Tsunami y tribus aborígenes
Publicado: 14 Feb 2005, 17:45
Sabiduría Ancestral
Tribus aborígenes se salvan del tsunami gracias a sus conocimientos de la naturaleza
" mientras 150 mil personas llamadas “civilizadas” perecieron sin percatarse del peligro que los esperaba, los aborígenes de esta misma parte del mundo que son considerados “primitivos” porque viven en condiciones de la edad de piedra, sabiamente abandonaron sus viviendas con anticipación, y se alejaron a los bosques para ponerse a salvo de los efectos del tsunami.
Ellos son las tribus de nicobareses, onges, jarwas, sentinaleses y gran andamaneses cuyos orígenes se remontan a unos 60,000 años y son descendientes de los pigmeos africanos.
Igualmente son considerados los últimos representantes del período paleolítico que, a excepción de los nicobareses, viven sin ningún contacto con el mundo “civilizado”, debido a lo inaccesibles de sus islas.
Coexisten en armonía con la naturaleza, la respetan y se consideran parte, al igual de las rocas, el agua, el cielo, los animales, las aves, los peces, los insectos, etc. Los estudiosos dicen que están en permanente contacto con el mundo físico y el mundo espiritual.
Estos hombres sabios, desde días ante del tsunami del pasado 26 de diciembre, sintieron un cambio en la melodía de los pájaros, en el sonido del agua, en los movimientos de animales y peces, un conocimiento que se perdió en siglos de "civilización" y por eso se trasladaron con todas sus pertenencias a un lugar seguro" [Diario de Nueva York]
En realidad los efectos del tsunami han sido peores de lo que indica la noticia, en especial para la tribu de los nicobareses, que data del neolítico (hace entre 5.000 y 7.000 años) y que habita en 12 de las islas del archipiélago indio. La agencia de noticias india PTI indicó que al menos 656 nicobareses han fallecido en la catástrofe y que unos 3.000 de éstos aborígenes se encuentran desaparecidos. Mientras este grupo tribal compuesto de unas 30.000 personas, ha perdido a tantos, otros grupos mucho más pequeños cuya supervivencia podía ser afectada, como los shompenes, la única tribu mongoloide de la región, que tiene una población de unas 200 personas, o los jarwas, que son unos 270, y la tribu de los onges, formada por tan solo unas 100 personas, han salido aparentemente ilesos de la catástrofe. Estas tribus son más arcaicas, datan del alto paleolítico y del mesolítico, por lo que tienen una antigüedad de entre 20.000 y 60.000 años. La ASI (Inspección Antropológica de la India) ha estado trabajando para evaluar el daño causado a estas tribus, algunas de ellas hostiles al contacto exterior. El director Rao informó de que "las áreas del los jarwas y los shompens están intactas" puesto que estas tribus habitan en los bosques del interior, y mostró su preocupación por la situación de los sentenaleses, ya que las olas gigantes han dejado muy dañadas las reservas marítimas que sirven de subsistencia a esta comunidad. "El surgimiento de tierra en la isla de Sentenel Norte no permite a los sentenaleses recoger los recursos marítimos. Los equipos de asistencia tendrán que concentrarse en este aspecto" agregó el director de la ASI.
En Tailandia los nómadas del mar supieron salvarse también gracias a sus conocimientos tradicionales mientras, cerca de ellos, morían miles de turistas.
En estos dos países, donde los indígenas siempre han sido discriminados por ser "primitivos", la sorpresa ahora es grande pues resulta que los conocimientos tradicionales pudieron más que los del "mundo moderno". Según las informaciones de la Asociación para los Pueblos Amenazados (APA), el gobierno indio espera poder proteger mejor a los habitantes de las costas de posibles catástrofes naturales o maremotos aprendiendo y estudiando los sistemas de alerta tradicionales de los pueblos indígenas. También espera que de ahora en adelante se tome en serio a los pueblos indígenas y a sus profundos conocimientos de la naturaleza y que sus derechos sean por fin respetados.
Animales de Asia siguen vivos tras los Tsunamis
A pesar de la violencia de los maremotos que arrasaron extensas áreas costeras de Indonesia, India, Tailandia y Sri Lanka, matando a más de 150 mil seres humanos, prácticamente ningún animal resultó muerto en el suceso. En el Parque Nacional Yala, la más grande reserva natural de Sri Lanka, y donde las olas avanzaron entre la maleza unos tres kilómetros, los guardaparques que se encuentran en tareas de recuperación no han avistado ni un solo animal muerto o herido. Evidentemente, aseguró H.D. Ratnayake, subdirector del Departamento Nacional de Vida Salvaje de esa gran isla, algo alertó a todos los seres vivos de la zona, con la triste excepción de los hombres.
En Sri Lanka, en la playa de Kao Lak, donde los elefantes amaestrados pasean a los turistas por las arenas, se vio un fenómeno insólito. Ocho paquidermos, haciendo caso omiso a sus cuidadores y tras manifestar gran inquietud momentos antes de que el primer Tsunami arribara a la costa, huyeron tierra adentro con los turistas que tenían en sus lomos, quienes de esa manera salvaron sus vidas. Otros elefantes que no estaban trabajando en ese instante, rompieron sus cadenas para alejarse del peligro que sus cuidadores no podían percibir. Esos infrecuentes hechos han provocado una ola de especulaciones, cual de ellas mas fantástica que las otras.
Así, se habla de cierto sexto sentido semimágico común a numerosas especies que las alertaron a tiempo, "aconsejándole" poner tierra por medio antes que las marejadas llegaran a la orilla. En ese sentido, la zoóloga Debbie Marter, especialista de protección de tigres en Sumatra, no se manifestó sorprendida, ni tampoco buscó explicaciones fuera de lo común. Aunque es cierto que algunas aves y otras especies pueden percibir cambios en el campo magnético del planeta, todos los "animales salvajes tienen un sentido muy desarrollado del oído y probablemente escucharon el avance de la inundación".Los elefantes, en particular, son capaces de percibir frecuencias sonoras ultrasónicas e infrasónicas desde grandes distancias. "Las vibraciones y posibles cambios en la presión del aire pueden haberlos alertado, llevándolos a desplazarse a donde se sintieran más seguros", añadió la experta. Escuchar a la Naturaleza sigue siendo la mejor estrategia de supervivencia conocida.
Tribus aborígenes se salvan del tsunami gracias a sus conocimientos de la naturaleza
" mientras 150 mil personas llamadas “civilizadas” perecieron sin percatarse del peligro que los esperaba, los aborígenes de esta misma parte del mundo que son considerados “primitivos” porque viven en condiciones de la edad de piedra, sabiamente abandonaron sus viviendas con anticipación, y se alejaron a los bosques para ponerse a salvo de los efectos del tsunami.
Ellos son las tribus de nicobareses, onges, jarwas, sentinaleses y gran andamaneses cuyos orígenes se remontan a unos 60,000 años y son descendientes de los pigmeos africanos.
Igualmente son considerados los últimos representantes del período paleolítico que, a excepción de los nicobareses, viven sin ningún contacto con el mundo “civilizado”, debido a lo inaccesibles de sus islas.
Coexisten en armonía con la naturaleza, la respetan y se consideran parte, al igual de las rocas, el agua, el cielo, los animales, las aves, los peces, los insectos, etc. Los estudiosos dicen que están en permanente contacto con el mundo físico y el mundo espiritual.
Estos hombres sabios, desde días ante del tsunami del pasado 26 de diciembre, sintieron un cambio en la melodía de los pájaros, en el sonido del agua, en los movimientos de animales y peces, un conocimiento que se perdió en siglos de "civilización" y por eso se trasladaron con todas sus pertenencias a un lugar seguro" [Diario de Nueva York]
En realidad los efectos del tsunami han sido peores de lo que indica la noticia, en especial para la tribu de los nicobareses, que data del neolítico (hace entre 5.000 y 7.000 años) y que habita en 12 de las islas del archipiélago indio. La agencia de noticias india PTI indicó que al menos 656 nicobareses han fallecido en la catástrofe y que unos 3.000 de éstos aborígenes se encuentran desaparecidos. Mientras este grupo tribal compuesto de unas 30.000 personas, ha perdido a tantos, otros grupos mucho más pequeños cuya supervivencia podía ser afectada, como los shompenes, la única tribu mongoloide de la región, que tiene una población de unas 200 personas, o los jarwas, que son unos 270, y la tribu de los onges, formada por tan solo unas 100 personas, han salido aparentemente ilesos de la catástrofe. Estas tribus son más arcaicas, datan del alto paleolítico y del mesolítico, por lo que tienen una antigüedad de entre 20.000 y 60.000 años. La ASI (Inspección Antropológica de la India) ha estado trabajando para evaluar el daño causado a estas tribus, algunas de ellas hostiles al contacto exterior. El director Rao informó de que "las áreas del los jarwas y los shompens están intactas" puesto que estas tribus habitan en los bosques del interior, y mostró su preocupación por la situación de los sentenaleses, ya que las olas gigantes han dejado muy dañadas las reservas marítimas que sirven de subsistencia a esta comunidad. "El surgimiento de tierra en la isla de Sentenel Norte no permite a los sentenaleses recoger los recursos marítimos. Los equipos de asistencia tendrán que concentrarse en este aspecto" agregó el director de la ASI.
En Tailandia los nómadas del mar supieron salvarse también gracias a sus conocimientos tradicionales mientras, cerca de ellos, morían miles de turistas.
En estos dos países, donde los indígenas siempre han sido discriminados por ser "primitivos", la sorpresa ahora es grande pues resulta que los conocimientos tradicionales pudieron más que los del "mundo moderno". Según las informaciones de la Asociación para los Pueblos Amenazados (APA), el gobierno indio espera poder proteger mejor a los habitantes de las costas de posibles catástrofes naturales o maremotos aprendiendo y estudiando los sistemas de alerta tradicionales de los pueblos indígenas. También espera que de ahora en adelante se tome en serio a los pueblos indígenas y a sus profundos conocimientos de la naturaleza y que sus derechos sean por fin respetados.
Animales de Asia siguen vivos tras los Tsunamis
A pesar de la violencia de los maremotos que arrasaron extensas áreas costeras de Indonesia, India, Tailandia y Sri Lanka, matando a más de 150 mil seres humanos, prácticamente ningún animal resultó muerto en el suceso. En el Parque Nacional Yala, la más grande reserva natural de Sri Lanka, y donde las olas avanzaron entre la maleza unos tres kilómetros, los guardaparques que se encuentran en tareas de recuperación no han avistado ni un solo animal muerto o herido. Evidentemente, aseguró H.D. Ratnayake, subdirector del Departamento Nacional de Vida Salvaje de esa gran isla, algo alertó a todos los seres vivos de la zona, con la triste excepción de los hombres.
En Sri Lanka, en la playa de Kao Lak, donde los elefantes amaestrados pasean a los turistas por las arenas, se vio un fenómeno insólito. Ocho paquidermos, haciendo caso omiso a sus cuidadores y tras manifestar gran inquietud momentos antes de que el primer Tsunami arribara a la costa, huyeron tierra adentro con los turistas que tenían en sus lomos, quienes de esa manera salvaron sus vidas. Otros elefantes que no estaban trabajando en ese instante, rompieron sus cadenas para alejarse del peligro que sus cuidadores no podían percibir. Esos infrecuentes hechos han provocado una ola de especulaciones, cual de ellas mas fantástica que las otras.
Así, se habla de cierto sexto sentido semimágico común a numerosas especies que las alertaron a tiempo, "aconsejándole" poner tierra por medio antes que las marejadas llegaran a la orilla. En ese sentido, la zoóloga Debbie Marter, especialista de protección de tigres en Sumatra, no se manifestó sorprendida, ni tampoco buscó explicaciones fuera de lo común. Aunque es cierto que algunas aves y otras especies pueden percibir cambios en el campo magnético del planeta, todos los "animales salvajes tienen un sentido muy desarrollado del oído y probablemente escucharon el avance de la inundación".Los elefantes, en particular, son capaces de percibir frecuencias sonoras ultrasónicas e infrasónicas desde grandes distancias. "Las vibraciones y posibles cambios en la presión del aire pueden haberlos alertado, llevándolos a desplazarse a donde se sintieran más seguros", añadió la experta. Escuchar a la Naturaleza sigue siendo la mejor estrategia de supervivencia conocida.