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No queda tiempo para prevenir el cambio climático

Publicado: 07 Abr 2007, 23:36
por Kotan
07/04/2007
GREENPEACE DENUNCIA PRESIONES POLÍTICAS EN LA ELABORACIÓN DEL PANEL INTERGUBERNAMENTAL

Grieta de hielo en Canadá, producto del calentamiento de la tierra. (CANARIAS AHORA)
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No queda tiempo para prevenir los grandes impactos del cambio climático

http://www.canariasahora.es/noticia/5683/

CANARIAS AHORA. Las Palmas de Gran Canaria
Greenpeace conoció este fin de semana en Bruselas el último informe sobre cambio climático Impactos, Adaptación y Vulnerabilidad del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), pero advirtió que casi no queda tiempo para prevenir los impactos más dramáticos, perjudiciales y peligrosos proyectados para las próximas décadas.

El informe fue acordado despues de casi una semana de negociaciones, y tras una tensa sesión final de 24 horas ininterrumpidas que adquirió carácter predominantemente político, indignando a algunos cientí­ficos, según informa Greenpeace.

El segundo de los cuatro informes principales sobre cambio climático procedentes del IPCC en 2007, documenta los efectos que debido al aumento de las temperaturas ya se están produciendo en los distintos ecosistemas y actividades humanas y valora los cambios proyectados por el cambio climático producido por el hombre en el próximo siglo.

Se vislumbra un futuro apocalíptico: "No habrá lugar al que correr y esconderse"

"Se vislumbra un futuro apocalí­ptico. La tierra será transformada por el cambio climático causado por el hombre, a no ser que hagamos algo pronto y rápido," dijo Stephanie Tunmore, responsable de la campaña de Energí­a y Cambio Climático de Greenpeace Internacional, en Bruselas. "Este informe nos dice que nos quedamos sin tiempo".

El cambio climático afecta ya a millones de personas, ecosistemas y especies en todas las regiones del mundo. Sin embargo, a no ser que actuemos -informa Greenpeace- ahora inmediatamente reduciendo las emisiones, es probable que el cambio climático provocará mayores impactos y más severos tales como la extinción masiva de las especies; la escasez de agua, que afectará a miles de millones de personas; aumentará la sequí­a; subirá el nivel del mar; habrá más huracanes y tormentas, se producirán más inundaciones, más hambre y miseria por la disminución de la producción de alimentos en las paí­ses más pobres del mundo.

"Todos aquellos a los que les interese el destino de la Tierra deben exigir a los Gobiernos que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero, para prevenir lo peor y que esta pesadilla no llege a ser realidad. Si fallamos y no hacemos algo rápido, decidido y contundente no habrá ningún lugar al que correr y ni en el que esconderse" dijo Tunmore.

En febrero de este año el informe del IPCC El cambio climático 2007: Los fundamentos de la ciencia fí­sica, expresa con un mayor grado de confianza respecto a las evaluaciones anteriores, que la mayor parte del calentamiento observado durante el medio siglo pasado es causado por actividades humanas (con un 90% de certeza). Este informe agrega más detalle, documentando el efecto que la elevación de las temperaturas ha tenido en las personas y los ecosistemas y en lo que ocurrirá en el futuro bajo distintos escenarios.

"Todaví­a tenemos alternativa," dijo Raquel Montón, responsable de la campaña de Cambio Climático de Greenpeace en España. "Todaví­a hay tiempo para una revolución energética y transformar radicalmente nuestro sistema energético. Esa revolución necesita que los Gobiernos dejen de hablar y actuen ya".

Un informe de energía renovable para España

Greenpeace publicó recientemente un informe detallado para el abastecimiento mundial de energí­a, según este escenario se reducen un 50 por ciento las emisiones globales de CO2 para 2050, teniendo en cuenta el aumento del consumo y el crecimiento económico.

Greenpeace va a presentar un nuevo informe, exclusivo para España, el próximo 11 de abril que evalúa cuántas instalaciones de energí­as renovables serán necesarias, en qué zonas de España será más económico ubicarlas, cuál será la forma más eficiente de operarlas y cuál será el coste de la electricidad suministrada, para poder abastecer completamente la demanda de electricidad del país con energí­as renovables, en todo momento.

"Vamos a demostrar que con tecnologí­as renovables será posible cubrir todas nuestras necesidades energéticas y tener esperanza para frenar un cambio climático peligroso", ha añadido Montón.

Publicado: 12 Abr 2007, 16:33
por tyler_durden_anarka
El cambio climático: ¿Una catástrofe para Canarias?

x Celia Rodríguez Santamaría

El último informe presentado por el Grupo Intergubernamental de Expertos de Naciones Unidas (IPCC) sobre los efectos del cambio climático y el calentamiento global del Planeta dibuja un panorama desolador. Lejos han quedado los tiempos en que estas mismas previsiones, efectuadas por unos pocos científicos y por grupos de ecologistas, eran tachadas de catastrofistas o infundadas.
El citado informe, basado en evidencias empíricas contrastadas, describe las consecuencias que ya estamos sufriendo y los impactos del calentamiento del planeta en un futuro próximo. Escasez de agua potable y disminución del potencial hidroeléctrico, sequías, reducción drástica de la productividad de las cosechas, hambrunas, millones de refugiados medioambientales, crecientes problemas de salud y reaparición de enfermedades casi superadas, extinción de hasta un 30% de especies animales… La lista podría continuarse hasta saturar al lector, aunque difícilmente serviría, por sí sola, para ilustrar la gravedad de esta crisis medioambiental.

El estudio de los especialistas de la ONU especifica también cuáles serán las regiones más afectadas por el cambio climático. Entre ellas, se encuentra el África subsahariana y, en general, las islas pequeñas, como las que conforman el archipiélago canario.

En estas islas, el aumento del nivel del mar y las condiciones climáticas adversas deteriorarán las zonas costeras, afectando a las infraestructuras básicas -como puertos y muelles-, a los recursos pesqueros y a las playas, que pueden llegar a desaparecer. Sin necesidad de imaginar escenarios apocalípticos provocados por inundaciones o tormentas –que tampoco se deben descartar – los efectos que estos cambios pueden ocasionar en una economía tan frágil como la canaria son evidentes.

En un Archipiélago situado a escasos 100 Km del continente africano, y en el que se ha impuesto un depredador modelo económico responsable de la destrucción de buena parte de nuestras escasas zonas verdes, existe una tendencia hacia la desertificación, a la que difícilmente podría sobrevivir nuestro castigado sector agrícola. Por otro lado, y tal como acaban de advertir los expertos de la ONU, el aumento creciente de las temperaturas y el incremento de las olas de calor también dañará irremediablemente nuestra principal fuente de ingresos: el turismo.

Aumento de las temperaturas, desertificación, pérdida de biodiversidad, fuerte erosión de las islas… El panorama no resulta demasiado alentador. Y nada tiene que ver, desde luego, con el “paraíso de eterna primavera” que han vendido los promotores turísticos y que ha convertido a nuestras islas en lugar de descanso para ingleses, daneses o alemanes.

¿Qué sucederá en un futuro cercano – las primeras previsiones del IPCC se refieren al año 2020 – si las islas Canarias dejan de ser un destino atractivo para estos millones de turistas? La absoluta dependencia de este sector económico y nuestra incapacidad para autoabastecernos de los productos de primera necesidad – incluida la energía – permiten hablar con propiedad de un riesgo innegable de colapso económico y social. La historia de Canarias ofrece sobrados ejemplos de las consecuencias trágicas provocadas por el final abrupto de otras épocas de bonanza –al menos para algunos - fundadas también en modelos económicos dependientes de la demanda exterior y carentes de la más mínima diversificación. Una crisis análoga en la actualidad se vería agravada, además, por la desaparición casi total de nuestra pequeña agricultura y ganadería de subsistencia. Así, no resulta descabellada la posibilidad de que quienes hoy se escandalizan ante la llegada de cayucos y pateras puedan convertirse también, en un día no muy lejano, en emigrantes económicos huyendo de la pobreza de unas islas plagadas de ladrillos abandonados. El corrupto sistema político del Archipiélago, destinado a garantizar el aumento de los beneficios de una depredadora clase empresarial, que ya ha comenzado a desviar sus inversiones hacía zonas más rentables y aún por explotar, contribuye a empeorar este incierto panorama.

No deja de resultar significativo que, casi al mismo tiempo que se daban a conocer los alarmantes datos del IPCC, nuestros gobernantes, incapaces de mirar más allá de sus poltronas, se dedicaran a aprobar la construcción de 5000 nuevas camas turísticas, por su supuesto “interés general”.

¿TIENE SOLUCIÓN EL CAMBIO CLIMÁTICO?

A este respecto los hechos también han acabado por imponerse, frente a las tranquilizadoras versiones de los “moderados”, supuestamente realistas. En la actualidad, la opinión de los científicos es casi unánime: ya no es posible evitar el cambio climático. “Si las emisiones (de gases de efecto invernadero) se controlan – afirman los expertos – el calentamiento será moderado, aunque ya inevitable, y las consecuencias menos dramáticas”. En este sentido se han dirigido las recomendaciones de la ONU y los ecologistas, que piden a los gobernantes la aplicación de medidas urgentes para frenar el calentamiento global.

Los representantes de la Unión Europea han manifestado que ésta se propone reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 20%, implementando una política decidida para alcanzar este objetivo. Incluso EE.UU., el mayor emisor de gases de efecto invernadero, que en su día se negó a suscribir el protocolo de Kyoto y continúa oponiéndose a estas medidas, ha tenido que reconocer que, efectivamente, no nos encontramos ante un invento de ‘ecologistas melenudos’ sino ante un peligro muy real.

¿Hay, pues, razones para albergar esperanzas de que se produzca por fin un cambio de rumbo? Si nos limitamos a analizar la evolución de los acontecimientos –sin dejar que los deseos nublen nuestro juicio – tendremos que contestar negativamente a esta pregunta.

Aunque sólo en los últimos años se ha tomado conciencia colectiva de este peligro, los dirigentes políticos de todo el Mundo conocen desde hace al menos tres décadas que nos enfrentamos a una grave crisis medioambiental y lo que debería hacerse para combatirla. Los primeros estudios del Club de Roma sobre esta crisis datan de finales de los años sesenta. En 1972 se organizó la primera cumbre de la Tierra de la ONU. Desde esas fechas se han venido celebrando diferentes reuniones internacionales, sin que ninguna de ellas sirviera para aplicar medidas concretas que fueran capaces de frenar el grave deterioro al que está sometido el Planeta. En 1992, en la Cumbre de Río de Janeiro, los líderes mundiales realizaron pomposas declaraciones sobre la lucha contra el cambio climático y la protección de la biodiversidad. Aprobaron también un “plan de acción para lograr un desarrollo sostenible”, basado, eso sí, “en el libre mercado, el desarrollo de las nuevas tecnologías y el crecimiento económico”. Por supuesto, la crisis continuó agravándose.

El 11 de diciembre de 1997 los países industrializados se comprometieron, en la ciudad japonesa de Kyoto, a ejecutar un conjunto de medidas para reducir la emisión de los gases de efecto invernadero. Este acuerdo fue presentado entonces como la muestra más evidente de que, por fin, habían comprendido la necesidad de actuar para evitar el desastre. Aunque la media de reducciones asumida en Kyoto por estos países fue tan solo de un 5.2% - insuficiente según todos los expertos – en el año 2003 la ONU tuvo que admitir el absoluto fracaso de la iniciativa. En un informe que hizo público entonces esta organización afirmaba que “los países ricos están aumentando la emisión de gases causantes del efecto invernadero y la tendencia no presenta signos de cambiar”. En el Estado español, entre 1990 y 2003, el incremento de estas emisiones fue de casi un 40%. En Canarias, rondó el 76,6%. Todo un récord ultraperiférico, al parecer insuficiente para el gobierno autónomo de CC, que en mayo de 2004 solicitó a Madrid un tratamiento especial para seguir superando el porcentaje de emisiones de gases recomendado para el Archipiélago.

A nivel mundial, los supuestos planes para frenar el cambio climático no han impedido que éste siga empeorando. La razón fundamental es que en ningún caso éstos cuestionan – por razones comprensibles – la necesidad del sistema económico capitalista de mantener un crecimiento ilimitado y continuo. Una necesidad a todas luces insostenible con los recursos limitados de nuestra biosfera. Suponer que es posible frenar el calentamiento del planeta aumentando sin fin la producción de coches, teléfonos móviles o televisores de plasma, mientras las necesidades más básicas de la mayoría de la población mundial continúan sin ser satisfechas, constituye una utopía reaccionaria, cuyas consecuencias acabaremos por sufrir más temprano que tarde.

Nada hace presagiar, pues, que las buenas declaraciones con que ha sido acogido el último informe del IPCC vayan a modificar la tendencia actual, ni las alarmantes predicciones de los científicos especializados en el estudio del cambio climático. Para lograrlo sería preciso, en palabras de la organización ecologista WWF – “que el Mundo aplique su cerebro colectivo para pensar con perspectiva". Pero ese “cerebro colectivo”, que debería ser capaz de actuar eficazmente ante la crisis global, se enfrenta a los intereses privados de la minoría que gobierna el planeta, y también a los hábitos consumistas que ésta ha logrado inculcar en una buena parte de la población del Primer Mundo.

Superar con éxito el tremendo reto al que se enfrenta hoy el conjunto de la humanidad –algo que en absoluto está garantizado – sólo será posible si ésta logra hacer lo propio con un sistema de producción regido por la acumulación incesante que destruye de manera irreversible cuanto encuentra a su paso. Las propuestas aparentemente razonables, que confían en paliar el cambio climático rebajando unos puntos porcentuales los niveles de contaminación o apelando a la autorregulación de los grandes grupos económicos, son en realidad, esencialmente irracionales. Tampoco la ciencia y la técnica modernas, por sí solas, nos salvarán de las peores consecuencias de la crisis en curso.

Solamente la construcción de una sociedad verdaderamente gobernada por las mayorías, que garantice la satisfacción de las necesidades básicas de todos, respetando los ecosistemas a los que debemos la vida, puede garantizar en la actualidad los requisitos necesarios para evitar el desastre colectivo. La alternativa continúa siendo la barbarie. Un planeta que, de acuerdo a las previsiones del Grupo Intergubernamental de Expertos de las Naciones Unidas, será cada vez menos habitable y más terrible.

En Canarias, como en el resto de las áreas privilegiadas, la vorágine de acontecimientos que acaparan nuestra atención hará que el impacto provocado por estas previsiones sea eclipsado muy pronto por otras noticias cotidianas. Aún así, la tozuda realidad se encargará de recordárnoslos. Quizá entonces sea demasiado tarde

Publicado: 12 Abr 2007, 22:43
por Prote$ton
Canarias va a quedar como las Islas Fidgi y las Fidgi como la Atlantida..