltaba a sus argumentos.
Recuerdo también a los viejos del sindicato, el Secretario General era un sabio (y lo sigue siendo), vivía en Granada y todas las semanas iba a Madrid en su coche y dormía en un sofá en el sindicato para no cargar con gastos superfluos a la organización. Imagino que no necesitaba tener una tarjeta de crédito de color obscuro donde cargar miles de euros en viajes, hoteles y comidas sin tener que dar cuentas a nadie por ello. De todo lo que pudimos aprender de él siempre me quedara su humildad extrema, su compromiso con la lucha, su capacidad para autoformarse, su coherencia y como mi padre decía el ser inasequible al desaliento.
Hablando de cuentas recuerdo a Espinosa otro de aquellos que entregaron toda su vida y su capacidad a la organización, por aquel entonces hacía de tesorero. Nos pasaba fotocopias de un viejo libro donde estaban gastos e ingresos. Lo hacía todo a mano pero nunca faltaba un gasto por justificar, todo estaba claro, nítido y trasparente y sentías orgullo de pagar aquel sello porque tenías la certeza de saber en qué se gastaba hasta la última peseta de tus cuotas.
Después la cosa fue cambiando, ya nos fuimos enterando de que en ciertos Olivares se preparaban los Plenos y las estrategias que guiaban a la CNT. Primero se empezó por alardear cara al exterior. Todo eran grandes victorias, hasta los despidos eran celebrados si iban acompañados de una buena indemnización. De esto se paso a alardear entre nosotros mismos y a competir por ver quién era mejor sindicato, pronto se puso en el punto de mira a los sindicatos más pequeños o con menos actividad sindical.
De pronto el periódico CNT cambió. Resulta que había un dentro y un fuera de la CNT y ahora tocaba hacer un periódico para afuera. Tan para afuera que a muchos empezó a parecernos descafeinado, desideologizado. Dejo de ser nuestra herramienta de formación y trasformación para ser pura propaganda. Pasó a estar al servicio de los nuevos tiempos y nos mostró el camino al que pronto seriamos arrastrados. Por cierto el responsable de aquel periódico trabajaba en un periódico burgués, era un asalariado como todos los demás. Ahora ya no, ahora trabaja para una cooperativa que presta sus servicios a una fundación que pertenece a la CNT… sin duda para algunos el cambio fue a mejor.
Por otro lado se fue decidiendo que éramos una organización que tenía que dar una imagen adecuada y hay llegaron los grandes fastos del centenario. Cual presidentes de un histórico club de futbol los adalides de la nueva CNT se lanzaron a contratar orfeones, macroconciertos en lujosas salas con bien de seguratas para velar por nuestra seguridad, grupos de teatro a sueldo, charlas de ponentes internacionales que vendrían en avión a darnos unas valiosísimas lecciones magistrales, para ello se destinaba un cuarto de millón de € que por supuesto se iba a recuperar. Nada se supo de ello, ni nunca se supo quienes fueron los responsables de dilapidar aquella ingente cantidad de dinero. La autogestión, por lo visto, no estaba de centenario. Yo sí recuerdo quienes fueron.
También, y por aquello de la imagen, se decidió que la sede de la FAL no era adecuada y en vez de gastar lo necesario en reparar un local histórico que llevaba ocupado desde 1980 se compró uno como dios manda en el centro de Madrid por un milloncejo de Euros. Después resulta que este no cumplía los requisitos y tras varios años y obras se compró otro más, a las afueras de Madrid, más lejos que la sede primigenia. Nunca se supo quienes fueron los responsables de dilapidar aquella ingente cantidad de dinero y si se supo nada se les dijo. Yo si se quienes fueron.
Cuando yo me afilie a la CNT pagábamos 200 pesetas más, aparte del sello, para que un abogado afín nos llevara los casos. Después se decidió que había que contratar una cooperativa a nivel nacional que echara un cable a quien más lo necesitara. Resulta que los que más lo necesitaban resultaron ser los sindicatos más grandes, aquellos que se supone deberían tener más recursos y como no había dinero para pagarlo se decidió que lo pagáramos entre todos. Ósea que ahora además de pagar nuestro abogado, pagamos también los que utilizan los sindicatos “grandes”.
La CNT a la que sigo afiliado se va alejando de la que conocí, se aleja de la CNT austera y trasparente, de la CNT militante y voluntarista. Todo apunta que el Comité Confederal, el GTC, la FAL… seguirán gastando dinero a espuertas y que los que tenemos un punto de vista diferente seguiremos siendo apartados poco a poco, somos un estorbo. Y cuando se agote el dinero, y no falta mucho, hará falta vender locales para mantener el aparato. Porque es más importante tener abogados que tener presencia territorial, más si son pequeños sindicatos que se dedican a difundir la idea. La idea, esa incomoda idea que exige coherencia, que nos pide que seamos lo que decimos ser, que huye de las apariencias. Esa idea por la que tantos lo dieron todo y que es tan diferente de esas otras ideas que ven la CNT como algo de lo que se puede obtener.
Esta CNT que nos están cambiando, y yo sé como lo hicieron. Lo hicieron con reuniones al margen de los cauces del sindicato, y eso no nos interesa copiarlo. Pero también lo hicieron cogiendo el periódico, para no soltarlo prefiriendo cargárselo antes de que callera en otras manos. Cogiendo comités regionales y nacionales. Copando la FAL. No es nuevo. Siempre se hizo así.
Por ello animo a todos los que queremos que la CNT transite por otras veredas empecemos a trabajar desde lo local y después a que cojamos el periódico y más tarde el comité nacional. Y así el periódico y la web volverán a ser una herramienta de debate y formación, y así el Comité Nacional no irá en AVE, ni comerá marisco gallego, ni tendrá otros tratos con el GTC que no sean los de control de su trabajo. Y así podremos pasar las cuentas claras y detalladas como nos aprendió a hacerlo Espinosa. Y así los sindicatos no tendrán que temer que les vendan el local o los intenten disolver manu militari y el comité nacional no se meterá a preparar entuertos en las regionales… Y la FAL, bueno a eso podemos meterle mano cuando arreglemos el resto.
Animo y adelante, inteligencia, constancia, coherencia, organización y trabajo. No regalemos al sistema la CNT por la que lucharon nuestros abuelos.

Parece que fue hace mucho y en realidad lo fue, fue hace media vida. Cuando yo me afilie a la CNT todos los que pasábamos por el sindicato leíamos la documentación orgánica, no era mucha, cada quince días alguno de nosotros se pasaba por el Comité Regional a buscarla. Hasta allí llegaba por correo desde Madrid que era sede del Comité Nacional. Cuando querías tramitar algo al resto de sindicatos lo llevabas en mano al Comité Regional o mandabas un fax. Sea como fuere costaba más enviar que leer, por eso leíamos mucho y enviábamos poco. Para nosotros Eliseo era un conocido geógrafo francés y no la caja de pandora.
El carnet traía parte de los estatutos de la CNT y por el otro lado se iba pegando un sello que te recordaba hasta que mes tenías cotizado, cuando alguno iba al Comité Regional, aparte de traer documentos, compraba los sellos que más o menos calculábamos que íbamos a gastar en el sindicato. Los compañeros que tenían sección sindical los recogían a su vez del sindicato y los repartían en las fabricas, talleres… Aún recuerdo lo que nos reímos cuando al ir a un Pleno Regional un compañero de otro sindicato en vez de sellos tenia puesto un cuño. Nos explicó que se debía a que en su sindicato solo podían cotizar por cinco pues entre alquiler y gastos no les llegaba para más. Todos lo entendimos y no le dimos importancia. Tardaríamos años en ver que en otras latitudes hacían al revés y compraban más sellos de los que vendían para ser así Federación Local con 5 sindicatos de 51 afiliados y juntar 10 votos que darían el peso que le faltaba a sus argumentos.
Recuerdo también a los viejos del sindicato, el Secretario General era un sabio (y lo sigue siendo), vivía en Granada y todas las semanas iba a Madrid en su coche y dormía en un sofá en el sindicato para no cargar con gastos superfluos a la organización. Imagino que no necesitaba tener una tarjeta de crédito de color obscuro donde cargar miles de euros en viajes, hoteles y comidas sin tener que dar cuentas a nadie por ello. De todo lo que pudimos aprender de él siempre me quedara su humildad extrema, su compromiso con la lucha, su capacidad para autoformarse, su coherencia y como mi padre decía el ser inasequible al desaliento.
Hablando de cuentas recuerdo a Espinosa otro de aquellos que entregaron toda su vida y su capacidad a la organización, por aquel entonces hacía de tesorero. Nos pasaba fotocopias de un viejo libro donde estaban gastos e ingresos. Lo hacía todo a mano pero nunca faltaba un gasto por justificar, todo estaba claro, nítido y trasparente y sentías orgullo de pagar aquel sello porque tenías la certeza de saber en qué se gastaba hasta la última peseta de tus cuotas.
Después la cosa fue cambiando, ya nos fuimos enterando de que en ciertos Olivares se preparaban los Plenos y las estrategias que guiaban a la CNT. Primero se empezó por alardear cara al exterior. Todo eran grandes victorias, hasta los despidos eran celebrados si iban acompañados de una buena indemnización. De esto se paso a alardear entre nosotros mismos y a competir por ver quién era mejor sindicato, pronto se puso en el punto de mira a los sindicatos más pequeños o con menos actividad sindical.
De pronto el periódico CNT cambió. Resulta que había un dentro y un fuera de la CNT y ahora tocaba hacer un periódico para afuera. Tan para afuera que a muchos empezó a parecernos descafeinado, desideologizado. Dejo de ser nuestra herramienta de formación y trasformación para ser pura propaganda. Pasó a estar al servicio de los nuevos tiempos y nos mostró el camino al que pronto seriamos arrastrados. Por cierto el responsable de aquel periódico trabajaba en un periódico burgués, era un asalariado como todos los demás. Ahora ya no, ahora trabaja para una cooperativa que presta sus servicios a una fundación que pertenece a la CNT… sin duda para algunos el cambio fue a mejor.
Por otro lado se fue decidiendo que éramos una organización que tenía que dar una imagen adecuada y hay llegaron los grandes fastos del centenario. Cual presidentes de un histórico club de futbol los adalides de la nueva CNT se lanzaron a contratar orfeones, macroconciertos en lujosas salas con bien de seguratas para velar por nuestra seguridad, grupos de teatro a sueldo, charlas de ponentes internacionales que vendrían en avión a darnos unas valiosísimas lecciones magistrales, para ello se destinaba un cuarto de millón de € que por supuesto se iba a recuperar. Nada se supo de ello, ni nunca se supo quienes fueron los responsables de dilapidar aquella ingente cantidad de dinero. La autogestión, por lo visto, no estaba de centenario. Yo sí recuerdo quienes fueron.
También, y por aquello de la imagen, se decidió que la sede de la FAL no era adecuada y en vez de gastar lo necesario en reparar un local histórico que llevaba ocupado desde 1980 se compró uno como dios manda en el centro de Madrid por un milloncejo de Euros. Después resulta que este no cumplía los requisitos y tras varios años y obras se compró otro más, a las afueras de Madrid, más lejos que la sede primigenia. Nunca se supo quienes fueron los responsables de dilapidar aquella ingente cantidad de dinero y si se supo nada se les dijo. Yo si se quienes fueron.
Cuando yo me afilie a la CNT pagábamos 200 pesetas más, aparte del sello, para que un abogado afín nos llevara los casos. Después se decidió que había que contratar una cooperativa a nivel nacional que echara un cable a quien más lo necesitara. Resulta que los que más lo necesitaban resultaron ser los sindicatos más grandes, aquellos que se supone deberían tener más recursos y como no había dinero para pagarlo se decidió que lo pagáramos entre todos. Ósea que ahora además de pagar nuestro abogado, pagamos también los que utilizan los sindicatos “grandes”.
La CNT a la que sigo afiliado se va alejando de la que conocí, se aleja de la CNT austera y trasparente, de la CNT militante y voluntarista. Todo apunta que el Comité Confederal, el GTC, la FAL… seguirán gastando dinero a espuertas y que los que tenemos un punto de vista diferente seguiremos siendo apartados poco a poco, somos un estorbo. Y cuando se agote el dinero, y no falta mucho, hará falta vender locales para mantener el aparato. Porque es más importante tener abogados que tener presencia territorial, más si son pequeños sindicatos que se dedican a difundir la idea. La idea, esa incomoda idea que exige coherencia, que nos pide que seamos lo que decimos ser, que huye de las apariencias. Esa idea por la que tantos lo dieron todo y que es tan diferente de esas otras ideas que ven la CNT como algo de lo que se puede obtener.
Esta CNT que nos están cambiando, y yo sé como lo hicieron. Lo hicieron con reuniones al margen de los cauces del sindicato, y eso no nos interesa copiarlo. Pero también lo hicieron cogiendo el periódico, para no soltarlo prefiriendo cargárselo antes de que callera en otras manos. Cogiendo comités regionales y nacionales. Copando la FAL. No es nuevo. Siempre se hizo así.
Por ello animo a todos los que queremos que la CNT transite por otras veredas empecemos a trabajar desde lo local y después a que cojamos el periódico y más tarde el comité nacional. Y así el periódico y la web volverán a ser una herramienta de debate y formación, y así el Comité Nacional no irá en AVE, ni comerá marisco gallego, ni tendrá otros tratos con el GTC que no sean los de control de su trabajo. Y así podremos pasar las cuentas claras y detalladas como nos aprendió a hacerlo Espinosa. Y así los sindicatos no tendrán que temer que les vendan el local o los intenten disolver manu militari y el comité nacional no se meterá a preparar entuertos en las regionales… Y la FAL, bueno a eso podemos meterle mano cuando arreglemos el resto.
Animo y adelante, inteligencia, constancia, coherencia, organización y trabajo. No regalemos al sistema la CNT por la que lucharon nuestros abuelos.
