Jorge Alcalde y "Las mentiras del cambio climático"
Publicado: 14 Ene 2008, 19:49
Jorge Alcalde es un periodista de la COPE, que ha publicado un libro contra los ecologistas, a los que acusa de querer imponer una dictadura fundamentalista verde, además de mentir y exagerar sobre el cambio climático.
Su libro "Las mentiras del cambio climático" sigue a otro libro llamado "El ecologista escéptico" escrito por un científico sueco hace unos años.
Se trata de una estrategia para desprestigiar a los ecologistas, usando informes de científicos "oficiales" para atacar a los científicos "alternativos" que apoyan a los ecologistas.
Algunas cosas que dice el libro son ciertas, como que Greenpeace se ha convertido en una mafia dirigida por biólogos amantes del poder y que Al Gore es un millonario y político profesional que defiende lo que sea mientras le paguen bien por ello.
Las mentiras y exageraciones de Gore y de Greenpeace están perjudicando a los ecologistas auténticos, que son los que están a pie de calle movilizándose cada dia para impedir que este mundo todavía esté más contaminado, lleno de urbanizaciones, centrales nucleares y polígonos industriales.
Ese libro cita al epistemólogo Mario Bunge para demostrar que los científicos ecologistas hacen pseudociencia. Lo que no dice el libro es que si aplicamos los criterios de Bunge también a la ciencia oficial, resulta que también es pseudociencia, desde la mecánica cuántica hasta la nueva física. Y tampoco dice que otros epitemólogos, como el anarquista Fereyabend, todavía son más duros que Bunge en su denuncia de las irregularidades de la ciencia actual.
Este libro llama a James Lovelock un pseudocientífico, sin darse cuenta que la visión del inglés es una religión de las más primitivas, el culto a la Tierra .
Hay una guerra editorial que puede durar años entre editoriales financiadas por la COPE y el PP para desprestigiar a los ecologistas, contestados sus libros por otros de editoriales ecologistas que publican libros escritos por científicos ecologistas.
De todas maneras, la tesis de este libro se puede desmontar fácilmente, porque si, como dice, los ecologistas quisieran imponer una dictadura verde, ya lo habrían hecho en la época en que otros fascismos llegaban al poder en Europa. Pero los ecologistas nunca han tenido ni el ejército, ni las grandes empresas, ni la mayoría de la población detrás para dar un golpe de estado e imponer un fascismo verde.
No hay ningún país del mundo que sea una dictadura ecologista, si lo hubiera yo me iría a vivir allí hoy mismo.
En realidad, los ecologistas aparecen en los años 60 como reacción contra otra dictadura, la de los industriales y desarrollistas salvajes que nos estaban llenando de contaminación y de cáncer nuestros paises.
Esta dictadura desarrollista sí que tiene al ejército, las grandes empresas y mucha gente detrás, los ecologistas no.
El conflicto entre los desarrollistas y los conservacionistas es posible que venga de miles de años atrás. El control del fuego, el trabajo del hierro, del bronce, la pólvora, los cañones, las máquinas de vapor son ocasiones anteriores en que los desarrollistas se han enfrentado con los conservacionistas.
Lo que está claro es que sin los ecologistas, los desarrollistas no habrían encontrado oposición estos ultimos 50 años y ahora nuestros paises estarían todavía más contaminados y en España habrían tantas centrales nucleares como en Francia , 40.
Su libro "Las mentiras del cambio climático" sigue a otro libro llamado "El ecologista escéptico" escrito por un científico sueco hace unos años.
Se trata de una estrategia para desprestigiar a los ecologistas, usando informes de científicos "oficiales" para atacar a los científicos "alternativos" que apoyan a los ecologistas.
Algunas cosas que dice el libro son ciertas, como que Greenpeace se ha convertido en una mafia dirigida por biólogos amantes del poder y que Al Gore es un millonario y político profesional que defiende lo que sea mientras le paguen bien por ello.
Las mentiras y exageraciones de Gore y de Greenpeace están perjudicando a los ecologistas auténticos, que son los que están a pie de calle movilizándose cada dia para impedir que este mundo todavía esté más contaminado, lleno de urbanizaciones, centrales nucleares y polígonos industriales.
Ese libro cita al epistemólogo Mario Bunge para demostrar que los científicos ecologistas hacen pseudociencia. Lo que no dice el libro es que si aplicamos los criterios de Bunge también a la ciencia oficial, resulta que también es pseudociencia, desde la mecánica cuántica hasta la nueva física. Y tampoco dice que otros epitemólogos, como el anarquista Fereyabend, todavía son más duros que Bunge en su denuncia de las irregularidades de la ciencia actual.
Este libro llama a James Lovelock un pseudocientífico, sin darse cuenta que la visión del inglés es una religión de las más primitivas, el culto a la Tierra .
Hay una guerra editorial que puede durar años entre editoriales financiadas por la COPE y el PP para desprestigiar a los ecologistas, contestados sus libros por otros de editoriales ecologistas que publican libros escritos por científicos ecologistas.
De todas maneras, la tesis de este libro se puede desmontar fácilmente, porque si, como dice, los ecologistas quisieran imponer una dictadura verde, ya lo habrían hecho en la época en que otros fascismos llegaban al poder en Europa. Pero los ecologistas nunca han tenido ni el ejército, ni las grandes empresas, ni la mayoría de la población detrás para dar un golpe de estado e imponer un fascismo verde.
No hay ningún país del mundo que sea una dictadura ecologista, si lo hubiera yo me iría a vivir allí hoy mismo.
En realidad, los ecologistas aparecen en los años 60 como reacción contra otra dictadura, la de los industriales y desarrollistas salvajes que nos estaban llenando de contaminación y de cáncer nuestros paises.
Esta dictadura desarrollista sí que tiene al ejército, las grandes empresas y mucha gente detrás, los ecologistas no.
El conflicto entre los desarrollistas y los conservacionistas es posible que venga de miles de años atrás. El control del fuego, el trabajo del hierro, del bronce, la pólvora, los cañones, las máquinas de vapor son ocasiones anteriores en que los desarrollistas se han enfrentado con los conservacionistas.
Lo que está claro es que sin los ecologistas, los desarrollistas no habrían encontrado oposición estos ultimos 50 años y ahora nuestros paises estarían todavía más contaminados y en España habrían tantas centrales nucleares como en Francia , 40.