Contra Su-historia, contra el Leviatán (Fredy Perlman
Publicado: 19 Ago 2005, 20:51
Ojeando por alasbarricadas me he encontrado por ahí a la deriva este extracto del libro "Againts His-Story, Against-Leviatán" de Fredy Perlman. Se trata de el primer capítulo del libro, un libro básico de anarquismo anticivilización.
Contra Su-historia, Contra Leviatán Freddy Perlman
(De las primeras páginas del volumen de Fredy Perlman ¡Contra Su-historia, Contra Leviatán!)
Y estamos aquí como sobre un llano que oscurece Barrido con las confusas alarmas de lucha y pelea Donde ejércitos ignorantes combaten de noche. (M. Arnold)
Aquí uno puede ni estar de pie, ni tumbarse, ni sentarse Ni siquiera hay silencio en las montañas Sino secos y estériles truenos sin lluvia... (T.S. Eliot)
El llano que oscurece está aquí. Esto es la tierra baldía: Inglaterra, América, Rusia, China, Israel, Francia....
Y estamos aquí como víctimas, o como espectadores, o como los autores de torturas, matanzas, envenenamientos, manipulaciones, expoliaciones.
¡Hic Rhodus! ¡Este es el lugar para saltar, el lugar para bailar! ¡Esto es lo Salvaje! ¿Hubo alguna vez otra cosa? ¡Esto es salvajismo! ¿Lo llamais libertad? ¡Esto es barbarismo! La lucha por la supervivencia está bien aquí. ¿No lo hemos sabido siempre? ¿No es un secreto público? ¿Acaso no ha sido siempre el mayor secreto público?
Sigue siendo un secreto. Se sabe públicamente pero no se confiesa. lo Salvaje está públicamente en otro sitio, el barbarismo está en el extranjero, el salvajismo está en la cara del otro. Los truenos secos estériles sin lluvia, las alarmas confusas de lucha y pelea, son proyectados afuera, en el gran desconocido, a través de los mares y las montañas. Estamos al lado de los ángeles.
Una forma con cuerpo de león y cabeza de hombre, Una mirada en blanco y despiadada como el sol, Mueve sus lentos muslos ... (W.B. Yeats)
... Mueven sus muslos lentos contra lo Salvaje proyectado, contra el barbarismo reflejado, contra la cara salvaje que mira fuera de la charca, su movimiento que vacía la charca, desgarrando sus bancos, dejando un árido cráter donde había vida.
En un libro maravillosamente lúcido titulado Más allá de la Geografía, un libro que también va más allá de la historia, más allá de la tecnología, más allá de la civilización, Frederick W. Turner (no confundir con Frederick Jackson Turner, el abogado del colono) pinta el telón e inunda el escenario con luz.
Otros pintaron el telón antes de Turner; ellos son quienes desvelaron el secreto: Toynbee, Drinnon, Jennings, Camatte, Debord, Zerzan entre los contemporáneos cuyas luces he cogido prestadas; Melville, Thoreau, Blake, Rousseau, Montaigne, Las Casas entre los precursores; Lao Tze allá donde la memoria escrita puede alcanzar.
Turner coge las luces de las comunidades humanas más allá de lo incomprensible de la civilización para ver más allá de la geografía. Él ve con los ojos del desposeído del una vez hermoso mundo que descansa en la espalda de una tortuga, este doble continente cuyas charcas fueron vaciadas, cuyos bancos fueron vendidos, cuyos bosques se convirtieron en áridos cráteres el día en que se llamó América.
... Una imagen enorme de Spiritus Mundi
Enfocando la imagen, Yeats preguntó,
¿Y que ásperabestia, su hora llegada al fin, se agacha hacia Belén para nacer?
La visión es tan clara en Turner como en Yeats:
La oscuridad cae de nuevo; pero ahora sé Esto veinte siglos de sueño pedregoso Fueron vejados hasta la pesadilla por una cuna que se mece.
Los videntes de lo antiguo volvieron para compartir sus visiones con sus comunidades, tal como las mujeres compartieron su grano y hombres su caza.
Pero no hay ninguna comunidad. La memoria misma de la comunidad es una imagen empañada fuera del Spiritus Mundi.
El vidente del ahora vierte su visión sobre las hojas de papel, sobre los bancos de áridos cráteres donde matones armados montan guardia y exigen contraseña, Evidencia Positiva. Ninguna visión puede pasar por sus puertas. La única canción que pasa es una canción ida tan seca y cadavérica como los fósiles en las arenas.
Turner, él mismo un guardia, un profesor, tiene el coraje de un Bartolomé de Las Casas. Él asalta las puertas, rechaza dar la contraseña, y él canta, él dá discursos enfáticos, él casi baila.
La armadura se cae. Aunque simplemente no sea llevada como la ropa o las máscaras, aunque esté pegada a la cara y el cuerpo, aunque la piel y la carne debieran ser arrancadas con ella, la armadura se cae.
Ultimamente, muchos han asaltado las puertas. Sólo recientemente uno cantó que la red de fábricas y minas era el Archipiélago Gulag y todos los trabajadores eran zeks (a saber conscriptos, internos, bandas organizadas de trabajo). Otro cantó que los Nazis perdieron la guerra pero su nueva orden no lo hizo. Los Ranters son legión ahora. ¿Va esto sobre llover? ¿Es esto el crepúsculo de un alba nueva? ¿O es esto el crepúsculo en el que el búho de Minerva puede ver porque el día está del todo hecho?
* * *
Turner, Toynbee y otros enfocan a la bestia que destruye la única casa conocida de criaturas vivas.
Turner subtitula su libro, "El Espíritu Occidental contra lo Salvaje". Por Espíritu Occidental él quiere decir actitud o postura, el alma o el espíritu de la Civilización Occidental, conocida hoy en día como la Civilización.
Turner define lo Salvaje de la misma manera que el Espíritu Occidental, pero el término es positivo para Turner, negativo para el Espíritu Occidental: lo Salvaje abarca toda la Naturaleza y todas las comunidades humanas más allá de lo incomprensible de la Civilización.
En Un Estudio de Historia, Arnold Toynbee expresó entusiasmo por la historia y por la civilización. Después de ver el ascenso y caída de la Tercera Orden Nazi y todos los refinamientos traidos en su tren, Toynbee perdió su entusiasmo. Él expresó esta pérdida en un libro llamado La Humanidad y la Madre Tierra. La visión en este libro es familiar a Turner: la Humanidad desgarra la Madre Tierra por la mitad.
El término de Toynbee Humanidad abarca el espíritu Occidental así como las comunidades humanas más allá del conocimiento de la Civilización, y su Madre Tierra abarca toda la vida.
Tomaré prestado el término Madre Tierra de Toynbee. Ella es la primera protagonista. Ella está viva, ella es la vida misma. Ella concibe y dá a luz todo que crece. Muchos la llaman Naturaleza. Los Cristianos la llama su Desierto. El otro nombre de Toynbee para la Biosfera. Ella es la tierra firme, el agua y la tierra que envuelve nuestro planeta. Ella es el hábitat exclusivo de las criaturas vivas. Toynbee la describe como un delgado y delicado pellejo, no más alto de lo que los aviones pueden volar y no más abajo de lo que las minas pueden ser cavadas. La caliza, el carbón y el petróleo son parte de su sustancia, son materia que una vez vivió. Ella filtra selectivamente la radiación del sol con precisión para impedir que la vida se queme. Toynbee la llama un excressence, un halo o herrumbre sobre la superficie del planeta, y él especula que no pueden haber otras Biosferas.
Toynbee dice que la Humanidad, los seres humanos, en otras palabras Nosotros, ha crecido muy poderosa, más poderosa que cualquier otra criatura viva, y por fin más poderosa que la Biosfera. La humanidad tiene el poder de arruinar la delicada corteza, y lo hace.
Hay muchos modos de hablar de una trampa. Puede ser descrita desde el punto de vista del ambiente de equilibrio, del trampero, del animal atrapado. Hasta puede ser descrita del punto de vista de la trampa misma, del objetivo, el punto de vista científico, tecnológico.
Hay tantos modos de hablar del derribo de la Biosfera. Del punto de vista de un solo protagonista, la Tierra misma, se puede decir que Ella se suicida. Con dos protagonistas, la Humanidad y la Madre Tierra, se puede decir que la asesinamos. Los que aceptamos este punto de vista y nos retorcemos de vergüenza podríamos desear ser ballenas. Pero los que de nosotros tomamos el punto de vista del animal atrapado buscaremos un tercer protagonista.
El protagonista de Toynbee, la Humanidad, es demasiado difuso. Abarca todas las civilizaciones y también todas las comunidades más allá de la Civilización conocida. Aún las comunidades, como Toynbee mismo muestran, coexistieron con otros seres durante miles de generaciones sin hacerle algún daño a la Biosfera. No son los tramperos, sino los atrapados.
¿Quien, entonces, es el demoledor de la Biosfera? Turner señala al Espíritu Occidental. Es el héroe quien se pica contra lo Salvaje, quien pide una guerra de exterminio del Espíritu contra la Naturaleza, del Alma contra el Cuerpo, de la Tecnología contra la Biosfera, de la Civilización contra la Madre Tierra, del dios contra todos.
Los marxistas señalan al modo Capitalista de producción, a veces sólo a la clase Capitalista. Los anarquistas señalan al Estado. Camatte señala al Capital. Los nuevos Ranters señalan a la Tecnología o a la Civilización o ambas.
Si el protagonista de Toynbee, la Humanidad, es demasiado difuso, los otros son demasiado estrechos.
Los Marxistas ven sólo la mota en el ojo del enemigo. Ellos suplantan a su bandido con un héroe, el modo Anti-capitalista de producción, el Establishment Revolucionario. No logran ver que su héroe es la misma "forma con cuerpo de león y cabeza de hombre, una mirada fija en blanco y despiadada como el sol. " No logran ver que el modo Anti-capitalista de producción quiere sólo exceder a su hermano en el derribo de la Biosfera.
Los anarquistas son variados como la Humanidad. Hay Anarquistas gubernamentales y comerciales así como unos cuantos de alquiler. Algunos Anarquistas se diferencian de los Marxistas sólo en estar menos informados. Ellos suplantarían el estado con un centro de computadoras en red, fábricas y minas coordinadas "por los trabajadores mismos" o por un sindicato anarquista. No llamarían a este arreglo un Estado. El cambio de nombre exorcizaría la bestia.
Camatte, los nuevos Ranters y Turner tratan a los bandidos de los Marxistas y Anarquistas como simples atributos del protagonista verdadero. Camatte da un cuerpo al monstruo; él llama al monstruo Capital, tomando prestado el término de Marx, pero dándolo un contenido nuevo. Él promete describir el origen del monstruo y su trayectoria, pero aún no lo ha hecho. Los nuevos Ranters han tomado prestado luces de L. Mumford, J. Ellul y otros pero no han, en mi opinión, ido más lejos que Camatte.
Turner va más lejos. Su objetivo debe describir sólo el espíritu del monstruo, pero él sabe que es el cuerpo del monstruo el que destruye los cuerpos de las comunidades humanas y el cuerpo de la Madre Tierra. Él dice mucho sobre el origen del monstruo y su trayectoria, y habla a menudo de su armadura. Pero está fuera de su objetivo nombrar al monstruo o describir su cuerpo.
Es mi objetivo hablar del cuerpo de la bestia. Ya que tiene un cuerpo, un cuerpo monstruoso, un cuerpo que se ha hecho más poderoso que la Biosfera. Puede ser un cuerpo sin vida alguna. Puede ser una cosa muerta, un cadáver enorme. Puede mover sus lentos muslos sólo cuando las criaturas vivas lo habitan. Sin embargo, su cuerpo es quien hace el derribo.
Si la Biosfera es una excrecencia sobre la superficie del planeta, la bestia que la arruina es también una excrecencia. El demoledor de la tierra es una herrumbre o halo sobre la superficie de una comunidad humana. No es excretado por cada comunidad, por la Humanidad. Toynbee mismo echar la culpa en una minoría minúscula, en muy pocas comunidades. Quizás la bestia cadavérica fuera excretada por sólo una comunidad entre miríadas.
* * *
La bestia cadavérica excretada por una comunidad humana es jóven, como mucho tiene doscientas o trescientas generaciones de vida. Antes de volvernos a ella, echaré un vistazo a las comunidades humanas, ya que ellas son mucho más viejas, tiene miles de generaciones de vida.
Nos dicen que hasta las comunidades humanas son jóvenes, que había una edad cuando todo era de agua antes de que una almizclera se zambullera hasta el fondo del mar y pusiera la tierra en la espalda de la tortuga. Entonces nos dicen.
Supuestamente los primeros caminantes que se beneficiaron de los esfuerzos de la almizclera eran los gigantes o los dioses los que hoy día llaman dinosaurios.
Modernos profanadores de tumbas han desenterrado los huesos de este dios y exponen los huesos en las vitrinas de la Evidencia Positiva. Los profanadores de tumbas usan estos huesos para intimidar todas las historias de la memoria humana. Pero las historias del profanador de tumbas son más embotadas que la miríada del resto de las historias, y sus huesos iluminan sólo a los profanadores de tumbas mismos.
Las historias son tan variadas como sus contadores. En muchas historias, la memoria se esfuerza por alcanzar una edad cuando, la memoria, estaba alojada en una abuela que conocía a los nadadores, reptadores y caminadores tan bien como su familia porque ella anduvo sobre sus patas traseras con no más frecuencia que ellos.
En un cuento antiguo, la primera abuela cayó a la tierra de un agujero en el cielo.
En un cuento moderno, ella era un pescado con un hocico a el que, habiendo juguetonamente practicado la respiración al pasar su hocico por encima del agua, sobrevivió gracias a este truco cuando su charca se secó.
En otro cuento antiguo, la Biosfera tragó a varias abuelas antes de que el antepasado general hizo su aparición, y se espera tragar a los bisnietos de este antepasado. Toynbee puede equivocarse sobre el poder relativo de los dos protagonistas.
Muchas historias cuentan de abuelos en miniatura, enanos; un cuento moderno los llama musarañas de árbol.
Estos enanos habitaron la tierra mientras los gigantes, los dinosaurios, anduvieron a la luz del día. Prudentes musarañas de árbol bajaron al banquete de los insectos de la noche, no porque los gigantes fueran tacaños, sino debido a la discrepancia en el tamaño. Muchas las musarañas de árbol quedaron satisfechas con este arreglo y ellos permanecieron siendo musarañas de árbol. Unas, indudablemente una pequeña minoría, querían andar a la luz del día.
Por suerte para las incansables, los dinosaurios estuvieron entre las abuelas tragadas por la Biosfera. Las musarañas de árbol podrían tomar el sol, o bailar y juegar en plena luz, sin el miedo de ser pisoteadas. Minorías entre estas crecieron agitadas; algunas para avanzar lentamente, otras para volar. Las mayorías quedaron satisfechas, conservadoras, felices con sus capacidades, realizadas por sus ambientes, siguieron siendo como eran.
* * *
Los gerentes de las islas Gulag nos dicen que los nadadores, reptadores, caminadores y voladores pasaron sus vidas trabajando para comer.
Estos gerentes difunden sus noticias demasiado pronto. Los variados seres no han sido aún exterminados todos. Tú, lector/a, sólo tienes que mezclarte con ellos, o solamente mirarlos a distancia, ver que sus despiertas vidas están llenas de baile, juegos y banquetes. Hasta la caza, el acecho y el fingir y el saltar, no es lo que llamamos Trabajo, sino lo que llamamos la Diversión. Los únicos seres que trabajan son los internos de las islas Gulag, los zeks.
Los antepasados del zek hacían menos trabajo que un dueño de una corporación. No sabían lo que era el trabajo. Vivieron en una condición que J.J. Rousseau llamó "el estado de naturaleza". El término de Rousseau debería ser devuelto al uso común. Esto chirría en los nervios de los que, en palabras de R. Vaneigem, llevan cadáveres en sus bocas. Esto hace visible la armadura. Decid "estado de naturaleza " y veréis a los cadáveres mirando.
Insistid que la "libertad" y el "estado de naturaleza" son sinónimos, y los cadáveres intentarán morderos. El manso, el domesticado, intenta monopolizar la libertad de expresión; les gustaría aplicarlo a su propia condición. Ellos aplican la palabra "salvaje" al libre. Pero es otro secreto público que el manso, el domesticado, de vez en cuando se hace salvaje, pero nunca es libre mientras siga con su pluma de escritura.
Hasta el diccionario común guarda este secreto sólo medio oculto. ¡Comienza diciendo que libre significa ciudadano! Pero luego dice, "Libre: a) no determinado por nada más allá de su propia naturaleza o ser; b) determinado por la elección de actor o por sus deseos... "
El secreto está afuera. Los pájaros son libres hasta que la gente los enjaula. La Biosfera, la Madre Tierra misma, es libre cuando ella se humedece, cuando se tumba al sol y deja su piel estallar con el pelo multicolor que hormiguea con reptadores y voladores. Ella no está determinada por nada más allá de su propia naturaleza o ser hasta que otra esfera de igual magnitud se estrello con ella, o hasta que una bestia cadavéricos rasgue su piel y desgarre sus entrañas.
Los árboles, los peces e insectos son libres según crecen de la semilla a la madurez, cada uno comprendiendo su propio potencial, su deseo - hasta que la libertad del insecto sea truncada por el pájaro. El insecto comido ha regalado su libertad a la libertad del pájaro. El pájaro, por su parte, abona la semilla de la planta favorita del insecto, realzando la libertad de los herederos del insecto.
El estado de naturaleza es una comunidad de libertades.
Tal era el ambiente de las primeras comunidades humanas, y así permaneció durante miles de generaciones.
Los antropólogos modernos que llevan el Gulag en sus sesos reducen tales comunidades humanas a movimientos que parecen ser en su mayor parte trabajo, y dan el nombre de Recolectores a la gente que escoge y a veces almacena sus productos de alimentación favoritos. ¡Un empleado de banco llamaría tales comunidades Cajas de ahorros!
Los zeks de una plantación de café en Guatemala son Recolectores, y el antropólogo es una Caja de ahorros. Sus antepasados libres tenían cosas más importantes que hacer.
El pueblo !Kung ha sobrevivido milagrosamente en nuestra propia edad de exterminio. R.E. Leakey los observó en su lozana patria forestal africana. Ellos no cultivaban nada excepto a sí mismos. Hicieron de sí mismos lo que desearon ser. A ellos no les determinaba nada más allá de su propio ser - no por despertadores, no por deudas, no por ordenes de superiores. Ellos festejaban y celebraban y jugaban, a jornada completa, excepto cuando dormian. Ellos compartían todo con sus comunidades: alimento, experiencias, visiones, canciones. La gran satisfacción personal, una profunda alegría interior, vino del compartir.
( En el mundo de hoy, los lobos todavía experimentan las alegrías que vienen del compartir. Tal vez es por eso que los gobiernos pagan recompensas a los asesinos de lobos.)
S. Diamond observó a otros seres humanos libres que sobrevivieron en nuestra edad, también en África. Él podía ver que ellos no hacían ningún trabajo, pero él no podía decirlo en inglés. En cambio, él dijo que ellos no hacían ninguna distinción entre el trabajo y el juego. ¿Diamond piensa que la actividad de la gente libre puede verse como el trabajo en un momento, como juego en otro, según cómo el antropólogo desee? ¿Piensa él que ellos no sabían si su actividad era trabajo o juego? ¿Piensa él que nosotros, tú y yo, los contemporáneos armados de Diamond, no podemos distinguir su trabajo de su juego?
Si los !Kung visitaran nuestras oficinas y fábricas, podrían pensar que jugamos. ¿Por qué otra cosa nosotros estaríamos allí?
Pienso que Diamond quería decir algo más profundo. Un ingeniero que mira un oso cerca de un trozo de baya no sabría cuando parar su reloj. ¿El oso comienza a trabajar cuándo coge el pedazo de baya, cuando escoge la baya, cuando abre sus mandíbulas? Si el ingeniero tiene medio cerebro podría decir que el oso no hace ninguna distinción entre el trabajo y el juego. Si el ingeniero tiene imaginación podría decir que el oso experimenta alegría desde el momento en el que las bayas se ponen rojas, y que ninguno de los movimientos del oso es trabajo.
Leakey y otros sugieren que a los antepasados generales de los seres humanos, nuestras abuelas más antiguas, originadas en las frondosas junglas africanas, en algún sitio cerca de la patria del los !Kung. La mayoría conservadora, profundamente satisfecha por la pródiga generosidad de la naturaleza, feliz con sus logros, en paz con sigo mismos y el mundo, no tenía ninguna razón para marcharse de su casa. Ellos se quedaron.
Una incansable minoría siguió errando. Quizás estaban siguieron sus sueños. Quizás su charca favorita se secó. Quizás sus animales favoritos se fueron lejos. Esta gente era muy amiga de los animales; conocían a los animales como primos.
Se dice que los errantes han llegado a cada bosque, llano y laguna de Eurasia. Caminaron o flotaron casi a cada isla. Caminaron por el puente de tierra cerca de las heladas tierras del norte hasta la punta meridional del doble continente que iba a ser conocido como América.
Los errantes fueron a las tierras cálidas y las frías, a tierras con muchas lluvias y tierras con pocas. Quizás sentían alguna nostalgia de su cálido hogar del que se habían marchado. Si es así, la presencia de sus animales favoritos, sus primos, compensaba su pérdida. Todavía podemos ver el homenaje que algunos de ellos dieron a estos animales en las paredes de la cueva de Altamira, en las rocas de Abrigo del Sol en el Valle del Amazonas.
Algunas mujeres aprendieron de los pájaros y los vientos a esparcir semillas. Algunos hombres aprendieron de los lobos y las águilas a cazar.
Pero ninguno de ellos trabajó nunca. Y todo el mundo lo sabe. Los Cristianos armados que más tarde "descubrieron" estas comunidades sabían que esta gente no hacía ningún trabajo, y este conocimiento crispaba los nervios de los cristianos, esto les dolió, esto hizo que se asomaran los cadáveres. Los Cristianos hablaban de las mujeres que hacían "espeluznantes bailes" en sus campos en vez de confinarse a los coros; decían que los cazadores hacían muchos diabólicos "hocus pocus" antes tensar realmente la cuerda del arco.
Estos Cristianos, antiguos ingenieros, no podían contar cuando terminaba el juego y el trabajo comenzaba. Largamente familiarizados con las tareas de los zeks, los Cristianos fueron rechazados por los espeluznantes y diabólicos paganos que fingían que la Maldición del Trabajo no había caído sobre ellos. Los Cristianos pusieron rapidamente fin al "hocus pocus" y al baile, y procuraron que nadie pudiera confundirse al distinguir el trabajo del juego.
Nuestros ancestros - cogeré los términos de Turner y los llamaré los Poseídos - tenían cosas más importantes que hacer que luchar para sobrevivir. Les gustaba la naturaleza y la naturaleza les correspondía con su amor. En cualquier parte donde iban encontraban opulencia, como Marshall Sahlins muestra en su Economía de Edad de Piedra. La sociedad Contra el Estado de Pierre Clastres insiste en que la lucha por la subsistencia no es comprobable entre ninguno de los Poseídos; es comprobable entre los Desposeídos en los hoyos y en las márgenes de la industrialización progresiva. Leslie White, después de una amplia revisión de informes de lugares y años distantes, en vista de "toda la cultura Primitiva", concluye que "hay bastante para comer para una riqueza de vida rara entre los civilizados". Yo no usaría la palabra Primitiva para referirme a una gente con una riqueza de vida. Yo usaría la palabra Primitiva para referirme a mí y mis contemporáneos, con nuestra pobreza progresiva de vida.
Contra Su-historia, Contra Leviatán Freddy Perlman
(De las primeras páginas del volumen de Fredy Perlman ¡Contra Su-historia, Contra Leviatán!)
Y estamos aquí como sobre un llano que oscurece Barrido con las confusas alarmas de lucha y pelea Donde ejércitos ignorantes combaten de noche. (M. Arnold)
Aquí uno puede ni estar de pie, ni tumbarse, ni sentarse Ni siquiera hay silencio en las montañas Sino secos y estériles truenos sin lluvia... (T.S. Eliot)
El llano que oscurece está aquí. Esto es la tierra baldía: Inglaterra, América, Rusia, China, Israel, Francia....
Y estamos aquí como víctimas, o como espectadores, o como los autores de torturas, matanzas, envenenamientos, manipulaciones, expoliaciones.
¡Hic Rhodus! ¡Este es el lugar para saltar, el lugar para bailar! ¡Esto es lo Salvaje! ¿Hubo alguna vez otra cosa? ¡Esto es salvajismo! ¿Lo llamais libertad? ¡Esto es barbarismo! La lucha por la supervivencia está bien aquí. ¿No lo hemos sabido siempre? ¿No es un secreto público? ¿Acaso no ha sido siempre el mayor secreto público?
Sigue siendo un secreto. Se sabe públicamente pero no se confiesa. lo Salvaje está públicamente en otro sitio, el barbarismo está en el extranjero, el salvajismo está en la cara del otro. Los truenos secos estériles sin lluvia, las alarmas confusas de lucha y pelea, son proyectados afuera, en el gran desconocido, a través de los mares y las montañas. Estamos al lado de los ángeles.
Una forma con cuerpo de león y cabeza de hombre, Una mirada en blanco y despiadada como el sol, Mueve sus lentos muslos ... (W.B. Yeats)
... Mueven sus muslos lentos contra lo Salvaje proyectado, contra el barbarismo reflejado, contra la cara salvaje que mira fuera de la charca, su movimiento que vacía la charca, desgarrando sus bancos, dejando un árido cráter donde había vida.
En un libro maravillosamente lúcido titulado Más allá de la Geografía, un libro que también va más allá de la historia, más allá de la tecnología, más allá de la civilización, Frederick W. Turner (no confundir con Frederick Jackson Turner, el abogado del colono) pinta el telón e inunda el escenario con luz.
Otros pintaron el telón antes de Turner; ellos son quienes desvelaron el secreto: Toynbee, Drinnon, Jennings, Camatte, Debord, Zerzan entre los contemporáneos cuyas luces he cogido prestadas; Melville, Thoreau, Blake, Rousseau, Montaigne, Las Casas entre los precursores; Lao Tze allá donde la memoria escrita puede alcanzar.
Turner coge las luces de las comunidades humanas más allá de lo incomprensible de la civilización para ver más allá de la geografía. Él ve con los ojos del desposeído del una vez hermoso mundo que descansa en la espalda de una tortuga, este doble continente cuyas charcas fueron vaciadas, cuyos bancos fueron vendidos, cuyos bosques se convirtieron en áridos cráteres el día en que se llamó América.
... Una imagen enorme de Spiritus Mundi
Enfocando la imagen, Yeats preguntó,
¿Y que ásperabestia, su hora llegada al fin, se agacha hacia Belén para nacer?
La visión es tan clara en Turner como en Yeats:
La oscuridad cae de nuevo; pero ahora sé Esto veinte siglos de sueño pedregoso Fueron vejados hasta la pesadilla por una cuna que se mece.
Los videntes de lo antiguo volvieron para compartir sus visiones con sus comunidades, tal como las mujeres compartieron su grano y hombres su caza.
Pero no hay ninguna comunidad. La memoria misma de la comunidad es una imagen empañada fuera del Spiritus Mundi.
El vidente del ahora vierte su visión sobre las hojas de papel, sobre los bancos de áridos cráteres donde matones armados montan guardia y exigen contraseña, Evidencia Positiva. Ninguna visión puede pasar por sus puertas. La única canción que pasa es una canción ida tan seca y cadavérica como los fósiles en las arenas.
Turner, él mismo un guardia, un profesor, tiene el coraje de un Bartolomé de Las Casas. Él asalta las puertas, rechaza dar la contraseña, y él canta, él dá discursos enfáticos, él casi baila.
La armadura se cae. Aunque simplemente no sea llevada como la ropa o las máscaras, aunque esté pegada a la cara y el cuerpo, aunque la piel y la carne debieran ser arrancadas con ella, la armadura se cae.
Ultimamente, muchos han asaltado las puertas. Sólo recientemente uno cantó que la red de fábricas y minas era el Archipiélago Gulag y todos los trabajadores eran zeks (a saber conscriptos, internos, bandas organizadas de trabajo). Otro cantó que los Nazis perdieron la guerra pero su nueva orden no lo hizo. Los Ranters son legión ahora. ¿Va esto sobre llover? ¿Es esto el crepúsculo de un alba nueva? ¿O es esto el crepúsculo en el que el búho de Minerva puede ver porque el día está del todo hecho?
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Turner, Toynbee y otros enfocan a la bestia que destruye la única casa conocida de criaturas vivas.
Turner subtitula su libro, "El Espíritu Occidental contra lo Salvaje". Por Espíritu Occidental él quiere decir actitud o postura, el alma o el espíritu de la Civilización Occidental, conocida hoy en día como la Civilización.
Turner define lo Salvaje de la misma manera que el Espíritu Occidental, pero el término es positivo para Turner, negativo para el Espíritu Occidental: lo Salvaje abarca toda la Naturaleza y todas las comunidades humanas más allá de lo incomprensible de la Civilización.
En Un Estudio de Historia, Arnold Toynbee expresó entusiasmo por la historia y por la civilización. Después de ver el ascenso y caída de la Tercera Orden Nazi y todos los refinamientos traidos en su tren, Toynbee perdió su entusiasmo. Él expresó esta pérdida en un libro llamado La Humanidad y la Madre Tierra. La visión en este libro es familiar a Turner: la Humanidad desgarra la Madre Tierra por la mitad.
El término de Toynbee Humanidad abarca el espíritu Occidental así como las comunidades humanas más allá del conocimiento de la Civilización, y su Madre Tierra abarca toda la vida.
Tomaré prestado el término Madre Tierra de Toynbee. Ella es la primera protagonista. Ella está viva, ella es la vida misma. Ella concibe y dá a luz todo que crece. Muchos la llaman Naturaleza. Los Cristianos la llama su Desierto. El otro nombre de Toynbee para la Biosfera. Ella es la tierra firme, el agua y la tierra que envuelve nuestro planeta. Ella es el hábitat exclusivo de las criaturas vivas. Toynbee la describe como un delgado y delicado pellejo, no más alto de lo que los aviones pueden volar y no más abajo de lo que las minas pueden ser cavadas. La caliza, el carbón y el petróleo son parte de su sustancia, son materia que una vez vivió. Ella filtra selectivamente la radiación del sol con precisión para impedir que la vida se queme. Toynbee la llama un excressence, un halo o herrumbre sobre la superficie del planeta, y él especula que no pueden haber otras Biosferas.
Toynbee dice que la Humanidad, los seres humanos, en otras palabras Nosotros, ha crecido muy poderosa, más poderosa que cualquier otra criatura viva, y por fin más poderosa que la Biosfera. La humanidad tiene el poder de arruinar la delicada corteza, y lo hace.
Hay muchos modos de hablar de una trampa. Puede ser descrita desde el punto de vista del ambiente de equilibrio, del trampero, del animal atrapado. Hasta puede ser descrita del punto de vista de la trampa misma, del objetivo, el punto de vista científico, tecnológico.
Hay tantos modos de hablar del derribo de la Biosfera. Del punto de vista de un solo protagonista, la Tierra misma, se puede decir que Ella se suicida. Con dos protagonistas, la Humanidad y la Madre Tierra, se puede decir que la asesinamos. Los que aceptamos este punto de vista y nos retorcemos de vergüenza podríamos desear ser ballenas. Pero los que de nosotros tomamos el punto de vista del animal atrapado buscaremos un tercer protagonista.
El protagonista de Toynbee, la Humanidad, es demasiado difuso. Abarca todas las civilizaciones y también todas las comunidades más allá de la Civilización conocida. Aún las comunidades, como Toynbee mismo muestran, coexistieron con otros seres durante miles de generaciones sin hacerle algún daño a la Biosfera. No son los tramperos, sino los atrapados.
¿Quien, entonces, es el demoledor de la Biosfera? Turner señala al Espíritu Occidental. Es el héroe quien se pica contra lo Salvaje, quien pide una guerra de exterminio del Espíritu contra la Naturaleza, del Alma contra el Cuerpo, de la Tecnología contra la Biosfera, de la Civilización contra la Madre Tierra, del dios contra todos.
Los marxistas señalan al modo Capitalista de producción, a veces sólo a la clase Capitalista. Los anarquistas señalan al Estado. Camatte señala al Capital. Los nuevos Ranters señalan a la Tecnología o a la Civilización o ambas.
Si el protagonista de Toynbee, la Humanidad, es demasiado difuso, los otros son demasiado estrechos.
Los Marxistas ven sólo la mota en el ojo del enemigo. Ellos suplantan a su bandido con un héroe, el modo Anti-capitalista de producción, el Establishment Revolucionario. No logran ver que su héroe es la misma "forma con cuerpo de león y cabeza de hombre, una mirada fija en blanco y despiadada como el sol. " No logran ver que el modo Anti-capitalista de producción quiere sólo exceder a su hermano en el derribo de la Biosfera.
Los anarquistas son variados como la Humanidad. Hay Anarquistas gubernamentales y comerciales así como unos cuantos de alquiler. Algunos Anarquistas se diferencian de los Marxistas sólo en estar menos informados. Ellos suplantarían el estado con un centro de computadoras en red, fábricas y minas coordinadas "por los trabajadores mismos" o por un sindicato anarquista. No llamarían a este arreglo un Estado. El cambio de nombre exorcizaría la bestia.
Camatte, los nuevos Ranters y Turner tratan a los bandidos de los Marxistas y Anarquistas como simples atributos del protagonista verdadero. Camatte da un cuerpo al monstruo; él llama al monstruo Capital, tomando prestado el término de Marx, pero dándolo un contenido nuevo. Él promete describir el origen del monstruo y su trayectoria, pero aún no lo ha hecho. Los nuevos Ranters han tomado prestado luces de L. Mumford, J. Ellul y otros pero no han, en mi opinión, ido más lejos que Camatte.
Turner va más lejos. Su objetivo debe describir sólo el espíritu del monstruo, pero él sabe que es el cuerpo del monstruo el que destruye los cuerpos de las comunidades humanas y el cuerpo de la Madre Tierra. Él dice mucho sobre el origen del monstruo y su trayectoria, y habla a menudo de su armadura. Pero está fuera de su objetivo nombrar al monstruo o describir su cuerpo.
Es mi objetivo hablar del cuerpo de la bestia. Ya que tiene un cuerpo, un cuerpo monstruoso, un cuerpo que se ha hecho más poderoso que la Biosfera. Puede ser un cuerpo sin vida alguna. Puede ser una cosa muerta, un cadáver enorme. Puede mover sus lentos muslos sólo cuando las criaturas vivas lo habitan. Sin embargo, su cuerpo es quien hace el derribo.
Si la Biosfera es una excrecencia sobre la superficie del planeta, la bestia que la arruina es también una excrecencia. El demoledor de la tierra es una herrumbre o halo sobre la superficie de una comunidad humana. No es excretado por cada comunidad, por la Humanidad. Toynbee mismo echar la culpa en una minoría minúscula, en muy pocas comunidades. Quizás la bestia cadavérica fuera excretada por sólo una comunidad entre miríadas.
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La bestia cadavérica excretada por una comunidad humana es jóven, como mucho tiene doscientas o trescientas generaciones de vida. Antes de volvernos a ella, echaré un vistazo a las comunidades humanas, ya que ellas son mucho más viejas, tiene miles de generaciones de vida.
Nos dicen que hasta las comunidades humanas son jóvenes, que había una edad cuando todo era de agua antes de que una almizclera se zambullera hasta el fondo del mar y pusiera la tierra en la espalda de la tortuga. Entonces nos dicen.
Supuestamente los primeros caminantes que se beneficiaron de los esfuerzos de la almizclera eran los gigantes o los dioses los que hoy día llaman dinosaurios.
Modernos profanadores de tumbas han desenterrado los huesos de este dios y exponen los huesos en las vitrinas de la Evidencia Positiva. Los profanadores de tumbas usan estos huesos para intimidar todas las historias de la memoria humana. Pero las historias del profanador de tumbas son más embotadas que la miríada del resto de las historias, y sus huesos iluminan sólo a los profanadores de tumbas mismos.
Las historias son tan variadas como sus contadores. En muchas historias, la memoria se esfuerza por alcanzar una edad cuando, la memoria, estaba alojada en una abuela que conocía a los nadadores, reptadores y caminadores tan bien como su familia porque ella anduvo sobre sus patas traseras con no más frecuencia que ellos.
En un cuento antiguo, la primera abuela cayó a la tierra de un agujero en el cielo.
En un cuento moderno, ella era un pescado con un hocico a el que, habiendo juguetonamente practicado la respiración al pasar su hocico por encima del agua, sobrevivió gracias a este truco cuando su charca se secó.
En otro cuento antiguo, la Biosfera tragó a varias abuelas antes de que el antepasado general hizo su aparición, y se espera tragar a los bisnietos de este antepasado. Toynbee puede equivocarse sobre el poder relativo de los dos protagonistas.
Muchas historias cuentan de abuelos en miniatura, enanos; un cuento moderno los llama musarañas de árbol.
Estos enanos habitaron la tierra mientras los gigantes, los dinosaurios, anduvieron a la luz del día. Prudentes musarañas de árbol bajaron al banquete de los insectos de la noche, no porque los gigantes fueran tacaños, sino debido a la discrepancia en el tamaño. Muchas las musarañas de árbol quedaron satisfechas con este arreglo y ellos permanecieron siendo musarañas de árbol. Unas, indudablemente una pequeña minoría, querían andar a la luz del día.
Por suerte para las incansables, los dinosaurios estuvieron entre las abuelas tragadas por la Biosfera. Las musarañas de árbol podrían tomar el sol, o bailar y juegar en plena luz, sin el miedo de ser pisoteadas. Minorías entre estas crecieron agitadas; algunas para avanzar lentamente, otras para volar. Las mayorías quedaron satisfechas, conservadoras, felices con sus capacidades, realizadas por sus ambientes, siguieron siendo como eran.
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Los gerentes de las islas Gulag nos dicen que los nadadores, reptadores, caminadores y voladores pasaron sus vidas trabajando para comer.
Estos gerentes difunden sus noticias demasiado pronto. Los variados seres no han sido aún exterminados todos. Tú, lector/a, sólo tienes que mezclarte con ellos, o solamente mirarlos a distancia, ver que sus despiertas vidas están llenas de baile, juegos y banquetes. Hasta la caza, el acecho y el fingir y el saltar, no es lo que llamamos Trabajo, sino lo que llamamos la Diversión. Los únicos seres que trabajan son los internos de las islas Gulag, los zeks.
Los antepasados del zek hacían menos trabajo que un dueño de una corporación. No sabían lo que era el trabajo. Vivieron en una condición que J.J. Rousseau llamó "el estado de naturaleza". El término de Rousseau debería ser devuelto al uso común. Esto chirría en los nervios de los que, en palabras de R. Vaneigem, llevan cadáveres en sus bocas. Esto hace visible la armadura. Decid "estado de naturaleza " y veréis a los cadáveres mirando.
Insistid que la "libertad" y el "estado de naturaleza" son sinónimos, y los cadáveres intentarán morderos. El manso, el domesticado, intenta monopolizar la libertad de expresión; les gustaría aplicarlo a su propia condición. Ellos aplican la palabra "salvaje" al libre. Pero es otro secreto público que el manso, el domesticado, de vez en cuando se hace salvaje, pero nunca es libre mientras siga con su pluma de escritura.
Hasta el diccionario común guarda este secreto sólo medio oculto. ¡Comienza diciendo que libre significa ciudadano! Pero luego dice, "Libre: a) no determinado por nada más allá de su propia naturaleza o ser; b) determinado por la elección de actor o por sus deseos... "
El secreto está afuera. Los pájaros son libres hasta que la gente los enjaula. La Biosfera, la Madre Tierra misma, es libre cuando ella se humedece, cuando se tumba al sol y deja su piel estallar con el pelo multicolor que hormiguea con reptadores y voladores. Ella no está determinada por nada más allá de su propia naturaleza o ser hasta que otra esfera de igual magnitud se estrello con ella, o hasta que una bestia cadavéricos rasgue su piel y desgarre sus entrañas.
Los árboles, los peces e insectos son libres según crecen de la semilla a la madurez, cada uno comprendiendo su propio potencial, su deseo - hasta que la libertad del insecto sea truncada por el pájaro. El insecto comido ha regalado su libertad a la libertad del pájaro. El pájaro, por su parte, abona la semilla de la planta favorita del insecto, realzando la libertad de los herederos del insecto.
El estado de naturaleza es una comunidad de libertades.
Tal era el ambiente de las primeras comunidades humanas, y así permaneció durante miles de generaciones.
Los antropólogos modernos que llevan el Gulag en sus sesos reducen tales comunidades humanas a movimientos que parecen ser en su mayor parte trabajo, y dan el nombre de Recolectores a la gente que escoge y a veces almacena sus productos de alimentación favoritos. ¡Un empleado de banco llamaría tales comunidades Cajas de ahorros!
Los zeks de una plantación de café en Guatemala son Recolectores, y el antropólogo es una Caja de ahorros. Sus antepasados libres tenían cosas más importantes que hacer.
El pueblo !Kung ha sobrevivido milagrosamente en nuestra propia edad de exterminio. R.E. Leakey los observó en su lozana patria forestal africana. Ellos no cultivaban nada excepto a sí mismos. Hicieron de sí mismos lo que desearon ser. A ellos no les determinaba nada más allá de su propio ser - no por despertadores, no por deudas, no por ordenes de superiores. Ellos festejaban y celebraban y jugaban, a jornada completa, excepto cuando dormian. Ellos compartían todo con sus comunidades: alimento, experiencias, visiones, canciones. La gran satisfacción personal, una profunda alegría interior, vino del compartir.
( En el mundo de hoy, los lobos todavía experimentan las alegrías que vienen del compartir. Tal vez es por eso que los gobiernos pagan recompensas a los asesinos de lobos.)
S. Diamond observó a otros seres humanos libres que sobrevivieron en nuestra edad, también en África. Él podía ver que ellos no hacían ningún trabajo, pero él no podía decirlo en inglés. En cambio, él dijo que ellos no hacían ninguna distinción entre el trabajo y el juego. ¿Diamond piensa que la actividad de la gente libre puede verse como el trabajo en un momento, como juego en otro, según cómo el antropólogo desee? ¿Piensa él que ellos no sabían si su actividad era trabajo o juego? ¿Piensa él que nosotros, tú y yo, los contemporáneos armados de Diamond, no podemos distinguir su trabajo de su juego?
Si los !Kung visitaran nuestras oficinas y fábricas, podrían pensar que jugamos. ¿Por qué otra cosa nosotros estaríamos allí?
Pienso que Diamond quería decir algo más profundo. Un ingeniero que mira un oso cerca de un trozo de baya no sabría cuando parar su reloj. ¿El oso comienza a trabajar cuándo coge el pedazo de baya, cuando escoge la baya, cuando abre sus mandíbulas? Si el ingeniero tiene medio cerebro podría decir que el oso no hace ninguna distinción entre el trabajo y el juego. Si el ingeniero tiene imaginación podría decir que el oso experimenta alegría desde el momento en el que las bayas se ponen rojas, y que ninguno de los movimientos del oso es trabajo.
Leakey y otros sugieren que a los antepasados generales de los seres humanos, nuestras abuelas más antiguas, originadas en las frondosas junglas africanas, en algún sitio cerca de la patria del los !Kung. La mayoría conservadora, profundamente satisfecha por la pródiga generosidad de la naturaleza, feliz con sus logros, en paz con sigo mismos y el mundo, no tenía ninguna razón para marcharse de su casa. Ellos se quedaron.
Una incansable minoría siguió errando. Quizás estaban siguieron sus sueños. Quizás su charca favorita se secó. Quizás sus animales favoritos se fueron lejos. Esta gente era muy amiga de los animales; conocían a los animales como primos.
Se dice que los errantes han llegado a cada bosque, llano y laguna de Eurasia. Caminaron o flotaron casi a cada isla. Caminaron por el puente de tierra cerca de las heladas tierras del norte hasta la punta meridional del doble continente que iba a ser conocido como América.
Los errantes fueron a las tierras cálidas y las frías, a tierras con muchas lluvias y tierras con pocas. Quizás sentían alguna nostalgia de su cálido hogar del que se habían marchado. Si es así, la presencia de sus animales favoritos, sus primos, compensaba su pérdida. Todavía podemos ver el homenaje que algunos de ellos dieron a estos animales en las paredes de la cueva de Altamira, en las rocas de Abrigo del Sol en el Valle del Amazonas.
Algunas mujeres aprendieron de los pájaros y los vientos a esparcir semillas. Algunos hombres aprendieron de los lobos y las águilas a cazar.
Pero ninguno de ellos trabajó nunca. Y todo el mundo lo sabe. Los Cristianos armados que más tarde "descubrieron" estas comunidades sabían que esta gente no hacía ningún trabajo, y este conocimiento crispaba los nervios de los cristianos, esto les dolió, esto hizo que se asomaran los cadáveres. Los Cristianos hablaban de las mujeres que hacían "espeluznantes bailes" en sus campos en vez de confinarse a los coros; decían que los cazadores hacían muchos diabólicos "hocus pocus" antes tensar realmente la cuerda del arco.
Estos Cristianos, antiguos ingenieros, no podían contar cuando terminaba el juego y el trabajo comenzaba. Largamente familiarizados con las tareas de los zeks, los Cristianos fueron rechazados por los espeluznantes y diabólicos paganos que fingían que la Maldición del Trabajo no había caído sobre ellos. Los Cristianos pusieron rapidamente fin al "hocus pocus" y al baile, y procuraron que nadie pudiera confundirse al distinguir el trabajo del juego.
Nuestros ancestros - cogeré los términos de Turner y los llamaré los Poseídos - tenían cosas más importantes que hacer que luchar para sobrevivir. Les gustaba la naturaleza y la naturaleza les correspondía con su amor. En cualquier parte donde iban encontraban opulencia, como Marshall Sahlins muestra en su Economía de Edad de Piedra. La sociedad Contra el Estado de Pierre Clastres insiste en que la lucha por la subsistencia no es comprobable entre ninguno de los Poseídos; es comprobable entre los Desposeídos en los hoyos y en las márgenes de la industrialización progresiva. Leslie White, después de una amplia revisión de informes de lugares y años distantes, en vista de "toda la cultura Primitiva", concluye que "hay bastante para comer para una riqueza de vida rara entre los civilizados". Yo no usaría la palabra Primitiva para referirme a una gente con una riqueza de vida. Yo usaría la palabra Primitiva para referirme a mí y mis contemporáneos, con nuestra pobreza progresiva de vida.