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Presente y futuro de la ganadería tradicional

Publicado: 16 May 2007, 17:03
por Ibérico Antiespañol
Fernando García- Dory, coordinador de Red PASTOR (coordinacionredpastor@leaderoriente.com)

DIAGONAL
http://www.diagonalperiodico.net

El autor analiza los problemas que atraviesa la desprestigiada profesión del pastor y apunta iniciativas coordinadas a nivel internacional.

Aun con la diversidad de cada territorio, muchos de los problemas que sufre el pastoreo son comunes: el relevo generacional, la masculinización en el sector, las políticas de conservación medioambiental que no tienen en cuenta el componente social, el bajo valor del producto, el poco reconocimiento social del oficio del pastor, la escasa dotación de servicios y dificultades que padecen los pastores trashumantes al sostener dos residencias...

Estos problemas han venido planteándose desde hace años y en el sector crece el descontento y el desánimo porque gran parte de ellos son obstáculos que la Administración plantea, sentenciando de muerte a una actividad de por sí en peligro de extinción. Sin embargo, es ahora cuando son ampliamente reconocidos los valores que el pastoreo conlleva, tanto medioambientales, como sociales, culturales y económicos, ineludibles en la tarea de mantener un medio rural vivo. Por ello, vemos cómo se multiplican iniciativas institucionales que aplauden el pastoreo, muchas veces desde el errado enfoque nostálgico y folklorista o con otra visión de desarrollo (como los museos del pastor o los usos turísticos de cañadas). En tiempos en que la autenticidad es una valor escaso, la esencia pastoril puede ser recuperada dentro de una estrategia de ‘márketing territorial’, aprovechando la riqueza gastronómica y patrimonial que el pastoreo lleva asociada. Pero, si no se puede vivir de los animales, ¿dónde queda el pastor en todo esto? Sólo en Teruel, el año pasado ha habido dos nuevas instalaciones de pastores frente a 170 que han cesado la actividad.

La necesidad urgente de acción quedó reflejada en el I Congreso Nacional de Pastores, en septiembre de 2006 en Teruel, ligado a la Red PASTOR, un proyecto de cooperación interterritorial sostenido por los grupos de acción local dentro de la iniciativa Leader +, en el que cinco comarcas de tradición pastoril, Oriente de Asturias, Montaña de Navarra, Sierra de Gudar- Javalambre, Maestrazgo y de Albarracín de Teruel y Sierra Norte de Madrid, trabajan durante cuatro años por el pastoreo. Dentro de esta iniciativa se están llevando a cabo intervenciones concretas en el plano social (fortalecimiento de las asociaciones), económico (rehabilitación de cabañas y queserías artesanales, promoción de productos) y cultural, algo crucial para la autoestima y reconocimiento de la dignidad del pastor. Por ello se han editado libros y un documental, y han comenzado en Teruel y en Asturias dos Escuelas de Pastores, para recoger el saber actualizado y formar a pastores en activo y a aquéllos interesados en la actividad.

Sequía, la peor aliada

A nivel global, no podemos olvidar que casi la mitad de las tierras emergidas son zonas áridas, con abundancia temporal de pastos tras períodos prolongados de sequía y con procesos erosivos graves en un 70%. La desertificación amenazará la subsistencia de unos mil millones de personas durante el siglo XXI, provocando la extinción de miles de especies vivientes y aumentando el hambre, la pobreza y las tensiones sociales. En estas regiones habitan 250 millones de personas nómadas y trashumantes, perfectamente adaptadas.

Investigaciones recientes demuestran que la productividad de este manejo es de dos a diez veces superior al de las prácticas sedentarias, insostenibles por su impacto ambiental sobre estos frágiles territorios.

Lejos de ser una actividad marginal, el nomadismo es practicado por porcentajes significativos en países como Mongolia (el 40% de la población), el Tíbet (24%), Kenia (15%) o Etiopía (10%). La ganadería trashumante se traslada de un lugar a otro siguiendo ciclos cortos, preestablecidos y estacionales, y la nómada que se mueve por ciclos largos, al azar, sin una ruta ya fija, guiándose por las condiciones climáticas; son las únicas prácticas sostenibles en ese ambiente. Los pueblos pastores constituyen una de las culturas más antiguas del mundo, más de 10.000 años de manejo y mejora de los territorios, y son, por tanto, depositarios de conocimientos y recursos genéticos valiosísimos para el futuro de la humanidad. Los nómadas y pastores se están coordinando a nivel mundial en redes como WAMIP (World Alliance for Mobile Pastoralists Peoples), y es con ellos con quien se organiza el próximo Encuentro Mundial de Pastores que se celebrará en Segovia en septiembre de 2007, lo que se espera sea un importante espacio de trabajo y construcción de esta red, que la dote de mayor visibilidad y la fortalezca como interlocutora a nivel estatal e internacional.

Lo importante de estos procesos es que estén liderados por los propios pastores, ya que la unión es fundamental y, desde allí, definir qué es el pastoreo hoy (tema de las próximas Jornadas de la Red PASTOR en Albarracín en julio), tejer alianzas, ensayar y visibilizar alternativas innovadoras que tomen de la tradición mirando al futuro, e implicar a la Administración en esta tarea. Como dicen los nómadas de Etiopía: lluvia, prosperidad y paz para el camino por delante.

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Escuela de Fortenete (Teruel)

El problema actual que vive el medio rural, como consecuencia de la avanzada edad de los pastores, la infravaloración del oficio y la falta de preparación, ha servido como motivación para la creación de la escuela de pastores y pastoras de Fortenete. Esta iniciativa está orientada a la inserción laboral en el sector ganadero, siendo unas de las principales destinatarias las mujeres (hay un 40% de participación femenina en los cursos ofrecidos por la escuela). Uno de los objetivos principales es garantizar la continuidad de la actividad pastoril en las áreas rurales de la provincia de Teruel, tanto en las prácticas tradicionales del cuidado de los animales como en la gestión empresarial de las explotaciones ganaderas. También busca favorecer la creación de nuevos puestos de trabajo, y perfeccionar conocimientos para hacer más viables sus proyectos.

escueladepastores@gmail.com

Publicado: 16 May 2007, 20:46
por Ibérico Antiespañol
“Hay que modernizar los modelos tradicionales”



Carolina Yacamán / Redacción DIAGONAL.

La historia ecológica de los territorios tiene que tenerse en cuenta en la política agraria europea y en la política regional.

Jaime Izquierdo, jefe del Departamento Tecnológico del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario de Asturias (SERIDA), fue uno de los ponentes en las Jornadas de Pastoreo y Paisaje (La Puebla, abril de 2007).

DIAGONAL: ¿Ha fracasado la Política Agraria Común (PAC) de la UE en su adaptación a las nuevas necesidades de la ganadería de medianas y pequeñas explotaciones?

JAIME IZQUIERDO: Sería difícil hablar de un fracaso en términos absolutos, yo creo que lo que no ha sabido hacer la PAC es adaptarse a las realidades locales y a la tipificidad de cada modelo agrario. La PAC ha introducido mucho dinero en el medio rural, pero ese dinero no nos ha servido tanto para generar desarrollo como para incrementar renta. Y lo cierto es que si desaparece la PAC, se derrumba todo, por tanto, no ha servido para estimular los modelos locales de desarrollo agrario y ganadero.

D.: Las distintas políticas agrarias se encuentran, en gran medida, sometidas a los criterios centralistas de la UE, ¿cómo afecta esto a la diversidad cultural local de los pueblos con tradición ganadera?

J. I.: Da la sensación de que las regiones españolas han estado más pendientes de ajustar sus políticas para acomodarlas a los criterios de la PAC, que en la definición de sus propios modelos y políticas de desarrollo. No sabría decir si es tanto culpa de la política centralista europea o la incapacidad de las diferentes regiones de diseñar sus propias políticas regionales.

D.: ¿Cuáles serían las razones del éxodo rural en el Estado español a finales del siglo XX?

J. I.: Hay una combinación, por una parte las oportunidades vinculadas a la industrialización y al crecimiento de las ciudades y, por otra, la poca perspicacia que tuvimos para incorporar las prácticas ganaderas tradicionales a las estrategias de conservación de la naturaleza. De hecho, los Parques Naturales podrían haber ensayado políticas de desarrollo agroecológico para demostrar cómo era posible dignificar este tipo de profesiones y así evitar el éxodo.

D.:¿Cuál es la función social que ejerce el pastor?

J. I.: El pastor es un gestor del territorio al que nunca hemos considerado como tal. Durante los procesos de industrialización, los oficios y las profesiones que han sido impulsadas son aquellas que sirvieron al propio modelo industrial. El pastoreo extensivo no encajaba en ese modelo de desarrollo y, por tanto, los pastores fueron relegados. Pero ahora nos damos cuenta de su trascendencia.

Estamos a tiempo de intentar recuperar el oficio, pero debemos hacerlo en un contexto de modernidad. Yo no creo que los jóvenes odien la ganadería, lo que odian es un trabajo en el que la retribución social no es muy elevada, y encima te obliga a estar los 365 días al año vinculados a la actividad. Si somos capaces de crear otro tipo de valor en el que los pastores en lugar de formar parte de un viejo oficio se conviertan en una nueva profesión incorporando el bienestar y generado una economía que permita el tiempo libre, evitaremos que desaparezcan los gestores del territorio.

D.: ¿Cuál podría ser la clave para un manejo sostenible del territorio?

J. I.: La clave para un manejo sostenible del territorio tiene que ver con que conozcamos cómo funcionó la historia ecológica y social de ese territorio y las formas de organización. No se trata tanto de acotar territorios y declararlos protegidos sino de buscar en cada sitio el modelo que mejor se adapte para desarrollarlo, y esto implica contar con la gestión ganadera y agrícola del territorio.

D.: ¿Existe un futuro para la ganadería tradicional en el Estado español?

J. I.: Ésta es una cuestión que nos hace pensar en términos históricos. Hace 10.000 años que en Europa se inició un proceso neolítico vinculado a la ganadería y la agricultura, hemos pasado uno de los grandes episodios que es el de la revolución industrial en el que hemos modificado sustancialmente esa forma de producir. Ahora empezamos a diseñar una sociedad postindustrial en la que los valores en alza van a ser el aprovechamiento de la energía solar, la biomasa, la producción de alimentos de calidad. Todos esos elementos que son componentes de la modernidad ya están incorporados en los sistemas tradicionales. Por tanto, es momento de buscar la modernización de esos modelos tradicionales.

Publicado: 16 May 2007, 20:51
por Ibérico Antiespañol
Pulso ganadero en la Sierra de la Puebla
COOPERATIVA LOS APISQUILLOS

Diagonal.

La ganadería marca el pulso de nuestra vida en Puebla de la Sierra. Intentar vivir del campo en este pequeño pueblo de la sierra pobre de Madrid pasa por la ganadería extensiva, base de la economía local hasta la emigración. Como en todas las comarcas ‘marginales’ de montaña, el pastoreo representa una actividad de gran peso dentro de la pluriactividad campesina serrana. El ganado menor aprovecha los recursos escasos de la montaña.

Gracias a él cerramos ciclos ecológicos y hacemos el territorio accesible, diverso y más estable. Ovejas y cabras, antes muy abundantes, casi han desaparecido, sustituidas por vacas importadas que requieren mucha menos mano de obra y cubren una demanda desmesurada de carne de vacuno. En los Apisquillos trabajamos integradamente en las actividades agrícola, forestal y ganadera. En la actualidad contamos con dos rebaños. Algo menos de 200 cabras serranas de Guadarrama y 200 ovejas de la raza ‘rubia del Molar’ en serio peligro de extinción.

Aprovechamos todos los recursos pastables de la enorme extensión del municipio (5.700 hectáreas) y las diferencias estacionales por altitud, desde los 900 metros hasta los 1.850 metros de los picos donde pasan el verano. El ganado nos requiere mucho trabajo y energía, sobre todo por falta de infraestructuras. Gracias a la organización colectiva y la cooperación de amigos, podemos ir desarrollando las otras actividades (huertas, colmenas, trabajos forestales, esquileo...). Tratamos de reducir la compra de forrajes y piensos para la suplementación de invierno mediante la restauración del agrosistema tradicional, que hoy se encuentra muy degradado (invasión de matorral, ausencia de cultivos de secano etc.).

Buscamos la restauración del terreno comunal, que las políticas ambientalesforestales incorporen las formas sociales tradicionales para reducir casi a cero el uso de antibióticos y fármacos comerciales, mediante el uso de remedios caseros, fitoterapia y homeopatía. Nuestras producciones de chivos y corderos lechales son consumidas por los grupos de consumo organizados en Madrid en torno a El puchero y por grupos de la sierra. También, hemos comenzado a ordeñar a mano las cabras y ovejas y a transformar la leche en quesos, yogur, cuajada, requesón para grupos e individuos de la sierra