Campos electromagnéticos
Publicado: 09 May 2006, 16:43
Influencia de la frecuencia asociada al CEM
Sacado de Qué es la contaminación electromagnética de Enric Aulí
Sacado de Qué es la contaminación electromagnética de Enric Aulí
Recordemos que de una manera sencilla, definimos la frecuencia de un campo electromagnético (CEM) como su número de oscilaciones por segundo. Según la frecuencia se definen tres grandes grupos de CEM: los que tienen efectos ionizantes, los que producen efectos térmicos y los que pueden llegar a provocar desequilibrios celulares (efectos fisiológicos a largo plazo). Las fronteras entre un tipo de efecto y otro no están totalmente claras; en el texto y en la gráfica 3 se dan unos valores que se deben considerar aproximados.
Las radiaciones ionizantes corresponden a frecuencias por encima de los 1 exp [17] hercios y son aquellas que, debido a la energía que poseen, pueden provocar el efecto de la ionización: es decir que las moléculas o átomos a ellas sometidos, pierdan algunos de sus electrones. A través de este proceso, nuestras células mueren o resultan alteradas, incluidos nuestros genes, con lo que pueden producirnos la muerte, diversos cánceres o malformaciones congénitas.
Existen radiaciones ionizantes naturales como la radiación cósmica solar o la radioactividad procedente del radón, o las radiaciones ionizantes de origen humano como los rayos X, o las usadas en el tratamiento de los cánceres, así como las procedentes de explosiones y reacciones nucleares. En el capítulo correspondiente se describe este punto con mayor detalle.
Los CEM térmicos no ionizantes son los de frecuencias comprendidas entres 1 exp[9] y 1 exp[17] hercios. Provocan un incremento de temperatura en los cuerpos, pero no tienen energía suficiente para provocar la ionización. Cuanto mayor sea el incremento de temperatura, mayor será el efecto producido en nuestro cuerpo. Es el caso, por ejemplo, de los hornos de microondas y en mucha menor medida de los teléfonos móviles. En los capítulos correspondientes se describen estos puntos con mayor detalle.
Los CEM que pueden provocar desequilibrios celulares son los de frecuencia inferior a 1 exp[9] hercios. Este es el campo en que existe mayor controversia ya que son numerosísimos los estudios que se han realizado, sin llegar a presentar conclusiones claras sobre sus efectos, ni en un sentido positivo ni negativo. Diversos organismos internacionales están estudiando estos efectos. [...] Estos efectos se atribuyen a diversos mecanismos; en este libro hemos intentado agruparlos en cuatro apartados para una mayor comprensión. A continuación se describen de manera genérica:
a) Los CEM inferiores a 1 exp[9] hercios inducen corrientes eléctricas en el interior de las células vivas. [...] Evidentemente esa corriente eléctrica inducida dentro de la célula como consecuencia a la exposición a un CEM de baja frecuencia, interfiere en su correcto funcionamiento.
b) Los CEM inferiores a 10 exp[9] hercios hacen vibrar determinados iones que están en el interior de las células, por ejemplo el calcio, provocando alteraciones en la permeabilidad de las membranas de las células. Es algo similar a lo que ocurre cuando hacemos sonar un diapasón con una nota musical determinada, y vemos cómo la cuerda de la guitarra correspondiente a dicha nota vibra sola sin que nadie la toque. Cuando el CEM tiene una frecuencia que coincide con la frecuencia de vibración de un ion situado en el interior de las células, ese ion puede vibrar y ser, por tanto, causa de una disfunción en la célula.
c) Los CEM inferiores a 10 exp[9] hercios tienen frecuencias similares a las que el cuerpo humano utiliza en diversos procesos biológicos. Esos CEM provocan, por tanto interferencias en esos procesos y como consecuencia nuestro organismo resulta alterado. Un ejemplo parecido es el que le habrá ocurrido a más de un lector cuando al estar escuchando una emisora de radio, de repente oye a través del receptor la interferencia causada por el CEM de una llamada a su teléfono móvil, a pesar de que dicho móvil no ha empezado a sonar.
d) Alteraciones de nuestro equilibrio corporal eléctrico o magnético, causadas por las variaciones de los campos eléctricos. En este apartado no nos referimos a las corrientes eléctricas inducidas dentro de las células sino al desequilibrio eléctrico de todo nuestro cuerpo al ser sometido a esos CEM. [...] Ese equlibrio podría definirse como nuestro campo eléctrico y magnético natural; una alteración de los CEM en los que vivimos inmersos provoca en nosotros un desequilibrio que se traduce en trastornos de carácter, cambios de humor y quizás, a largo plazo, desequilibrios biológicos más profundos.
e) En resumen, como consecuencia de todas estas diversas alteraciones causadas por la exposición a los CEM inferiores a 10 exp[9] hercios, se provocan o se pueden provocar en nuestro organismo diversos trastornos que van desde dolor de cabeza, irritabilidad o insomnio, a disminución de la fortaleza de nuestro sistema inmunológico, con el consiguiente riesgo de contraer diversas enfermedades e incluso desarrollar una leucemia u otros tipos de cánceres. En el caso de los cánceres se estudia especialmente el papel que desempeña la disfunción de la glándula pineal, inducida por estos CEM de baja frecuencia. La exposición continuada a los CEM podría alterar la liberación a partir de la glándula pineal de la hormona llamada melatonina, que es la responsable del control de los ritmos biológicos de nuestro organismo, que inhibe las peroxidasas responsables del envejecimiento y que tiene un papel fundamental en la fortaleza de nuestro sistema inmunológico, que, recordemos, es el que nos previene tanto de enfermedades comunes como de los temidos cánceres. Hoy día la melatonina se vende en forma de medicamento para regular el ritmo biológico de nuestro sueño, alterado como consecuencia del jetlag de los vuelos transoceánicos, y hace unos años se popularizón su consumo para prevenir tumores y combatir el envejecimiento, aunque la falta de experimentación clínica y las contraindicaciones han limitado su consumo.