La Era de la Muerte Tecno-Industrializada y su dominio
Publicado: 02 Ago 2006, 19:04
Es en nuestra época donde el rápido movimiento de mercancías a nivel mundial ha formado un era de abundancia jamás vista, una abundancia de miles de objetos inservibles, pero que en la inversión en la sociedad del espectáculo (sociedad de espectadores ante las decisiones sobre sus propias vidas) cumple el papel crucial para su supervivencia con la creación de nuevas necesidades para mantener a los seres como mercancías mismas.
Esta forma de dominio sobre el ser humano no es nueva, y su forma de alienación tampoco, al igual que a la muerte que esta condenado desde la inauguración de la era industrial, a sus nocividades, a sus continuas agresiones, a sus imposiciones.
De la misma manera, la lógica de la tecnificación de las amplias masas occidentales ha desplazado el paradigma económico industrial pesado a los países periféricos dentro del cleavege Norte-Sur. En Occidente o en la zona central del capital, el paradigma económico evolutivo de la sociedad industrial ha sido el de la informatización.
Desde los años 50, la lógica del capital ha sido una lógica inclusiva a la expansión del capital global, cuyo motor es la tecnificación de amplias masas, que asegura la supervivencia del capital mismo y la identificación de esas amplias masas con los valores del Sistema-Máquina, cuyo confort y bienestarismo mercantilizado que la hace más débil a futuros antagonismos .
Sin esta lógica inclusiva sería imposible la colonización exacta de la totalidad de la vida social.
De hecho, la informatización totalitaria ha logrado la cohesión de todo tipo de agregados sociales a las propuestas de las élites tecno-industriales, cohesión que se ha producido mediante las armas de la seducción técnica. Un sistema como el capitalista, cuyo nivel de técnica no responde a los deseos y necesidades de los diferentes sectores sociales, sino que responde al nivel evolutivo para la supervivencia de la sociedad industrial solo puede explicarse como una consecuencia de la misma y como una forma de dominio. Nada que ver con la reapropiación técnica por parte de amplias masas de la población con la necesidad de su tecnificación para la supervivencia del capital.
No hay reapropiación (la elección de cada comunidad social del nivel de técnica necesaria y deseada, elección imposible dentro de imposición tecno-industrial del capitalismo), sino la extensión de la dominación tecnológica a través de la liberación del capital global-financiero cuyo concurso de amplias masas es necesaria.
El “devenir-fábrica” de esta sociedad se reconduce en su reestructuración hacia el “devenir-tecnólogico”: la reconversión del mundo en una sala informatizada y tecnologizada cuyo centro aún es el mundo del norte capitalista.
La dominación tecnológica se convierte uno de las armas más mortíferas del Sistema-Máquina porque mediante la seducción de la “participación” y la “cooperación” y la identificación con una neolengua orwelliana tecnificada (que desfundamenta significados y simboliza en iconos y códigos binarios) nos conduce un poco más a la separación entre individuos, a la mediatización e identificación con la pantalla en nuestras relaciones sociales, a la destrucción de la autonomía y libertad de pensamiento y acción.
El planteamiento contra la sociedad tecno-industrial y su dominio representa por lo tanto ya el posicionamiento real de una sociedad liberada a toda forma de imposición. La tarea no es fácil, y sus resistencias muestran las alternativas futuras
Esta forma de dominio sobre el ser humano no es nueva, y su forma de alienación tampoco, al igual que a la muerte que esta condenado desde la inauguración de la era industrial, a sus nocividades, a sus continuas agresiones, a sus imposiciones.
De la misma manera, la lógica de la tecnificación de las amplias masas occidentales ha desplazado el paradigma económico industrial pesado a los países periféricos dentro del cleavege Norte-Sur. En Occidente o en la zona central del capital, el paradigma económico evolutivo de la sociedad industrial ha sido el de la informatización.
Desde los años 50, la lógica del capital ha sido una lógica inclusiva a la expansión del capital global, cuyo motor es la tecnificación de amplias masas, que asegura la supervivencia del capital mismo y la identificación de esas amplias masas con los valores del Sistema-Máquina, cuyo confort y bienestarismo mercantilizado que la hace más débil a futuros antagonismos .
Sin esta lógica inclusiva sería imposible la colonización exacta de la totalidad de la vida social.
De hecho, la informatización totalitaria ha logrado la cohesión de todo tipo de agregados sociales a las propuestas de las élites tecno-industriales, cohesión que se ha producido mediante las armas de la seducción técnica. Un sistema como el capitalista, cuyo nivel de técnica no responde a los deseos y necesidades de los diferentes sectores sociales, sino que responde al nivel evolutivo para la supervivencia de la sociedad industrial solo puede explicarse como una consecuencia de la misma y como una forma de dominio. Nada que ver con la reapropiación técnica por parte de amplias masas de la población con la necesidad de su tecnificación para la supervivencia del capital.
No hay reapropiación (la elección de cada comunidad social del nivel de técnica necesaria y deseada, elección imposible dentro de imposición tecno-industrial del capitalismo), sino la extensión de la dominación tecnológica a través de la liberación del capital global-financiero cuyo concurso de amplias masas es necesaria.
El “devenir-fábrica” de esta sociedad se reconduce en su reestructuración hacia el “devenir-tecnólogico”: la reconversión del mundo en una sala informatizada y tecnologizada cuyo centro aún es el mundo del norte capitalista.
La dominación tecnológica se convierte uno de las armas más mortíferas del Sistema-Máquina porque mediante la seducción de la “participación” y la “cooperación” y la identificación con una neolengua orwelliana tecnificada (que desfundamenta significados y simboliza en iconos y códigos binarios) nos conduce un poco más a la separación entre individuos, a la mediatización e identificación con la pantalla en nuestras relaciones sociales, a la destrucción de la autonomía y libertad de pensamiento y acción.
El planteamiento contra la sociedad tecno-industrial y su dominio representa por lo tanto ya el posicionamiento real de una sociedad liberada a toda forma de imposición. La tarea no es fácil, y sus resistencias muestran las alternativas futuras