“Cada generación debe encontrar su tarea en medio de las tinieblas, cumplirla o destruirla” -Frantz Fanon, comienzos de los sesenta del siglo veinte.

“¡Luchar y vencer! Ese es el verdadero objetivo. No sólo para hacer declaraciones, por nobles que sean, sino para destruir el sistema que nos oprime, por cualquier medio a nuestro alcance. Y para hacer esto los presos debemos estar conectados y en comunicación con aquellos que luchan en el exterior " -George Jackson, finales de los sesenta del siglo veinte.

"¡Saludos camaradas! Hablo todo lo alto que me lo permiten estas alambradas y paredes de hormigón. He estado reflexionando durante un tiempo, ¿por qué vale la pena luchar? Porque durante el último año eso es lo que más me ha preocupado" – Preso anónimo de una cárcel de Carolina del Norte, noviembre de 2020. -> Leer más

La sindemia de Covid-19 ha añadido un nuevo elemento al panorama de la lucha anticarcelaria en USA, que alasbarricadas.org viene siguiendo en un especial desde la primera convocatoria #PrisonStrike. Las políticas de discriminación y la condición obtusa de las instituciones represivas se han hecho más evidentes con la forma en que se gestiona la enfermedad. El encarcelamiento masivo de población negra y, en general, racializada, pretende enmascarar la opresión sistemática contra estos sectores, pero las denuncias de las propias personas presas consiguen iluminarla, y hacen obligatorio organizar una respuesta. Se recogen en esta publicación algunas noticias y testimonios de la lucha anticarcelaria en las últimas semanas de noviembre, tanto de USA como de Cánada.

1) Sin respeto a la vida humana: testimonio de un preso de Carolina del Norte (It's Going Down, 20 de noviembre de 2020). – Reflexiones de un preso en una cárcel de Carolina del Norte sobre la situación de las cárceles y su conexión con el movimiento más amplio por la liberación negra.

“Cada generación debe encontrar su tarea en medio de las tinieblas, cumplirla o destruirla” -Frantz Fanon.

“¡Luchar y vencer! Ese es el verdadero objetivo. No sólo para hacer declaraciones, por nobles que sean, sino para destruir el sistema que nos oprime, por cualquier medio a nuestro alcance. Y para hacer esto los presos debemos estar conectados y en comunicación con aquellos que luchan en el exterior " -George Jackson.

By XXXXXXX Pender CI, Burgaw, Carolina del Norte. – ¡Saludos camaradas! Hablo todo lo alto que me lo permiten estas alambradas y paredes de hormigón. He estado reflexionando durante un tiempo, ¿por qué vale la pena luchar? Porque durante el último año eso es lo que más me ha preocupado.

¿Esto es injusticia o justicia? No lo sé. Pero hace una semana escuché la que le cayó encima a un compañero, con botas, puños y porras, por parte de ocho a diez funcionarios, durante cuarenta y cinco minutos a una hora. Luego lo dejaron sentado en una celda que había sido gaseada con gas pimienta, para que no pudiera respirar, con la cara ensangrentada, el cuerpo hinchado y completamente desnudo. ¿Es eso suficiente para luchar?

Un preso con un tumor cerebral le dice a su vigilante: "Me arde la cabeza". Lo llevan al médico, quien a su vez les dice a los celadores que lo lleven de regreso, nadie lo llamó. Cuando lo devolvieron al bloque, su nariz comenzó a sangrar como un río. Una hora más tarde se certificó su defunción. No olvides que el día anterior pudo haber visto a su madre, pero se lo impidieron por una razón que no conozco. ¿Es eso suficiente para luchar?

O cómo un preso que comparte la celda en que duerme con destinados a la cocina fue llevado al hospital por Covid-19 y aún así el resto fueron a trabajar a la cocina como si nada hubiera pasado. Como si el período de cuarentena de catorce días no se aplicara a ellos, porque de lo contrario el personal a sueldo de la cárcel tendría que preparar y entregar la comida, y limpiar la cocina ellos mismos. Esta cárcel tiene actualmente más de 132 personas infectadas y al menos cuatro presos han muerto según cifras oficiales. Cuatro de los seis pabellones están actualmente en cuarentena. Pero cuando es un pabellón que aumentaría la carga de trabajo de los funcionarios, los presos no son puestos en cuarentena. ¿Es eso suficiente para luchar?

¡Claro que sí!, ¡vale la pena luchar por la vida de los seres humanos! Pero esto es como un campo sudista de algodón, y quienes lo gobiernan no están de acuerdo. Es inhumano tratar a un ser humano como si fuera un animal. Es inhumano tratar a un ser humano como si se pensara que no importaría si vive o muere.

Así que me alzo para luchar por mi humanidad, y espero que otros también lo hagan. Porque ahora mismo nosotros, como presos en las cárceles de EEUU, estamos pasando por el mismo trato que los Breonna Taylor, George Floyd y Trayvon Martin. Sí, nos asesinan, nos asesinan físicamente, pero también se nos deshumaniza, se nos lleva al agotamiento emocional, mental y espiritual. Entonces, dicho esto: ¿Cuál es la tarea? ¿Por qué vale la pena luchar?

2) Cientos de presos se amotinan en la mayor cárcel de Arizona (It's Going Down / Perilous Chronicle, 26 de noviembre de 2020)..- Circulan informaciones según las cuales el pasado miércoles cientos de presos de la Unidad Cook en la cárcel de Eyman –Florence, Arizona-, cercaron a los carceleros en plantilla y provocaron destrozos en la infraestructura de la cárcel.

Según la portavoz de Instituciones Penitenciarias de Arizona, Judy Keane, "varios cientos de reclusos se agruparon alrededor del personal y se negaron a dispersarse".  Según un preso que habló con la emisora KJZZ, durante el levantamiento se destrozaron ventanas y la unidad tenía la apariencia de haber "explotado".

Los internos de Eyman y sus familiares han declarado a los medios locales que los presos han sido trasladados al patio con las manos atadas a la espalda mientras los agentes registraban sus celdas. "Gases lacrimógenos, explosiones, gas pimienta, disparos indiscriminados", ha escrito un preso en un correo electrónico a KJZZ: “Aquello es un campo de batalla”.

En respuesta al levantamiento, la dirección de la prisión canceló las videoconferencias  del Día de Acción de Gracias. Según un mensaje enviado a las familiares, la cárcel se encuentra bajo un "confinamiento total" debido a "circunstancias imprevistas".

Más de 400 presos en la instalación dieron positivo por COVID-19 durante la pandemia y uno murió, según datos oficiales. Aunque las razones de los presos no se conocen explicitamente, varios familiares que hablaron con KJZZ expresaron su preocupación por las condiciones en las instalaciones.

El complejo de Eyman es la instalación penitenciaria más grande de Arizona, que alberga a más de 5,400 personas. Incluye a los clasificados como de seguridad media y alta, también los presos condenados a muerte de Arizona. La Unidad Cook es la más grande de la prisión, con una población habitual de casi 1.400 habitantes.

 

3) Desde la cárcel de Barton. (It's Going Down – A medida que la pandemia se extiende y las medidas de confinamiento cobran importancia, queríamos ofrecer una actualización sobre la situación en la cárcel de Barton (Ontario, Cánada). Nuestra línea telefónica se ha ralentizado en los últimos meses, pero todavía estamos en contacto regular con algunos presos en diferentes plantas de la cárcel.

Muchos de los logros que los presos lograron este verano al organizarse colectivamente se han mantenido. El horario de confinamiento rotativo casi ha terminado, lo que significa que la mayoría de los días pueden tener previsto salir de sus celdas y pasar tiempo juntos. La mayoría de los prisioneros parecen estar recibiendo visitas, aunque sobre normas nuevas e increíblemente restrictivas. También han tenido tiempo propio en el patio, lo que significa que, por primera vez en años, algunos prisioneros pueden salir al exterior varias veces a la semana.

Estas libertades básicas, que deberían darse por supuestas, llegaron sólo después de meses de presión sobre la administración. La triste verdad es que probablemente se reducirán a medida que la vigilancia de la opinión pública disminuya y las presiones de la pandemia continúen aumentando.

Y aunque la administración penitenciaria ha seguido afirmando que su prioridad es prevenir un brote, todavía no se han molestado en poner al alcance de los presos el equipo de protección personal básico, como jabón, mascarillas o desinfectante de manos. Tras nueve meses después de pandemia, los presos aún no pueden esterilizar los teléfonos entre usos o lavarse las manos adecuadamente después de tocarlos.

La cárcel vive un ir y venir constante de nuevos reclusos, y aunque las audiencias judiciales se han reanudado a través de Internet, los tribunales todavía están completamente atrasados y algunas personas que deberían haber estado en libertad bajo fianza hace meses todavía languidecen tras los muros.

Las presas trasladadas a Vanier nunca han regresado  -lo que significa que Barton actuará como una prisión para hombres en el futuro previsible-, y el quinto piso de la cárcel todavía se utiliza como campo de "cuarentena", un limbo médico para presos con síntomas que pueden permanecer allí durante semanas. En lugar de recibir cualquier nivel de atención o tratamiento, los reclusos a menudo quedan en completo aislamiento hasta que "mejoran".

Las cárceles todavía son una puerta abierta para el virus. Solo en octubre, las cárceles canadienses notificaron más de 200 casos nuevos. Inevitablemente, a medida que aumentan las cifras generales, también lo harán los casos reportados en Barton, y los presos se muestran ansiosos respecto a cómo les afectará otro confinamiento. ¿Volverán a ser aislados del mundo exterior? ¿Su dieta consistirá otra vez, como en primavera, en papillas congeladas? ¿Perderán el acceso al aire puro? Vamos a mantener nuestra línea telefónica abierta y haremos todo lo posible para publicar actualizaciones y organizar el apoyo para las luchas de presos que puedan surgir.

4) Sobre las condiciones del complejo penitenciario de Corcoran -California- CSAFT. – (Oakland Abolition & Solidarity, 05-24 de noviembre de 2020).

El mayor brote de Covid-19 de las cárceles de California se produce en este complejo: 755 presos tienen la enfermedad -más del diez por ciento de la población reclusa.- y según el periodista Brian Johnson la cárcel ha informado del primer fallecido por esta causa. Tres presos se han puesto en huelga de hambre, reclamando pruebas con tratamiento para toda la población penitenciaria, la recuperación de programas que atiendan necesidades básicas y una mayor trasparencia por parte de la administración en los mensajes que hace llegar a los familiares. Denuncian que no hay separación entre las personas infectadas y no infectadas -en áreas sensibles como la cocina-, y que las raciones se han empobrecido considerablemente -una cena es un filete de carne inidentificable y una patata hervida-.

Además, algunos presos han pasado más de una semana sin conocer los resultados de sus pruebas. Aunque examinan a los guardianes cuando llegan a trabajar, los que muestran síntomas pueden volver al trabajo después de solo cinco días. El equipo se mueve de un patio a otro sin que se les exija saneamiento, creando un mayor potencial para el traslado del virus. Se retiran respiradores a presos con problemas de salud como "medida de seguridad", lo que deja a estos presos, con sistema inmune debilitado, a merced de la enfermedad. Siguiendo sus conocidos habitos, la administración trata el brote como una causa adicional para culpar y castigar. Muchos presos son multados sólo por estar cerca unos de otros, mientras que los funcionarios a menudo no usan sus máscaras con impunidad. Un memorando culpa a los presos por no tomar las medidas de seguridad adecuadas y amenaza con aplicar más restricciones. Mientras tanto, la institución se encoje de hombros ante el hecho de que los empleados y los voluntarios son la única vía para que el virus haya ingresado en las instalaciones o se traslade entre patios.

Los familiares en el exterior merecen saber en qué situación está la salud y seguridad de sus seres queridos. La gente está enojada por estas condiciones y comienza a actuar. Cuatro personas en el patio D se han negado a hacerse las pruebas -que pueden suponer una paralización de los procesos judiciales de los que depende su libertad, y un aislamiento sin medidas sanitarias- y actualmente están en huelga de hambre en protesta por estas condiciones abusivas. Han pasado más de ocho días sin comer. Otros se han negado a trasladarse dentro de la cárcel sabiendo que es probable que incorporarse a determinados puesto los ponga en riesgos mayores. Es hora de apoyarlos y hacer sonar la alarma sobre lo que está sucediendo, sin dejar que se vuelva a ocultar.

5) El encarcelamiento desestabiliza los vecindarios, no incrementa la seguridad. – (Hannah Gaskill para Black Agenda Report, 25 de noviembre de 2020).

El encarcelamiento masivo es un atraco contra las comunidades negras de Estados Unidos, que las desestabiliza y no aumenta la seguridad de nadie. "Maryland tiene la tasa más alta de encarcelamiento de hombres negros entre los 50 estados". Un informe publicado por el Centro de Política Económica de Maryland sugiere que la disminución del presupuesto de prisiones del estado conducirá a una economía más saludable y una mayor seguridad pública.

El informe establece que el vecindario negro de Maryland tiene 4 1/2 veces más probabilidades de cumplir condenas de prisión que cualquier otro grupo racial o étnico. "Nada de lo que estamos haciendo aumenta nuestra seguridad y ciertamente no hace que las comunidades negras, a las que se les está robando capital humano, sean más seguras. Se las está desestabilizando y esa desestabilización no se puede contener, se extenderá". Incluso expertos liberales señalan que el gasto millonario en cárceles carece de sentido: "Encarcelar negros no aumenta la seguridad".

Maryland tiene la tasa más alta de encarcelamiento de varones negros entre los 50 estados. A pesar de representar solo el 31% de la población total del estado, el 70% de la población carcelaria es negra. Según el portavoz del Departamento de Seguridad Pública y Servicios Correccionales, Mark Vernarelli, había 18,300 personas sentenciadas bajo la custodia a finales de octubre. Las instalaciones para presos preventivos albergaban a unas 2.000 personas por las mismas fechas. Según un informe del Justice Policy Institute de febrero de 2015, el Departamento de Seguridad Pública y Servicios Correccionales gastó 288,304,000 dólares de su presupuesto de mil millones en encarcelar a residentes de la ciudad de Baltimore -el 63% de sus vecinos son de raza negra-.

Según el informe, no hay pruebas de que la mano dura al sentenciar haga más seguras a las comunidades. Por contra, los recortes en la vivienda, la atención médica, el transporte público y las oportunidades económicas, junto a la criminalización de los trabajos de la economía sumergida, como el trabajo sexual y la venta de drogas ilegales, son factores que conducen a un mayor encarcelamiento y una disminución de la seguridad pública. Los vecinos de los códigos postales asociados con altas cotas de desempleados tienen cinco veces más probabilidad de ser encarcelados que los de cualquier otro distrito.