La implicación anarquista en la Guerra Civil Griega en 1947, según los papeles de la CIA

@BlackSpartak

Entre los papeles desclasificados de la CIA se suelen encontrar auténticas joyas de la historia mundial contemporánea. Es un recurso muy recomendable para contextualizar períodos políticos en diversas áreas de todo el mundo. En mi caso lo he consultado varias veces para mapear un poco mejor el anarquismo español en la postguerra mundial. Os dejo aquí el enlace al recurso (yo hice búsquedas del tipo “CNT”, “anarchists”, “spanish anarchists” y los resultados son muy interesantes. Probadlo).

Lo que motiva este artículo es un dossier de la CIA llamado Recruiting for International Brigades in Greece, fechado el 5 de noviembre de 1947. Es decir, que en aquellos momentos de la Guerra Fría se temían una revolución en Grecia.

Primer congreso de la FAI en Carrara, 1945. A Rivista Anarchica

Contexto

La época de la postguerra mundial en Europa tuvo un alto grado de politización de las masas obreras. Las izquierdas accedieron al gobierno de numerosos países, y las fuerzas comunistas dominaron media Europa. En Occidente los partidos comunistas de Italia o Francia eran las organizaciones de masas más grandes de sus respectivos estados, con más de 2 millones de inscritos en Italia al PCI y unos 750.000 en Francia al PCF. Además, controlaban las centrales sindicales más importantes, con millones de personas afiliadas. En aquellos países además, al haber sido bien armados en la guerra mundial, existían incluso cuerpos paramilitares o revolucionarios (según se mire) afines a los comunistas.

Estados Unidos y Gran Bretaña tenían fundados temores de que estallase una revolución social en algún punto de Europa que no pudiesen controlar y que se extendiera a otros países. En este sentido los Balcanes fueron el campo de batalla entre ambos bloques. La Unión Soviética de Stalin, aunque no atizaba la revolución en demasía, si que la veía con buenos ojos siempre y cuando estuviera controlada por partidos comunistas, claro. Pero como éstos normalmente eran los principales contendientes, pues se apoyaban sus acciones. Bien, se apoyaban a nivel teórico, ya que muchas veces estos revolucionarios tuvieron que conseguir armas de muy diversas formas que no pasaban por la ayuda de la URSS.

Pero sería malinterpretar la historia si no entendiésemos que buena parte de las masas veían con esperanzas la llegada de la revolución. Y además conectaban la propia idea de la revolución social con el comunismo internacional. Para muchísima gente los partidos comunistas eran revolucionarios. Nadie les podía convencer de lo contrario por aquel entonces.

En el libro de Wu Ming, 54, podemos leer sobre un miliciano revolucionario italiano, llamado Vittorio, que fue a combatir por la revolución social a Yugoslavia. Se trataba de un antiguo soldado italiano que durante la guerra mundial había desertado uniéndose a los partisanos yugoslavos. Para un buen número de yugoslavos la guerra contra los nazis alemanes, la ustasha croata o los fascistas italianos, no sólo era una guerra de liberación nacional: era también una revolución social. Tomaban tierras, socializaban empresas y fábricas, creaban cooperativas, etc. Y por lo general – a nivel local – vivían en un régimen de libertades dirigido por el comité local de turno. Quienes hemos vivido la propaganda liberal durante toda la vida, no somos muy conscientes de aquello. Nos quedamos con el resultado, es decir, la pesada burocracia socialista, que lastró aquellas sociedades y que la alejó definitivamente del espíritu revolucionario. Pero no podemos negar que realmente existieron aquellos atisbos revolucionarios, igual que en los años 60 o 70 proliferaron en América Latina, África o Asia.

Si nos trasladamos a la guerra civil griega. Vemos que aquella guerra había comenzando ya durante la propia guerra mundial. Para 1943 la guerra estaba en su apogeo. Y se constituyeron fuerzas milicianas enormes. Por entonces ya se estimaban en 30.000 los partisanos del Frente de Liberación Nacional (EAM), creciendo aún más para la toma de Atenas, el año siguiente. De tal manera eran fuertes los comunistas que los Aliados no tuvieron más remedio que meterlos en el gobierno provisional formado por entonces.

Pero la sociedad griega no pudo disfrutar mucho de la paz. Entre los monárquicos – apoyados por los británicos – y los comunistas – apoyados por los rusos – estalló un nuevo conflicto bélico: la guerra civil griega. Al final Stalin retiró su apoyo a los comunistas griegos y eventualmente perdieron la guerra. Nunca lograron tener un territorio unificado y la composición de las zonas ocupadas por los comunistas era como un archipiélago de islas.

 

Zonas ocupadas por el ELAS en 1948. Fuente: http://ellinikosemfilios.blogspot.com/2012/02/1948.html

 

La vida en aquellas zonas, en algunos casos, fue de auténtica revolución social, a pesar de estar regidas por el partido comunista, el KKE. Abundaban los comités populares locales y en muchos casos se abolió la propiedad privada de la tierra. No todo era perfecto. Hablamos del KKE. En 1944 liquidaron las facciones autónomas trotskistas, comunistas internacionalistas y acro-marxistas que podían competir con los estalinistas en algún territorio.

El proyecto italiano

Ahora volvamos al proyecto relatado en los informes de la CIA. En 1946 y 1947 se reclutaron voluntarios italianos para ir a combatir con los partisanos comunistas griegos. La CIA llama aquellas unidades Brigadas Internacionales, como aquellas que combatieron en nuestra guerra civil. No queda muy claro que existieran con ese nombre en 1947. Probablemente no. Los italianos la llamaban “Voluntarios de la Libertad”.

En Grecia había combatido hacia 1943-1944 la llamada Divisione Pinerolo. Se componían de italianos fugados de las antiguas unidades del ejército de Mussolini, presentes en Albania y en una parte de Grecia. Debieron de ser tropas bastante numerosas, puesto que en la localidad de Neraida hay un monumento dedicado a los mil italianos muertos de la División Pinerolo.

Pero en la postguerra mundial ya no era tan fácil organizar unidades grandes. En primer lugar todo se tuvo que crear de forma clandestina. No querían llamar la atención de las autoridades. Es decir, que la nueva milicia de voluntarios internacionales antifascistas la impulsaban indudablemente militantes comunistas, pero los voluntarios no siempre eran comunistas. Aquí es donde el proyecto se hace interesante.

En el edificio situado en la Via Ceresio, 12 de Milán tuvo sede un centro de reclutamiento. Posiblemente era el más importante del norte de Italia. Aun así también estaba el centro de los cuarteles de la ANPI (la asociación de partisanos de Italia). El edificio de Via Ceresio se lo conocía como “Bacciocchi”[1]. Era la sede de varias entidades de izquierda, entre otras de la Federación Anarquista Italiana de Milán y de varios grupos comunistas. El informe de la CIA indica que también era un centro de conspiraciones contra el régimen de Franco.

Este edificio sería parte de una gran red de reclutamiento extendida por varias ciudades italianas. Tenía su cuartel general en Split (actualmente Croacia) y unidades en Castellnuovo, Castellvechio y Grobnica, en la península de Istria, que tras la guerra volvía a controlar Yugoslavia, pero que había sido una región italiana en el período de entreguerras.

Se suponía que oficiales yugoslavos podrían dirigir las nuevas unidades partisanas que se desplazaban a Grecia pasando desde Bari hasta Albania mediante barcos de pesca. Una vez en Albania cruzaban la frontera griega. Según informaciones no confirmadas, entre el 20 de junio y el 10 de julio de 1947 fueron reclutados así unos 900 voluntarios que cruzaron el Adriático desde Ancona y Trieste. Unos 2.000 se embarcaron hasta el mes de julio de 1947.

Desde la región de Venezia Giulia se reclutaron bastantes voluntarios a partir de las Brigadas Stalin. Otra red la componían elementos comunistas albaneses que vivían en Italia y que tenían relación con la nueva Albania comunista. Al parecer Luigi Longo, organizador de las Brigadas Internacionales en España estaba a cargo de estos reclutamientos. El jefe formal del reclutamiento era el comunista Pietro Secchia, y también estaba involucrado Pietro Nenni, otro veterano de la guerra civil española. Los fondos económicos llegaban de Rusia y las armas de Yugoslavia y Bulgaria.

La conexión anarquista aparece con el edificio Bacciocchi. La encargada de la logística era una española, de apellido italiano, llamada Carmen Schavoni. Nació en Madrid en 1915. Era viuda de un tal Caselli, aunque ahora vivía con Antonio Mattiello. A mediados de 1947 estaban en Milán, conviviendo en el piso de un militante del PSI, Francesco Ulivelli.

A Schavoni se la consideraba anarquista. Así estaba fichada desde antes de la guerra civil española. Tras la guerra vivió un periplo por varios países y se instaló en Italia en 1945. Era contraria a los comunistas del PCI. Pero en la cuestión de Grecia se podía entender con ellos.

El informe de la CIA hace un recuento de organizaciones anarquistas en Milán y de sus sedes. Creo que es de interés: 

  • Partito Comunista Internazionalista. Dirigido por el profesor Onorato Damen.
  • Federazione Anarchica Italiana. Via Ceresio, 12. Dirigida por Mario Mantovani.
  • Federazione Libertaria Italiana. Via Albania, 36. Dirigida por De Luca.
  • Federazione Comunista Libertaria Italiana. Via Sabotino, 10. Dirigida por Bruno Maffi. 

El movimiento libertario italiano había crecido bastante en la postguerra, aunque era una pequeña sombra respecto el movimiento comunista. Aun así, en Milán había unos 1.500 afiliados a la Federación Comunista Libertaria. Quizás había 2.000 personas en el movimiento libertario propiamente dicho, con varias decenas de miles de simpatizantes en la central sindical anarcosindicalista USI y en la comunista CIGL.

Teatro Verdo. Congreso Anarquista de Carrara, 1949. Fondo FAI
Congreso Anarquista de Carrara. Teatro Verdi. 1949

Ante esta información, también podemos consultar otro documento de la CIA, del 16 de mayo de 1947. Relata la visita en 1946 de unemisario de la FAI española” para ayudar a sus compañeros italianos a organizar grupos armados clandestinos. Su trabajo no acaba de cuajar debido al ambiente eufórico que siguió a las elecciones italianas. Aun así el año siguiente se establecieron contactos entre varias organizaciones (las arriba mencionadas y el Movimento Comunista d’Italia y el Partito Socialista Revoluzionario) para crear grupos armados. La FAI de Roma recibió una nueva visita de españoles el 25 de febrero. A partir de esta visita los anarquistas formaron grupos de “azione revolucionaria” formados por tres militantes. En Roma se formaron unos 60 grupos de este tipo (180 milicianos), y pretendían llegar a 400 grupos.

A los anarquistas los tenía fichados la CIA por su envío de ayuda a la resistencia antifranquista. De hecho el edificio Bacciocchi era un centro de reclutamiento de voluntarios, como ya se ha dicho. Estos futuros partisanos iban a Toulouse, bastión libertario del sur de Francia. Allí se entrenaban y se armaban. Los que iban a Grecia retornaban a Milán. Otros se quedaban para apoyar las guerrillas antifranquistas españolas.

Además, aparecen otros centros como el del Movimento Umanitario Italiano y el bar Vittorio Emmanuele de Via Orefici. Era un bar frecuentado por una clientela internacional, mezcla de albaneses, italianos, griegos y yugoslavos. Todo el mundo estaba convencido de la necesidad de “luchar por la libertad de los pueblos”, en un eufórico ambiente revolucionario compartido. Los reclutadores se dirigían directamente a individuos que mostraban insignias militares pensando que estarían interesados.

Podemos imaginarnos aquella Italia con su un trasiego de proyectos revolucionarios no siempre muy coordinados ni financiados. Por ejemplo, un recluta de Foggia que informó a la CIA, fue reclutado por las Brigate Internazionali Proletarie. En Turín un libertario, Alfredo Mellini, que en la guerra había estado en la Brigata Nera, se alistó en la organización llamadaAlfonso García”. Este nombre se vinculaba a un grupo de Bolonia que pretendía ir a Grecia. Se informa de la red de reclutamiento en Turín, generalmente vinculada al PCI. Asimismo los espías de la CIA informaban de un grupo de 7 u 8 “trotskistas y anarquistas” que intentaron llegar a Grecia pero no lo lograron por su falta de infraestructura.

Conclusiones

Muy poca huella dejaron en la historia estos partisanos revolucionarios en la guerra civil griega. El movimiento comunista enseguida los olvidó y el movimiento libertario sufrió tal crisis en los años 50 que poco se pudo salvar.

La compleja política de encajes de la Guerra Fría impidió la revolución en Grecia. Indudablemente aquella revolución habría sufrido el mismo destino que las de otros estados europeos con gobiernos socialistas. Es aún muy desconocido el rol del movimiento libertario en Bulgaria o Polonia. Aún más lo es este episodio en la guerra griega.

Nos puede llegar a recordar que el afán por participar en los procesos revolucionarios de muchísima gente de genuino carácter antiautoritario la puede llevar a embarcarse en revoluciones que en principio no tiene mucho que ver con sus principios. Lo hemos visto mucha veces, pero en su contexto particular lo acababan de vivir en Francia, con muchos milicianos de la CNT combatiendo en las unidades guerrilleras de la UNE (comunista). También en otras guerrillas en España o Italia, con libertarios integrados en cuerpos guerrilleros comunistas porque “era lo que había”. No se trata de restar valor a aquella lucha que llevaban a cabo principalmente fuerzas comunistas, sino de recuperar la memoria de esta pequeña pero vibrante contribución libertaria a la revolución mundial.

 

[1] Edificio construido por el arquitecto Mario Bacciocchi, inaugurado en 1938 como sede del grupo regional fascista. Tenía despachos administrativos, salas recreativas y hasta un cine. https://www.milanoattraverso.it/ma-luogo/186/gruppo-rionale-eoa-mussolini-di-viale-montello/

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