Texto de Reclaim The Streets Coruña
http://es.geocities.com/ovejanegraweb/seccion_rts.htm
5.000 personas bajo este Estado mueren por culpa de coches y motos. Esta es la causa principal de muerte en la población comprendida entre 15 y 45 años. Obviamente estas cifras alarmantes pueden ser reducidas de muy diversas maneras y no necesariamente mediante medidas revolucionarias. Pero este no es el único motivo por el que creemos necesario una supresión del automóvil. Tampoco lo es el hecho de que el automóvil sea uno de los principales, sino el principal, causantes del cambio climático por culpa de sus masivas expulsiones de dióxido de carbono. [1]Las razones que esgrimimos, en este escrito, no van por esos caminos.
Lo que pretendemos los Eco-Anarquistas es un cambio radical de la sociedad, es decir, un cambio desde las raíces. Por lo que consideramos oportuno un cuestionamiento de la Cultura del Automovil en sí, sobre tres aspectos fundamentales, a parte de la siniestralidad: la "Cultura de la velocidad", el Modelo energético basado en energías limitadas y altamente contaminantes y al ataque que supone el automóvil al concepto de Ciudad Libre. Para no hacer de esto un sin fin de páginas, y al ser todo esto interdependiente, haremos una breve exposición simbiótica y crítica.
Hasta la llegada en masa a las urbes de los transportes de autopropulsión la calle no era lo que es para nosotros ahora, es decir, un mero camino para ir, principalmente, de lugar de trabajo a casa y viceversa. Las calles eran extensión de la exigua vivienda y un lugar realmente público hasta que las ordenanzas municipales, dando primacía a los derechos del coche, suprimieron los derechos de la convivencia.
En virtud de la concepción burguesa de libertad "individual" y de "Progreso" (industrial), las ciudades se han cuadriculado convirtiéndose en almacenes de trabajadores donde toda su mecánica gira en torno a la mecánica productivista. Dentro del pantano de cemento-hormigón se reservan lagunas protegidas: zonas verdes y zonas de recreo, cuidadosamente limitadas, reglamentadas y des-silvestradas (desnaturalizadas). La situación actual es ilógica, incluso desde el punto de vista burgués, pues en defensa de una supuesta "libertad de circulación" las ciudades son intransitables; ya no solo para peatones y ciclistas, sino también para automovilistas y usuarios de un deficiente y no suficientemente ecológico transporte público.
Es necesario acabar con el coche (causa del 60% de la contaminación de las ciudades) para hacer factible la libertad de circulación. Sustituirlos por transporte eléctrico colectivo y humanizado. Esto es, crear carriles de uso exclusivo para ellos, aumentar grandemente la flota, sustituir en la ciudad los buses por tranvías y trole buses, hacer el transporte público y ecológico gratuito –es decir pagado entre todos los vecinos- para su fomento y, repetimos: humanizarlos; esto es, hacerlos circular por ciudad a velocidades no mayores de 20/30 km/hora –romper en uno de los frentes la “Cultura de la Velocidad”, el frenetismo y el estrés- y convertir el interior del transporte ecológico en un lugar agradable y no una fila de asientos apilados; que dejen de ser meros transportes de “mercancías” para ser parte también de la convivencia social. Es por tanto que se deberían acondicionar adecuadamente, aunque se desperdicie espacio: nadie debería tener que ir de pie, deberían estar preparados para un buen uso de los descapacitados. Deberían ser lugares móviles de convivencia humana, donde se pudiese leer, hablar, tocar música o oler el vegetal que viva y purifique el aire dentro del vehículo. El transporte no debería de ser una carrera sino un goce, un punto de unión y disfrute en medio de una ciudad verde y no gris, pública y no privada, donde, libres de atascos, se pudiese llegar antes a los sitios (con una velocidad menor pero más regular) ya sea en transporte colectivo ecológico o en bicicletas, patines y similares sin tener que soportar la contaminación acústica y atmosférica
La razón productivista para contra-argumentar esto es la Razón de la Industria del Automóvil, generadora de muchos beneficios empresariales y males humano-ecológicos. El estilo de vida de los 100 km/hora, con ventanilla bajada escuchando los 40 principales y saludando a las "churris" y la supuesta libertad y poderío de controlar un máquina propiedad privada son el pailanismo burgués que debemos combatir. Pero todo esto es también un claro síntoma de la alineación social en cuanto al extrañamiento de unos con otros, de la cultura del “no hables con extraños” que hace factible que la mayoría de la gente se desplace sola en un coche rodeado por cientos de coches que viajen con otros solitarios viajeros, sin comunicarse más que para un pitido o un insulto a través de la ventanilla.
Tal vez el reclamar la LIBERTAD sin coches, la conversión del transporte en un lugar de convivencia y la calle en un lugar de juego, convivencia y reposo ecológico y humanizado suene a marciano, hippie, cuando no a trasnochado. Ciertamente es a-normal, no sigue la norma. Además, es cierto que no es suficiente, que el problema no puede ser segregado, que está en relación con muchas otras cosas como puede ser la megaconcentración urbana, el urbanismo de almacén (ciudades dormitorio), la cultura del horario y las prisas (el “no tengo tiempo) y, esto último, relacionado con la organización social de la Cultura, la división ocio-trabajo, la rutina productivista, el poder... la forma de actual de (mal)vivir. Pero es todo esto lo que queremos cambiar: queremos un cambio global pero partiendo de lo que nos rodea: el municipio. Sin dejar –por supuesto- de lado los estratos superiores que fuertemente lo condicionan cuando no lo definen. Sin dejar de combatir al enemigo: el Capitalismo.
Tal vez esto parezca una quimera, pero como decía John Lennon en su canción “Puedes decir que soy un soñador pero somos más de dos”. En el Reino Unido, en el 1995, se creó un movimiento, inspirado en el ecologismo anarquista del 68, que se llamó Reclaim The Streets (Reclama/Reaprópiate de las Calles), que cuestiona toda esta forma de vida. Que quiere ciudades libres: libres de coches y de autoritarismos, ecológicas y humanas. Un nuevo concepto de ciudad, un cambio socio-político –si se quiere- que utiliza la ocupación festiva de calles como forma de lucha, donde jóvenes, adultos y niños encuentran un espacio común entre juegos, música, pancartas y reivindicaciones para derrocar el pesimismo imperante de la ideología de “El fin de las ideologías”.
Reclaim The Streets (RTS), el movimiento, se ha expandido grandemente en estos últimos años. En el 1998 se logró hacer un RTS en 30 ciudades de todo el mundo al mismo tiempo, sus banderas y ocupaciones de fuentes y calles se vieron en Praga, Génova, etc. durante las batallas anti-globalización. Empieza a llegar nuestra Península a ciudades como Valencia, Madrid y Barcelona, es hora que llegue a Coruña.
Cuestiónate tu vida. Por un Mundo Nuevo. Reclama las Calles!!!
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[1] Una curiosidad: el 75% de la contaminación del auto es en ciudades. Las ciudades no dejan de adquirir –globalmente hablando- más y más población (actualmente más del 50% de la gente vive en ciudades) y, para colmo, China un país donde difícilmente podías ver un coche se está superpoblando de ellos actualmente... y en China viven más de 1,3 billones de