El fin del Petróleo:¿inicio de un mundo mejor?
Publicado: 24 Nov 2004, 12:03
http://periodicocnt.org/306nov2004/12/
Ya hasta la CNT se hace eco.
Ya hasta la CNT se hace eco.
50 dólares el barril y subiendo. El Petróleo ha alcanzado este verano su máximo histórico y no parece que vaya a detenerse ahí. ¿Son estos los "grandes beneficios" calculados por los tres "halcones" de las Azores cuando se lanzaron a esa guerra infame con el único fin de expoliar el crudo irakí? Ahora nos cuentan que la subida del precio del petróleo se debe a la inestabilidad en Irak, Venezuela y Nigeria, cuando más bien parece que esa inestabilidad es fruto de que producen un bien cada vez más escaso: el petróleo. Según los geólogos, en 2006 atravesaremos el umbral del petróleo barato. En esa fecha habremos consumido ya el 50% de las reservas mundiales y a partir de ese momento es probable que los precios suban sin freno hasta su agotamiento total en 2030
H.González y E.R. Rosell
Redacción
Fue la locuaz Ana Palacio, quien, en plena euforia ante el status alcanzado desde que se codeaba con Bush, Powell y sus adláteres, desveló las verdaderas razones de la matanza en Irak: "gracias a la guerra, los ciudadanos españoles ya pagan unos céntimos menos por la gasolina".
Sus palabras levantaron una lógica indignación entre todos los que asistíamos impotentes al sangriento espectáculo que se nos ofrecía por televisión. Reconocer que el petróleo se cotiza por encima de la vida es, sin duda, muy fuerte, pero seguramente la ex ministra no se alejaba mucho de los objetivos no declarados del Pentágono.
El Plan Nacional de Energía de 2001 ya advertía sobre la cada vez mayor dependencia energética de EEUU y la urgencia de incrementar sus reservas petrolíferas para garantizar tanto el bienestar económico actual como la seguridad nacional (los ejércitos de todo el mundo son los consumidores número uno de petróleo). Este documento se aprobó en el mes de mayo, apenas cuatro meses antes del 11-S, en el que se decidió por sorpresa ampliar las "acciones de castigo" al segundo productor mundial de crudo, Irak, de donde se extrae el 2,5% del consumo mundial (2 de los 82 millones de barriles diarios).
EEUU comenzó a ser un país importador de petróleo a principios de los 70, cuando sus propios pozos empezaron a dar síntomas de agotamiento. Desde entonces ha sido un país cada vez más dependiente de terceros países hasta el punto de que en la próxima década importará ya dos tercios de su desbocado consumo nacional. Recordemos que un utilitario estadounidense, por ejemplo, puede llegar a consumir hasta 25 litros de combustible cada 100 kilómetros, cinco veces más que los europeos (Michael Moore lo explica muy bien en sus dos últimos libros).
Desde este punto de vista, es lógico que el Pentágono trate de asegurarse el control de una parte del mercado para abastecer sus necesidades energéticas. Sin embargo, esto es sólo la punta del iceberg. EEUU, como todos los países dependientes energéticamente, no sólo necesita asegurarse el abastecimiento de petróleo, sino que necesita petróleo barato para que su economía -con un ingente déficit- no se hunda.
Y esto es, cada vez, más difícil de conseguir. Actualmente la producción mundial de petróleo ha tocado su techo máximo, no es factible seguir incrementándola, mientras la demanda crece a un ritmo insostenible y esto marca el inicio de una nueva era en la que el petróleo barato, por debajo de los 35 dólares el barril, parece haber tocado a su fin.
Este alarmante análisis lo comparten tanto las empresas petrolíferas como los gobiernos de todo el mundo y la comunidad científica, con escasos matices. Gobiernos y empresas productoras tratan de ocultar el hecho de que el petróleo se acaba con previsiones mucho más optimistas para evitar así que sus acciones se hundan; la comunidad científica, los geólogos, llevan años alertando de la crisis energética en la que nos encontramos y la falta de previsión a la hora de generar alternativas. Así, encontramos dos visiones sobre el futuro del petróleo: el optimista (y oficial) del USGS (US Geologial Survey), y el moderadamente pesimista de la ASPO (Asociation for Peak Oil), un grupo informal de científicos que siguen el método de Hubbert.
King Hubbert, ingeniero de la Shell, creó un modelo matemático -la "campana" de Hubbert- que permite calcular el momento en que un yacimiento ha llegado a la mitad de sus reservas, a su punto máximo de explotación e iniciado ya la curva descendente hacia su agotamiento. Hubbert analizó los yacimientos de su país en activo y predijo que iniciarían su declive en 1969, fecha en la EEUU que comenzaría a ser un
país importador de petróleo. Se equivocó por un año. Ocurrió en 1970.
Utilizando este modelo, Campbell y Laherrere -fundadores de la ASPO- analizaron las reservas petrolíferas mundiales y calcularon que llegarían a su declive hacia 2010. Actualmente esta fecha se ha corregido a la baja debido a la demanda, que se ha duplicado en menos de una década, y se considera que el cénit del petróleo llegará en 2006
¿Qué significa que el petróleo llegue a su cénit en 2006? Significa que en esta fecha la humanidad habrá consumido la mitad de las reservas totales conocidas hasta hoy, que podemos poner fecha al momento en que los yacimientos en activo se agotarán completamente o llegarán a un nivel tan bajo de crudo que será demasiado costoso extraerlo.
Significa también que la producción de petróleo ha alcanzado su punto máximo, que extraerlo del fondo de los pozos resultará cada vez más costoso y, por tanto, su precio podría seguir creciendo de forma indefinida hasta su agotamiento.
La ASPO ha calculado, según los datos facilitadas por los productores, normalmente bastante sobrevalorados, que el petróleo se agotará en unos 30 años si la demanda se mantiene en el nivel actual. Los productores calculan que el petróleo durará 10 años más, hasta 2040 aproximadamente
Claro que ambas cifras podrían resultar demasiado optimistas si tenemos en cuenta que la demanda crece a un ritmo insostenible. En apenas 10 años se ha duplicado a causa, fundamentalmente, del despegue de China, que ya consume un tercio de la producción mundial tras abrir sus puertas al capitalismo. La India le sigue los pasos y, si la demanda no se desacelera drásticamente, ese colchón de 30 años con el que se cuenta para desarrollar alternativas energéticas podría ser mucho más breve de lo previsto.
Energías alternativas
Y, entre tanto, ¿con qué alternativas contamos? ¿cómo vamos a sacudirnos la enorme dependencia del petróleo?
Casi todos los países del mundo han creado gabinetes o grupos de científicos que investigan, desde los 90, posibles alternativas al crudo. La Unión Europea puso en marcha en 2001 el Grupo de Alto Nivel para el Hidrógeno y las Células de Combustible.
El Hidrógeno se baraja, de hecho, como la primera alternativa para sustituir al petróleo. En muchas ciudades, entre ellas Madrid, funcionan ya autobuses movidos por hidrógeno. Aún suscita muchas discrepancias, entre otras razones porque resulta muy costoso producirlo, es muy inflamable y complicado de manejar, y no se considera idóneo para el transporte porque el hidrógeno por sí mismo no produce realmente energía, sino que la almacena y los mecanismos para volver a liberar esa energía no parecen precisamente ligeros ni móviles.
Actualmente el 90% de los transportes mundiales, ya sean civiles o militares, se mueven con petróleo, por lo que encontrar una alternativa energética en este campo es la primera prioridad.
Las energías solar y eólica producen en este momento el 1% de la electricidad que consumimos, un porcentaje muy bajo que se espera ampliar en el futuro, cuando se consiga superar el nivel de rendimiento máximo de las células fotovoltáicas, actualmente de un 13% -transforma en electricidad el 13% de la energía solar recibida- aunque ya se ha conseguido en laboratorio un 25%
Eso sí, nuestra dependencia del petróleo va mucho más allá del transporte y la electricidad. Con petróleo construimos ordenadores, muebles, medicamentos, ropa, botellas, pañales para bebés, cámaras de fotos, baterías de coche, alfombras, fertilizantes, pesticidas, herbicidas, gafas y lentillas, champú, pegamentos, pinturas, cosméticos, detergentes, teléfonos móviles, conservantes alimentarios, insecticidas, pasta de dientes, bolígrafos, neumáticos...
Un mundo más limpio
Está claro que tendremos que encontrar materiales alternativos y romper de una vez por todas nuestra esclavitud del plástico. Y a largo plazo resulta, incluso, deseable que dejemos de
depender de una vez por todas del "oro negro".
Se abre la posibilidad de un mundo mucho más limpio, en el que será posible al fin una reducción drástica de las emisiones de CO2 en el que nos rodearemos de materiales mucho más saludables que el PVC. Un mundo, incluso, mucho más autónomo, en el que tendremos que producir la energía en nuestra propia casa (ya sea energía solar o hidrógeno), sin la intermediación de las grandes corporaciones que expolian recursos de países más desfavorecidos.
Sacudirse la dependencia del petróleo supondrá, eso sí, una transición durísima. La escasez del petróleo (años 73 y 79) siempre ha producido una fuerte recesión económica a nivel mundial. Algunos economistas han calculado que una subida de apenas 10 dólares en el precio del petróleo supone subidas en el desempleo y el coste de la vida de un 0,5% y reduce el crecimiento económico en un 0,5%.
Lejos de preparar este escenario, los gobiernos de todo el mundo toman posiciones para alargar al máximo posible el uso del petróleo: incrementan sus reservas nacionales, invierten miles de millones de euros anuales en oleoductos e infraestructuras para rebañar a fondo los pozos..
EEUU no sólo ha llegado a invertir 150.000 millones de dólares (y más de 20.000 vidas) para hacerse con el crudo irakí, sino que, además, está destinando una cifra no menos espectacular a las investigaciones de yacimientos "no convencionales", como las arenas petrolíferas de Canadá (yacimientos en los que el petróleo se ha infiltrado en las arenas del subsuelo, lo que supone enormes costes de extracción), que se reservan como último recurso.
¿Por qué seguir invirtiendo en esto cuando se sabe desde hace años que el petróleo está tocando a su fin en lugar de buscar alternativas más baratas y limpias y reservar el resto del petróleo existente para casos en los que sea insustituible? ¿A qué esperan, a que se acabe la última gota de petróleo? Y, lo que es peor: ¿cuántas guerras nos esperan en los próximos
años, cuando el petróleo empiece a dar síntomas de agotamiento?